Capítulo 53
Héctor se burló en secreto, «¿No es más que un inútil e intenta competir conmigo? ¡No sabe lo que hace!».

—Leila, después de todo, Diego tiene una perspicacia limitada, y es inevitable que no sea capaz de distinguir lo que es verdad y falso.

—Pero su intención es buena, de todas formas lo dice por el bien del abuelo, así que no se lo tomemos en cuenta.

El público se sorprendió al oír que Héctor defendía a Diego.

¡Este señor Iglesias era verdaderamente un hombre de virtud y un caballero!

Azucena se rio: —Papá, toma esta píldora milagrosa, ¡es algo muy valioso!

Héctor dijo: —Sí, cuando conseguí la píldora milagrosa, los maestros veteranos dijeron que había que tomarla cuanto antes una vez abierta, o su eficacia disminuiría mucho.

El viejo Jerano también estaba impresionado por tan buena cosa.

—¡Abuelo, no puedes tomar esta píldora tónica, con tu estado físico, tomarla solo será contraproducente! —le aconsejó Diego en voz baja.

Los Jerano eran unos ignorantes, pero él sabía que la supues
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