—¿Crees que tu mamá sea capaz de sacarme a patadas de la casa?— Adam sonrió al imaginarse la escena.—Es capaz de lo que sea y más si nota que eres una amenaza o un inmaduro.— Michelle le devolvió la sonrisa.—Tengo que actuar de una manera madura y evitar hacer comentarios sarcásticos cosas así por el estilo.— Dijo Adam.Al cabo de unos minutos la señora Victoria regresa con una bandeja enorme y en la superficie tres tazas sencilla llenas de café y un par de galletas alrededor. Ella coloca la bandeja en una mesita a su costado y se sienta en el mueble que había ocupado hace un par de segundos.—Podemos seguir manteniendo nuestra conversación.— Victoria le dió un sorbo a su café, —¿Cuáles son las intenciones que tienes con Michelle?Adam miro por unos segundos a Michelle y luego miro a su madre. En todo momento mantenía su sonrisa amigable en su rostro.—Nosotros nos casaremos por medio de un acuerdo.— Contestó él, —Pero me encargaré de que Michelle sea feliz durante todo nuestro matri
—Ya solamente faltan un par de días para la boda.— Dijo Adam con una amplia sonrisa. Estaba sosteniendo unas cajas que contenían en su interior una variedad de platos y cubiertos metálicos que había ordenado para la boda.—¿Estás seguro que te gustaría casarte conmigo, Adam?— Preguntó Michelle, —¿Qué crees tú que pase cuando todo salga a la luz? Tarde o temprano todos se van a enterar que mi bebé es de Álvaro.—Eso no va a pasar. Yo te lo garantizo.— Le dije él, dejando la caja en su lugar.Michelle no dijo nada más. Ella se sentó a orillas de la cama, observando el panorama de la habitación. Estaba pensativa y en su mente estaba ese fugaz momento en el que su mano y la de Adam, se tocaron hace días mientras intentaron subirle volumen a la música.—Adam, ¿Podemos hablar un momento?— La enfermera se asomo por el marco de la puerta. Michelle la había reconocido ese día que regreso, —Necesito hacerte algunos exámenes médicos.—Esperame en mi oficina, Tania.— Dijo Adam con amabilidad, —Baj
—Yo recuerdo que cuando salí no estaba está barra de chocolate aquí.— Ella todavía la estaba observando con confusión. Era extraño para ella y lo último que pensó era que quizás a Michelle se le cayó y no se percato.Observó a Adam por última vez, estaba dormido sobre su cama. Salió de la habitación para reunirse con Gaspar en su oficina. Él la estaba esperando en compañía de Erika Hall. Al entrar se sentó en la silla de mecanismo basculante que estaba libre.—Me preocupa la situación.— Dijo Gaspar, apoyando sus manos sobre el escritorio, —¿Crees que Adam algún día logre sanarse de ese maldito tumor cardíaco?—No sabemos con certeza si es posible o no. Pero estare trabajando en eso y ver si sucede un milagro.— Contestó Tania. Erika la miro por unos segundos, —Adam tiene que guardar reposo y evitar el estrés o a realizar cualquier esfuerzo físico.—Adam es un hombre que no le gusta quedarse de brazos cruzados y sin hacer nada. Le encanta realizar oficios.— Dijo Erika, —Será sumamente co
—¿No crees que estamos haciendo las cosas demasiado rápido?— Le preguntó Michelle.—Creeme que estoy pensando lo mismo que tú.— Dijo Adam, —Pero es que las cosas se han salido de control y lo mejor es que hagamos la boda lo más pronto posible.Michelle se quedó en silencio. Estaba pensativa por la idea de Adam de querer adelantar la boda. Por alguna razón él quería adelantar todo y no esperar más tiempo.—¿Y para cuándo quieres que pongamos la boda?— Le preguntó ella.—Si es posible en máximo tres días. No podemos esperar más tiempo, Michelle.— Dijo Adam.—Entonces en máximo tres días nos vamos a casar.— Ella se quedó pensativa, —¿Ya los integrantes de tu familia lo saben?—Todavía no lo saben. Pero ya en breve lo sabrán.— Dijo él.^_________^Unas horas más tarde Adam Lombardi ya estaba estable de salud. Ya podía levantarse de su cama y las medicinas que le había aplicado la enfermera Tania, le estaban ayudando mucho para combatir los dolores de su enfermedad. Había reunid
—¿Qué es lo que pretendes?— Grito Michelle con alteración y miro en dirección a la cocina, esperando que su madre no viniera para ver qué estaba pasando, —¿Es que acaso pretendes que me olvide de lo que me hiciste y que no me case?—Yo sé que cometí un error muy grande y que es imposible de perdonar. Pero tú y yo sabemos que en el fondo nos seguimos queriendo.—¿Te estás escuchando, Álvaro?— Michelle comenzó a reír. Pero no de felicidad, sino por el descaro que tenía él, —¿Cómo crees tú que yo puedo sentir amor por tí? Yo te dí todo de mí esa noche y tú no lo supiste valorar.—Y te pido que me perdones.— Álvaro casi se pone de rodillas, —Yo te amo, Michelle.—Pero cuando andas con la morena de Scarlett Leggett no dices nada.— Dijo Michelle en un tono de voz lleno de aburrimiento, —Y muchas felicidades por tu boda. Pero ahora te pido que te retires de mi casa.—Michelle...—No quiero seguir escuchando tus mentiras, Álvaro.— Dijo ella y señaló la puerta principal, —Te vas de mi casa y s
—Me alegra muchísimo que podamos contar contigo para que nos ayudes con esta situación, Esteban.— Dijo Ángela sonriente y llena de felicidad.—Primero que todo tendría que hablar con algunos encargados de la policía local para ver si me asignan el caso.— Dijo Esteban Morales.—¿Eso quiere decir que existe la posibilidad de que no te den el caso?— La felicidad de Ángela Lombardi disminuyó.—No te puedo garantizar mucho, Ángela. Pero te prometo que hare todo lo posible para que me den ese caso.Ángela volvió a sonreír. Su cabellera rubia atada a una cola alta se mantenía elegante y su mirada de ojos verdes era radiante y con un tono único. Se levantó, pago su cuenta y finalmente se despidió de todos para salir del restaurant.—Tengo que ir a la mansión de mi abuelo Gaspar.— Dijo ella, estando afuera del restaurant.^_________^Michelle le pidió al taxista que la dejara frente a la mansión Lombardi. Le pago y descendió del vehículo, comenzó a caminar a través del jardín para lle
—¿Y quién crees tú que sea esa persona que le envío ese sobre anónimo a Gaspar?— Preguntó Michelle en voz baja y llena de interés. —Pero me prometes que no le dirás nada a nadie hasta que se demuestre que esa persona es la culpable.— Ángela la miro. Michelle asintió a modo de aprobación.—Te lo prometo. Pero dime quién es.—Ezequiel Leggett.—¿El padre de Scarlett? ¿Cómo así?— La voz de Michelle se elevo un poco.Ángela le susurró que bajara la voz y miro a su alrededor, esperando que no hubiera nadie dentro de la biblioteca. No había nadie y Ángela volvió a sonreír.—Cuando llegó la carga de cacao a la fábrica. Yo firme unos documentos con respecto al acuerdo.— Angela se quedó en silencio, recordando el momento, —Uno de esos documentos tenía una clara advertencia para Gaspar que si no pagaba una deuda...—¿Si no pagaba una deuda?— Michelle estaba atenta al resto.—Las consecuencias serán graves.— Dijo Ángela, —No quiero ser de esa clase de personas que le gusta acusar a nadie. Pero
—En diez minutos los invitados deberían estar en el comedor.— Le dijo Gaspar Lombardi a el policía Esteban Morales, —Puede sentarse a comer en compañía de nosotros. Pero mantenga los ojos bien abiertos.—Estare atento a cualquier movimiento.— Prometió Esteban Morales.—¿Por qué su esposa e hija no quisieron venir?— Gaspar sonrió y estaba lleno de curiosidad.—Las invite. Pero mi esposa decidió quedarse en casa.— Esteban se quedó pensativo como si recordara algo, —Mi esposa Clarisse Haldorn paso por muchas cosas en el pasado.—Seguramente para la próxima vendrá.— Gaspar sonríe.Habían pasado diez minutos y los primeros invitados habían sido los integrantes de la familia Leggett. Gaspar entro a la cocina para pedirle con amabilidad a Candy que terminada de preparar los alimentos. Después salió a la sala para reunirse con los Leggett.—Bienvenidos a mi humilde morada.— Gaspar sonrió, elevando ambas manos al aire en señal de cortesía.Martina fue la única que sonrió con sinceridad y saludo