Capítulo 68

Franco

No podía dejarla ir, si eso me iba a costar lo que tenía y lo que podía ganar, entonces lo haría. Quiero recuperar a la mujer con la que me casé, quiero tenerla conmigo, no puedo estar sin Camila.

—Señor, volvió. No sabe lo angustiada que estaba.

—Daila, por favor vaya por mi maletín el de color marrón.

Me senté en el comedor agotado, estaba muerto de cansancio.

—¿Quiere comer? —dice Daila.

—No, no tengo hambre. Solo quiero tener tranquilidad.

—Señor, ¿Qué pasa? La señorita vino muy mal en la tarde y estoy muy preocupada, ¿Qué sucede?

—Lola, no es nada.

—Señor…

—¡Lola! Por el amor de Dios, son asuntos personales. De pareja, de mi matrimonio —dije en mal tono.

La mujer me mira y baja su cabeza.

—Lo siento, no quiero parecer entrometida, solo estoy preocupada por la señorita.

—Lamento mucho hablarte así, es que soy un completo idiota. La he cagado, todo lo eché a perder con la mujer que ahora es mi vida.

—Señor, no se ponga así, todos cometemos errores. Somos humanos y nos equivo
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