Capítulo 04

Durante el día Gaspar Lombardi había contratado a tres chef profesional para que preparan un exquisito banquete enorme con el motivo de celebrar el regreso de su nieta Ángela Lombardi a la mansión y para presentar su nueva marca de chocolate.

Al caer la noche en la ciudad en la ciudad de Niza. La fiesta había iniciado en la mansión. La sala estaba decorada con una enorme mesa en forma rectangular y los tres chef iban colocando bandejas repletas de comida y algunas copas y botellas de vino y champagne.

—¿A qué hora llega Ángela?— Le preguntó Adam a su padre.

—Debe llegar en un par de minutos.— Contestó Gaspar.

—¿Sabes una cosa, padre?— Adam lo tomo del hombro, —Tengo el presentimiento de que está será una noche exitosa.

—Yo también lo presiento.— Gaspar sonrío.

Al cabo de unos minutos los invitados y varios integrantes de la familia fueron llegando poco a poco al banquete. La mayoría no sabía que Ángela Lombardi estaba de regreso y Gaspar los quería sorprender y darles la noticia de que planeaba que Ángela fuera la futura heredera de Choco Lombardi.

Y sabía que esto generaría un fuerte conflicto en la familia. Por eso le pidio a Erika Hall hablar con ella en su oficina.

—¿Cuál crees tú qué sea la reacción de los presentes o mejor dicho, de los integrantes de mi familia cuando les diga que planeo nombrarla a ella como la futura heredera de Choco Lombardi?— Preguntó Gaspar, sentándose en su silla de mecanismo basculante.

—Su familia se volvería loca, señor.— Erika se sentó en la otra silla de mecanismo basculante, —Ellos están como las hienas. Tienen el hambre de poseer esas propiedades.

Al escuchar la palabra «hiena» Gaspar supo a lo que se refería Erika. Las hienas son animales salvajes capaces de lo que sea con tal de robarle los alimentos a otros depredadores y eso incluye matar.

—¿Crees que mi propia familia sea capaz de hacerle daño a Ángela cuando se enteren que ella será la futura heredera de Choco Lombardi?— Gaspar la miró.

—Cuando hay dinero de por medio. La familia es capaz de olvidarse que son de la misma sangre.— Contestó Erika.

—¿Eso quiere decir que crees que mi familia es capaz de matar por una herencia?— Gaspar sonaba preocupado.

—Solo te puedo advertir que si tienes planeado nombrar a Ángela como la futura heredera, será mejor que la cuides.— Erika lo miro a la cara, —Porque una vez que des la noticia, Ángela puede estar corriendo peligro.

Gaspar estuvo a punto de decir algo. Pero sabía que las palabras de Erika eran ciertas. Su familia últimamente estaba actuando de manera extraña y estaban obsesionados con quedarse con todo.

Ni siquiera se mostraban preocupados por el tema de la enfermedad de Adam y su futura muerte.

—Tienes toda la razón.— Gaspar se levantó, —Ahora salgamos que tenemos un banquete que celebrar.

Los tres chef se encargaron de terminar de servir los platillos y de colocarlos sobre la enorme mesa. Además sirvieron vino en brillantes copas y no pudo faltar las gotas de champagne derramarse sobre el suelo.

Los invitados y los integrantes de la familia Lombardi tomaron asiento en los lugares cercanos a la mesa y se estaban alistando para comer. Pero en ese momento apareció Ángela Lombardi.

Solamente Adam y Gaspar fueron los que se levantaron a recibirla y darle la bienvenida. Ella estaba sonriente y su cabellera rubia estaba en perfectas condiciones.

—Los extrañe mucho familia.— Dijo ella con gran carisma y formando una nueva sonrisa, —¿Estamos celebrando algún cumpleaños?

—Estamos celebrando tu llegada y que por cierto, coincide con la presentación de nuestra nueva marca de chocolate.— Contestó Adam, —Doble celebración.

Ángela era joven y hermosa y había regresado al país luego de estar en el exterior por casi un año. Ahora que estaba aquí lo único que quería era ver y hablar con toda su familia.

—¿Cómo está mi familia? Me gustaría hablar con ellos.— Dijo ella, mirando hacia el interior.

—Han sucedido ciertas cosas, sobrina.— Dijo Adam, —Entra.

Ángela entro y en compañía de su abuelo Gaspar y su tío Adam se dirigió hasta la cocina. Al entrar la mayoría de los presentes sonrieron con cordialidad y elevaron sus copas llenas al aire. Pero los integrantes de la familia Lombardi o la mayoría en general, parecían estar desinteresados o enojados por la llegada de Ángela.

—¿Cómo están todos?— Preguntó ella, sentándose en la silla que le indico Adam. Nadie respondió ni siquiera los integrantes de la familia.

—Ya te lo dije, Gaspar.— Erika le susurro al oído, —El primer paso para hacer sufrir a la pobre Ángela está en ignorarla.

—Cada uno de ustedes son una cuerda de inmaduros.— Dijo Gaspar, —Y me refiero a mi familia. Ángela acaba de llegar y ustedes la tratan así.

—¿Y qué pretendes tú que hagamos?— Preguntó la hermana de Gaspar, haciendo una vaga expresión de desinterés.

—Tengan más amabilidad y más si se trata de integrantes de la familia.— Agregó Adam.

—Ya mejor que se haga lo que se tiene que hacer y ya.— Dijo Bruno.

Celia que estaba cerca de la mesa lo miro y bebió un breve sorbo de su vino. Erika al parecer noto algo extraño en sus miradas y en ese momento supo que había sucedido algo entre ellos.

—Ya olvidemos el tema. Ahora quiero que sigamos disfrutando del banquete y que todo pueda salir bien.

El banquete dió su inicio y todos los presentes estaban encantados por el excelente servicio de los chef. Al terminar de comer, Gaspar había organizado unas breves palabras para dar tiempo de que llegarán los Leggett y dar inicio a la presentación de la nueva marca de chocolate.

—Es de mi agrado informar que he tomado la decisión de que mi nieta Ángela Lombardi, asuma la dirección general o mejor dicho, la presidencia de Choco Lombardi.— Anuncio Gaspar.

La mayoría de los integrantes de la familia Lombardi se colocaron sobre sus pies rápidamente y hubo unos breves segundos de tensión y miradas de odio hacia Ángela.

—Me parece que esto es sumamente injusto.— Grito Bruno, —No me puedes hacer esto, abuelo.

—Simplemente no estás capacitado, sobrino.— Contestó Adam, formando una expresión burlistica en su rostro.

—Yo les juro que pronto todas estás propiedades serán mía.— Grito Bruno antes de retirarse del comedor.

Ángela que estaba en silencio parecía estar nerviosa. No por el hecho de ver en lo que su familia se había convertido, sino en tener que asumir un nuevo desafío en su vida.

—Yo te ayudaré.— Le dijo Adam, —Es de manera temporal. Pero te prometo que te ayudaré para que seas una excelente presidenta.

—Te dije que la noticia iba a despertar la furia de las hienas.— Dijo Erika mirando a Gaspar, —Ahora tiene que estar preparado no vaya a ser que las hienas quieran atacar.

Gaspar suspiro y se sirvió un gran trago de vino en su copa y se la bebió rápidamente.

—Y si uno de ellos se atreve a hacerle daño a Ángela. Tendrá que enfrentarse conmigo y lidiar con las consecuencias.— Dijo él.

·

Bruno había entrado a la cocina de la mansión. Por suerte estaba sola y el comedor estaba a una distancia prudente. Al entrar tomo varias ollas de metal y las tiro contra el suelo para descargar su rabia.

—Ya no estés enojado, Brunito.

Celia estaba parada en la entrada de la cocina. Su cabellera rojiza y su mirada lujuriosa eran la combinación perfecta para que él calmada sus impulsos y sonriera al verla.

—Solamente con verla a usted se me quita el enojó.

En ese momento Celia cerro la puerta de la cocina y se comenzó a desvestir. No le importaba correr el riesgo de que Gaspar la descubriera teniendo relaciones con su propio nieto.

·

—Es normal sentir miedo...

Gaspar le estaba comentando a Ángela la historia del miedo que sintió cuando asumió el cargo de presidente. Por su parte, Adam estaba a una distancia hablando con su primo Álvaro.

—¡Feliz noche!— Una morena con vestimenta elegante entro a la mansión. Era hermosa y tenía unas buenas curvas, —Mi nombre es Scarlett Leggett y he venido está noche a conocer a Álvaro, el hombre que se convertirá en mi futuro marido.

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