"Hola tú", desperté desesperada por hablar con mi humana, por contarle y mostrarle la hermosa loba que éramos. Saltaba de felicidad en este lugar que es su mente, tan abrumada estaba que no vi las señales.
—¿Qué m****a...? — despertó gritando Sam.
—Misma pregunta, ¿Qué m****a te ocurre? No puedes asustarme así. —habló su compañera de cuarto con una mano en el corazón y otra en la boca ahogando un grito. Definitivamente, ella también es una loba, aunque no la sentía completa aún.
Mi emoción era palpable en mi voz mental mientras anhelaba conocerla. La idea de finalmente revelar mi verdadera naturaleza como loba y compartir mi mundo con mi humana me llena de alegría y emoción. A pesar de las sorpresas y el desconcierto inicial, ansiaba el momento en que pueda comprender plenamente mi existencia como loba y nuestra conexión especial.
—Juro que escuché una voz en mi cabeza —dijo Sam, mi humana, llevándose las manos a las sienes —Dios, recuérdame no tomar tanto por favor.
La otra chica, rio por lo bajo. Se levantó de la silla en la que estaba trabajando con su computadora y se acercó al armario.
—Eso pasa por creerte adulta la víspera de tu cumpleaños —habló.
Ahora que estaba de pie, pude observarla mejor. Media metro setenta, su cabello, que estaba suelto, llegaba hasta sus caderas y era de un negro tan brillante como la noche estrellada. Sus ojos, de un tono celeste profundo, eran como mirar el cielo en una mañana despejada, pero también contenían la sabiduría de las estrellas. Su mirada me inspiraba confianza y tranquilidad, como si fuera un faro de luz en medio de la oscuridad, un ángel guardián enviado para guiar nuestros caminos. Desde ese momento, supe que esa chica era mi mejor amiga, mi hermana, mi otra mitad.
—Venga, a levantarse. Tu regalo de cumpleaños no se abrirá solo —dijo mientras se acercaba a la cama donde estábamos mi humana y yo.
"Es grandiosa" murmuré.
—Ahí está otra vez, ¿Lo oíste?
—No escuché nada...
—Está en mi mente, lo juro por Dios, acaba de decir que eres grandiosa —chilló Sam, abrumada por la sorpresa.
—Bueno, ambas sabemos que eso es verdad, de seguro es tu conciencia recordándote lo genial que soy —rio mi amiga, mientras se sentaba en la cama y me entregaba un paquete envuelto en un papel de regalo de color negro, con un lazo de seda roja. Una tarjeta acompañaba el regalo, y en ella se leía: "Felices 18, Sam". La misteriosa apariencia del paquete y el mensaje en la tarjeta dejaron a Sam intrigada y emocionada.
—No sé, creo que no es mi conciencia, diría que eres horrible por estar burlándote de mí en este estado, Vi.
—Puede ser tu conciencia o la resaca que tienes... Aun así, feliz cumpleaños Sam.
Abrimos el regalo encontrando un libro que comprendí que mi humana realmente amaba. Era un libro con una portada misteriosa y una trama intrigante que prometía aventuras inolvidables.
—¡No me lo puedo creer! Ay Vi, ¿sabes hace cuánto lo estaba buscando? —Saltamos de la cama abrazando a esta chica hermosa frente a nosotras. La felicidad de Sam inundó cada parte de mí, y su emoción era contagiosa. Estaba claro que Vi había acertado de lleno con el regalo, y la conexión entre ellas se hacía más profunda en mí, con cada gesto de amistad y afecto.
"Ella es única", dije, arrepintiéndome en el momento que lo solté. Mi humana, Sam, no estaba acostumbrada a oírme, y no me estaba esperando como pensé que lo haría. Me preocupó que la asustara, que pensara que estaba loca. Comprendí en ese momento que no podría comunicarme con ella de la forma convencional...
"Ciertamente, ella lo es", me respondió en su mente. Me sorprendí ante su respuesta inmediata en mi mente.
Tal vez pueda hablar con ella al fin de cuentas, solo tengo que ser como su conciencia, pensé. Tendría que atrasar mi transformación, pero esperaré pacientemente. Esperaré a que la loba de esta chica, Vi, despierte, y juntas pensaremos qué hacer con la situación.
—Ahora que ya estás levantada, apresúrate a darte una ducha, mamá y papá no pueden verte en este estado, sabrán que nos escapamos anoche y no quiero un sermón sobre el tema... —dijo Vi con voz cansina.
—Vale —respondió Sam alargando las vocales —tampoco te hagas la inocente, tomaste igual o más que yo.
—Sí, pero mientras tú te has pasado durmiendo las últimas dos horas, yo ya he acabado nuestra tarea del colegio, así que de nada. —Vi le sonrió con una mirada de satisfacción.
Reí, retirándome más atrás en la mente de mi humana. Entendí cómo sería nuestra relación a partir de ahora: esperaría. Mi presencia en la mente de Sam y el proceso de comunicación serían un camino que tomaría tiempo para desarrollarse, pero estaba dispuesta a ser paciente.
A lo largo del día, observé a Sam y Vi celebrar el cumpleaños de Sam con risas, bromas y momentos felices. Eran una verdadera amistad, una hermandad que trascendía el tiempo y las dificultades. Mientras ellas se apoyaban mutuamente, yo permanecía en silencio, lista para ser un lazo aún más fuerte en esta relación.
Mi presencia en la mente de Sam era constante, pero no intrusiva. A medida que pasaban los días, Sam comenzó a notar pequeños destellos de pensamientos y emociones que no eran completamente suyos, pero que estaban llenos de apoyo y aliento. No sabía de dónde venían, pero no le asustaban.
Nuestra relación estaba en sus primeras etapas, y aunque no podía comunicarme directamente con Sam, sabía que había un vínculo especial entre nosotras. Estaba ansiosa por descubrir cómo evolucionaría esta conexión única y cómo afectaría la vida de Sam y Vi en los días por venir.
***
Me desperté con una sensación de inquietud. Mis ojos recorrieron la habitación que compartían Sam y Vi, una estancia cálida y acogedora diseñada para dos personas. A un lado, las camas estaban ocupadas por las chicas, cada una a un extremo de la habitación. Las sábanas suaves y las almohadas mullidas invitaban a un sueño tranquilo.
Frente a las camas, dos armarios de madera oscura se alineaban, con puertas de espejo que reflejaban la luz tenue del amanecer que se filtraba a través de las cortinas casi transparentes. Cada cama tenía su escritorio correspondiente, de madera pulida, con una silla ergonómica y montones de libros y papeles organizados con meticulosidad.
Una puerta en una esquina de la habitación conducía al baño privado de las dos chicas, donde una ducha y lavabos estaban listos para un nuevo día. La vista a través de la ventana revelaba los primeros indicios de la luz matutina, teñía la habitación con tonos cálidos y llenaba el espacio con una sensación acogedora.
Sentí nuevamente el pinchazo en mi mente, y me di cuenta...
Noté su energía antes de que despertara. No podía creer que al fin estaba aquí.
"Hola, hola, hola ¿Cómo estás? Espere tanto tu presencia, no sabes lo feliz que estoy," grité a mi nueva amiga loba.
"Hola tú, me saludas antes de que tenga oportunidad de hablar con mi humana... Ella aún está dormida," me respondió con voz adormecida y un toque de humor en el tono.
"Me llamo Nessy, ¿y tú?" No quería esperar para conocer el nombre de mi nueva amiga loba, la única que había conocido en estos largos seis meses.
La emoción era abrumadora, y ambas compartíamos una alegría mutua en este encuentro que había estado esperando. Finalmente, tenía la oportunidad de conocer a mi compañera loba en la mente de Octavia, y no podía estar más emocionada por lo que el futuro nos tenía preparado.
Vivir y hacerme pasar por la conciencia de mi humana ha sido una experiencia llena de diversión y confusión. No había sentido otro lobo cerca, y comprendí, aunque sin entender por qué, que estas chicas lobas estaban viviendo en una ciudad humana. Ellas no conocían su origen, no sabían quiénes eran. Estaba desesperada por conocer a la loba de mi mejor amiga y ponerla al tanto de este último tiempo.
"Soy Darcy, encantada de conocerte, Nessy," dijo ella con amabilidad.
"Seremos las mejores amigas por siempre, he estado esperando tu llegada desde que desperté. Tenemos tanto de qué hablar... Primero que nada, intenta no hablar con tu humana..." La euforia inundó mi ser, y mi mente bullía con anticipación.
—¿Has escuchado eso? —gritó Vi —Me han dicho feliz cumpleaños, ¿lo has oído? —su voz llena de confusión y asombro.
—Uhmm, a ver, creo que ya sido tu conciencia cariño. —Sam respondió sarcásticamente.
—No es gracioso, no es como en tu cumpleaños... ¡Ahhh! No, no, no... Me estoy volviendo loca, dice que no es mi conciencia que su nombre es Darcy —saltó de su cama gritando y metiendo las manos en su pelo.
"No puedes decirles quién eres", conecté mentalmente con Darcy.
"¿Qué? ¿Qué quieres decir con que no puedo decirles quién soy? Somos una sola...", Darcy respondió mi enlace con incertidumbre en su voz.
"Por eso quise hablar contigo antes. Ellas realmente no saben qué somos. He estado aquí encerrada los últimos seis meses esperando", expliqué.
"No puedo creerlo, esperé tanto tiempo para conocer a Octavia, y ahora no puedo decirle que existo. Esto es un desastre." La voz de Darcy temblaba en mi mente.
"Sé paciente, Darcy. No podemos asustarlas, no saben nada sobre nosotros. A medida que pase el tiempo, encontraremos una manera de revelarnos." Intenté calmarla, sabiendo que esta situación era complicada.
"No sé si puedo hacerlo, Nessy. Es tan frustrante no poder hablar con ella." Parecía reflexionar sobre lo que estábamos hablando, volvió a conectarme...
"Espera... ¿No saben que son lobas? ¿Cómo es eso posible? ¿Dónde está nuestra familia lobo? ¿Cómo conoceremos a nuestro compañero?" La desesperación en su voz causó estragos en mi mente. Las preguntas de Darcy se agolparon una tras otra, como un torrente de inseguridad y confusión. Mi falta de respuestas claras solo parecía aumentar su angustia. "¿A qué has estado esperando tú?"
"Te estaba esperando a ti, sabía que despertarías y que juntas podríamos solucionar esta situación", traté de infundirle un poco de esperanza.
"No lo entiendo, no entiendo qué está pasando, ella cree que está loca, pero no es así, ¿no me reconoce?" Su voz estaba quebrada, y sus palabras resonaron con dolor.
"No, ellas no saben quiénes son, quienes somos. Por lo que sé, han vivido toda su vida en esta ciudad humana, con sus padres humanos, amigos humanos, hasta han tenido parejas humanas...", le expliqué, compartiendo su confusión y desesperación.
"¿¡Cómo!? ¿No han esperado a sus compañeros?" Gritó Darcy con una mezcla de asombro y desesperación en su voz.
"Bueno. A mi humana, Sam, le gusta jugar con los chicos, ninguna de las dos ha llegado a segunda base, pero..." Mi tono era dubitativo, y encogí los hombros ante la incredulidad de Darcy.
"¿Segunda base? ¿Qué es eso?" Darcy preguntó con curiosidad, mientras trataba de comprender las costumbres humanas.
"Así le dicen al sexo, o eso entendí," respondí con una voz que denotaba una pizca de confusión.
"A ver, déjame ver si comprendí algo de lo que has dicho... ¿Estamos atrapadas en la mente de dos chicas que creen que son solamente humanas?" Darcy murmuró, y su voz transmitía una profunda sorpresa y confusión. La extrañeza de nuestra situación estaba comenzando a hundirse en nuestras mentes.
"Ajá" respondí con un tono de voz sereno, tratando de calmar a Darcy y mantener la conversación en un tono tranquilo.
"¿Están viviendo en una familia humana, sin lobos, saliendo con chicos humanos, sin lobos, sin comprender qué tenemos un compañero con un lobo en algún lugar del mundo?" Darcy preguntó, su voz temblaba ligeramente con incredulidad y preocupación.
"Sip," dije con calma, confirmando la extraña realidad en la que nos encontrábamos.
"¿No te has transformado ni una sola vez desde que despertaste?" Darcy preguntó, su voz llena de curiosidad y sorpresa.
"No, no lo he hecho. Me he hecho pasar por el P**e Grillo de Sam por los últimos seis meses," expliqué, tratando de transmitir una sensación de calma.
"¿Pepe Grillo?" Darcy casi gritó en su confusión, su voz estaba llena de incredulidad por la extraña referencia.
"Ajá, esa es otra de las formas que nombran a su conciencia, lo tomaron de un libro infantil," me reí al recordar el momento en que lo descubrí.
"Estamos en problemas, ¿Qué vamos a hacer?" Darcy comenzó a llorar, su voz temblaba con la angustia y el miedo.
"No lo sé, te estaba esperando a ti para averiguar qué estaba pasando..." Había dudas en mi voz, si Darcy estaba tan desorientada no sabía qué podíamos hacer ahora. "Tómate un tiempo para evaluar la situación. Vive la experiencia de ser P**e Grillo para tu humana y resolveremos lo demás en poco tiempo." Mi voz sonaba serena, tratando de tranquilizar a Darcy en medio de la confusión.
"¿Cómo es que estás tan tranquila?" Darcy preguntó, su voz aún temblorosa por la confusión y la preocupación.
"¿Tranquila? Bueno, esa no es la palabra para describir cómo estoy. En realidad, estoy feliz de que hayas despertado. Pensé que me volvería loca, no tenía con quién hablar, pero ahora, juntas podremos salir de este lío." Sonreí a Darcy con determinación y esperanza, sabiendo que, con ella a mi lado, podríamos enfrentar cualquier desafío.
"Juntas," Darcy respiró hondo, reconociendo la gravedad de nuestra situación.
"Juntas," repetí, fortaleciendo nuestro lazo recién formado.