Sorpresa | Gigi.
Sigo con la mirada como van quitando todos los adornos navideños de la oficina.
- Quita esa cara - pide Miriam quien entra con una malteada en la mano.
- Es que navidad es mi fecha favorita del año - menciono.
- Ahora solo debes de esperar once meses para que vuelva a ser navidad.
Intento lanzarle una mala mirada, pero obviamente no me sale, porque soy un asco en dar esas miradas.
- ¿Qué harás en año nuevo? - me pregunta.
- Gen nos invitó a pasar el año nuevo en su nueva casa.
- Realmente tengo envidia de que tu cuñada sea una modelo tan reconocida como Genedine.
Un comienzo agitado | Gigi.El inicio del año, fue tan agitado como me lo esperaba, tuve una mañana llena de besos y mimos, por parte de James, pero en la tarde ambos teníamos planes.James decidido ver a Sabrina y yo fue jalada por mis locas amigas, todas hablando de nuestro año nuevo.Paseamos un rato por el centro y compramos algunas cosas, para la tarde comimos juntas en el departamento de Estrella, en dónde nos quedamos a dormir.Quisiera decir que los días siguientes me la pasé muy divertida con ellas, pero no era así.Un consejo, nunca esperen un comienzo de año sin sorpresas.Cómo la mía, cuando vine a ver a Estrella pes
- ¡Mateo! - saluda James desde la puerta, mientras me saluda. Mateo baja corriendo las escaleras, cierro los ojos con temor de que caiga de estás, pero gracias a la suerte no lo hace, abraza a James en un fuerte apretón mientras tomo su mochila del sofá. - Bien, aquí están - digo entregando la - tiene tarea de español y matemáticas, por favor no vayan a llegar tarde, otra vez. - Si, si, Gigi, yo me encargo. Asiento antes de agacharme a la altura de Mateo para darle un beso en la frente. - Pórtate bien - pido. - Lo haré - responde antes de salir de casa. - Lo cuidare bien - anuncia James.
Sople de nueva cuenta el flequillo de mi frente para poder ver la computadora. - "Se tu propio jefe"... - leyó en voz alta detrás de mí, Miriam. - Por favor no lo hagas. - pedí un poco cansada. - No he hecho nada. - dijo. - Aggg, no tengo más ideas - dije desesperada dando la vuelta a la silla giratoria. Observé a Miriam con su típica aura de tranquilidad, a diferencia de los primeros días de la semana hoy vestía un pantalón deportivo y camiseta holgada. - ¿Por qué estás vestida así? - pregunté. - Me levante tarde. - Sí, claro. - dije observándola con duda.
Feliz cumpleaños a mi | Gigi. Rasque mi nuca buscando una explicación: Estaba desnuda, en casa ajena, con un tipo apenas separado de mí por un metro, y no tenía ni idea de que hice anoche. La situación era terrible. Cubrí mi cuerpo con la sábana de la cama y busqué en el suelo mi ropa, que fue apareciendo poco a poco ante mis ojos; así como la iba encontrando me la fui colocando. Para cuándo llegue al sillón, solo me faltaba mis bragas, pero no estaban por ningún lado. "Solo son unas bragas." Pensé y sin más me levanté del sofá, dejando ahí la sábana y con toda la delicadeza del mundo salí de la habitación, intenté escuchar la ducha, pero cada vez me iba alejando más. En cuanto llegue a la
Momento de cambios | Gigi. Subí al elevador con impaciencia, ya era tarde para la junta que se hizo de imprevisto. Pero tenía que pasar por mi almuerzo. - Hola, Gigi - saluda uno de mis compañeros de trabajo. De hecho, el elevador estaba casi vacío, solo íbamos cuatro personas. - Hola, Oliver - regrese. Oliver Graham no era un mal compañero, de hecho, era una persona agradable y muy trabajadora, pero... - ¿Qué tal la fiesta? - pregunto. - ¿Qué fiesta? - La de tu cumpleaños - dijo. Casi quise rodar los ojos, ya habían pasado más de dos días de
Una mala cena | Gigi. Los siguientes días se sienten un poco extraños, el aire en la oficina es de estrés puro.James Kend no ha venido en balde, en su mayoría, todos los cambios han sido radicales y apenas ha trabajado con dos áreas de la revista. - En cuanto cambie algo de mi sección - comenta Miriam mientras con su tenedor ataca su lechuga - lo mató. Miriam es muy sensible con su trabajo, amaba lo que hacía y era ejemplo de ello, digo no por algo siempre vestía genial. - Ni siquiera ha llegado contigo - opino tratando de calmarla. - Pues solo falta poco - dramatiza ella. Estaba a punto de decirle que la comida no tenía la culpa por eso, pero Oliver se detiene en nuestra mesa haciendo que me distraiga. - ¿Necesitas algo? - pregunta de mal humor Miriam. Oliver que al igual que muchos en la oficina está acostumbrado a las malas forma de Miriam. - Si - se dirigí hacia mí - ¿Quieres ir salien
Pay de piña | Gigi. Mientras espero en la fila para tomar mi almuerzo algo distraída la voz de una persona me saca de mi ensoñación. - Señorita Anderson - saluda James Kend. Maldigo por mis adentros. - Señor Kend - respondo. Él hace una mueca al oírme. - Eso es demasiado formal - comenta - puedes llamarme James. - Estoy cómoda con lo de señor Kend - digo y el solo se encoge de hombros. - ¿Qué tal su fin de semana? - pregunta. - Bien - respondo, aunque me llama la atención su interés. - ¿Y su cita? - agrega. Abro los ojos más de la cuenta por la sorpresa, como no, si él sabe de eso. - Ha ido bastante bien - miento. - ¿En serio? - me pregunta. - Si, Oliver es un buen compañero - comento. - Si, no lo dudo - dice él - pero el joven Graham no quiere solo ser su compañero. Estoy a punto de contradecir sus acusaciones cuando ya es mi turno de pasa
Paso a paso | James. Después de despedirme de Gigi me fui hacia la oficina de Sabrina quién como era de esperar solo veía la computadora. - Hola - salude. - Hola - respondió apenas levantando la vista. Me senté en el sofá de esta y me puse a ojear las hojas que cargaba. - ¿Qué tal con los trabajadores? - me pregunta. - Bastante aburridos - opino. - Sí, claro - dice ella - excepto Gigi ¿No? Mis ojos viajan ella que sonríe pícaramente. - Si, excepto ella - confirmo. - Si sigues así van a empezar a correr los chismes - me comenta. - ¿Y? - atacó - tu sabes quenunca me ha importado lo que diga. - Sí, es cierto - dice - a todo esto ¿Por qué ella? Sabrina era mi amiga desde muy jóvenes, técnicamente nos graduamos juntos. - Supongoque porque me boto - confieso. Ella se ríe por mi comentario. - Claro - dice - estás sentido de no ser tú e