—Con todo el respeto del mundo, señor Lombardi. Está es una propuesta que me gustaría pensar, ¿Me entiende?— Michelle hablo con mucha amabilidad.
—Te entiendo a la perfección y te daré la libertad de que lo consideres por un tiempo.— Dijo Gaspar, —Pero recuerda que está es una oportunidad valiosa que te está presentando la vida.—Ya lo sé. Pero déjeme pensarlo. Por ahora lo único que quiero es ver cómo está mi padre.— Michelle le regala una hermosa sonrisa.—Y para demostrarle que mi propuesta va enserio. Yo me encargaré de pagarle la estadía de esta noche a su padre.— Gaspar sacó su cartera de su bolsillo derecho.—No es necesario...Gaspar no se quedó a escuchar las palabras de Michelle y solamente se dirigió hasta el área de atención al cliente y después de unos segundos de charla con la encargada del área, le pago la estadía al padre de Michelle.—Ya no se tiene que preocupar de que corran a su padre del hospital.— Dijo él, guardando su cartera de regreso en su bolsillo.—Gracias.— Dijo ella con amplia gratitud, —Ahora si entraré para ver a mi padre.—Te veo pronto, Michelle y espero puedas tomar la decisión correcta.Gaspar salió del hospital. Al salir abordo su carro Subaru último modelo y de color azul marino. Durante el camino de regreso a la mansión, estuvo pensando en Michelle y en la propuesta que le había hecho en el hospital, ¿Aceptaría o no?Al llegar a la mansión estacionó su Subaru al frente con precaución y cierta meticulosidad. Al entrar se sintió aliviado de que ningún integrante de su familia estuviera en el área. Por lo tanto, se dirigió hasta su oficina de trabajo para tener una importante conversación con su abogada Erika Hall.—Le pido una sincera disculpa por mi demora, señor.— Erika entró a la oficina cinco minutos más tarde.—No es necesario que pidas disculpas.— Gaspar sonrió, —Entiendo que a veces el tráfico se pone pesado y que también tienes una vida personal.—Recibí su mensaje y vine lo más rápido posible.— Erika se sentó en la silla de mecanismo basculante junto al escritorio, —¿Alguna novedad?—He estado pensando en nombrar al nuevo heredero y sucesor de Choco Lombardi.— Dijo él.—¿Y ya tienes a alguien en mente?— Preguntó ella con gran interés.—Ese es el enorme problema que tengo en este preciso momento y es la gran razón por la que te pedí que vinieras.—¿Necesitas alguna sugerencia? Recuerde que solamente soy su abogada y no soy su guía o algo parecido.— Erika comenzó a reír.Erika era una mujer hermosa y atractiva. No llevaba mucho tiempo trabajando como la abogada personal de Gaspar. Sin embargo, él le tenía un amplió cariño y más allá de ser su abogada, la consideraba su hija.—Es que no sé cuál decisión tomar.— Dijo Gaspar, llevando su mano derecha sobre su frente, —No puedo nombrar a nadie de mi familia para que se ocupe de Choco Lombardi.—¿Y la razón es?— Erika elevo una ceja y se quedó esperando la respuesta.—La razón es que le tengo desconfianza a la mayoría de los integrantes de mi familia.— Contestó Gaspar.—Creo que tendremos que tomar una decisión con respecto a ese sucesor de Choco Lombardi.— Dijo Erika, —Y puede contar conmigo para ayudarlo a tomar la decisión correcta.—Y estoy seguro de que así será.— Gaspar sonrió.—Ahora me tengo que retirar.— Ella se comenzó a levantar de la silla de mecanismo basculante.Gaspar se encargó de acompañarla hasta la salida de la mansión y está última prometió regresar lo más pronto posible y también le dejo claro que no durará ni un segundo en llamarla.—Eres bienvenida cuando quieras, Erika.— Dijo Gaspar.Erika camino hasta la salida y al estar caminando por el paseo de losas azules, recordó que tenía que entregarle algo a Gaspar y ese algo estaba dentro del sobre de manila que estaba dentro de sus manos.Por lo tanto, regreso corriendo antes de que el cerrada la puerta principal de la mansión. Él al verla la miro con curiosidad.—¿Sucede algo, Erika?—Sabía que tenía que entregarle algo.— Contestó ella, entregándole el sobre en manos—¿Qué es?— Preguntó él, tomando el sobre.—Es el acuerdo de los Leggett. Ellos ya firmaron y ahora solo falta que firme su hermana y usted.— Explico Erika, —En dado caso de que acepten.—Muchas gracias, Erika.—Si tiene alguna duda o me necesita para algo, me llama.— Erika hizo un gesto de despedida militar y regreso por donde había venido.Gaspar cerro la puerta principal de la mansión. Era de noche y no era de extrañar que casi nadie la familia estuviera en el hogar. Por lo tanto, se sentó en uno de los muebles del hogar y comenzó a reposar y a analizar el acuerdo que le habían enviado los Leggett.Durante unos minutos lo leyó una y otra vez, evitando que se le escapada cualquier detalle. El acuerdo consistía en que los Leggett le darían un cincuenta porciento en las ventas de cacao y a cambio su sobrino Álvaro tendría que casarse con Scarlett Leggett.—Me parece justo este acuerdo.— Dijo él y leyó una vez más el acuerdo.En la parte de abajo del acuerdo a un costado estaban las firmas de la familia Leggett y del otro, había unos cuadros pequeños que tenían que tener las firmas de su hermana y de él.Su hermana a esas horas de la noche no estaba en la casa. Sin embargo, ella era consciente de la situación y la dió autorización y consentimiento a Gaspar de que firmada por ella. Y así lo hizo, Gaspar coloco el nombre de su hermana en el acuerdo.Ahora tenía un cincuenta por ciento en las ventas de cacao asegurado. Tomo su celular y marco el número de teléfono de su abogada Erika Hall.—¿Alguna novedad?— Preguntó ella. En el fondo se escuchaba el sonido de un vehículo.—Soy conciente de que te acabas de ir, Erika. Pero cuando tengas oportunidad te pido que regresas a buscar el acuerdo firmado y se lo lleves a los Leggett.—No hay problema. Llegó a mi casa, me doy una ducha y en una hora regreso, ¿Le parece?Gaspar observo la hora en su reloj y era tarde.—Tómate un descanso, Erika. Puedes venir mañana a las siete de la mañana.—Me parece correcto.— Dijo ella y bostezo, —Ahora lo que quiero hacer es irme a descansar.—Te veo mañana.Gaspar finalizo la llamada telefónica y guardo el acuerdo dentro del sobre de manila. Ahora él también tenía el mismo plan de Erika, descansar ya que esté había sido un día sumamente largo.En el fondo Gaspar sabía que su hermana había aceptado firmar ese acuerdo, no precisamente para los beneficios, sino porque ella quería que su hijo Álvaro fuera el futuro CEO de Choco Lombardi y pensaba que mediante ese acuerdo aumentaría la posibilidad.Pero lo que ella al parecer desconocía era que Álvaro no estaba interesado en llegar a ser el futuro CEO de Choco Lombardi.A la mañana siguiente a eso de las nueve de la mañana. Adam Lombardi se encontraba en la mansión en su oficina. Tenía que leer algunos informes financieros y además tenía que revisar que las ventas y facturas de Choco Lombardi marcharán de manera correcta.Hace poco le habían detectado un tumor cardíaco. Pero tristemente se lo detectaron demasiado tarde y los médicos aseguraron que ya no había nada que hacer y que posiblemente estaba en su última etapa de vida. Sin embargo, esto no lo afecto en nada y decidió seguir adelante para dejar un legado importante antes de partir físicamente de este mundo.—¿Adam, puedo hablar contigo?Adam sonrió al ver a su primo Álvaro Rivera asomado en la puerta de su oficina.—Adelante entra y toma asiento.— Dijo Adam con una amplia sonrisa, señalando la segunda y única silla de mecanismo basculante que estaba libre en la oficina.—Te tengo una noticia.— Álvaro se sentó y colocó la palma de su mano derecha sobre el escritorio pulcro.—Y por la expresión q
Durante el día Gaspar Lombardi había contratado a tres chef profesional para que preparan un exquisito banquete enorme con el motivo de celebrar el regreso de su nieta Ángela Lombardi a la mansión y para presentar su nueva marca de chocolate.Al caer la noche en la ciudad en la ciudad de Niza. La fiesta había iniciado en la mansión. La sala estaba decorada con una enorme mesa en forma rectangular y los tres chef iban colocando bandejas repletas de comida y algunas copas y botellas de vino y champagne.—¿A qué hora llega Ángela?— Le preguntó Adam a su padre.—Debe llegar en un par de minutos.— Contestó Gaspar.—¿Sabes una cosa, padre?— Adam lo tomo del hombro, —Tengo el presentimiento de que está será una noche exitosa.—Yo también lo presiento.— Gaspar sonrío.Al cabo de unos minutos los invitados y varios integrantes de la familia fueron llegando poco a poco al banquete. La mayoría no sabía que Ángela Lombardi estaba de regreso y Gaspar los quería sorprender y darles la noticia de que
—Es un honor tenerte en la casa, Scarlett.—Adam fue el primero en saludar con mucha cordialidad, —Álvaro deberías venir y platicar con tu futura esposa. Tienen que conocerse y organizar la fecha de su boda.Álvaro estaba en su lugar. Por su parte Scarlett al ver que él no iba hacia ella, decidió tomar la iniciativa y acercarse a él para extender su mano morena.—Álvaro Rivera Lombardi.— Él le tomo la mano.Scarlett sonrió.—Scarlett Leggett. Es todo un honor.—Ahora que por medio de un acuerdo nos vamos a casar. Al parecer tenemos una larga conversación pendiente.—Me agrada la idea.— Dijo ella, soltando la mano de él, —Pero me agradaría más la idea de platicar en un lugar más íntimo y más especial para nosotros.Adam que estaba cerca del lugar no pudo evitar liberar una sonrisa de oreja a oreja y una mirada sorprendida.—¿Podemos hablar en mi oficina te parece?— Propuso él.—Me agrada la idea.Ambos se dirigieron a la oficina de Álvaro para platicar. Ahora que estaban destinados a cas
—Es que he venido con las manos vacías. Pero por supuesto que me gustaría tener una plática en el jardín.—Yo me encargo de llevar algo para comer.— Dijo Ángela con una sonrisa, —¿Te gustaría esperarme en el jardín?Michelle asintio y en compañía de Adam se dirigió hasta el jardín. Cuando había entrado no se había percatado de lo hermoso que era. Tenía césped natural y al parecer el jardinero se estaba encargando de mantenerlo en perfectas condiciones y ni hablar de las flores que parecían ser sumamente atractivas y elegantes.—Hace tiempo que no veía un jardín así en esas condiciones.— Dijo ella.—La jardinería no es que me llame mucho la atención. Yo soy digamos más de apreciar.— Hablo Adam.—Eres de los que te gusta arrancar. Pero no sembrar, eso me resulta sumamente interesante y gracioso.— Dijo ella.—¿Estás segura que te gustaría casarte conmigo?— La pregunta de Adam de manera inesperada había creado un silencio en el ambiente, —Es que como sabrás me estoy muriendo y...—No hace
—Oye, ¿Qué haces, Adam?— La abogada Erika Hall fijo su mirada en él.Adam Lombardi estaba parado de espaldas. Tenía ambas manos formando puños y pegadas a su cintura. Estaba mirando hacia arriba.—¿Qué creen que estoy haciendo?— Preguntó él, sin mirarlas. Ninguna de las tres dió una respuesta, —¿Es que no se han dado cuenta de lo precioso que está el cielo? Miren... El cielo está lleno de estrellas.Ángela, Erika y Michelle elevaron sus vistas hacia el cielo y quedaron sorprendidas. Por primera vez en meses la ciudad de Niza era testigo de una maravillosa noche estrellada.—Estas estrellas son hermosas.— Erika miro a Michelle, —¿Qué crees?—Son más hermosas que las mismas estrellas de Hollywood.— Contestó Michelle y por unos segundos noto que los ojos de Erika eran hermosos, —Por cierto, Erika, tienes los ojos lindos.—Gracias.— Erika sonrió, —Son de color avellana.—¿Qué opinan de mis ojos verdes?— Preguntó Ángela.—Son bonitos y elegantes. Pero mis ojos azules son insuperables en la
—¿Cómo que estoy embarazada?— Michelle estaba tratando de procesar la noticia, —Eso tiene que ser un error...—No, Michelle, no es ningún error.— La doctora Mace le entrego el sobre con el resultado, —Estás esperando un bebé.—No puede ser.— Michelle cerro sus ojos a modo de frustración, después de leer el resultado, —Esto tiene que ser una pesadilla. Yo no puedo estar embarazada.La doctora Mace miro con pesar a Michelle y por último sonrió de manera educada antes de salir de la habitación.—Michelle...—Mamá, yo te puedo explicar. Pero dame tiempo, ¿Sí?—¿El padre de ese bebé es el mismo hombre al que le entregaste tu virginidad hace poco?— La señora Victoria no estaba enojada. Pero si sentía curiosidad.—Sí, mamá.— Michelle suspiro, —¿Y sabes qué es lo peor? Ese hombre, Álvaro, vive en la mansión Lombardi y resulta que es primo de Adam.—¿El tal Álvaro es primo del hombre con el que te debes casar?— Victoria estaba asombrada, —¿Qué vas a hacer? Yo creo que ya Álvaro le tuvo que habe
Adam Lombardi paso su lengua con lentitud por sus labios. Tenía la mirada fija entre el espacio creado producto de la separación de sus piernas y sus manos en la cintura. Parecía de esos jugadores de fútbol cuando perdían la final de la Champions League.—¿El bebé que estás esperando es de mi primo Álvaro Rivera?— Adam levantó la mirada. Tenía los ojos negros brillantes.—Sí. Solamente me acoste con él una noche y después no supe más nada de él.Adam suspiro y miro el techo que estaba sobre ellos. La lámpara iluminaba la habitación en su totalidad. Él no estaba enojado ni nada por el estilo por escuchar la noticia: Estaba sorprendido.—Esto me sorprende demasiado, Michelle.—Y estás en todo tu derecho de romper nuestro acuerdo y de sacarme a patadas de está mansión, Adam.— Michelle estaba mordiendo sus labios y no podía parpadear, —Yo creo que es mejor que me vaya y espero y puedas encontrar a la mujer correcta, Adam.Ella abrió la puerta de la habitación y estaba a punto de salir. Pe
—Espera, Adam.— Michelle se detuvo en la parte superior de las escaleras, —¿Estás seguro que quieres llegar a esto?Adam que ya estaba a mitad de las escaleras, la miró pensativo.—Por supuesto.— Dijo, —Es la única manera de poder salvar Choco Lombardi de las garras de mi familia.Michelle cerró sus ojos y tomo una leve respiración. Unos segundos después comenzó a descender por las escaleras en compañía de Adam.La parte de abajo de la mansión estaba vacía en su totalidad. Pero se podían escuchar varías voces que provenían de la oficina de Gaspar Lombardi.—Al parecer toda la familia está reunida en la oficina de mi padre.— Dijo Adam, —Es el momento de dar la noticia de nuestra boda.—Tengo miedo de la reacción que tengan ellos.— Michelle trago saliva. Adam la tomo del hombro y sonrió, —Si dices que la mayoría de los integrantes de tu familia son como unas hienas, no me quiero imaginar lo que...—Ellos no van a hacerte daño, Michelle.— Dijo, —Así que no tengas ningún temor.Ambos se di