Cap° 30

Capítulo 30

Había logrado reunir a Jefferson y a Jhon, y Meredith había llegado un rato después con Coráima y la morena disimuladamente se había sentado junto a Jhon.

—¿Dónde está? —preguntó Jefferson comenzando a impacientarse.

—La pista decía: Donde las horas pasan y repiten por siempre jamás —comencé y todos me miraron —pensé que era el reloj de la iglesia, mi abuelo lo ayudó a construir cuando era joven y pensé que podría estar ahí.

—¿Y no? —preguntó Jhon que cada vez estaba más junto a la sirena morena. Negué con la cabeza y saqué el par de fotos del bolsillo del pantalón. Jhon las miró por un momento y cuando se las pasó a Jefferson pude ver como abrió muchos los ojos.

—Es mi abuela —dijo y me señaló a la mujer que abrazaba con fuerza a mi abuelo —Mi abuela Marina.

—Espera —me senté a su lado y le arrebaté la foto —¿Tu abuela se llama Marina Ross? —él asintió y yo le golpeé el hombro —¡Idiota! —le dije y él me miró asombrado mientras se acariciaba —¿Por qué no me dijiste que tu
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