Las clases terminaron. Con Alonso nos dirigimos al estacionamiento.
—Lindos vehículos — volteé a ver quien había dicho eso, atrás de nosotros estaba el grupo de Canela.
—¿No quieres subir a un verdadero mostró— señalo su impresionante motocicleta. Ese chico casi ni se ve detrás de todo ese pelaje, yo tengo menos cabello que él.
Solo ignóralos —me aconsejo Alonso.
—¡Ey! Princeso, cómprate algo verdaderamente bueno —Grito Canela
—Ignóralos —le aconsejo, y reímos. —Subimos a las bicicletas y comenzamos a pedalear hasta llegar a mi casa.
—¿Cómo les fue? —salió de inmediato mi padre.
—Bien, nada del otro mundo —contestó Alonso
—uuhm huele delicioso ¿qué es?
—Pollo horneado y pastel de arándanos —contestó mi padre.
—Sabes yo hubiera querido tener un chef como padre.
—Te presto él mío cuando quieras —lo tome de la mano y entramos hasta el comedor.
—¿Saben quien vino a visitarme?
—¿Quién? —pregunte - mientras le daba un sorbo a mi bebida.
—La nueva vecina.
—¿Vecina?
—Los que se acaban de mudar, los vecinos ruidosos. Creí que Canela vivía solo.
—¿Y, cómo es?
—Es una señora muy agradable se llama Mariana, me contó que esa cabaña le pertenecía a sus padres, pero como tenían muchas propiedades en la ciudad nunca le dieron importancia a esta.
—¿Y ahora por qué están aquí?
—Me contó que perdieron todo, su esposo la abandonó y estuvo obligada a venirse a vivir aquí con sus dos hijos.
—¿Pero esa casa no estaba a punto de derrumbarse? —preguntó Alonso.
—Ellos ya la arreglaron.
—¿Y por qué vino ella aquí? — pregunté.
—Me la encontré en el camino, ella se presentó y la invité a tomar algo.
—Claro tú tan servicial como siempre —le guiñe el ojo y él se puso rojo como un tomate.
—Bueno pues te invito al cumpleaños de su hija.
—¿Por qué? pregunté asustada.
—Porque quiso e iras. Será el sábado en la tarde.
—Desde cuando me obligas a ir a una fiesta.
—Nunca
—¿Y por qué esta es tan importante?
—Porque será una gran fiesta y ya es hora de que salgas a divertirte, que conozcas más personas.
—Hoy conocí a muchas personas.
—Sabes a lo que me refiero.
—Papá —Me levanté a dejar los platos en el lavado —sabes eres el primer padre que conozco que obliga a su hija a ir a una fiesta.
—Es una fiesta sana, eso me dijo ella y si no vas
—¿Y si no voy? —lo reté
—Tú… Tú estarás en un gran problema. Reí
—Eres muy malo en esto, no te preocupes comenzaré a portarme mal para que vayas mejorando en tu papel de padre regañón.
—No me tientes.
—July tal vez tu padre tenga razón.
—Complot, esto es un complot, rayos no sé porque tanto drama por una fiesta, y ya que te metiste en esto tú iras conmigo.
Te hayan invitado o no irás.
💫💫🌠
—¿En serio debo ir? —Me preguntaba por décima vez Alonso.
—Si tengo que ir yo.
—No es justo.
—Nada en esta vida es justo, cariño —le di un beso en la mejía y me dirigí a mi próxima clase.
—Quiero preguntarte algo, algo que no me ha dejado dormir —me susurro Ariel.
-Qué es? - pregunte curiosa.
-Ahora que Canela es tu vecino te gusta?
-¿Te gusta? -río.
-Para nada, créeme esto es más para ti que para mí.
—Bueno solo me ha llamado Caperucita ¿Por qué?
—Oh no, nada. Solo ten cuidado con él.
—¿Por qué?— por alguna extraña razón me comía la curiosidad de saber más sobre ese chico.
—Tiene fama de ser un patán —Ah,en serio, casi no lo había notado (sarcasmo)
—En serio, todas se mueren por ser una más en su lista de conquistas.
—¿Cómo pueden querer algo así? —Voltee a ver al grupo de los lobos y la verdad no eran la gran cosa como para que todas se murieran por ellos.
—Aquí no sé cómo sean con ellos, pero el año pasado, había un libro, en el que las chicas que quisieran una noche de pasión y lujuria se apuntaran: Número telefónico, dirección, nombre completo, datos sobre en que eran buenas al momento de tener sexo, una fotografía de ellas y con quien querían pasar la noche. Era algo total mente ridículo, de todas las que se apuntaban ellos elegían a las que más los excitaban, luego de eso las llamaban para agendar una cita, de ahí de eso ellos ponían la nota que ellas merecían. Cuando obtenían una nota “alta” gritaban y se creían las reinas del sexo. Se volvieron famosos por eso. A esos tres les otorgaron el nombre de: Los reyes del fifar.
—¿Fifar?
—Si niña, fifar, es otro nombre de decir sexo.
—Ah ¿En serio los llamaban así? Es algo tan… Tan
—Tan excitante
—¡No! Tan estúpido
—No había más de alguna que se emocionaba por ser la reina y despojar a las plebeyas. Todas soñaban por ser las únicas que una noche durara toda la vida.
—¿Y hubo alguna que logro tal honor? —pregunte burlona.
—Creo que el día que eso pase, será el fin del mundo, ellos tienen más grande su… Su cosa que el corazón— reí
—Hola, te mandan esto, los chicos de allá— la chica señalo a los reyes del fifar.
—Hablando del rey de Roma.
—Y los fifar que se asoman —reímos.
Tome el libro que me mandaron y le agradecí a la chica. Lo abrí y no podía creer lo que contenía el libro.
Con Ariel abrimos los ojos como platos al ver que se trataba del libro que recientemente me había hablado. —Vaya ya se habían tardado. Aunque. —¿Qué? —Esto es raro, antes no funcionaba así. —¿Entonces? —Siempre las chicas se peleaban por tener este libro en su poder y ahora a ti te llega así de fácil y enviado directamente de ellos. —Tal vez se equivocaron. —No, algo estarán tramando, seguro uno de ellos quiere algo contigo o más bien darte duro contra el muro —río. Pero a mí no me dio gracia. Cerré el libro de golpe. —Ellos me van a escuchar —me levanté con el libro en la mano. —Espera —Ariel me hizo sentarme. Es mejor que no te metas con ellos, créeme ellos no solo dan servicio sexual. ¿Por qué crees que nadie los delato?. -Bueno tendré el honor de ser la primera en hacerlo —Me paré —¿Quieres morir? —me volvió a sentar. —No les tengo miedo. —Es mejor que solo dejes el libro aquí, créem
La fiesta comenzaba a ponerse incómoda, quise irme, pero Alonso no me dejo, ya que quería comer pastel. Le dije que le compraría uno, pero él justamente quería el que estaban por partir, Alonso a veces llega a comportarme como un niño, se devoró su pastel y termino comiéndose el mío.—La fiesta no estuvo nada mal - Decía mientras caminábamos por la salida. Entre la persona vi a Jos, como un impulso tome el brazo de Alonso. Jos me miraba y yo no lograba apartar mi vista de la suya.—July, estas enterrándome tus uñas —lo solté de inmediato, cuando volví mi vista hacia dónde estaba Jos ya no estaba.—¿Te pasa algo?—No, creo que me mareé. Es mejor que caminemos rápido. —lo tome de la mano y lo lleve tras tumbando hacia la casa.—¿Cómo les fue? —pregunto mi pad
Comencé a pensar en lo que me contó Ariel, como alguien enamorado es capas de hacer tantas estupideces, yo nunca me he enamorado y no sé si sea capas de hacer semejantes locuras por amor. En otro caso es terrible lo que hace Jos con sus amigos ¿Cómo pueden pensar en sexo y nada más? ¿Será que nunca se han enamorado? Siempre me ha gustado el misterio y esos chicos están rodeados de muchas preguntas. ¿Cómo serán realmente? ¿Habrá más que solo deseo? Con tantas preguntas no lograba dormir, eran las tres de la mañana. Decidí salir a ver las estrellas, cuando no logro dormir ver el cielo nocturno me relaja mucho. Tome mi telescopio. Pase un largo tiempo observando el cielo. El sueño me gano y decidí volver a la cama.Estábamos en el cuarto periodo del día. Tenía mucho sueño y eso no me permitía prestar atención a la clase. Me puse en reposo. Un ruido horrible me hizo despertar. Me quede dormida, rayos.—¿July vas a salir a comer? —me preguntaba Ariel.—¿Cuánto tiempo p
El beso de Jos se me repetía una y otra vez. No creí que mi primer beso sería así. Ni con alguien como él.Hace cuatro años con Alonso intentamos salir, La imagen de Jos no podía salir de mi mente, ese chico tierno, sonriente mojado por el jabón. En la escuela era diferente, rodeado de chicas y de sus amigos. Cada día era una nueva conquista y no sé por qué me dolía verlo. —Ya duro con esa chica. —¿Eh? —volví la vista hacía lo que estábamos haciendo. —Te advertí que no te ilusionaras. —No te preocupes, no me está pasando nada con él. —nada. Así tenía que ser. Por instinto volteé a ver a Jos muy sonriente con su acompañante. Su mirada se detuvo en la mía, gire como si no me importara, pero algo dentro de mí se desmoronaba. Me dolía verlo mirando a alguien más. Y me duele más no poder evitar voltearlo a ver como es feliz con alguien que no soy yo. No lograba conciliar el sueño, los pensamientos que tengo sobre él me están devorando. Tome una libreta. Y escribí: tierno / patán. Comencé a escribir las cosas buenas y las malas de Jos, nunca me había topado con alguien que tuviera dos personalidades, queCapítulo 10
Por un instante me deje llevar por el momento, deje que los consejos de mi padre tuvieran valor: “Vive momentos que marquen tu vida” Sus manos rodearon mi rostro, su beso amargó dejaba de importar. Recordé la historia de Ariel, como los besos sin amor de Freddy la hicieron ser una persona fría. No quiero que eso me pase. Empuje a Jos haciendo que callera a un lado. —Aléjate de mí Jos, no soy como las demás que están en tu estúpido libro —me puse de pie y tome mi bicicleta, me alejé de él así como cuando te alejas de algo que sabes que te va a lastimar, que te va a destruir. Esa noche tampoco pude dormir, Jos se está adueñando de mis insomnios. Y eso no es bueno, no lo es. El día lunes y ni el martes Jos se presentó a estudiar. Por alguna extraña razón siempre estaba pendiente de la puerta de la cafetería, de la cancha. Jos está en el equipo de lacrosse así que si en algún lugar de la escuela estaría era aquí en la cancha. —¿Desde cuándo te gusta el
¿Me está comenzando a gustar? No, eso es imposible ni siquiera sé que síntomas tiene el enamoramiento. Tome la libreta sobre Jos, decidí ponerle: Investigación sobre el lobo. Es un título ridículo pero está en clave. Decidí anotar los últimos cambios que tuvo Jos: Atento, grosero, delicado. Es difícil, poder definirlo en una sola palabra o en saber quien de los dos es él y quien domina a quien. Como todas las noches salí a ver el cielo estrellado, siempre me relaja, y me hace ver cuán pequeño es el mundo y que insignificante somos.Eso me hace querer hacer más, lograr ser alguien, alguien a quien muchas personas recuerden. Yo veo el cielo y pienso en mi madre. Pienso en todas esas personas que dejaron una marca que hicieron grandes cosas y cambiaron la evolución del hombre.Note que la casa de Jos aún tenía las luces encendidas, cr
—¿No crees qué estás exagerando? —me preguntó algo preocupado Alonso. —¿Te parece? Alonso él viene y me trata como se le da la gana. No puedo solo hacer todo lo que dice. —trate de hablarle calmada. —Es así con todas —se unió Alan. —¿Por qué no te llevas con tu primo? —quise saber. —No estoy de acuerdo en las cosas que hace, él dice que soy la oveja negra de la familia, pero creo que es todo lo contrario. —Pienso lo mismo. —¿Quieres bailar? — Ah no, yo no bailó. — Te puedo enseñar —alzo su mano. La tomé y me llevo al centro de la pista. —¿No importa si te dejo en ridículo? —le grite. —Te preguntó lo mismo —comenzó a sonar una canción de rock and roll. Es un género muy divertido y me encanta así que no fue muy difícil seguirle el paso a Alan. —Así que no bailas. —Es fácil cuando tienes a un gran maestro. No sentí cuantas canciones habíamos bailado hasta que mis píes comenzaron a dolerme.