(4)

Rosella colgó el teléfono.

Hasta entonces solo había sido una corazonada (aunque muy poderosa) el hecho de que el hombre al que amaba siguiera con vida. Aquel destello de luz turquesa del amuleto, el mismo que le había dado la certeza de que él estaba vivo, se había ido disipando y cada vez aparecía con menos frecuencia y con menor intensidad. Una ocasión, movida por la curiosidad, Rosella inspeccionó minuciosamente el amuleto en busca de alguna ranura que pudiera indicar que esté utilizaba alguna clase de baterías. Por supuesto, no encontró nada.

Después de terminar la llamada, intentó dormir nuevamente, pero fue en vano. Se sentía emocionada y profundamente inquieta. Sin más deseos de estar sobre la cama, se levantó y comenzó a dar vueltas en la habitación. No se calzó los zapatos, pues a pesar de que el suelo era frío, no

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo