Darren
Nada de lo que planean hacer Erik y Bruce me gusta y creo que quién va a salir dañada en todo esto es Storm. Es una mujer muy valiente y decidida, fuerte, cualquier hombre que tenga los cinco sentidos claro le gustaría que ella fuera su señora. Si hablaran con ella claro en vez de andarse con artimañas estoy seguro, bueno casi seguro de que ella los escucharía y hablaría.
En la cena, al igual que ella no pude comer nada, estaba tenso, tenía ganas de levantarme y tomarla de la mano para evitar ese encuentro pero no soy nadie, y solo su padre tiene derecho sobre ella. Amo a mi amigo pero a decir verdad en estos momentos le tengo algo de resentimiento al querer obligar a Storm a tener su compañía porque si de algo estoy seguro, ella odia tenerlo cerca o si tan siquiera hablar con él y muy dentro de mi eso medio que me agrada.
Estoy en mi habitación sin poder dormir, escucho el silencio de la noche ser interrumpido por los llamados de los animales de la noche, me gusta y los amo, me brindan la tranquilidad que dentro de mi hace mucho no existe. Quiero quedarme dormido pero unos ruidos de unos pasos me hacen pone alerta, les presto atención a medida que me pongo los pantalones de manera rápida y tomo mi espada que se encuentra cerca.
Me acerco a la puerta y son más distantes por lo que con mucho cuidado abro mi puerta y veo una figura bajar por las escaleras. Salgo de mi refugio y la sigo de lejos, abre la puerta de salida y por la claridad que brinda la luz de la Luna me doy cuenta de que es Storm.
“¿Qué hace.? me pregunto pero no sin dejar seguirla.
Al llegar afuera veo que corre al bosque y pude destacar esa bella sonrisa, una gran y enorme sonrisa que provocó que me quedara sin aire, nunca en mi vida había visto una sonrisa tan llena de luz y paz. Corro tras ella evitando hacer el mayor ruido posible.
Cuando estamos más profundo en el bosque, ella a unos cuatro o ino metros de mi veo que se detiene y con su sonrisa bien grande dibujada en su cara empieza hablar.
— ¿Dónde estás? — pregunta mientras mira a su alrededor.— Venga, no te escondas, quiero verte. — dice esta vez más alto.
Me quedo paralizado en mi lugar, Storm tiene un amante que se ven a escondidas en las noches, no lo puedo creer. Seguro es por eso que no quiere que Erik esté a su lado. Un sabor bastante amargo se filtra en mi boca, no me agrada saber que mi bella Storm tenga un hombre.
Siento como una rama se parte y eso me hace volver a la realidad, quiero saber quien es capaz de sacarle tal sonrisa a una mujer que desde que llegué lo único que hay en su mirada es frío, dolor e ira. Veo una sombra que sale dentro de los arbustos, me fijo bien y es un lobo.
Yo me quedo quieto en el lugar cuando veo que ella se lanza a abrazarlo por el cuello, el lobo solo sabe poner su cabeza sobre su hombro y se deja querer por Storm.
“Pero qué estoy mirando”. digo mientras me niego a creer lo que mis jos están mirando en estos momentos.
— No te imaginas cuánto te he extrañado. Pensé que volver a casa era lo mejor pero creo que estando con ustedes era lo que tenía que haber hecho. — dice con un deje melancólico y eso hace que sienta un dolor extraño en mi pecho.
— Yo quiero ...— pero no termina debido a que siento un gruñido a mis espalda y me hace salir de mi escondite con la espada en alto. Un lobo negro se encuentra frente a mi y me enseña los dientes de forma amenazante.
— ¿Darren?. — la escucho preguntar y por mucho que quiero voltearme y verla, la verdad es que uno nunca debe de darle la espalda a su enemigo.
Lo malo de esta asunto es que tu enemigo te tiene rodeado, lo se cuando poco a poco a poco salen cinco lobos más por cada uno de mis costados...
Storm.
Ver a Trueno con su pelaje negro y esa mancha grande en su pecho me devolvió la vida, me abracé a él de forma fuerte, como recompensa me puso su cabeza en mi hombro, haciéndome sentir protegida. Todo estaba bien cuando siento un gruñido y al voltearme veo a Darren de espalda con la espada en alto y siendo amenazado por Niebla, Lluvia, Relámpago, Sol y Estrella.
— ¿Qué haces aquí? — le pregunto extrañada y cuando quiere moverse mis grandes amigos le gruñen una vez más. — Chicos. — les hablo dulcemente — Vengan mis amores. — les digo y ellos me prestan atención. — Vengan aquí, él no es peligroso. — les anuncio pero no los veo muy seguros. — Chicos, he dicho que vengan. — les digo esta vez de forma más firme logrando que esta vez vengan hacia mi.
Cuando llegan los abrazo a cada uno y muevo mi cara en su pelaje, me encanta, los amo a cada uno. Una vez terminado mi saludo veo que Darren está con la espada ya enfundada y mirando la escena de forma sorprendida y atenta.
— ¿Qué haces aquí? — le pregunto y veo como esta ves sale de sus pensamientos y me mira directamente, me encanta la tranquilidad que hay dentro de cuando nuestras miradas se encuentran.
— Sentí tus pasos y me levanté a ver, al ver que eras tú decidí seguirte. — dice con su vos tan seria.
— No le digas a nadie sobre..—
— Tranquila — me interrumpe — no es mi deber y mucho menos mi problema. — Se encoje de hombros.— No estás haciendo nada malo. — y siento que me alivia escuchar sus palabras, sin conocerlo confío en él. — Pero me voy a quedar a una distancia prudente, no quiero que regreses sola. — dice y yo no se la razón pero afirmo con la cabeza.
— No tienes que estar lejos. — digo y siento que mi cara se pone algo roja. Observo como me sonríe y mira a mis amigos que ahora están rodeándome de forma protectora.
— No creo que les agrade mucho. — responde
— Boberías, mis niños son de lo más buenos y tranquilos. — le digo en forma de broma, no se pero me gusta hablar con él, nunca lo había hecho, siempre lo miraba pero hasta ahí. — Ven acércate. —
— ¿Segura? — y afirmo con la cabeza.
Da unos pasos hasta mi y cuando nos separa un metro y medio aproximadamente escucho los gruñidos.
— Shhh. — los callo y les hago seña de que se acuesten a mi lado, lo hacen todos menos trueno, él sigue mirando a Darren con atención. Para calmarlo lo rodee con mi mano y me senté, lo obligue a pusiera su cabeza en mi regazo y le empecé a tocar sus cuello y cabeza.
Levanto mi mirada y Darren está ya bastante cerca, sentado a una distancia prudente de mis lobos.
— Son bonitos,¿ tienen nombre? — me pregunta de forma relajada pero con el mismo tono serio.
— Sí.Niebla, tiene el pelaje gris, pero ahora no se nota mucho,Lluvia, gris y blanca, Relámpago, el de negro y blanco en el lomo, Sol el pelaje carmelitoso y Estrella la de blanco. — empiezo señalar a cada uno — y este bebe — digo abrazando a Trueno. — es Trueno. — digo de lo más contenta.
— Se nota que les quieres y ellos a ti. — yo asiento.
— De no ser por ellos en estos momentos sabría dios que sería de mi vida, aunque me lo imagino bastante bien. — digo y veo que asiente con la cabeza pero no hace pregunta respecto a mis palabras.
.— Los llamaste con semejanza a tu nombre. — cambia de tema y la verdad me sorprende.
— Si, así es. — es lo último que se dice.
El me mira con atención mientras yo me entretengo jugando con mis lindos amores. Estamos así durante no se que tiempo pero sin darme cuenta me quedo dormida.
— Storm, Storm. — siento que me llaman y me levanto rápido y fijo mi mirada en Darren. — Nos hemos quedado dormidos, ya casi amanece y tenemos que volver. — me dice y yo asiento. Miro a mi al rededor y el único que queda es Trueno ya que estaba apoyada en él.
Me levanto y me inclino para despedirme de él abrazándolo y decirle lo mucho que lo quiero. Lo veo pasar por el costado de Darren y se rosa con su pierna antes de echar a correr.
— Creo que a alguien le caes bien. — le digo y una sonrisa se forma en mis labios.
— Por irónico que parezca, me cae bien también ese lobo. — dice y pude divisar una pequeña sonrisa en sus labios.
— Vamos, tienes que ir con Erik al pueblo — y escucharlo es como si un jarro de agua fría cayera sobre mi.
— Si, vamos. — digo volviendo a ser la misma mujer de siempre aunque por el camino de vez en cuanto Darren y yo hablábamos de cualquier cosa sin sentido.
Llegamos a la casa y si, ya todos estaban levantados y buscándome por lo que pude divisar.
— Storm por dios donde estabas. — me pregunta Edda y sin poder alejarla toma mis manos, yo las suelto rápidamente al sentir como su contacto me quemaba la piel.
— Estaba afuera, caminando. — les digo.
— Que susto nos haz dado muchachita, al ver como Edda nos decía que no estabas en tu recámara nos asustamos mucho, Erik llegó ahora de las caballerizas, te estaba buscando como loco, pobre muchacho. — yo solo trato de evitar poner los ojos en blanco.
— No tienen que hacer tanto escándalo, solo me levanté temprano. — o más bien no dormí aquí, aunque no miento, hace un rato que me levanté.
— Ese es el problema, tú antes no te levantabas temprano. — y vuelve a mencionar el tiempo de antes.
— Sí, así es. — dice esta vez Erik. — Eras muy remolona. Me acuerdo de..—
— Si, si lo que digan. — lo interrumpo, no quiero que diga más nada. — No se preocupen si en la mañana no me ven en mi habitación, si eso pasa es que estoy afuera.—
— De acuerdo, pero dónde estaban.— pregunta Erik y veo que mira mi lado y frunce sus cejas.— Qué hacías con Darren. — pregunta una vez más y yo me tenso, no quiero que él quede mal.
— Yo no estaba con él.— le respondo antes de que Darren dijera algo.
— Llegaron juntos — señala esta vez con enojo.
— ¿Y eso qué? — le respondo yo.— Deja de preguntar cosas que no te interesan y prepara todo que después de desayunar nos vamos. — digo para que cambie su enfoque y algo funcionó. — Ahora si me lo permiten, voy a mi habitación. — digo mientras me hago a un lado y tomo rumbo a mi habitación.
DarrenMe fijé en cómo se relacionaba Storm con los lobos y en sus acciones con ella, me maravillé al ser testigo de tan estupenda imagen. Esos lobos la aceptaban y aunque quiero saber esa historia puedo asegurar de que ella no está preparada para contarla, Storm ha sufrido más de lo que deja ver.Al llegar a la casa y ver como dejaba de ser la muchacha relajada que hace segundos era me dieron ganas de tomarla y regresarla a ese lugar donde no se sintiera atacada ni acorralada.— De acuerdo, pero dónde estaban. — pregunta Erik y su mirada se pone encima mío, no le agrada que esté aquí. — Qué hacías con Darren. —— Yo no estaba con él. — responde Storm, por mi parte no digo nada, aunque si no me sentó bien el que dijera que no estábamos juntos.— Llegaron juntos. — señala esta vez con enojo.
Darren— Si tanto odias en la persona que me ha convertido, perfecto pero deja ya esos intentos de que vuelva a ser aquella chiquilla, me tienen alta. — la escucho decir.— Pero es que tú no entiendes. Esta mujer en frente de mi no es mi hija. —Yo no creo estar seguro de la palabras que acabo de escuchar. Mi mirada sigue puesta en Storm, tratando de adivinar algo a través de sus gestos.— Darren. — me llama — Erik dijo que tenía que escoger entre casarme con alguno de ustedes dos. Prepara las cosas que mañana partimos hacia tus tierras —Ahora si me he quedado mudo por la sorpresa que provocan sus palabras.— Deja que te diga, que mi madre no debería de haberte dado una hija, la labor te quedó demasiado grande. — Al sentir el sonido del golpe me hizo reaccionar y me acerco para poder ser capaz de verla sonreírle a su padre y li
StormMiro a Darren de forma insistente y es que quisiera saber si todas sus palabras son verdad, tengo la esperanza de que sus ojos me digan que son mentiras lo que hace un momento estaba lleno de sinceridad.Se que el contarme sobre su hermana tuvo que ser bastante difícil para él, no lo conozco mucho pero por su forma de actuar, en la que me he fijado en estos días, es un hombre que impone, dominante y muy protector con los suyos. No se me hace raro el ver cómo cuestiona a sus hombres respecto a su estancia aquí y por lo que veo tienen la confianza para decirle que mejor estuvieran en sus casas con sus mujeres. Eso me demuestra que es un buen hombre pero la verdad es que lo admiro, hasta ahí, aparte de admiración y de sentir que cuando me mira mis demonios se silencian por un rato no siento más nada.— Cuánto hace que pasó lo de tu hermana?.— le pregunto y veo como su cuerpo se
StormAl entrar fui directo a mi habitación, Veda quería conversar conmigo pero yo me escapé, no estoy preparada para enfrentarla. De todos creo que con quien más mal me siento al ver su rostro de dolor por mi actitud es ella. Veda ha sido mi amiga, mi compañera de andanzas, la hermana que no tuve. De las dos ella fue la más directa y no había nadie que la dejara sin habla, aparte de Erik. Hubo un tiempo en el que pensé que ella le interesaba y me puse celosa pero Erik me dijo que solo éramos sus niñas así que me quité eso de la cabeza.Me empiezo a vestir una vez que seco el agua que escurre por mi cuerpo producto del baño. Antes veo mi herida y ya está sana, solo se nota una ligera cicatriz, otra más para la colección de marcas en mi cuerpo. Niego con la cabeza para poder despejarme de algunos recuerdos que quieren abrirse paso y sigo con mi labor.&
Todavía no puedo entenderla actitud que he visto en Erik en estos días, es como si no le interesara en lo absoluto por lo que Storm ha tenido que pasar. Cómo es que piensa que a Storm no le pasó lo mismo que a mi hermana, por supuesto que no le pasó lo mismo, lo de mi hermana fue un solo día, terrible, pero solo fue un día, en cambio Storm estuvo lejos por tres meses con esos malditos.Mi hermana no dejaba que la tocaran o que se le acercara un hombre, sin embargo aceptaba el toque de las mujeres, Storm es todo lo contrario no acepta ningún tipo de acercamiento o rose, lo que me hace pensar en todo el dolor que ha de tener por dentro.¿Habré hecho bien en pedirle que se case conmigo? Podré..— Darren..— el llamado por parte de mi mano derecha me impide seguir en mis pensamientos.Volteo mi mirada hacia él y me encuentro con un par de ojos oscuros como la noche
DarrenVer nuestras manos unidas y que no le afecta en gran medida me hace pensar que no me equivoqué en insistir para que fuera mi esposa. Al principio cuando me recordó sobre mi heredero me quedé un poco sorprendido ya que no había pensado en eso, mi meta era solamente que aceptara pero vi lo bien que en estos días se ha adaptado a mi compañía así que volví a insistirle que la esperaría. Lo que de verdad me sorprendió fue cuando me dijo que no quería dejar a su familia por lo que por el lado cínico y desgraciado de mi persona le recordé lo mal que la habían tratado su familia, lo incómoda que se sentía en este lugar. Lo sé, soy un desgraciado por jugar esa carta pero no me interesa, no cuando en estos momentos la tengo tomada de mi mano y aceptando ser mi señora....-Me pueden explicar qué está pasando aquí?- interr
Storm— Hija, tú, tú sabías sobre el acuerdo — me pregunta de una vez mi padre.— Sí, lo sabía desde hace tiempo. Tú y el padre de Erik estaban hablando sobre eso una tarde así que los escuché.— miro a Erik y suelto una risa algo estúpida y niego con mi cabeza debido a que ese fue el comienzo de todo.— Por eso fue que empecé a fijarme en Erik y a ilusionarme con él y al ver como me trataba se podría decir que llegué a sentir algo. — digo mientras recuerdo como parecía una boba tratando de llamar su atención o recibir algún elogio de su parte, que estúpida era.— Entonces sabes que este matrimonio que tienen planeado tú y Darren no puede ocurrir. — las palabras de sacan de mis pensamientos, lo que me hace recordar.— Dime una cosa padre, qué iba a pasar mañana una v
Darren Escuchar aquella historia de la boca de Storm me hicieron sentir varias cosas y una de ellas fue admiración porque de alguna manera supe que esa historia era mucho más que un simple cuento, era el relato de forma resumida de las cosas que tuvo que vivir y presenciar. Parece mentira que ella pudiera salir de allí por lo menos viva y sin perder la cabeza. Por otro lado uno de los sentimientos que sentí fue enojo e ira por no haber podido ayudarla, por no haber buscado más por no haberla encontrado y haberla ayudado cuando me necesitaba.... Me dolió el corazón.... Voy llegando a mi habitación cuando en medio de la noche siento un grito de terror provocando que cada pelo de mi cuerpo se pusiera de punta y que mi corazón se detuviera por un segundo para después salir desbocado. “Storm” fue lo único que vino a mi mente por lo que sin pensarlo emprendo a correr por aquel pasillo solos alumbrados por unas simples velas. “Qué habrá pasado?