ROMA (2)

La oscuridad del sótano parecía colarse dentro de sus entrañas; la sentía recorrer cada centímetro de su debilitado y tembloroso cuerpo. Hacia solo 10 minutos que el hombre corpulento de barba larga había asomado por el umbral de la puerta y la había rociado con una manguera. El agua helada había aumentado sus temblores y el frio se volvía el cómplice cruel de la oscuridad. Se hallaba completamente desnuda y sabía que muy probablemente había cámaras en la habitación; cámaras tan sofisticadas que aun a pesar de la oscuridad podrían transmitir su desnudez a los monitores de quien sabe cuántos hombres. Probablemente el mismo Conde Di Tella estaba en su habitación, recostado, observándola. Se le revolvió el estómago solo de pensarlo y trató en vano de apartar la idea de su cabeza: estaba siendo despojada de su propia intimidad, siendo

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP