Capítulo 4

Lo miré fijamente y no había señales de que estuviera bromeando.

—Está bien, sube atrás —puso sus manos en el timo y se reclinó hacia delante.

—¿Qué te parece si yo manejo? - subió una ceja y torció el labio.

—Que te parece si no, mi bici mis reglas, así que si quieres te vas atrás - me enderece y crucé los brazos, haciendo sus mismos gestos. Él frunció el ceño y volvió a enderezarse.

—Te vas a cansar más llevándome ahí atrás. Es mejor que yo conduzca.

—No seas machista, puedo llevarte, además no creo que peses tanto —Lo vi de abajo hacia arriba.

—Ahí viene tu novio, creó que con caminar un poco no me moriré, adiós caperuza —Se fue alejando.

—¡Espera! —Otra vez no me dijo su nombre.

—Creí que lo odiabas— llego Alonso, dándome una palmada en la cabeza. Reí al recordar como se dirigió ese chico a Alonso. Mi novio, eso sí que es loco.

—Él se acercó hablarme ¿Te llevo?

—Claro —Alonso se subió en la parte trasera y comencé a pedalear.


💫💫🌠


Mi último año en la prepa comienza hoy. Tome mi bolsa y subí a la bicicleta.

—Que te diviertas— me grito mi padre por la ventana de la cocina.

—Eso haré, quite el freno y comencé a bajar la colina. Al llegar al pueblo, Alonso me estaba esperando.

—¡Vamos que se nos hace tarde! —Alonso comenzó a pedalear y nos fuimos volando hasta la preparatoria Al llegar estacionamos las bicicletas.

—Suerte, te veo en el almuerzo. —Alonso bajo de su bici y se colocó su mochila en el hombro derecho.

—Igual tú, sin embargo no la necesitas —le guiñé el ojo y él sonrió. Se retiró y cuando iba a entrar se giro y levanto los pulgares, después desapareció. Tome aire y tome mi bolso y unos libros, al girar alguien paso corriendo y paso llevándose mis cosas junto con él, mis libros quedaron tirados y al levantar la vista vi que el chico lobo iba sonriendo victorioso, le lance una mirada asesina y me agache a recoger mis libros.

Alguien se puso al lado mío para ayudarme.

—No te sientas mal, Canela siempre es así.

—¿Canela?

—El pendejo que te paso tirando. —giro sus ojos señalando al chico lobo, que estaba con sus amigos.

—Ah —Nos levantamos.

—Me llamo Ariel —alzo su mano. Ariel parecía tener la misma edad que yo, de 1.65 de estatura, delgada cabello muy corto, como el del chico lobo pero con un flequillo muy bien dominado, cara ovalada, tés clara.

—Juliet, pero puedes llamarme July — estreché su mano.

—¿Eres de primer ingreso?

—No, estoy en el último año ¿y tú?

—Igual —rodó los ojos, yo reí.-Bueno entonces creo que ya tengo una amiga ¿Si quieres ser mi amiga? - OMG, nunca había tenido una amiga, mi único amigo ha sido Alonso. Tal vez no sea tan malo tener nuevas amistades, seguro Alonso no se enojara.

—Claro —Le Sonreí.

—Perfecto —paso su brazo sobre mi hombro y comenzó a caminar hacia la entrada de la prepa- Guau sí que es muy confianzuda, seguro me caerá bien.

Los primeros periodos no estuvieron nada mal. Solo me sorprendió ver al chico lobo o mejor Canela como le dice mi nueva amiga, en la misma clase que la mía.

—Deja de babear por Canela.

—¿Qué? —no había notado que estaba muy concentrada viendo al chico lobo.

—No estoy babeando por nadie —Comencé a garabatear en mi cuaderno.

—Te aconsejó que no pierdas tu tiempo con él.

—No pensaba hacerlo ¿Lo conoces?

—Estudiamos juntos y era mi vecino, no sé a dónde se fue a vivir ahora.

—Ahora es mi vecino. —rodeé los ojos.

—¿Tu vecino? —grito

—Shhh, baja la voz.

—Ahora entiendo, tan rápido te enamoraste de él, entiendo que tiene sus encantos, pero esa cosa no es indicado para ti.

—¿Para mí? Si ni…

—Lo sé, te decepcioné esperabas que te dijera que harían una gran pareja

—Pero…

—Y que se casarían y vivirían felices por siempre.

—Pero no me gusta —alce la voz y unas cuantas personas me voltearon a ver, incluyendo el grupo de Canela.

—¿Entonces? pregunto confundida

—Solo es mi vecino y ya. ...


💫💫🌠


—Alonso te presentó a Ariel, Ariel él es Alonso.

—Mm July no me dijiste que tenías un amigo tan guapo - Ariel se mordió el labio y Alonso se sonrojó. Nunca antes lo había visto así, solo cuando su mamá le decía cosas tiernas delante de los demás.

—Te acostumbrarás le dije mientras le daba una palmada en la espalda. Nos sentamos a comer.

—¿Las siguientes clases las tendremos juntos? —le pregunto Ariel a Alonso

—Sí —respondió Alonso con la voz carrasposa, solo se pone así cuando está nervioso. 

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