Desconocido: No esperaba nada igual, pero admito que es una buena e inesperada forma de empezar a conocer a mis empleadas.
Helada, peor que un cubo de hielo o la m*****a Antártida ¡Me equivoqué de persona!
No, no, no. Yo sabía que pecaba al enviar esa fotografía tan comprometedora de mi cuerpo desnudo.
Ave María purísima ¡Protégeme del pecado!
Antonio va a matarme, va a dejarme, voy a morir sola, viviré con cientos de gatos a mi alrededor e incluso ellos van a abandonarme.
No tiene porqué saberlo ¿Verdad? Si yo no digo nada, nadie sale herido, menos el hombre que es mi novio desde la universidad. No, no seas una puta infiel, te lo mereces por calienta pollas.
La pantalla sigue brillando por la notificación, esperando a que le responda o al menos le marque el visto.
¿Contesto? No, ya sé que es mi jefe, el mensaje es obvio. Borré la fotografía ¿De qué sirve? Se la envié anoche, y ahora hasta copias debe tener.
¿Dónde m****a quedó tu excelente inteligencia? En la basura, ahí donde está mi dignidad.
María: Haga de cuenta de que no vió eso, olvídelo y envíe mi despido a recursos humanos.
Bien, fui directa y hasta le ordené a mi propio jefe ¡Soy tan valiente como estúpida!
El móvil vuelve a sonar, evidentemente es su respuesta, el bendito aparato cae de mis manos, las mismas que tiemblan sin parar. Joder, he metido la pata hasta el fondo, si no es que más.
Por eso los extraterrestres no nos visitan, por personas ciegas como yo.
Alto, mejor veo que dice el mensaje, puede que hasta lo olvide y no me eche del trabajo de mis sueños, por el que tanto me esforcé.
Desconocido: ¿Olvidarlo? No, nadie es tan ciego. Abrió lo que no debía, señorita Álvarez. Nos tiene, y eso es malo para usted.
¿Nos?
María Isabel Una m****a de mañana, y eso se debe a mi vulgaridad, por ceder a mis deseos carnales estoy aquí, frente al edificio donde trabaja mi amado novio Antonio. Lo pensé y llegué a la conclusión de que él no merece tener a una novia infiel, a una mujer que por querer ser más "liberal" mostró su cuerpo a otro hombre, a uno que resulta ser su nuevo jefe. Me molesta, nunca cometo errores, y ahora cometí más de uno. Tenía que hacerle caso a mi hermana, no debí ser tan zorra de tomarme una fotografía frente a un espejo con mi cuerpo desnudo. ¿Adivinen qué? Mi rostro también es visible ¡Soy una gilipollas! Tengo que enfrentar a mi novio, a mi amoroso y hermoso novio - si, soy un poco más dulce que el algodón-, decirle que por error envié una foto mía a otro hombre. ¿Cómo reaccionará? Nada bien, creo que un hombre que aprecia o quiere a su mujer haría lo que sea para borrar tremendo error. Las cosas no mejoraron, no desde que me levanté en la mañana con ese mensaje de W******p br
CAP 2 María Isabel Cuando digo que hoy no es mi día no bromeaba. Esa fotografía desencadenó un efecto dominó que no esperaba. Una jugada medio inocente fue mi sentencia, e incluso tengo una carta de despido sobre el escritorio. — ¿El jefe? — asiente. — ¿Te ha dicho para qué? Sabes bien para que, pecadora insensata. — No, solo dijo que no tardes. No es un hombre muy paciente o con muchas cosas para decir — siente pena por mí, hasta el diablo debe sentirla. — Muchas gracias, puedes retirarte — le digo amablemente a mi secretaria, ella no tiene la culpa de lo que me pasa. Me desplomo en mi silla cuando cierra la puerta. Tengo que ir y encarar a mi jefe, el mismo que me vió desnuda. No voy a negar que metí la pata muchas veces, la primera fue cuando nací, no fui planeada y eso hizo que mis padres me dejaran al cuidado de mi abuela. Estuve poco con ellos. M****a... ¿Cómo explico la fotografía? Nadie me creería o tal vez si, aquí dentro soy como una santa por mi actitud. Mi celul
María Isabel ¿Casamiento? Okey, creo que la persecución con mi jefe me movió el cerebro del lado equivocado dentro de mi cabeza. Tal vez tenga que ir al médico para un estudio completo, no pude haber escuchado casamiento y jefe en la misma frase. Me he vuelto loca, más de lo que ya soy por naturaleza, es imposible que me case con Baruk. ¿Baruk? Que nombre extraño, buscaré su significado luego. — ¿Casamiento? — lo digo ahora en voz alta, esperando a que lo nieguen y cuando por fin el gemelo dos me suelta. — Casamiento — responde el mismo ser. Hago lo impensable, comienzo a reír como una foca epiléptica con graves problemas mentales. Tiene que ser una broma, una muy bien planeada. — ¡Deje de reírse! Hablan en serio — me regaña Baruk, no deja de acariciar su nalga, estuvo fuerte la mordida. — Baruk, detente, pareces un idiota frotando su nalga, y tú ¿Eres un perro o qué? ¿Qué te pasó por la cabeza para morder a tu jefe? — nos habla enojado a ambos don cara de culo. — Que te mue
María Isabel Es hora de salir de la oficina, no pude concentrarme en los libros a corregir por esos jodidos insoportables que buscan casarme. Hice mal mi trabajo, algo que nunca había pasado, siempre fui muy cuidadosa en cada cosa, no me gustan los errores y yo misma los estoy cometiendo. Me irrita no poder olvidar sus promesas, por más que hayan dicho que se detendrían si me negaba a casarme no les creo, su actitud reflejaba otra cosa, si me quieren me tendrán, eso es lo que ellos aseguran que pasará. Muchos pensarán que soy una tonta por no aceptar una propuesta así, pero mi orgullo no me permite ser dominada por esos hombres, ellos no mandan sobre mí o sobre mi futuro. De dónde viene es normal que manejen a las mujeres a su antojo, la tendrán difícil con alguien como yo. — Voy a retirarme, señorita ¿Desea alguna otra cosa antes de que me marche? — Elona siempre hace bien su deber. — Dos cosas, la primera que me llames María, como ya te lo he pedido hasta el cansancio; y la seg
María Isabel Me duele mucho la nariz, el golpe fue muy fuerte, tanto que ya tengo mis manos llenas de sangre al intentar contener el sangrado, ya no estoy tirada en el suelo, Burak me tiene en brazos como una niña en lo que Amin trata de ayudarme con su pañuelo a detener el sangrado. — ¡María! M... mi amor, lo siento mucho. E...el golpe era para ese mentiroso — todos están pendientes de mi, los gemelos tratan de contener a Baruk, no deja de mirar con odio a Antonio. — ¡Es mi prometida! Y tú escoria de porquería ¡Te atreves a tocarla! — los gemelos tienen fuerza, pero no mayor que Baruk, unos empujones más y logrará zafarse. — ¡Ella es mía! ¡Mi novia! — es tan estúpido, después de lo que hizo tiene cara para venir aquí y pelear por mi como una bestia. — ¡Tuya ni mis tetas! ¡Bestia! — le grito entre sollozos y quejas. No contuve las ganas de llorar, el golpe me afectó mucho, temo que mi preciosa nariz esté rota. Me refugio en los brazos de un desconocido. — M****a... Tenemos que i
Abdil Mi otra mitad y yo salimos del hospital, estamos tranquilos porque ellos no dejarán sola a María, incluso la atarán a la cama de ser necesario, o solo porque Amin quieta mantenerla quieta un rato. — Bueno hermano mío, es hora de trabajar de niñeras de perros — no soy admirador de los animales, algo que no comparto con el sujeto a mi lado. Siempre asegure que los perros o gatos son como los bebés, si, esa clase de comparación hago ¿Por qué no? Ambos cagan, orinan, comen y lloran... No son muy diferentes a los adultos. — No quiero, pero era eso o encerrarla en el baño para que no vaya por su amado pancho — hasta el nombre me parece poco pensando, no solo son nuestros apodos. — Yo sí, tengo ganas de ver su hogar, husmear un poco y descubrir más de ella ¿Eres lento? Por eso iré contigo, algo bueno tenemos que sacar de esto — me río de mi hermano mientras nos acomodamos en el auto. — Ya veo porque tú eres el cerebro del dúo. Hay que investigar cómo lo haría una chica, mejor que
María Isabel Odio estar recostada en una cama sin hacer nada, me siento una completa inútil incapaz de hacer algo, por eso mismo cada que no voy a trabajar limpio de arriba abajo mi departamento, por poco y limpio hasta el del vecino para no quedarme recostada por muchas horas. Amo dormir, pero si paso mucho tiempo en cama comienzo a pensar idioteces, cosas como por ejemplo, mi ex. Si, pierdo el tiempo pensando en Antonio un ser que verdaderamente no vale la pena ni el esfuerzo. — ¿Algo más que necesiten de la tienda? — Burak es el más servicial de todos ellos, ahora mismo anda en plan de mandadero. — Unos condones — dice Baruk a modo de chiste, para ser mi jefe se comporta como un niño. — ¿Qué tamaño? Oh sí, extra pequeño — se burla su primo, con esa misma sonrisa sale de la habitación sin darle tiempo a Baruk a reaccionar. — Ya quisiera tener mi miembro — dice apretando los dientes viéndome — ¿Qué? — me pregunta brusco él homo sapiens. — Dos cosas, la primera es que le bajes a
Amin Desde que ví esa jodida fotografía no ha pasado un día en el que no juegue con mi pene, en la ducha o en la cama me masturbo hasta que mi semen pierde color. ¿Pueden culparme? Claro que no, María es una mujer sexy, con piernas largas y estilizadas, su busto es pequeño, pero así nos encantan a nosotros. Pude ver su culo, y con su comportamiento me está dando la oportunidad de marcarlo con mis manos. Nunca conocí a una mujer con un carácter igual, podría decirse que explota tan fácil como un barril lleno de pólvora, es gracioso verla enojada, no sabe controlar esa rosada lengua que seguramente tiene conocimiento de cómo chupar adecuadamente una verga. Desde que la ví en persona noté que no es fácil de tratar, sabe defenderse a través de las palabras, puede que sea porque vive de leer y corregir obras. Las mujeres de mi pasado eran sumisas, criadas para seguir órdenes, por más ridículas y humillantes que sean, todo por el poder y prestigio que nuestro poder podría darles si sabe