—¿Cómo que mi papá está gravemente enfermó?— La voz de Michelle se había quebrado tras escuchar la reciente noticia por medio de una llamada telefónica.
Con el rostro lleno de lágrimas, había finalizado la llamada telefónica antes de escuchar algún detalle más con respecto al estado de salud de su padre. Ahora su prioridad era llegar lo más rápido posible al hospital y ver qué podía hacer por él.Ella estaba cumpliendo con su horario laborar en el restaurant de su mejor amiga. Ella no estaba presente en ese momento y Michelle no podía esperar, así que decidió que le enviaría un mensaje en el camino para explicarle la situación.Al salir abordo el primer taxi que vió transitando por las calles. El conductor fue atento y amable y durante todo el camino le daba palabras de ánimo y esperanza de que su padre se recuperada de esa enfermedad.Al bajarse del taxi, pago y agradeció al conductor por sus hermosas palabras. Pero dentro de su ser corría el desespero de saber cuál seria el destino de su padre. Por lo tanto y tomando una bocanada de aire, se dirigió hasta la entrada del hospital y entro.—¿En qué le puedo ayudar?— Una enfermera de apariencia amargada y con una carpeta amarilla se le acercó.—Vine a ver a mi padre.— Dijo Michelle con voz quebrada.—Lamento informarle que a estas horas de la noche las visitas están prohibidas.— Dijo la enfermera con voz seria.—Enfermera...— Michelle habló y la miró, —Necesito que me deje ver a mi padre.—La respuesta es no, ¿Es qué no has entendido o qué?Michelle estaba desesperada. Su padre estaba gravemente enfermo en ese hospital y ahora no quería que lo vieran. Tenía que hacer algo rápido antes de que la sacarán del hospital.—Yo estaba trabajando en el restaurant y hace poco recibí una llamada directa de éste hospital y me informaron que mi padre estaba enfermo y por eso vine.—¿Tienes alguna forma de comprobar esa llamada?— La enfermera comenzó a ojerar la carpeta amarilla, —Y aunque me muestres una llamada, primero tendría que comprobar si esa llamada no es falsa.—¿Estás admitiendo que está llamada que recibí es falsa?— Michelle ya no estaba desesperada. Ahora estaba enojada.—Me temo que sí y la ubica forma de verificar es que mandé a revisar los registros de las llamadas y eso se toma un par de días.— Dijo la enfermera, —Ahora si ya no tienes nada más que decir. Te puedes retirar.—Pero es que yo tengo que ver a mi padre. Tengo derecho.—Y si no pagas la estadía de tu padre. Tendré que sacarlo de aquí del hospital.— Amenazó a la enfermera a modo de burla.—¡De aquí no me voy!— Exclamó Michelle con una voz llena de carácter.—Si no sale de aquí me temo que tendré que llamar a seguridad.— Dijo la enfermera entre dientes.—¡Y yo con gusto presentaré una demanda en la comisaría! Cosa que no le conviene a éste hospital, ¿O sí?—No quiero escucharte más. Retirate.La enfermera la tomo con brusquedad por el brazo y ella luchaba por liberarse y evitar ser llevada hasta la salida.—Enfermera, suéltala.Gaspar tenía varios minutos a una distancia prudente y había estado observando la situación. Pero había notado algo en la personalidad de Michelle que le habían llamada la atención, no era su sensibilidad, sino su carácter y ese carácter era el correcto para lo que estaba buscando desde hace poco.Michelle sintió como su brazo era liberado y aunque sentía un leve dolor al mismo tiempo sentía una amplia gratitud de que ese hombre haya llegado para ayudarla.—Solamente estaba cumpliendo con mi trabajo, señor.—Eso es un abuso para un familiar que sólo ha venido a recibir noticias sobre un familiar.— Aclaro el hombre con seriedad, —Ahora retirate del hospital y no regreses. Yo mismo me encargaré de contarle la situación a tu jefa y estoy seguro que te despedirá.La enfermera no dijo nada y antes de salir, miro de una manera fría y tensa a Michelle.—Muchas gracias, señor.Michelle examinó al hombre delante de ella. Tenía unos sesenta y tantos años. Alto, blanco, cabellera de color grisáceo y ojos color negro. Además de su elegante vestimenta y su buena presencia.—Es un placer.—¿Usted es Gaspar Lombardi, presidente multinacional de Choco Lombardi?— Preguntó ella. Lo había reconocido. Pero quería estar segura al cien porciento.—Así es soy Gaspar Lombardi y soy el presidente multinacional de Choco Lombardi.— Dijo él señor extendiendo su mano hacia ella.—Michelle White.— Con una cálida sonrisa, le dió el apretón de manos, —¿Qué lo trae por estos lugares y sobre todo un lugar como éste?—Vine para buscar unos resultados que se hizo lo hijo hace unos pocos días.— Dijo Gaspar, soltando su mano de la de ella.—Yo he venido para ver a mi padre. Él desde hace un tiempo sufre de diabetes tipo 02 y aunque parecía estar en perfectas condiciones, acaba de tener una recaída.— Dijo ella con voz apagada.—Tengo la seguridad de que tu padre logrará vencer esa enfermera.—Me alegra mucho de que su hijo no tenga una enfermedad tan grave o crónica como la que tiene mi padre.— Dijo ella.Pero en ese instante el semblante alegre de Gaspar fue sustuido por una de pesar y su sonrisa se esfumó y sólo quedó un pesado suspiro.—¿O es que si está sucediendo algo grave con su hijo?— Preguntó ella.—En pocas palabras. Adam, mi hijo se está muriendo.— Contestó él con voz llena de tristeza.—Lo siento mucho.— Dijo ella, colocando su mano sobre el hombro de él a modo de apoyo. Ella tenía curiosidad de saber cuál era la enfermedad que tenía su hijo Adam. Pero sabía que no era correcto hacerlo en ese momento.—Adam tiene un tumor cardíaco y tristemente se le detecto demasiado tarde y ahora... Solamente queda esperar que en algún momento muera.— Dijo él. Michelle se sintió agradecida de que alguien tan importante como Gaspar confiará en ella.—Me gustaría poder ayudarlo en lo que sea. Pero como usted escucho, necesito pagar la estadía de mi padre en este hospital y apenas ganó para sobrevivir.— Dijo ella.Gaspar no dijo nada y recordó que había visto algo en la personalidad de Michelle que le había llamado la atención y en ese momento supo que era el momento de hacerle la propuesta.—¿Eres casada, Michelle?—No.— Michelle meneo la cabeza de un lado a otro.—Te quiero hacer una propuesta.— Dijo él y antes de que ella dijera algo, continúo: —Quiero que te cases con mi hijo Adam.La mirada de Michelle se amplió a modo de sorpresa.—¿Usted quiere que yo me case con su hijo Adam?— Preguntó ella, —Pero es que él está en la última etapa de su vida.—Y no solo quiero que te cases. También quiero que tengas un hijo de él.Michelle estaba sorprendida. No tenía casi nada que decir al respecto y su mirada estaba en un punto fijo.—Es que yo no sé si...—Michelle, si no fuera por la situación que estoy atravesando no te estaría haciendo está propuesta.— Dijo él.—¿Es por la enfermedad de Adam?—Es algo que va mucho más allá que la enfermedad de Adam.— Contestó él, —Mi familia está con la obsesión de poseer las propiedades de Choco Lombardi y tengo que hacer algo para asegurar el futuro de la misma.—Por eso quiere que me case con Adam y que tenga un hijo de él, ¿No?—Sí. Adam en cualquier momento puede morir y yo ya estoy viejo para estás cosas y en algún momento me puede dar un infarto.— Dijo él, —Necesito que tengas ese hijo con Adam y que asegures un futuro heredero a las propiedades y presidencia de Choco Lombardi.Michelle suspiro y cerró sus ojos por unos segundos.—¿Y qué es lo que me gano yo a cambio?—Te ayudaré a pagar los gastos médicos de tu padre, ¿Qué dices? ¿Aceptas mi propuesta, Michelle?—Con todo el respeto del mundo, señor Lombardi. Está es una propuesta que me gustaría pensar, ¿Me entiende?— Michelle hablo con mucha amabilidad.—Te entiendo a la perfección y te daré la libertad de que lo consideres por un tiempo.— Dijo Gaspar, —Pero recuerda que está es una oportunidad valiosa que te está presentando la vida.—Ya lo sé. Pero déjeme pensarlo. Por ahora lo único que quiero es ver cómo está mi padre.— Michelle le regala una hermosa sonrisa.—Y para demostrarle que mi propuesta va enserio. Yo me encargaré de pagarle la estadía de esta noche a su padre.— Gaspar sacó su cartera de su bolsillo derecho.—No es necesario...Gaspar no se quedó a escuchar las palabras de Michelle y solamente se dirigió hasta el área de atención al cliente y después de unos segundos de charla con la encargada del área, le pago la estadía al padre de Michelle. —Ya no se tiene que preocupar de que corran a su padre del hospital.— Dijo él, guardando su cartera de regreso en su bolsillo.—Gracias
A la mañana siguiente a eso de las nueve de la mañana. Adam Lombardi se encontraba en la mansión en su oficina. Tenía que leer algunos informes financieros y además tenía que revisar que las ventas y facturas de Choco Lombardi marcharán de manera correcta.Hace poco le habían detectado un tumor cardíaco. Pero tristemente se lo detectaron demasiado tarde y los médicos aseguraron que ya no había nada que hacer y que posiblemente estaba en su última etapa de vida. Sin embargo, esto no lo afecto en nada y decidió seguir adelante para dejar un legado importante antes de partir físicamente de este mundo.—¿Adam, puedo hablar contigo?Adam sonrió al ver a su primo Álvaro Rivera asomado en la puerta de su oficina.—Adelante entra y toma asiento.— Dijo Adam con una amplia sonrisa, señalando la segunda y única silla de mecanismo basculante que estaba libre en la oficina.—Te tengo una noticia.— Álvaro se sentó y colocó la palma de su mano derecha sobre el escritorio pulcro.—Y por la expresión q
Durante el día Gaspar Lombardi había contratado a tres chef profesional para que preparan un exquisito banquete enorme con el motivo de celebrar el regreso de su nieta Ángela Lombardi a la mansión y para presentar su nueva marca de chocolate.Al caer la noche en la ciudad en la ciudad de Niza. La fiesta había iniciado en la mansión. La sala estaba decorada con una enorme mesa en forma rectangular y los tres chef iban colocando bandejas repletas de comida y algunas copas y botellas de vino y champagne.—¿A qué hora llega Ángela?— Le preguntó Adam a su padre.—Debe llegar en un par de minutos.— Contestó Gaspar.—¿Sabes una cosa, padre?— Adam lo tomo del hombro, —Tengo el presentimiento de que está será una noche exitosa.—Yo también lo presiento.— Gaspar sonrío.Al cabo de unos minutos los invitados y varios integrantes de la familia fueron llegando poco a poco al banquete. La mayoría no sabía que Ángela Lombardi estaba de regreso y Gaspar los quería sorprender y darles la noticia de que
—Es un honor tenerte en la casa, Scarlett.—Adam fue el primero en saludar con mucha cordialidad, —Álvaro deberías venir y platicar con tu futura esposa. Tienen que conocerse y organizar la fecha de su boda.Álvaro estaba en su lugar. Por su parte Scarlett al ver que él no iba hacia ella, decidió tomar la iniciativa y acercarse a él para extender su mano morena.—Álvaro Rivera Lombardi.— Él le tomo la mano.Scarlett sonrió.—Scarlett Leggett. Es todo un honor.—Ahora que por medio de un acuerdo nos vamos a casar. Al parecer tenemos una larga conversación pendiente.—Me agrada la idea.— Dijo ella, soltando la mano de él, —Pero me agradaría más la idea de platicar en un lugar más íntimo y más especial para nosotros.Adam que estaba cerca del lugar no pudo evitar liberar una sonrisa de oreja a oreja y una mirada sorprendida.—¿Podemos hablar en mi oficina te parece?— Propuso él.—Me agrada la idea.Ambos se dirigieron a la oficina de Álvaro para platicar. Ahora que estaban destinados a cas
—Es que he venido con las manos vacías. Pero por supuesto que me gustaría tener una plática en el jardín.—Yo me encargo de llevar algo para comer.— Dijo Ángela con una sonrisa, —¿Te gustaría esperarme en el jardín?Michelle asintio y en compañía de Adam se dirigió hasta el jardín. Cuando había entrado no se había percatado de lo hermoso que era. Tenía césped natural y al parecer el jardinero se estaba encargando de mantenerlo en perfectas condiciones y ni hablar de las flores que parecían ser sumamente atractivas y elegantes.—Hace tiempo que no veía un jardín así en esas condiciones.— Dijo ella.—La jardinería no es que me llame mucho la atención. Yo soy digamos más de apreciar.— Hablo Adam.—Eres de los que te gusta arrancar. Pero no sembrar, eso me resulta sumamente interesante y gracioso.— Dijo ella.—¿Estás segura que te gustaría casarte conmigo?— La pregunta de Adam de manera inesperada había creado un silencio en el ambiente, —Es que como sabrás me estoy muriendo y...—No hace
—Oye, ¿Qué haces, Adam?— La abogada Erika Hall fijo su mirada en él.Adam Lombardi estaba parado de espaldas. Tenía ambas manos formando puños y pegadas a su cintura. Estaba mirando hacia arriba.—¿Qué creen que estoy haciendo?— Preguntó él, sin mirarlas. Ninguna de las tres dió una respuesta, —¿Es que no se han dado cuenta de lo precioso que está el cielo? Miren... El cielo está lleno de estrellas.Ángela, Erika y Michelle elevaron sus vistas hacia el cielo y quedaron sorprendidas. Por primera vez en meses la ciudad de Niza era testigo de una maravillosa noche estrellada.—Estas estrellas son hermosas.— Erika miro a Michelle, —¿Qué crees?—Son más hermosas que las mismas estrellas de Hollywood.— Contestó Michelle y por unos segundos noto que los ojos de Erika eran hermosos, —Por cierto, Erika, tienes los ojos lindos.—Gracias.— Erika sonrió, —Son de color avellana.—¿Qué opinan de mis ojos verdes?— Preguntó Ángela.—Son bonitos y elegantes. Pero mis ojos azules son insuperables en la
—¿Cómo que estoy embarazada?— Michelle estaba tratando de procesar la noticia, —Eso tiene que ser un error...—No, Michelle, no es ningún error.— La doctora Mace le entrego el sobre con el resultado, —Estás esperando un bebé.—No puede ser.— Michelle cerro sus ojos a modo de frustración, después de leer el resultado, —Esto tiene que ser una pesadilla. Yo no puedo estar embarazada.La doctora Mace miro con pesar a Michelle y por último sonrió de manera educada antes de salir de la habitación.—Michelle...—Mamá, yo te puedo explicar. Pero dame tiempo, ¿Sí?—¿El padre de ese bebé es el mismo hombre al que le entregaste tu virginidad hace poco?— La señora Victoria no estaba enojada. Pero si sentía curiosidad.—Sí, mamá.— Michelle suspiro, —¿Y sabes qué es lo peor? Ese hombre, Álvaro, vive en la mansión Lombardi y resulta que es primo de Adam.—¿El tal Álvaro es primo del hombre con el que te debes casar?— Victoria estaba asombrada, —¿Qué vas a hacer? Yo creo que ya Álvaro le tuvo que habe
Adam Lombardi paso su lengua con lentitud por sus labios. Tenía la mirada fija entre el espacio creado producto de la separación de sus piernas y sus manos en la cintura. Parecía de esos jugadores de fútbol cuando perdían la final de la Champions League.—¿El bebé que estás esperando es de mi primo Álvaro Rivera?— Adam levantó la mirada. Tenía los ojos negros brillantes.—Sí. Solamente me acoste con él una noche y después no supe más nada de él.Adam suspiro y miro el techo que estaba sobre ellos. La lámpara iluminaba la habitación en su totalidad. Él no estaba enojado ni nada por el estilo por escuchar la noticia: Estaba sorprendido.—Esto me sorprende demasiado, Michelle.—Y estás en todo tu derecho de romper nuestro acuerdo y de sacarme a patadas de está mansión, Adam.— Michelle estaba mordiendo sus labios y no podía parpadear, —Yo creo que es mejor que me vaya y espero y puedas encontrar a la mujer correcta, Adam.Ella abrió la puerta de la habitación y estaba a punto de salir. Pe