Observo a Chloe dormir plácidamente luego de la fiesta de cumpleaños, y luego de unos minutos, bajo a despedir a Anastasia que se quedó para ayudar a Rosa a organizar todo. —¿Ya se durmió? —Me pregunta Anastasia, apenas me ve. —Sí. Gracias por todo. Chloe fue muy feliz hoy. Pero no tenías que quedarte, sé que aún estás trabajando en tu libro, Rosa podía encargarse de todo junto con las otras empleadas. —Le digo a la hermosa mujer de facciones delicadas, cabello negro, ojos penetrantes y labios rojos. —Bueno, yo organicé todo, lo más justo es que me quedara a limpiar. Además, quería hablar contigo. —Me dice y por primera vez, noto una actitud bastante tranquila y algo triste de parte de Anastasia, que suele ser muy extrovertida y escandalosa. —Si quieres vamos al despacho. —Le digo, asiente y me sigue. Le indico que tome asiento, pero no me hace caso y permanece de pie. —¿De qué querías hablar conmigo? —Sé sincero. ¿Tengo alguna oportunidad de ser más que una amiga en tu vi
—¿Acaso estoy soñando? —Pregunto en voz alta y me froto los ojos, pero apenas veo nuevamente a mi esposa, que hace 5 años había muerto, frente a mí, mostrándome una sonrisa dulce y cálida, mientras acerca su mano a mi rostro, y apenas siento el roce de su piel con la mía, me echo a llorar desconsolado, aferrándome a su mano, que creía jamás volvería a tocar. —No puedo creer que estés aquí. —lleno de besos su mano, mientras hablo, y Chloe acerca su otra mano para acariciarme. —¿Cómo es esto posible? ¡Es un milagro! —Afirmo entre sollozos sin poder creer lo que está pasando. —Si es un sueño, no quiero despertar. —Afirmo, seguro de que podía ser una de mis alucinaciones, pero de la nada siento su cuerpo, aferrarse al mío, abrazándome con fuerza.—No sabes cuánto te extrañé... Lamento tanto haberte dejado. Jamás fue mi intención. Vi a diario lo mucho que sufriste y se me partió el corazón al saber que no eras completamente feliz... —Siento sus lágrimas cálidas en mi pecho, que me hacen a
—¡Abrázame! —Me dijo, mientras estaba acostada a mi lado. —Sé que tienes miedo. —Sigue hablando, mientras la recuesto fuertemente a mi pecho. —¡Pero, yo no! Era horrible, verte llorar a diario, y no poder decirte que a pesar de todo siempre te amaría. Nunca pude explicarte mi decisión, pero ahora sé que la entiendes. —Sí… Nuestra pequeña es lo mejor que nos ha pasado. —Sí… Y si tuviera que tomar la decisión otra vez, haría lo mismo. Mi amor de madre es tan grande que ni siquiera por ti, dudé al tomar mi decisión. Agradezco este milagro. Jamás imaginé que pudiera abrazar a mi hija, y hoy lo he hecho. Has hecho un gran trabajo y estoy muy orgullosa de ti. —Gracias, pero no hables como si te estuvieras despidiendo, porque eso me rompe el corazón. —Es lo que debemos hacer. Despedirnos. —Pero… Es que yo… ¡No puedo! —Damián… Han pasado 5 años. —Se levanta y toma asiento en la cama. —Tenía una sola cosa pendiente en este mundo, y ahora que la he cumplido puedo descansar en pa
#Nota: Querido lector o lectora, me complace mucho que te animes a leer mi libro, espero que sea de tu agrado y puedas disfrutarlo. Para que puedas entender la trama, te recomiendo que leas mis libros en el siguiente orden: 1: “Ni contigo, ni sin ti”, 2: “Cuando la perdí” 3: “Hojas azules” De esta manera seguirás la línea del tiempo en que se desarrolla la historia, y entenderás la aparición de ciertos personajes, y el por qué de muchas cosas que ocurrirán en esta historia. Por otra parte, te recuerdo que lo que aquí está escrito es producto de mi imaginación, es por eso que algunas cosas no van a concordar con la realidad. Nuevamente gracias y un fuerte abrazo. *** Estoy en la biblioteca, intento concentrarme porque estoy estudiando para el examen de ingreso al posgrado de Gerencia estratégica de costos, en la universidad de Harvard, pues mi padre no deja de insistir en que siga estudiando, para que en un futuro cuando él, deje la política,
“A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en el mismo ataúd.”dijo el gran escritor, poeta, político e historiador, Alphonse de Lamartine. Y no se equivocó, viendo el dolor y el suplicio que vive mi hermano día con día desde que murió Chloe, lo confirmo. Su corazón se fue junto con el de ella, en ese ataúd. Y tal vez el dolor que yo siento jamás se compare con el de él, pero aun así, el vacío y la tristeza que tengo es enorme. —¿Ava, por qué tardas tanto?, ¿acaso crees que tengo todo el tiempo del mundo?, el doctor nos espera. —Grita mi padre, desde el primer piso, muy ofuscado. —¡No iré! —Digo al salir de mi habitación mientras lo veo desde el pasillo que conduce a las escaleras, en la segunda planta. —¿Pero qué dices?, ¿acaso crees que te mandas sola?. No creas que me hace mucha gracia estar de niñero, pero luego de que sufriste un colapso frente a todos en la inauguración del museo Saint Thomas, debo llevarte. «Obviamente, debí deducir que quer
—¿Ava, podemos hablar? —Pregunta mi padre a través de la puerta de mi habitación, luego de haber discutido hace un par de noches, cuando vacíe todo mi contenido estomacal sobre el idiota de Christian Ruiz. —¡Adelante! —Le indico, aunque para ser sincera, no quiero ni verlo, pero seguir enfadada con él, solo hará que me nazcan raíces en esta casa de por vida. Entra, y empieza a caminar por la habitación sin decir una sola palabra. Se acerca a mi escritorio, y observa mi libro de dibujo. —¿Aún pintas? —Pregunta tranquilo y sereno. —¡No! —Respondo tajante, y él abre el libro, lo levanta y me muestra el dibujo de mi hermano junto a sus dos Chloe. —Sé que la extrañas, es un lindo dibujo. —Dice, y lo miro extrañada, la verdad si está siento tan amable conmigo es porque algo quiere, ya que él jamás es así. —¿Qué pasa papá?, dime de una vez a que viniste. —¿Acaso no puedo venir a hacer las pases con mi hija? —¡Si, claro!, ¿cómo si eso te importara? —Me levanto de la cam
Hace un mes que salí del hospital, las molestias siguen, pero intento no pensar en ello, muy juiciosa, tomo mi medicación, y en lo posible he intentado hacerle saber a Damián que estoy bien, pues mi padre me ha puesto un guardaespaldas las 24 horas del día, dice él que para cuidarme, pero sé que también quiere asegurarse de que no me reúna con mi hermano. —Señorita Ava, su padre llamó, me pidió que le dijera que esta noche irán a una cena en honor al gobernador del estado de Arizona. —Me dice Flor, a quien miro con frustración. —¿Otra cena?, ¡estoy harta!, cenas, fiestas, catas, cierres de campaña, galas, partidos de golf, visitas al hipódromo, ¡etcétera!, ¡etcétera!, ¡etcétera!. ¿Hasta cuándo piensa seguirme obligando a asistir a sus estúpidos eventos?, hasta he llegado al punto de servir como intérprete para algunos de sus viejos amigos, que no hablan ciertos idiomas. ¿Qué soy?, ¿su hija o su secretaria? —Digo arrojando el libro que estaba leyendo, y que había dejado sobre l
—¿Un corazón nuevo?, ¿el trasplante ya fue hecho? —Hace 3 días, señorita, solo que desde que salió de la cirugía no había despertado —Comenta Flor. —¿3 d-días? —El dolor se intensifica nuevamente, y empiezo a quejarme. —Por favor no sé esfuerce en seguir hablando, hasta esta mañana retiramos el respirador, es normal sentir dolor, inmediatamente ordeno que le administren los medicamentos para ayudar a controlar el dolor. —Me explica uno de los doctores, intento levantar mi mano para rascar mi nariz, pero me siento tan débil que a duras penas y alcanzo a verla, observo muchos tubos que salen de mi pecho... —¿P-por qué hay tantos tubos?, ¿l-la c-ciru-gía salió bien? —Si, no se preocupe, los tubos en su pecho son para drenar el líquido que se encuentra alrededor de los pulmones y del corazón. —¡Mmm!, en-entiendo. —Digo ya muy cansada por el esfuerzo que me ha supuesto hablar. —Permanecerá una semana internada, para ver cómo evoluciona, ya que duró 3 días dormida inexpli