Darren
Estoy agotado, llevamos cerca de un mes creo en la búsqueda de la hija del Laird del clan McCarty. Por lo que se de ella, mediante lo que mi amigo Erik me ha contado, es una muchacha muy bonita, siempre animando a los demás, no le gusta la violencia, soñadora, con una sonrisa dispuesta para todos. Siempre anda en vestidos y con flores en el pelo, como coronas. Una inocente de diecinueve años.
Nadie sabía lo que le pasó, el porqué de su desaparición, Erik en su desesperación me pidió ayuda y bueno la verdad es que no me causa ningún problema en apoyarlo. Solo pido a Dios que esa niña no haya sido raptada por una banda de bandidos que se dedican a raptar a jóvenes, la torturan, las violan y después las matan. De ser así, esa niña no tiene futuro alguno...
Mis temores se ven aliviados cuando llegó un mensajero dando la noticia que muchacha había aparecido. Cuando Erik le preguntó quién la había encontrado, el mensajero solo dijo que ella sola había aparecido, a decir verdad eso me sorprendió enormemente pero me mantuve callado.
Como todo ya estaba resuelto decidimos descansar durante un día y después partir hacia las tierras McCarty. Erik está feliz, creo que esa niña significa mucho más que una amiga para mi compañero aunque intente negarlo.
Los planes de descansar un día entero se ven frustrados, al parecer la temporada de lluvias empezó así que para evitar mojarnos más de lo necesario con estas, decidimos marcharnos. Por lo que veo en unos tres días llegaremos...
......
Gracias a Dios ya estamos en las tierras McCarty, no tan mojados, las lluvias no han sido fuertes ni constantes. Entramos al pueblo y vemos un tumulto de personas, cuando nos acercamos que atravesamos en el grupo lo que ven mis ojos no es para nada lo que me esperaba.
Una bella mujer, de cabellos largos por debajo de la cintura, no está vestida como lo hacen las demás, esta tiene una camisa y un pantalón, que aunque anchos no ocultan por completo su hermosura. Miro su cara y esta se encuentra colorada por la ira y en su mano una flecha. Ella estaba encima de un hombre que se encontraba tendido en el piso medio inconsciente, le sangra en la cabeza.
—Storm, no —grita el Laird y trata de llegar a ella pero le es imposible, antes que logre detenerla, la flecha es clavada en la garganta del hombre, la sangre no se hizo esperar.
La mujer se para con ojos llenos de rabia, cuando estos se fijan en mí, ella contrae su entrecejo, mira a mi derecha y fija su mirada en mi amigo, este intenta acercarse pero ella da la espalda y arranca la flecha de donde estaba enterrada.
Nadie dice nada, no hay un solo ruido... Todo está en total silencio.
Storm.
Hace tres días que le advertí a ese tipejo sobre las consecuencias de herir a su hija, hoy regresé con la esperanza de ver a la muchacha ya que estos días anteriores no pude hacerlo, no sé por qué pero tengo un mal presentimiento. Al llegar al pueblo todos tratan de esquivar mi mirada, a diferencia de los días anteriores. Sigo mi camino y llego a un tumulto de personas, al llegar al centro, mi sangre se congela, el cuerpo de la muchacha tendido en unos trapos.
Alzo mi mirada y solo veo a ese canalla, cuando me ve, veo una ligera sonrisa en su asquerosa cara, lo suficiente repugnante para hacer que mi vista se vuelva roja. Ya no veía el padre de esa muchacha, a quién veía era al causante del dolor y de muchas jóvenes, al causante de tantas de mis lágrimas y gritos, mi mente me traicionó.
—Storm, no —escucho a mi padre gritarme, pero es demasiado tarde. Ya la flecha, que no se de donde salió, está en su garganta. Me pongo de pie y algo me llama, busco con la mirada ese llamado y la fijo en unos ojos extraños, son comparados al atardecer, en ellos mi furia se fue, mi mente se aclara y estoy de regreso a la realidad. Me fijo en el portador de esa mirada y es un hombre bastante grande, ha de ser una cabeza y un poco más alto que yo, tiene el pelo de color castaño oscuro, su cuerpo es musculoso, su cara es bastante atractiva y sus ojos son carmelita. Cambio la mirada y veo a ese hombre que durante mucho tiempo ocupó mi corazón, lo veo dar un paso hacia mí pero yo me giro y saco la flecha. Manchándome las manos y la ropa de sangre.
—Storm —llama mi padre con algo de prudencia. Alzo la mirada, sé que quiere hallar una explicación a lo que acaba de presenciar.
—Se lo dije, te lo dije, si volvía a ponerle un dedo encima, se iba a arrepentir —digo mientras me encamino a donde está la muchacha y me arrodillo a su lado. Lo que dije era mentira, yo no quería que eso pasara, yo no quería ensuciarme las manos de sangre, no otra vez.
—Se que no puedes oírme, aun así te pido perdón por llegar tan tarde. Perdón por fallarte, como los demás me fallaron —le doy un beso en su piel fría y me dirijo a mi caballo.
—No me esperes durante un buen rato, no te preocupes —me monto y con la flecha que tenía en la mano, golpee a mi animal no sin antes mirar una vez más esos ojos que de alguna forma me hacen calmar mi tormento, no todo pero algo es algo...
Llegue a mi lugar favorito, ese que nadie sabe de su existencia, ese que fue el último en ver a esa niña que había en mí. Me bajo del caballo y me acerco a la orilla, miro el agua cristalina que me devuelve mi reflejo, dejo caer la flecha manchada de sangre, me quito la ropa y me dejo solo la camisa, me tiro al agua y puedo sentir como moja cada parte de cuerpo..
Llevo un rato nadando, sin pensar en nada, me decido salir y una vez vestida me siento en mi piedra con la flecha en la mano, al mirarla tan profundamente me viene el recuerdo a la mente...
Flash Back
—Por favor, déjame ir —lloro.
—Hay ya cállate —me da una cachetada—. De aquí para salir sales muerta —me dice Él, yo solo puedo llorar.
—Jefe —lo llaman cuando está a punto de darme otro golpe, lo que esta vez con su látigo, no sería la primera vez. Abro mis ojos a duras penas y veo a otro hombre arrastrando por el pelo a otra joven—. Esta intentó escaparse.
Él se le acerca a niña y le toma la cara con fuerza, la joven llora.
—Ya saben que hacer —le suelta sin cuidado y viene a donde estoy yo y se pone detrás de mí, me hace sentarme entre sus piernas—. Mira lo que pasa cuando no hacen caso —y me besa la mejilla haciéndome sentir asco...
Fin del Flash Back
Salgo de mis pensamientos y me toco mi cara pensando que puede que está llorando, pero es en vano, no tengo ni una lágrima. Después de que abusaran de ella, Él fue a donde estaba ella y con un puñal le cortó el cuello.
De tanto apretar la flecha esta se parte y una de sus partes se clavan en mi palma. De mis labios sale una sonrisa irónica, cuando antes lloraba por un pinchazo de una espina de alguna roza que cogía entre mis manos, hoy ni porque me corten me sale un solo quejido...
Miro al cielo y veo que unas nubes ocultaron al sol, seña de que va a llover, así que me levanto y me decido emprender mi camino hacia casa.
Sigo pensando en lo que pasó allí y aunque quiera justificarme, no hay excusa que pueda decir, yo sé que no estoy bien de mi cabeza, defendí aquella joven pero en vez de ver a su padre a quién yo veía era a esa canalla que hizo de mi cuerpo un altar al dolor, diciendo que solo en mi veía la fortaleza de ser su mujer y que lo sería, solo necesitaba entrenamiento.
Él estaba totalmente seguro de que podía doblegarme y entrenarme para ser una mujer totalmente dulce o mejor dicho, completamente sumisa, quién diría que cada golpe y latigazo que recibía de él solo servía para desprenderme de esa parte dulce que había en mí y que lograría todo lo contrario a lo que él quería.
Llego a la casa y cuando bajo uno de los ayudantes del establo se me queda mirando asustado, miro donde está fija su mirada y veo que mi camisa está manchada de sangre, una de mis heridas se abrió seguro. No digo nada y dejo a mi caballo a su cuidado.
Entrando a la casa veo a todos reunidos con la cabeza baja menos a ese hombre que es capaz de calmar a mis recuerdos y torturas.
—Ahhhh, mi Dios —grita Edda llamando la atención de todos—. Estás herida —y viene directo a mí a tocarme, cuando veo cuál es su intención doy dos paso atrás para no dejar que sus manos me alcancen.
Ella se queda sorprendida por mi actitud, todos están de pie mirándome.
—No se preocupen, no es nada —digo
—Pero como que no es nada, hija estás sangrando —me dice mi padre—. Manden a llamar al médico. —y me pongo tensa al momento.
—No.
—Pero, hija…
—He dicho que no —digo alto, interrumpiéndolo— No hay necesidad de llamar a nadie, yo misma me curo en cuanto suba y no tienen que traer agua, ya me bañé en el río —les aviso y paso con cuidado para que si a alguien se le ocurre extender su mano me dé tiempo alejarme de su contacto pero no sin antes hacer coincidir una vez más mi mirada con la de ese hombre.
DarrenLa vi partir a todo galope antes de que nuestras miradas coincidieran una vez más, era hermosa, sí muy hermosa.— ¿Qué fue lo que ocurrió aquí?— pregunta Erik todavía algo sorprendido por lo que acabamos de ver. Volteo a ver a Bruce y el hombre tiene la mirada perdida.— Bruce.— le insiste mi amigo y este le mira con una mirada que dejaba claro su inquietud.— ¡Dios! No lo sé. — dice y en su cara se ve la confusión pero no por mucho tiempo ya que lo enmascara. — Mi gente, entierren a los cuerpos juntos.— ordena.Las personas se encuentran aturdidos pero aun así le hacen caso a su laird, no sin que empezaran a hablar entre ellos.—Vamos a para la casa, allí podremos hablar mientras descansan. — nos dice y así lo hicimos.Todo el camino se hizo en total silencio, nadie dijo na
Pasaron unos dos días y la actitud de Storm es igual o peor que la de antes, es más arisca, más grosera y más violenta. Siempre trato de estar en donde ella está y siempre es lo mismo, mira el rostro de las mujeres con determinación, como si buscara algo. Si ve algo que no le conviene pregunta hasta el cansancio. Su padre ya no sabe qué hacer y Erik está cada vez más extraño.Hoy estamos reunidos en la Biblioteca, Bruce mandó a buscar a su hija ya que nos tiene que decir que sabe de los que la secuestraron para empezar su búsqueda y avisar a los demás clanes para estar atentos a cualquier cosa.— Aquí estoy.— dice y la veo entrar mientras cierra la puerta. Mira a cada uno de nosotros pero su mirada se detiene mucho más cuando llega a mi, siempre es lo mismo cuando uno de los dos llega a un lugar donde se encuentra el otro.— Storm, te
StormSalgo de la biblioteca hecha un demonio, pero quién se cree Erik para venir a exigirme algo. Camino directo al establo y mando a ensillar mi caballo, veo que se demora mucho y lo hago a un lado.— Señorita, espere por favor. — dice el joven, lo miro y trato de obligarme a no ser brusca.— No te preocupes, estaré bien._ —digo como intentando ser amable.— Pero, la silla de montar.— dice preocupado.— No te preocupes, este caballo sabe que hacer sin necesidad de cuerdas o silla. — lo calmo y él se hace a un lado no muy convencido.Me monto y sin pensarlo hecho a galopar, sin rumbo fijo; necesitaba esto, necesito sentirme libre, sin presiones de los demás para que vuelva a ser esa niña soñadora, ahora soy quien soy y si no me quieren así solo me queda pensar en irme de este lugar....Luego de dar vueltas llego a mi lugar favorito
DarrenNada de lo que planean hacer Erik y Bruce me gusta y creo que quién va a salir dañada en todo esto es Storm. Es una mujer muy valiente y decidida, fuerte, cualquier hombre que tenga los cinco sentidos claro le gustaría que ella fuera su señora. Si hablaran con ella claro en vez de andarse con artimañas estoy seguro, bueno casi seguro de que ella los escucharía y hablaría.En la cena, al igual que ella no pude comer nada, estaba tenso, tenía ganas de levantarme y tomarla de la mano para evitar ese encuentro pero no soy nadie, y solo su padre tiene derecho sobre ella. Amo a mi amigo pero a decir verdad en estos momentos le tengo algo de resentimiento al querer obligar a Storm a tener su compañía porque si de algo estoy seguro, ella odia tenerlo cerca o si tan siquiera hablar con él y muy dentro de mi eso medio que me agrada.Estoy en mi habitación sin poder dormir, escucho e
DarrenMe fijé en cómo se relacionaba Storm con los lobos y en sus acciones con ella, me maravillé al ser testigo de tan estupenda imagen. Esos lobos la aceptaban y aunque quiero saber esa historia puedo asegurar de que ella no está preparada para contarla, Storm ha sufrido más de lo que deja ver.Al llegar a la casa y ver como dejaba de ser la muchacha relajada que hace segundos era me dieron ganas de tomarla y regresarla a ese lugar donde no se sintiera atacada ni acorralada.— De acuerdo, pero dónde estaban. — pregunta Erik y su mirada se pone encima mío, no le agrada que esté aquí. — Qué hacías con Darren. —— Yo no estaba con él. — responde Storm, por mi parte no digo nada, aunque si no me sentó bien el que dijera que no estábamos juntos.— Llegaron juntos. — señala esta vez con enojo.
Darren— Si tanto odias en la persona que me ha convertido, perfecto pero deja ya esos intentos de que vuelva a ser aquella chiquilla, me tienen alta. — la escucho decir.— Pero es que tú no entiendes. Esta mujer en frente de mi no es mi hija. —Yo no creo estar seguro de la palabras que acabo de escuchar. Mi mirada sigue puesta en Storm, tratando de adivinar algo a través de sus gestos.— Darren. — me llama — Erik dijo que tenía que escoger entre casarme con alguno de ustedes dos. Prepara las cosas que mañana partimos hacia tus tierras —Ahora si me he quedado mudo por la sorpresa que provocan sus palabras.— Deja que te diga, que mi madre no debería de haberte dado una hija, la labor te quedó demasiado grande. — Al sentir el sonido del golpe me hizo reaccionar y me acerco para poder ser capaz de verla sonreírle a su padre y li
StormMiro a Darren de forma insistente y es que quisiera saber si todas sus palabras son verdad, tengo la esperanza de que sus ojos me digan que son mentiras lo que hace un momento estaba lleno de sinceridad.Se que el contarme sobre su hermana tuvo que ser bastante difícil para él, no lo conozco mucho pero por su forma de actuar, en la que me he fijado en estos días, es un hombre que impone, dominante y muy protector con los suyos. No se me hace raro el ver cómo cuestiona a sus hombres respecto a su estancia aquí y por lo que veo tienen la confianza para decirle que mejor estuvieran en sus casas con sus mujeres. Eso me demuestra que es un buen hombre pero la verdad es que lo admiro, hasta ahí, aparte de admiración y de sentir que cuando me mira mis demonios se silencian por un rato no siento más nada.— Cuánto hace que pasó lo de tu hermana?.— le pregunto y veo como su cuerpo se
StormAl entrar fui directo a mi habitación, Veda quería conversar conmigo pero yo me escapé, no estoy preparada para enfrentarla. De todos creo que con quien más mal me siento al ver su rostro de dolor por mi actitud es ella. Veda ha sido mi amiga, mi compañera de andanzas, la hermana que no tuve. De las dos ella fue la más directa y no había nadie que la dejara sin habla, aparte de Erik. Hubo un tiempo en el que pensé que ella le interesaba y me puse celosa pero Erik me dijo que solo éramos sus niñas así que me quité eso de la cabeza.Me empiezo a vestir una vez que seco el agua que escurre por mi cuerpo producto del baño. Antes veo mi herida y ya está sana, solo se nota una ligera cicatriz, otra más para la colección de marcas en mi cuerpo. Niego con la cabeza para poder despejarme de algunos recuerdos que quieren abrirse paso y sigo con mi labor.&