—En qué... —y el puño en mi mano interrumpe sus palabras. Todos a mi alrededor sueltan una exclamación de sorpresa, mi padre rápidamente llega a mi lado y se pone en el medio, mi mirada sigue en la cara de ese mal nacido.
—Me puedes explicar qué es esto Storm —grita.
—Este mal nacido que no tiene los pantalones suficientes para enfrentarse a otro hombre y sus inseguridades las trata de arreglar golpeando a su hija —le digo en voz alta. Fijo mi mirada en él y me río—. Qué te parece que una mujer sea la que te ha golpeado.
Mi padre me toma de la mano fuertemente.
—Escúchame bien, en estos momentos vas a pedirle disculpas a este hombre por tu comportamiento impulsivo —me dice entre dientes, yo halo fuerte mi mano y me libero de su agarre.
—Perdón tiene que pedirle él a su hija por todos los golpes que le ha dado a su hija, perdón debería de pedir todos aquí por permitir semejante maltrato —digo con todas mis fuerzas para que todos me escuchen—. Tú eres su Laird y tú deber es proteger a todos, incluyendo a los débiles que son maltratados por los más fuertes —le digo a mi padre.
—No voy a permitir que pongas entre dicho mi autoridad —mi padre se pone derecho—. Cuido a cada uno en este lugar y trato de velar por su bien, eso todos lo saben —es verdad mi padre se desvive por su clan pero no es suficiente, yo no encuentro que sea suficiente.
—Es cierto, te desvives por tu gente te preocupas por ellos y nunca en mi vida pondría en duda tu mandato, lo siento si crees que eso es lo que significaron mis palabras —me giro, voy a mi caballo y me subo. Fijo mi mirada en esa escoria.
—Escúchame bien, vuelvo a enterarme que la vuelves a maltratar y te vas a arrepentir —y espoleo mi caballo a la pradera, sin un rumbo fijo...
El cabalgar durante este tiempo me ayudó a relajarme, sé que mi papá ha de estar preocupado por mi actitud, creo que lo mejor será hablar con él y que entienda que esa niña a la que él quiso tanto ya no existe, no le queda más remedio aceptarme tal y como soy ahora...
Llegué a la hora de la cena, entro y veo que la mesa está ocupada por varias personas, hombres en específico. Cuando estos me ven en su cara se nota el desconcierto y mi padre al levantar la vista y verme se levanta y sin saber cómo llegó hasta mí, me abraza..
—Qué pasó —pregunto un poco confundida.
—Sabes lo preocupado que estaba? Te fuiste sin dar razón alguna, pensé que vendrías a casa pero cuando llegué y me dijeron que no habías llegado pensé lo peor —ya veo estaba, asustado por si volvía a desaparecer.
—Solo fui a dar una vuelta —me despego de él, su toque me molesta, no me gusta. Se da cuenta y veo un destello de dolor en sus ojos, los cuales me lastima, pero no puedo hacer nada, ya no soporto que me toquen.
—Me gustaría que llevaras un guerrero contigo —y me tenso al escucharlo.
—No —digo seria, no quiero a nadie a mi lado y mucho menos un guerrero.
—Vamos a la biblioteca —me dice serio—. Todos ustedes se pueden ir —y guía el camino hacia donde sé que tendremos un enfrentamiento un poco fuerte. Como soy la última que entra, cierro la puerta.
—Se que has de estar un poco confundida, también comprendo que tu comportamiento se deba a lo que seguro tuviste que vivir, pero ya van dos veces en las que te viras en contra mía y eso sí que no te lo voy a permitir —me dice serio—. Vas a llevar un guerrero y esa es mi última palabra —trata de imponerme.
—Yo no he tratado de ir en contra tuya en ningún momento ese hombre maltrata a su hija sin razón— trato de explicarme.
—Ese no es tu problema tú… —y me recuerdo de todas las personas que cuando veían lo que nos pasaba a nosotras decían lo mismo, “no es nuestro problema”. y mi sangre vuelve a bullir.
—No es mi problema —me sonrío—. Sabes cuantas personas que vieron cómo me trataban decían esas mismas palabras, si tan sola una, una sola hubiera hecho algo por mí, por nosotras va y no hubiera tenido que sufrir todo lo que sufrí —mi padre se queda sin palabras. Trato de controlarme porque no le haré bien a nadie, sé que no puedo así que me dirijo a la puerto, necesito irme de aquí—. No voy a tener a nadie persiguiéndome todo el día —me detengo en la puerta—. Y en cuanto a ese hombre, me entero de que le puso un solo dedo encima a su hija y se va a arrepentir, de lo contrario, puedo cambiarme el nombre —salgo sin dejarlo hablar.
Subo las escaleras rápido y siento que me ahogo, imágenes contantes pasan por mi cabeza, veo cómo las matan una a una después de usarlas y poco a poco Él se me acerca a mí, con una sonrisa en la cara y cinturón en su mano izquierda, ahí es cuando no me cabe ninguna duda de que es mi turno.
Su recuerdo llega hasta mí, el sonido su voz, su nauseabundo aliento rosar mi rostro, sus manos toscas y asquerosas tocar mi mejilla...
A puras penas puedo llegar a mi habitación antes que la oscuridad de la inconciencia me reclama...
La luz que entra por mi ventana me despierta y unos toques en la puerta me dan a entender que ya es de mañana.
—Espere —respondo mientras me siento y trato de despejarme. Me levanto y abro la puerta.
—Su padre la está esperando para desayunar juntos —me notifica Edda.
—Gracias Edda, en minuto bajo —ella afirma con la cabeza y se va. Cierro la puerta y suspiro, me duele ver que la gente que quiero se sienta dolida por mi forma de actuar, pero me es imposible volver a la niña risueña que era antes, de todas formas sería imposible, ya no soy tan inocente.
Estamos en la mesa y mi padre me mira con ojos tristes, ya no ve a su niña. Pasa el rato, Edda y mi padre tratan de incluirme en sus conversaciones pero yo solo respondo con monosílabos.
—Te tengo una noticia que te alegrará —oigo a mi padre decir—. Erik estará aquí pronto, ya le he mandado el comunicado de que estás a salvo.— el escuchar ese nombre, me tenso.
—Hija, ¿no te alegras? Es Erik, tu gran amor desde.
—Cuándo llegó —interrumpo a Edda y se crea un ambiente tenso.
Él se fue, tenía cosas que hacer, yo le pedí que me llevara pero no me dejó, yo le confesé mi amor y él solo me compensó con duras palabras, no lo odio, es más, no siento nada ya. Cuando antes el tan solo hecho de escuchar su nombre miles de mariposas revoloteaban en mi interior, ahora solo hay... vacío.
—Nunca se llegó a ir, cuando desapareciste, le mandé un mensaje, el regresó para ayudarme con tu búsqueda —dice mi padre, tenso porque no sabe cuál será mi reacción.
—¿Cuándo llega? —pregunto sin muestra de alguna emoción. Mi padre se pone tenso y no sabe que decir, así que mira a Edda.
—Si todo va bien, dentro de una semana aproximadamente mi niña —responde ella por él.
—Bien —me pongo de pie y tomo el cuchillo de la mesa—. Ahora si me disculpan, tengo que revisar una cosa que dejé ayer inconclusa en el pueblo —y me dispongo a salir.
—Storm, no hagas ninguna locura —escucho a mi padre, pero no le respondo y sigo mi camino.
—Dios mío que le pasó a nuestra niña Bruce, que cosa tan mala pudo tener que pasar para que haya cambiado tanto —dice entre llanto Edda
—No lo sé Edda, no lo sé —responde mi padre con la voz rota...
Y nunca lo sabrán, ustedes nunca sabrán en el monstruo que la niña de flores se ha convertido, no mientras pueda evitarlo.
DarrenEstoy agotado, llevamos cerca de un mes creo en la búsqueda de la hija del Laird del clan McCarty. Por lo que se de ella, mediante lo que mi amigo Erik me ha contado, es una muchacha muy bonita, siempre animando a los demás, no le gusta la violencia, soñadora, con una sonrisa dispuesta para todos. Siempre anda en vestidos y con flores en el pelo, como coronas. Una inocente de diecinueve años.Nadie sabía lo que le pasó, el porqué de su desaparición, Erik en su desesperación me pidió ayuda y bueno la verdad es que no me causa ningún problema en apoyarlo. Solo pido a Dios que esa niña no haya sido raptada por una banda de bandidos que se dedican a raptar a jóvenes, la torturan, las violan y después las matan. De ser así, esa niña no tiene futuro alguno...Mis temores se ven aliviados cuando llegó un
DarrenLa vi partir a todo galope antes de que nuestras miradas coincidieran una vez más, era hermosa, sí muy hermosa.— ¿Qué fue lo que ocurrió aquí?— pregunta Erik todavía algo sorprendido por lo que acabamos de ver. Volteo a ver a Bruce y el hombre tiene la mirada perdida.— Bruce.— le insiste mi amigo y este le mira con una mirada que dejaba claro su inquietud.— ¡Dios! No lo sé. — dice y en su cara se ve la confusión pero no por mucho tiempo ya que lo enmascara. — Mi gente, entierren a los cuerpos juntos.— ordena.Las personas se encuentran aturdidos pero aun así le hacen caso a su laird, no sin que empezaran a hablar entre ellos.—Vamos a para la casa, allí podremos hablar mientras descansan. — nos dice y así lo hicimos.Todo el camino se hizo en total silencio, nadie dijo na
Pasaron unos dos días y la actitud de Storm es igual o peor que la de antes, es más arisca, más grosera y más violenta. Siempre trato de estar en donde ella está y siempre es lo mismo, mira el rostro de las mujeres con determinación, como si buscara algo. Si ve algo que no le conviene pregunta hasta el cansancio. Su padre ya no sabe qué hacer y Erik está cada vez más extraño.Hoy estamos reunidos en la Biblioteca, Bruce mandó a buscar a su hija ya que nos tiene que decir que sabe de los que la secuestraron para empezar su búsqueda y avisar a los demás clanes para estar atentos a cualquier cosa.— Aquí estoy.— dice y la veo entrar mientras cierra la puerta. Mira a cada uno de nosotros pero su mirada se detiene mucho más cuando llega a mi, siempre es lo mismo cuando uno de los dos llega a un lugar donde se encuentra el otro.— Storm, te
StormSalgo de la biblioteca hecha un demonio, pero quién se cree Erik para venir a exigirme algo. Camino directo al establo y mando a ensillar mi caballo, veo que se demora mucho y lo hago a un lado.— Señorita, espere por favor. — dice el joven, lo miro y trato de obligarme a no ser brusca.— No te preocupes, estaré bien._ —digo como intentando ser amable.— Pero, la silla de montar.— dice preocupado.— No te preocupes, este caballo sabe que hacer sin necesidad de cuerdas o silla. — lo calmo y él se hace a un lado no muy convencido.Me monto y sin pensarlo hecho a galopar, sin rumbo fijo; necesitaba esto, necesito sentirme libre, sin presiones de los demás para que vuelva a ser esa niña soñadora, ahora soy quien soy y si no me quieren así solo me queda pensar en irme de este lugar....Luego de dar vueltas llego a mi lugar favorito
DarrenNada de lo que planean hacer Erik y Bruce me gusta y creo que quién va a salir dañada en todo esto es Storm. Es una mujer muy valiente y decidida, fuerte, cualquier hombre que tenga los cinco sentidos claro le gustaría que ella fuera su señora. Si hablaran con ella claro en vez de andarse con artimañas estoy seguro, bueno casi seguro de que ella los escucharía y hablaría.En la cena, al igual que ella no pude comer nada, estaba tenso, tenía ganas de levantarme y tomarla de la mano para evitar ese encuentro pero no soy nadie, y solo su padre tiene derecho sobre ella. Amo a mi amigo pero a decir verdad en estos momentos le tengo algo de resentimiento al querer obligar a Storm a tener su compañía porque si de algo estoy seguro, ella odia tenerlo cerca o si tan siquiera hablar con él y muy dentro de mi eso medio que me agrada.Estoy en mi habitación sin poder dormir, escucho e
DarrenMe fijé en cómo se relacionaba Storm con los lobos y en sus acciones con ella, me maravillé al ser testigo de tan estupenda imagen. Esos lobos la aceptaban y aunque quiero saber esa historia puedo asegurar de que ella no está preparada para contarla, Storm ha sufrido más de lo que deja ver.Al llegar a la casa y ver como dejaba de ser la muchacha relajada que hace segundos era me dieron ganas de tomarla y regresarla a ese lugar donde no se sintiera atacada ni acorralada.— De acuerdo, pero dónde estaban. — pregunta Erik y su mirada se pone encima mío, no le agrada que esté aquí. — Qué hacías con Darren. —— Yo no estaba con él. — responde Storm, por mi parte no digo nada, aunque si no me sentó bien el que dijera que no estábamos juntos.— Llegaron juntos. — señala esta vez con enojo.
Darren— Si tanto odias en la persona que me ha convertido, perfecto pero deja ya esos intentos de que vuelva a ser aquella chiquilla, me tienen alta. — la escucho decir.— Pero es que tú no entiendes. Esta mujer en frente de mi no es mi hija. —Yo no creo estar seguro de la palabras que acabo de escuchar. Mi mirada sigue puesta en Storm, tratando de adivinar algo a través de sus gestos.— Darren. — me llama — Erik dijo que tenía que escoger entre casarme con alguno de ustedes dos. Prepara las cosas que mañana partimos hacia tus tierras —Ahora si me he quedado mudo por la sorpresa que provocan sus palabras.— Deja que te diga, que mi madre no debería de haberte dado una hija, la labor te quedó demasiado grande. — Al sentir el sonido del golpe me hizo reaccionar y me acerco para poder ser capaz de verla sonreírle a su padre y li
StormMiro a Darren de forma insistente y es que quisiera saber si todas sus palabras son verdad, tengo la esperanza de que sus ojos me digan que son mentiras lo que hace un momento estaba lleno de sinceridad.Se que el contarme sobre su hermana tuvo que ser bastante difícil para él, no lo conozco mucho pero por su forma de actuar, en la que me he fijado en estos días, es un hombre que impone, dominante y muy protector con los suyos. No se me hace raro el ver cómo cuestiona a sus hombres respecto a su estancia aquí y por lo que veo tienen la confianza para decirle que mejor estuvieran en sus casas con sus mujeres. Eso me demuestra que es un buen hombre pero la verdad es que lo admiro, hasta ahí, aparte de admiración y de sentir que cuando me mira mis demonios se silencian por un rato no siento más nada.— Cuánto hace que pasó lo de tu hermana?.— le pregunto y veo como su cuerpo se