—Es un honor tenerte en la casa, Scarlett.—Adam fue el primero en saludar con mucha cordialidad, —Álvaro deberías venir y platicar con tu futura esposa. Tienen que conocerse y organizar la fecha de su boda.
Álvaro estaba en su lugar. Por su parte Scarlett al ver que él no iba hacia ella, decidió tomar la iniciativa y acercarse a él para extender su mano morena.—Álvaro Rivera Lombardi.— Él le tomo la mano.Scarlett sonrió.—Scarlett Leggett. Es todo un honor.—Ahora que por medio de un acuerdo nos vamos a casar. Al parecer tenemos una larga conversación pendiente.—Me agrada la idea.— Dijo ella, soltando la mano de él, —Pero me agradaría más la idea de platicar en un lugar más íntimo y más especial para nosotros.Adam que estaba cerca del lugar no pudo evitar liberar una sonrisa de oreja a oreja y una mirada sorprendida.—¿Podemos hablar en mi oficina te parece?— Propuso él.—Me agrada la idea.Ambos se dirigieron a la oficina de Álvaro para platicar. Ahora que estaban destinados a casarse. Tenían una larga conversación pendiente para ponerse de acuerdo entre ellos.Al cabo de unos minutos la celebración continuaba con normalidad. Gaspar conversaba con la familia Leggett y los invitados parecían disfrutar del agradable ambiente que los rodeaba. La música era apropiada y las bebidas alcohólicas estaban escaseando. Por lo tanto, Gaspar le ordenó a uno de los chef que fuera a comprar más.Michelle White estaba afuera de la mansión. Estaba en la acera y solamente había una pequeña cerca que la separaba del jardín. Podía ver la enorme puerta abierta y al parecer algunas personas y una buena música.Ella noto que un chef iba saliendo de la mansión. Por lo tanto, fingió que se estaba comunicando por medio de una llamada telefónica y éste abordo un vehículo y acelero por el camino.Michelle guardo su celular y ahora sí, entraría para hacer lo que había planificado desde el primer momento en que había decidido venir hasta aquí.Camino hasta la entrada de la mansión y se paro en el primer umbral superior. Los invitados y algunos integrantes de la familia la miraron fijamente y con una amplia curiosidad.—¡Se encuentra el presidente Gaspar Lombardi?— Preguntó ella con interés y cruzando los brazos por encima de su pecho.Nadie dijo nada al respecto. Por lo tanto, ella tomo un leve suspiro y camino en dirección al interior de la mansión, parándose en medio de la sala.—Mi esposo está en una reunión importante.— Dijo Celia con una voz llena de amargura, —¿Se puede saber para que lo buscas?—He venido a hablar con él y no se preocupe yo puedo esperar.— Contestó Michelle con normalidad.—Lo puedes esperar afuera o puedes venir en otra ocasión.— Celia la tomo del brazo con brusquedad.—No.— Michelle se sacudió y dijo entre dientes, —No me pienso mover de aquí hasta que hable con Gaspar Lombardi.—Te tienes que ir.—¿Qué está pasando aquí?— Adam se acercó, —¿Cuál es el problema que tienen ustedes dos?—Ella que ha venido a interrumpir está morada.—Yo solamente vine a hablar con Gaspar Lombardi y puedo esperar el tiempo que sea necesario.— Dijo Michelle.En ese momento se escucharon unos pequeños murmullos, seguido de unas risas y unos pasos aproximarse. En la sala aparecieron los Legget y Gaspar Lombardi.—¿Está pasando algo en esta casa?— Preguntó Gaspar, mirando a todos los presentes y en el momentos en que vio a Michelle sonrió, —Michelle bienvenida a mi humilde mansión, ¿Me imagino que has venido hasta aquí para platicar acerca de tu decisión?—¿De qué decisión hablas, mi amor?— Celia al igual que Adam estaba confundida.—Tiene toda la razón, señor Lombardi. He venido a está mansión para darle la respuesta con respecto a la propuesta que me hizo.La mirada de Celia se amplio. Pero su ceño estaba fruncido y ahora estaba sintiendo celos hacia Michelle. Por su parte, Adam estaba en el lugar lleno de curiosidad e interés de saber cuál era esa propuesta.—¿Quieres que hablemos en mi oficina?— Preguntó Gaspar.—No será necesario. Tarde o temprano su familia se enterada y lo mejor es ser directa y sin rodeos.Adam formo una sonrisa de admiración al escuchar la forma de expresarse de Michelle.—¿De qué está hablando ella?— Preguntó Celia, mirando fijamente a Gaspar, —¿De qué propuesta me están hablando?—Gaspar Lombardi. ¡He venido hasta ésta mansión para decirle que aceptó el acuerdo y que me voy a casar con su hijo Adam Lombardi! ¡Además también estoy dispuesta tener un hijo de él y así asegurar el futuro sucesor de Choco Lombardi!—¿Qué? ¡Gaspar, dime que lo que está diciendo está mujer es mentira!— Celia hablo entre dientes, —No puedes permitir que ella sea la heredera de todo esto, no.—Es una decisión que está tomada, Celia. Mi padre es la máxima autoridad en este lugar y él es el que toma cada una de las decisiones.— Dijo Adam.—Michelle, me alegra que hayas tomado está decisión y creeme que eres un ángel guardián para mi vida.— Dijo Gaspar sonriente. Por su parte Celia revoloteo los ojos y mantuvo su expresión de amargura, —Él es mi hijo Adam.Michelle saludo a Adam con mucha amabilidad. Adam sentía timidez y al mismo tiempo una sensación de paz en el momento en que beso la mano de ella a modo de cordialidad.—Creo que deberían platicar y conocerse un poco.— Dijo Gaspar.En ese momento Michelle escuchó unas voces y pasos aproximarse. Al fijarse en dirección al pasillo se percato de una morena atractiva. Pero aparentemente sofisticada y con aires de superioridad. Ella estaba en compañía de un hombre con vestimenta elegante.—No puede ser.— Dijo Michelle en un susurro que por suerte nadie escuchó.Ella había reconocido al hombre que estaba en compañía de la morena. Era Álvaro, el mismo hombre con el que se había acostado hace un par de semanas. Álvaro al verla se quedó sorprendido, pero no dijo nada al respecto.—Tenemos una nueva invitada.— Dijo Scarlett con su típica mirada de superioridad.—Una invitada y una posible residente, morenita.— Contestó Michelle directamente y mirando la cara de Scarlett.—Me parece que eres una mujer ingenua de esas que le prometen un caramelo y se lo cree.— Dijo Scarlett a modo de burla, —¿Qué fue lo que te prometieron? ¿Algo de dinero o una docena de chocolates?—Nada que te interese, morenita. Ahora puedes guardar silencio y escuchar lo que Gaspar tiene que decirte.— Dijo Michelle.El resto de la familia Lombardia se reunió en el lugar. Gaspar miro a su alrededor y al notar que estaban todos se preparó para dar la noticia que de seguro no a todo el mundo le agradaría.—¡Mi hijo Adam se casada con ella!— Gaspar señalo a Michelle, —¡Además tendrán un hijo y ese hijo será el futuro heredero y presente multinacional de Choco Lombardia!La mayoría de los integrantes de la familia Lombardi, estaban enojados y en desacuerdo con las palabras de Gaspar. Al parecer no les había caído en nada bien la noticia y sus planes de quedarse con todo se estaba arruinando. Algunos comenzaron a protestar y otros comenzaron a tirar insultos a Michelle.—Perro que ladra no muerde.— Dijo Michelle.—Mira, estúpida.— Scarlett se le aproximó y la miro con frialdad, —Ni creas tú que te vas a quedar con todas las propiedades de la familia Lombardi.—¿Y quién te dijo que seré yo la que se los quede?— Michelle la miro, —El bebé que yo tenga con Adam será el futuro sucesor de Choco Lombardi.—Y tengo la seguridad de que ese bebé será tan pobre y ridículo así como su madre.— Dijo Scarlett entre dientes. Estaba intentando intimidarla, —¿Le darás tierra para alimentarlo?—No es asunto tuyo.—Debes venir de una familia de clase baja y estoy segura que tus padres deben ser unos completos interesados y come tierra, ¿No?— Scarlett comenzó a reírse en la cara de ella, —Eres una come tierra y una ilusa si crees que logradas cumplir con tu objetivo.—Mira, morenita.— Michelle tomo una leve bocanada de aire, —Si vengo de una familia de clase baja. Mi padre se dedico a trabajar de albañilería y mi madre fue ama de casa. Pero a pesar de no haber contado con grandes riquezas, ellos me enseñaron dos cosas: la primera a ser feliz con lo que se tiene y la segunda a no dejarme faltar el respeto por nada ni por nadie.Antes de que Scarlett lograda entender lo que estaba pasando. Michelle le propino una fuerte bofetada y la mayoría de los Leggett se alborotaron y se pusieron a la defensiva. Por lo tanto, Adam y Ángela se la llevaron a otra área.—No fue mi intención darle la cachetada a esa morena con aires de superioridad. Pero me saco de mis casillas.— Dijo Michelle.—No te preocupes, Scarlett es así.— Dijo Adam.—Mi nombre es Ángela Lombardi.— Se presentó ella con una tierna sonrisa, —¿Sabes una cosa? Me agrado muchísimo tu actitud, Michelle. Eso demuestra que eres una mujer valiente, ¿Quieres salir a platicar al jardín y si quieres comemos algo?—Es que he venido con las manos vacías. Pero por supuesto que me gustaría tener una plática en el jardín.—Yo me encargo de llevar algo para comer.— Dijo Ángela con una sonrisa, —¿Te gustaría esperarme en el jardín?Michelle asintio y en compañía de Adam se dirigió hasta el jardín. Cuando había entrado no se había percatado de lo hermoso que era. Tenía césped natural y al parecer el jardinero se estaba encargando de mantenerlo en perfectas condiciones y ni hablar de las flores que parecían ser sumamente atractivas y elegantes.—Hace tiempo que no veía un jardín así en esas condiciones.— Dijo ella.—La jardinería no es que me llame mucho la atención. Yo soy digamos más de apreciar.— Hablo Adam.—Eres de los que te gusta arrancar. Pero no sembrar, eso me resulta sumamente interesante y gracioso.— Dijo ella.—¿Estás segura que te gustaría casarte conmigo?— La pregunta de Adam de manera inesperada había creado un silencio en el ambiente, —Es que como sabrás me estoy muriendo y...—No hace
—Oye, ¿Qué haces, Adam?— La abogada Erika Hall fijo su mirada en él.Adam Lombardi estaba parado de espaldas. Tenía ambas manos formando puños y pegadas a su cintura. Estaba mirando hacia arriba.—¿Qué creen que estoy haciendo?— Preguntó él, sin mirarlas. Ninguna de las tres dió una respuesta, —¿Es que no se han dado cuenta de lo precioso que está el cielo? Miren... El cielo está lleno de estrellas.Ángela, Erika y Michelle elevaron sus vistas hacia el cielo y quedaron sorprendidas. Por primera vez en meses la ciudad de Niza era testigo de una maravillosa noche estrellada.—Estas estrellas son hermosas.— Erika miro a Michelle, —¿Qué crees?—Son más hermosas que las mismas estrellas de Hollywood.— Contestó Michelle y por unos segundos noto que los ojos de Erika eran hermosos, —Por cierto, Erika, tienes los ojos lindos.—Gracias.— Erika sonrió, —Son de color avellana.—¿Qué opinan de mis ojos verdes?— Preguntó Ángela.—Son bonitos y elegantes. Pero mis ojos azules son insuperables en la
—¿Cómo que estoy embarazada?— Michelle estaba tratando de procesar la noticia, —Eso tiene que ser un error...—No, Michelle, no es ningún error.— La doctora Mace le entrego el sobre con el resultado, —Estás esperando un bebé.—No puede ser.— Michelle cerro sus ojos a modo de frustración, después de leer el resultado, —Esto tiene que ser una pesadilla. Yo no puedo estar embarazada.La doctora Mace miro con pesar a Michelle y por último sonrió de manera educada antes de salir de la habitación.—Michelle...—Mamá, yo te puedo explicar. Pero dame tiempo, ¿Sí?—¿El padre de ese bebé es el mismo hombre al que le entregaste tu virginidad hace poco?— La señora Victoria no estaba enojada. Pero si sentía curiosidad.—Sí, mamá.— Michelle suspiro, —¿Y sabes qué es lo peor? Ese hombre, Álvaro, vive en la mansión Lombardi y resulta que es primo de Adam.—¿El tal Álvaro es primo del hombre con el que te debes casar?— Victoria estaba asombrada, —¿Qué vas a hacer? Yo creo que ya Álvaro le tuvo que habe
Adam Lombardi paso su lengua con lentitud por sus labios. Tenía la mirada fija entre el espacio creado producto de la separación de sus piernas y sus manos en la cintura. Parecía de esos jugadores de fútbol cuando perdían la final de la Champions League.—¿El bebé que estás esperando es de mi primo Álvaro Rivera?— Adam levantó la mirada. Tenía los ojos negros brillantes.—Sí. Solamente me acoste con él una noche y después no supe más nada de él.Adam suspiro y miro el techo que estaba sobre ellos. La lámpara iluminaba la habitación en su totalidad. Él no estaba enojado ni nada por el estilo por escuchar la noticia: Estaba sorprendido.—Esto me sorprende demasiado, Michelle.—Y estás en todo tu derecho de romper nuestro acuerdo y de sacarme a patadas de está mansión, Adam.— Michelle estaba mordiendo sus labios y no podía parpadear, —Yo creo que es mejor que me vaya y espero y puedas encontrar a la mujer correcta, Adam.Ella abrió la puerta de la habitación y estaba a punto de salir. Pe
—Espera, Adam.— Michelle se detuvo en la parte superior de las escaleras, —¿Estás seguro que quieres llegar a esto?Adam que ya estaba a mitad de las escaleras, la miró pensativo.—Por supuesto.— Dijo, —Es la única manera de poder salvar Choco Lombardi de las garras de mi familia.Michelle cerró sus ojos y tomo una leve respiración. Unos segundos después comenzó a descender por las escaleras en compañía de Adam.La parte de abajo de la mansión estaba vacía en su totalidad. Pero se podían escuchar varías voces que provenían de la oficina de Gaspar Lombardi.—Al parecer toda la familia está reunida en la oficina de mi padre.— Dijo Adam, —Es el momento de dar la noticia de nuestra boda.—Tengo miedo de la reacción que tengan ellos.— Michelle trago saliva. Adam la tomo del hombro y sonrió, —Si dices que la mayoría de los integrantes de tu familia son como unas hienas, no me quiero imaginar lo que...—Ellos no van a hacerte daño, Michelle.— Dijo, —Así que no tengas ningún temor.Ambos se di
—¿Qué haces aquí?— Michelle frunció el ceño y hablo en voz bajita para no molestar a los clientes, —¿Cómo sabes que estoy trabajando en este lugar?—Es lógico que te seguí desde que saliste de la mansión de mi tío.— Dijo él, —Siéntate, tenemos una larga conversación.—Mi deber es atender a los clientes.— Dijo ella con seriedad.—En éste lugar hay suficientes meseros. Además está conversación no nos tomada más de cinco minutos.Michelle lo miro a la cara y suspiro.—Déjame llevar estos pedidos y regreso.— Dijo ella.—Te espero.— Dijo Álvaro y se sentó en la misma silla en la que estaba, —Pero no tardes.—No te prometo nada.— Ella con la libreta y los pedidos en manos se dirigió hacia la cocina. Estaba nerviosa por la presencia de Álvaro en el lugar. Ahora él sabía que ella trabaja en este lugar y de seguro lo tendría metido aquí en todo momento.—Parece que viste un fantasma.— Dijo Candy.—Adivina, ¿Quién está en una de las mesas?— Michelle le entrego la libreta con los pedidos, —Nada
—¿Crees que tu mamá sea capaz de sacarme a patadas de la casa?— Adam sonrió al imaginarse la escena.—Es capaz de lo que sea y más si nota que eres una amenaza o un inmaduro.— Michelle le devolvió la sonrisa.—Tengo que actuar de una manera madura y evitar hacer comentarios sarcásticos cosas así por el estilo.— Dijo Adam.Al cabo de unos minutos la señora Victoria regresa con una bandeja enorme y en la superficie tres tazas sencilla llenas de café y un par de galletas alrededor. Ella coloca la bandeja en una mesita a su costado y se sienta en el mueble que había ocupado hace un par de segundos.—Podemos seguir manteniendo nuestra conversación.— Victoria le dió un sorbo a su café, —¿Cuáles son las intenciones que tienes con Michelle?Adam miro por unos segundos a Michelle y luego miro a su madre. En todo momento mantenía su sonrisa amigable en su rostro.—Nosotros nos casaremos por medio de un acuerdo.— Contestó él, —Pero me encargaré de que Michelle sea feliz durante todo nuestro matri
—Ya solamente faltan un par de días para la boda.— Dijo Adam con una amplia sonrisa. Estaba sosteniendo unas cajas que contenían en su interior una variedad de platos y cubiertos metálicos que había ordenado para la boda.—¿Estás seguro que te gustaría casarte conmigo, Adam?— Preguntó Michelle, —¿Qué crees tú que pase cuando todo salga a la luz? Tarde o temprano todos se van a enterar que mi bebé es de Álvaro.—Eso no va a pasar. Yo te lo garantizo.— Le dije él, dejando la caja en su lugar.Michelle no dijo nada más. Ella se sentó a orillas de la cama, observando el panorama de la habitación. Estaba pensativa y en su mente estaba ese fugaz momento en el que su mano y la de Adam, se tocaron hace días mientras intentaron subirle volumen a la música.—Adam, ¿Podemos hablar un momento?— La enfermera se asomo por el marco de la puerta. Michelle la había reconocido ese día que regreso, —Necesito hacerte algunos exámenes médicos.—Esperame en mi oficina, Tania.— Dijo Adam con amabilidad, —Baj