Locura | James.
Recuerdo muy bien la primera vez que supe que mi hermana estaba chiflada, su idea de irse al extranjero al tener solo diez años y vivir sola.
Claro que ahora enfrente de mi estaba una mujer madura, ya no era esa niña de diez años que creía que lo mejor de la vida era traer gafas oscuras todo el día, ahora era famosa y casi independiente y sin embargo siempre seguiré pensando que es una chiflada.
- Gen estaba por decirme que hacía aquí - le aclaro a Gigi quien parecía seguir en estado de shock.
- ¿Tu mamá está aquí? - pregunta inmediatamente mientras aparta la vista de Gen.
- No, he venido sola y sin que mamá lo sepa y me gustaría que se quedará así - pide viéndome directamente a los ojos.
¡Calabazas! | Gigi. - ¡No toques ahí! - me regaño Estrella antes de que pudiera robar uno de los dulces de la mesa. - ¡Tengo antojo! - En el refrigerador hay chocolate. Bien, podía vivir con chocolate. - ¡Y terminé! - anuncia después de más de una hora. - Que bien y justo a tiempo, porque Noémie acaba de enviar un texto diciendo que viene para acá. - ¿Sabes?, Podría dedicarme a la repostería. - A ti no te gusta eso, no como trabajo por lo menos. - Se ve mejor que lo que hago ahora. - ¿Qué o
Custodia | James. Mis ojos recorren toda la fachada exterior, es un enorme lugar, los enormes lugares me dan miedo, bueno en realidad no es así, sólo estoy muy nervioso. Mis ojos van hacia Gen, quien parece fascinada por la fachada tanto como yo lo estaba. Habían pasado ya no unos días desde su estadía en casa, lo cual había sido de ayuda, porque acompaño a Gigi en algunas visitas al doctor y me ayudó a cuidarla mientras yo no estaba en casa. Por otro lado, Gigi por fin a iniciado el tercer periodo y ambos estamos muy emocionados, pero ni siquiera los dos juntos superamos a Miriam quien está haciendo puntos para volverse madrina del bebé. Gen voltea a verme, como es un poco más baja que yo me observa desde abajo y eso me hace recordar cosas fundamentales de ambos:
Sorpresa | Gigi. Sigo con la mirada como van quitando todos los adornos navideños de la oficina. - Quita esa cara - pide Miriam quien entra con una malteada en la mano. - Es que navidad es mi fecha favorita del año - menciono. - Ahora solo debes de esperar once meses para que vuelva a ser navidad. Intento lanzarle una mala mirada, pero obviamente no me sale, porque soy un asco en dar esas miradas. - ¿Qué harás en año nuevo? - me pregunta. - Gen nos invitó a pasar el año nuevo en su nueva casa. - Realmente tengo envidia de que tu cuñada sea una modelo tan reconocida como Genedine.
Un comienzo agitado | Gigi.El inicio del año, fue tan agitado como me lo esperaba, tuve una mañana llena de besos y mimos, por parte de James, pero en la tarde ambos teníamos planes.James decidido ver a Sabrina y yo fue jalada por mis locas amigas, todas hablando de nuestro año nuevo.Paseamos un rato por el centro y compramos algunas cosas, para la tarde comimos juntas en el departamento de Estrella, en dónde nos quedamos a dormir.Quisiera decir que los días siguientes me la pasé muy divertida con ellas, pero no era así.Un consejo, nunca esperen un comienzo de año sin sorpresas.Cómo la mía, cuando vine a ver a Estrella pes
- ¡Mateo! - saluda James desde la puerta, mientras me saluda. Mateo baja corriendo las escaleras, cierro los ojos con temor de que caiga de estás, pero gracias a la suerte no lo hace, abraza a James en un fuerte apretón mientras tomo su mochila del sofá. - Bien, aquí están - digo entregando la - tiene tarea de español y matemáticas, por favor no vayan a llegar tarde, otra vez. - Si, si, Gigi, yo me encargo. Asiento antes de agacharme a la altura de Mateo para darle un beso en la frente. - Pórtate bien - pido. - Lo haré - responde antes de salir de casa. - Lo cuidare bien - anuncia James.
Sople de nueva cuenta el flequillo de mi frente para poder ver la computadora. - "Se tu propio jefe"... - leyó en voz alta detrás de mí, Miriam. - Por favor no lo hagas. - pedí un poco cansada. - No he hecho nada. - dijo. - Aggg, no tengo más ideas - dije desesperada dando la vuelta a la silla giratoria. Observé a Miriam con su típica aura de tranquilidad, a diferencia de los primeros días de la semana hoy vestía un pantalón deportivo y camiseta holgada. - ¿Por qué estás vestida así? - pregunté. - Me levante tarde. - Sí, claro. - dije observándola con duda.
Feliz cumpleaños a mi | Gigi. Rasque mi nuca buscando una explicación: Estaba desnuda, en casa ajena, con un tipo apenas separado de mí por un metro, y no tenía ni idea de que hice anoche. La situación era terrible. Cubrí mi cuerpo con la sábana de la cama y busqué en el suelo mi ropa, que fue apareciendo poco a poco ante mis ojos; así como la iba encontrando me la fui colocando. Para cuándo llegue al sillón, solo me faltaba mis bragas, pero no estaban por ningún lado. "Solo son unas bragas." Pensé y sin más me levanté del sofá, dejando ahí la sábana y con toda la delicadeza del mundo salí de la habitación, intenté escuchar la ducha, pero cada vez me iba alejando más. En cuanto llegue a la
Momento de cambios | Gigi. Subí al elevador con impaciencia, ya era tarde para la junta que se hizo de imprevisto. Pero tenía que pasar por mi almuerzo. - Hola, Gigi - saluda uno de mis compañeros de trabajo. De hecho, el elevador estaba casi vacío, solo íbamos cuatro personas. - Hola, Oliver - regrese. Oliver Graham no era un mal compañero, de hecho, era una persona agradable y muy trabajadora, pero... - ¿Qué tal la fiesta? - pregunto. - ¿Qué fiesta? - La de tu cumpleaños - dijo. Casi quise rodar los ojos, ya habían pasado más de dos días de