Borya se giró para enfrentar a Amon con las manos apoyadas en las caderas y el rostro transformado en una máscara de furia y angustia.—Necesitas beber de la sangre de tu madre —expuso con seriedad el demonio mensajero.—No quiero hacerlo. Eso me atará aún más a ese destino maldito del que quiero escapar.—¿Y crees que beber sangre de un ángel te aleja de él? —Borya lo fulminó con la mirada, pero Amon no se intimidó—. La sangre de esa chica no es pura, pero igual tiene un porcentaje angelical importante que afectará la protección que te impuse. Ya de por sí se ha vuelto débil porque te niegas a beber la sangre de Lilith, quizás por eso Belfergor captó tu aroma, pero ahora, al consumir la sangre de esa joven, se debilitará más.—¿Por eso me ubicó Aym con facilidad? —inquirió. El demonio superior lo halló luego de que él se alimentara con la sangre de Anna.—Sin la protección de Lilith serás blanco fácil para ellos. Aquí en la casa estás seguro, el hechizo que impuse es muy fuerte, pero
Al quedar solo, Borya se dirigió a la casa, cabizbajo. Cerró la puerta y se apoyó en la madera mientras su mente trataba de encontrar otras soluciones a su problema.No quería ser el próximo rey del infierno, pero tampoco quería perder la causa por la que había luchado con ahínco, mucho menos, perder a Anna.Recién la había encontrado, comenzaba a sentirse cómodo a su lado, como nunca antes lo había estado con otra persona. No era justo que cortaran desde ya su relación sin haber probado si podía funcionar.Al escuchar que se rompía un vidrio en la parte superior del hogar suspiró con agobio y cerró los ojos un instante.—Otra vez no, maldita sea —se quejó y enseguida se teletransportó a la habitación donde ella estaba atrapándola antes de que saltara por la ventana rota.Al tener su sangre en las venas podía sentirla con mayor intensidad que antes, ubicándola en segundos.—¡Suéltame! —gritó la chica y pateó tratando de liberarse de él, aunque sabía que sería imposible escapar de su c
En la población de Blaye, un antiguo puerto medieval ubicado al sudoeste de Francia, que por siglos había funcionado como un fuerte desde donde se defendían las fronteras francesas de las decenas de guerras que la azotaron, y que aún conservaba los restos de la ciudadela, estaban asentados los viñedos de Drake Dewhorn, el mitad bestia que protegía a Yelena Golubeva, la hermana de Anna.Cinco días después de lo sucedido en la montaña Man-Pupu-Nyor, en Urales, y de la difícil conversación de Borya con Amon, Anna pudo reunirse con su hermana en el Château de Drake, donde se produjo un encuentro bastante emotivo.Lágrimas, risas, regaños y besos se compartieron por casi una hora, hasta que ambas lograron calmar la efervescencia de sus emociones y se encerraron en una de las habitaciones para contarse las aventuras que cada una había atravesado hasta ese momento.Drake y Borya les dieron la privacidad que necesitaban saliendo al exterior del Château en dirección a las bodegas.La noche est
—¿Me estás jodiendo?Borya sonrió con poca gracia.—Ya quisiera.—¿Por qué nunca me lo dijiste? —quiso saber, molesto.—¿Hubieras confiado en mí? —Drake se irguió, mostrándose receloso—. Al igual que Yelena, yo también tengo un hechizo de protección que oculta la esencia de mi sangre, gracias a eso pude sobrevivir a la masacre que se produjo años atrás, cuando condenaron a toda la prole de Lilith en la tierra.—¿Tienes sangre real en tus venas?—Sangre infernal, no real —recordó Borya—. Pero eso no es lo único. Antes de que Satanás pereciera a manos de Lucifer, entregó parte de su poder y autoridad a Lilith. Ella nunca lo utilizó porque quedó devastada por su pérdida, luego Lucifer la doblegó con su trato salvaje y depravado. Cuando se abrieron las puertas del infierno, ella y otros muchos demonios salieron más por escapar de Lucifer que por crear caos entre los humanos. Muchos demonios le temen o lo odian. No lo quieren como líder.Drake escuchaba impactado esa historia. Jamás había
Borya no regresó a Francia al día siguiente como lo había prometido. Ezael lo retuvo por varios días con la excusa de que el tema que tocarían era muy delicado para hablarlo en una sola reunión y debían estar en constante movimiento, porque los buscaban sin descanso.Belfergor ya sabía que él era un impuro hijo de Lilith y lo rastreaba como un sabueso por todo el planeta, al igual que a Yelena.Drake logró duplicar las protecciones en sus viñedos en Francia y se mantenía en alerta entrenando a las mujeres mientras esperaban el regreso de su amigo, pero comenzaba a perder la paciencia.No solo por el hecho de que no confiaba en aquel ángel y temía que hubiese hecho algo en contra de Borya para evitar que su poder infernal saliera a la luz, sino también por la actitud irritada de Anna, que era capaz de alterar los nervios de cualquiera.—No debiste dejarlo ir. Si algo le sucede, será tu culpa —acusó la rubia señalando a Drake con un dedo.—Fue decisión de Borya, Anna. No puedes culpar a
Mientras Yelena se esforzaba por desatar su furia demoniaca, oculta con Drake en una montaña próxima a los viñedos, Anna se quedó en la casa dejando salir sus rabias y frustraciones.Ese día prefirió no ir a entrenar, porque las emociones las tenía tan revueltas en el pecho que le era imposible concentrarse en algo.Estaba insatisfecha con las decisiones que se habían tomado, con mantenerse alejadas de Ezael, a quien ella consideraba de su bando, pero, sobre todo, al estar lejos de Borya, a quien comenzaba a aceptarlo como algo muy suyo.Luego de la muerte de su madre y del bloqueo emocional de su hermana, ella era quien daba los pasos necesarios para salir del atolladero. Ahora le exigían esperar y resignarse, querían que se mantuviera al margen mientras otros resolvían sus problemas.Tal vez en ese momento respetara los acuerdos porque no tenía claro a dónde ir ni qué hacer. Además, Belfergor la buscaba sin descanso y si la hallaba no se detendría hasta que pudiera conseguir de ella
Horas después, Anna participaba con resignación en los entrenamientos dirigidos por Drake. Luego de conversar con Amon, aceptó las prácticas para que no sospecharan de ella, aunque sus ganas por trabajar eran casi nulas.Yelena la reprendía para que tomara las clases con disciplina, ya que sus vidas podían depender de eso, pero la cabeza de la chica estaba tan llena de preocupaciones por Borya que le resultaba imposible llevar a cabo una tarea.Además, no sabía si había cometido un error al confiarle a Amon sus inquietudes, pero ya no podía dar marcha atrás, aquel demonio se marchó prometiéndole ayuda.Esperaba no equivocarse, pues, no tenía como reparar esa falta. Si Borya confiaba en ese sujeto, aunque fuese un demonio antiguo y tan ligado a Lucifer, debía ser de fiar.No estaba dispuesta a perder a Borya sin antes dar batalla, así que ya no era momento para arrepentimientos.Continuó lo mejor que pudo con los entrenamientos tratando de liberar a su mente de preocupaciones, pero est
Anna bajaba con pasos largos y apresurados la oscura colina rocosa. Se mordía los labios para sosegar el dolor que sentía y dejar de llorar, pero la rabia no le era suficiente.De nuevo tuvo que detenerse de forma imprevista al ver a Borya materializarse frente a ella.—¡Déjame en paz! —le gritó empujándolo, pero él enseguida superó la distancia que los separaba y encerró el rostro de ella entre sus manos.—Te dije que ya es demasiado tarde para eso —alegó con furia, con sus ojos demoniacos oscurecido por la pena y el deseo.Ella miró su boca y, a pesar de la oscuridad, pudo notar que sus colmillos sobresalían. Eso le produjo un oleaje de excitación en el cuerpo. Su sangre angelical estaba reaccionando a la imagen diabólica que Borya asumía por la ira que lo embargaba.—Si solo quieres esperar, no lo harás con…La respuesta amarga e hiriente de la joven murió cuando la boca del demonio se apoderó de la de ella, con un beso fiero y arrebatado, uno que reclamaba con su lengua hambrienta