Capítulo 5

Las clases terminaron. Con Alonso nos dirigimos al estacionamiento.

—Lindos vehículos — volteé a ver quien había dicho eso, atrás de nosotros estaba el grupo de Canela.

—¿No quieres subir a un verdadero mostró— señalo su impresionante motocicleta. Ese chico casi ni se ve detrás de todo ese pelaje, yo tengo menos cabello que él.

Solo ignóralos —me aconsejo Alonso.

—¡Ey! Princeso, cómprate algo verdaderamente bueno —Grito Canela

—Ignóralos —le aconsejo, y reímos. —Subimos a las bicicletas y comenzamos a pedalear hasta llegar a mi casa.

—¿Cómo les fue? —salió de inmediato mi padre.

—Bien, nada del otro mundo —contestó Alonso

—uuhm huele delicioso ¿qué es?

—Pollo horneado y pastel de arándanos —contestó mi padre.

—Sabes yo hubiera querido tener un chef como padre.

—Te presto él mío cuando quieras —lo tome de la mano y entramos hasta el comedor.

—¿Saben quien vino a visitarme?

—¿Quién? —pregunte - mientras le daba un sorbo a mi bebida.

—La nueva vecina.

—¿Vecina?

—Los que se acaban de mudar, los vecinos ruidosos. Creí que Canela vivía solo.

—¿Y, cómo es?

—Es una señora muy agradable se llama Mariana, me contó que esa cabaña le pertenecía a sus padres, pero como tenían muchas propiedades en la ciudad nunca le dieron importancia a esta.

—¿Y ahora por qué están aquí?

—Me contó que perdieron todo, su esposo la abandonó y estuvo obligada a venirse a vivir aquí con sus dos hijos.

—¿Pero esa casa no estaba a punto de derrumbarse? —preguntó Alonso.

—Ellos ya la arreglaron.

—¿Y por qué vino ella aquí? — pregunté.

—Me la encontré en el camino, ella se presentó y la invité a tomar algo.

—Claro tú tan servicial como siempre —le guiñe el ojo y él se puso rojo como un tomate.

—Bueno pues te invito al cumpleaños de su hija.

—¿Por qué? pregunté asustada.

—Porque quiso e iras. Será el sábado en la tarde.

—Desde cuando me obligas a ir a una fiesta.

—Nunca

—¿Y por qué esta es tan importante?

—Porque será una gran fiesta y ya es hora de que salgas a divertirte, que conozcas más personas.

—Hoy conocí a muchas personas.

—Sabes a lo que me refiero.

—Papá —Me levanté a dejar los platos en el lavado —sabes eres el primer padre que conozco que obliga a su hija a ir a una fiesta.

—Es una fiesta sana, eso me dijo ella y si no vas

—¿Y si no voy? —lo reté 

—Tú… Tú estarás en un gran problema. Reí

—Eres muy malo en esto, no te preocupes comenzaré a portarme mal para que vayas mejorando en tu papel de padre regañón.

—No me tientes.

—July tal vez tu padre tenga razón.

—Complot, esto es un complot, rayos no sé porque tanto drama por una fiesta, y ya que te metiste en esto tú iras conmigo.

Te hayan invitado o no irás.


💫💫🌠



—¿En serio debo ir? —Me preguntaba por décima vez Alonso.

—Si tengo que ir yo.

—No es justo.

—Nada en esta vida es justo, cariño —le di un beso en la mejía y me dirigí a mi próxima clase.

—Quiero preguntarte algo, algo que no me ha dejado dormir —me susurro Ariel.

-Qué es? - pregunte curiosa. 

-Ahora que Canela es tu vecino te gusta? 

-¿Te gusta? -río.

-Para nada, créeme esto es más para ti que para mí.

Bueno solo me ha llamado Caperucita ¿Por qué?

Oh no, nada. Solo ten cuidado con él.

¿Por qué? por alguna extraña razón me comía la curiosidad de saber más sobre ese chico.

Tiene fama de ser un patán Ah,en serio, casi no lo había notado (sarcasmo) 

En serio, todas se mueren por ser una más en su lista de conquistas.

¿Cómo pueden querer algo así? Voltee a ver al grupo de los lobos y la verdad no eran la gran cosa como para que todas se murieran por ellos.

Aquí no sé cómo sean con ellos, pero el año pasado, había un libro, en el que las chicas que quisieran una noche de pasión y lujuria se apuntaran: Número telefónico, dirección, nombre completo, datos sobre en que eran buenas al momento de tener sexo, una fotografía de ellas y con quien querían pasar la noche. Era algo total mente ridículo, de todas las que se apuntaban ellos elegían a las que más los excitaban, luego de eso las llamaban para agendar una cita, de ahí de eso ellos ponían la nota que ellas merecían. Cuando obtenían una nota alta gritaban y se creían las reinas del sexo. Se volvieron famosos por eso. A esos tres les otorgaron el nombre de: Los reyes del fifar.

¿Fifar?

Si niña, fifar, es otro nombre de decir sexo.

Ah ¿En serio los llamaban así? Es algo tan Tan

Tan excitante

¡No! Tan estúpido

 No había más de alguna que se emocionaba por ser la reina y despojar a las plebeyas. Todas soñaban por ser las únicas que una noche durara toda la vida.

¿Y hubo alguna que logro tal honor? pregunte burlona.

Creo que el día que eso pase, será el fin del mundo, ellos tienen más grande su Su cosa que el corazón reí

Hola, te mandan esto, los chicos de allá la chica señalo a los reyes del fifar.

Hablando del rey de Roma.

Y los fifar que se asoman reímos.

Tome el libro que me mandaron y le agradecí a la chica. Lo abrí y no podía creer lo que contenía el libro.

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