Darren
La vi partir a todo galope antes de que nuestras miradas coincidieran una vez más, era hermosa, sí muy hermosa.
— ¿Qué fue lo que ocurrió aquí?— pregunta Erik todavía algo sorprendido por lo que acabamos de ver. Volteo a ver a Bruce y el hombre tiene la mirada perdida.
— Bruce.— le insiste mi amigo y este le mira con una mirada que dejaba claro su inquietud.
— ¡Dios! No lo sé. — dice y en su cara se ve la confusión pero no por mucho tiempo ya que lo enmascara. — Mi gente, entierren a los cuerpos juntos.— ordena.
Las personas se encuentran aturdidos pero aun así le hacen caso a su laird, no sin que empezaran a hablar entre ellos.
—Vamos a para la casa, allí podremos hablar mientras descansan. — nos dice y así lo hicimos.
Todo el camino se hizo en total silencio, nadie dijo nada pero se sentía la tensión en el aire, por mi parte yo no pensaba mucho más allá de aquella fiera, con ojos turbados y aquella mirada que te decía que no respondería si alguien se acercaba más de lo debido. Me pregunto ¿quién sería?, porque la verdad es que me sentí completamente atraído por esa fuerza y destreza.
Al llegar a la fortaleza se acomodó a cada uno de los guerreros que nos acompañaban para que descansaran. Al pasar un buen rato dejando todo listo seguimos a Bruce para adentro. Nos sentamos en la mesa y nos sirven un poco de licor en las jarras.
— ¿Bruce, nos puedes explicar qué fue lo que sucedió? — pregunta en forma de petición una vez más.
— No lo se Erik. Solo se que Storm ya no es la misma desde que llegó. Es fría, evita que la toquemos en todo momento, no deja que nadie la revise. No deja ni que Edda se le acerque y eso que siempre ha estado a su lado. — dice mientras se restriega la cara de forma brusca. — Siempre tiene esa postura de ataque. Es como si me hubieran cambiado a mi hija obediente y alegre por una recelosa y rebelde.— puedo notar que esto último lo dice como en forme de queja.
Por lo que he escuchado, es su hija aquella preciosa mujer con armas tomar y postura firme que vimos hace un rato.
— ¿ Cómo apareció?. — pregunto porque la verdad es que quiero saber más de ella, por lo menos cómo llegó hasta aquí y dónde estaba.
— Apareció por la entrada, de pronto. — responde Bruce. —Yo estaba en la biblioteca revisando los mapas y de pronto aparece una muchacha de la servidumbre gritando que la niña estaba aquí. — hace una pausa para tomar un poco de su jarra. —Yo no lo podía creer y al salir, ahí estaba, toda sucia, con la ropa rasgada y con manchas de sangre en ella. En verdad no creía lo que veía, mi hija estaba de regreso.—
— ¿Ya saben qué le pasó? — pregunta Erik
— No, nada, no ha dicho nada. Lo único que nos dijo fue que Roy está muerto, la entregó cuando intentó escapar y los bandidos esos lo mataron.—
— ¿Eso es lo único que ha dicho.?— pregunta Erik una vez más
— Sí, solamente eso. No ha dicho ningún detalle de lo que vio o algo de lo que pasó pero estoy seguro de que le afectó en gran manera. Bueno, tu la viste, mató a alguien y ni mostró una pizca de arrepentimiento. Es dura, no deja que se le acerque nadie, regaló todos sus vestidos, sus cortinas, todo en su habitación lo cambió..— dice con amargura y me da algo de pena lo que escucho, no debió de ser fácil el tener que ver como su hija cambia de tal manera.
— Ahhhh, mi Dios.— el grito de la mujer que si no me equivoco es Edda. — Estás herida_— corre para llegar a ella pero esta se hace a un lado.
La miro y en verdad es hermosa, antes no tuve oportunidad de detallar en ella pero ahora sí. Es de tamaño bastante normal, tiene ojos color café y su pelo negro contrasta con su piel blanca, su rostro es hermoso. Viste unos pantalones y camisa algo anchos pero que no ocultan las curvas de su cuerpo Me fijo en su camisa y esta tiene una gran mancha de sangre. Puedo sentir mis gana de tomarla en brazos y llevarla a su habitación para revisar esa herida.
— No se preocupen, no es nada.— la escucho decir de forma firme pero al mirar sus ojos puedo ver reflejado el temor.
— Pero cómo que no es nada, hija estás sangrando. —escucho decir a Bruce — Manden a llamar al médico. — exige
—No.— dice una vez más.
— Pero hija..—
— He dicho que no.— dice para que todos la escuchen — no hay necesidad de llamar a nadie, yo misma me curo en cuanto suba y no tienen que traer agua, ya me bañé en el río.— pasa manteniendo una distancia de cada uno de los presentes que se encuentras cerca.
La sigo con la mirada y al pasar fija una vez más esos ojos en mi y siento como mi corazón se acelera. Eso es imposible, hace mucho que dejé de sentir esa sensación, tanto que ya había olvidado que con una mirada puedes sentir que te falta el aire.
— Ven lo que decimos.— dice esta vez Edda.—No deja que nadie se le acerque ni para revisar sus herida.— dice mientras sus lágrimas corre.
Yo no puedo decir nada porque en realidad no la conocí antes pero si de algo estoy seguro es que esa niña tiene mucho miedo, demasiado...
Es la hora de la cena y ya Erik y yo estamos ubicados en una habitación cada uno, bañados y algo descansados llegamos a la mesa. La veo llegar y sentarse en su lugar.
— Buenas noches.— dice de forma seria y sin mirar a nadie, todos repite el saludo.
La cena empieza y todos comienzan a hablar, todos menos ella, cuando intentan incluirla ella solo responde con monosílabos.
— Por qué estás usando pantalones y camisa cuando siempre te han gustado los vestidos.— dice mi amigo y ella se pone tensa, detallo cada gesto y puedo notar como su mano aprieta de forma firme y fuerte el pan que tenía en la mano.
— ¿Tiene algo de malo que use pantalones?.— le responde de una forma bastante grosera. Veo la cara de mi amigo y este está un poco sorprendido.
— No, no tiene de malo, solo..—
— ¿Entonces para que preguntas?— le interrumpe y Erik no sabe que decir, la verdad es que ni yo tampoco sabría que decir.
— Storm, no seas grosera, Erik solo trata de ser amable contigo.—la reprende Bruce.
— ¿Y alguien le ha pedido que lo sea?.— pregunta y yo solo puedo abrir los ojos, que mujer.
— Storm, te estás pasando. Erik junto a este hombre.— me señala.—Te han estado buscando sin descanso junto a sus hombres.—
— Y yo se los agradezco. Les agradezco el esfuerzo que pusieron.— dice en respuesta
— No pareciera.— dice mi amigo y Storm lo mira.
— Y cómo debería de demostrarte que aprecio tu ayuda. ¿Alguna forma en especial que quieras?— pregunto y por el tono en lo que lo hizo todos nos dimos cuenta a lo que se refería.— Aunque lo dudo, ya que solo soy una niña, incapáz de darte lo que buscas, según tú— le acusa y Erik baja la cabeza, lo cual me resulta algo extraño y completamente seguro que la reacción.
—STORM.— grita Edda.
— Saben qué.— dice mientras suelta su comida —Yo mejor los dejo, por lo que veo están esperando algo que por mi parte que es imposible.— dice y se levanta dejando a todo el mundo sin poder decir una sola palabra y a mi más atrapado todavía...
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Pasaron unos dos días y la actitud de Storm es igual o peor que la de antes, es más arisca, más grosera y más violenta. Siempre trato de estar en donde ella está y siempre es lo mismo, mira el rostro de las mujeres con determinación, como si buscara algo. Si ve algo que no le conviene pregunta hasta el cansancio. Su padre ya no sabe qué hacer y Erik está cada vez más extraño.Hoy estamos reunidos en la Biblioteca, Bruce mandó a buscar a su hija ya que nos tiene que decir que sabe de los que la secuestraron para empezar su búsqueda y avisar a los demás clanes para estar atentos a cualquier cosa.— Aquí estoy.— dice y la veo entrar mientras cierra la puerta. Mira a cada uno de nosotros pero su mirada se detiene mucho más cuando llega a mi, siempre es lo mismo cuando uno de los dos llega a un lugar donde se encuentra el otro.— Storm, te
StormSalgo de la biblioteca hecha un demonio, pero quién se cree Erik para venir a exigirme algo. Camino directo al establo y mando a ensillar mi caballo, veo que se demora mucho y lo hago a un lado.— Señorita, espere por favor. — dice el joven, lo miro y trato de obligarme a no ser brusca.— No te preocupes, estaré bien._ —digo como intentando ser amable.— Pero, la silla de montar.— dice preocupado.— No te preocupes, este caballo sabe que hacer sin necesidad de cuerdas o silla. — lo calmo y él se hace a un lado no muy convencido.Me monto y sin pensarlo hecho a galopar, sin rumbo fijo; necesitaba esto, necesito sentirme libre, sin presiones de los demás para que vuelva a ser esa niña soñadora, ahora soy quien soy y si no me quieren así solo me queda pensar en irme de este lugar....Luego de dar vueltas llego a mi lugar favorito
DarrenNada de lo que planean hacer Erik y Bruce me gusta y creo que quién va a salir dañada en todo esto es Storm. Es una mujer muy valiente y decidida, fuerte, cualquier hombre que tenga los cinco sentidos claro le gustaría que ella fuera su señora. Si hablaran con ella claro en vez de andarse con artimañas estoy seguro, bueno casi seguro de que ella los escucharía y hablaría.En la cena, al igual que ella no pude comer nada, estaba tenso, tenía ganas de levantarme y tomarla de la mano para evitar ese encuentro pero no soy nadie, y solo su padre tiene derecho sobre ella. Amo a mi amigo pero a decir verdad en estos momentos le tengo algo de resentimiento al querer obligar a Storm a tener su compañía porque si de algo estoy seguro, ella odia tenerlo cerca o si tan siquiera hablar con él y muy dentro de mi eso medio que me agrada.Estoy en mi habitación sin poder dormir, escucho e
DarrenMe fijé en cómo se relacionaba Storm con los lobos y en sus acciones con ella, me maravillé al ser testigo de tan estupenda imagen. Esos lobos la aceptaban y aunque quiero saber esa historia puedo asegurar de que ella no está preparada para contarla, Storm ha sufrido más de lo que deja ver.Al llegar a la casa y ver como dejaba de ser la muchacha relajada que hace segundos era me dieron ganas de tomarla y regresarla a ese lugar donde no se sintiera atacada ni acorralada.— De acuerdo, pero dónde estaban. — pregunta Erik y su mirada se pone encima mío, no le agrada que esté aquí. — Qué hacías con Darren. —— Yo no estaba con él. — responde Storm, por mi parte no digo nada, aunque si no me sentó bien el que dijera que no estábamos juntos.— Llegaron juntos. — señala esta vez con enojo.
Darren— Si tanto odias en la persona que me ha convertido, perfecto pero deja ya esos intentos de que vuelva a ser aquella chiquilla, me tienen alta. — la escucho decir.— Pero es que tú no entiendes. Esta mujer en frente de mi no es mi hija. —Yo no creo estar seguro de la palabras que acabo de escuchar. Mi mirada sigue puesta en Storm, tratando de adivinar algo a través de sus gestos.— Darren. — me llama — Erik dijo que tenía que escoger entre casarme con alguno de ustedes dos. Prepara las cosas que mañana partimos hacia tus tierras —Ahora si me he quedado mudo por la sorpresa que provocan sus palabras.— Deja que te diga, que mi madre no debería de haberte dado una hija, la labor te quedó demasiado grande. — Al sentir el sonido del golpe me hizo reaccionar y me acerco para poder ser capaz de verla sonreírle a su padre y li
StormMiro a Darren de forma insistente y es que quisiera saber si todas sus palabras son verdad, tengo la esperanza de que sus ojos me digan que son mentiras lo que hace un momento estaba lleno de sinceridad.Se que el contarme sobre su hermana tuvo que ser bastante difícil para él, no lo conozco mucho pero por su forma de actuar, en la que me he fijado en estos días, es un hombre que impone, dominante y muy protector con los suyos. No se me hace raro el ver cómo cuestiona a sus hombres respecto a su estancia aquí y por lo que veo tienen la confianza para decirle que mejor estuvieran en sus casas con sus mujeres. Eso me demuestra que es un buen hombre pero la verdad es que lo admiro, hasta ahí, aparte de admiración y de sentir que cuando me mira mis demonios se silencian por un rato no siento más nada.— Cuánto hace que pasó lo de tu hermana?.— le pregunto y veo como su cuerpo se
StormAl entrar fui directo a mi habitación, Veda quería conversar conmigo pero yo me escapé, no estoy preparada para enfrentarla. De todos creo que con quien más mal me siento al ver su rostro de dolor por mi actitud es ella. Veda ha sido mi amiga, mi compañera de andanzas, la hermana que no tuve. De las dos ella fue la más directa y no había nadie que la dejara sin habla, aparte de Erik. Hubo un tiempo en el que pensé que ella le interesaba y me puse celosa pero Erik me dijo que solo éramos sus niñas así que me quité eso de la cabeza.Me empiezo a vestir una vez que seco el agua que escurre por mi cuerpo producto del baño. Antes veo mi herida y ya está sana, solo se nota una ligera cicatriz, otra más para la colección de marcas en mi cuerpo. Niego con la cabeza para poder despejarme de algunos recuerdos que quieren abrirse paso y sigo con mi labor.&
Todavía no puedo entenderla actitud que he visto en Erik en estos días, es como si no le interesara en lo absoluto por lo que Storm ha tenido que pasar. Cómo es que piensa que a Storm no le pasó lo mismo que a mi hermana, por supuesto que no le pasó lo mismo, lo de mi hermana fue un solo día, terrible, pero solo fue un día, en cambio Storm estuvo lejos por tres meses con esos malditos.Mi hermana no dejaba que la tocaran o que se le acercara un hombre, sin embargo aceptaba el toque de las mujeres, Storm es todo lo contrario no acepta ningún tipo de acercamiento o rose, lo que me hace pensar en todo el dolor que ha de tener por dentro.¿Habré hecho bien en pedirle que se case conmigo? Podré..— Darren..— el llamado por parte de mi mano derecha me impide seguir en mis pensamientos.Volteo mi mirada hacia él y me encuentro con un par de ojos oscuros como la noche