Burak Mes y medio pasó desde nuestra magnífica e inolvidable noche de bodas, somos tan felices que los días pasan con extrema rapidez.La mierda que mis mujeres vivieron no es más que un fantasma que cada día se va desvaneciendo más y más, siendo solo una mala pesadilla que las volvió más fuerte y resistentes emocional y físicamente.Ambas van a clases de defensa de personal juntas, fue uno de los puntos que el psicólogo sugirió para hacerlas sentir bien y a salvo.María no hizo mucho gracias a nuestro hijo, sus clases eran muy básicas, por no decir que solo se sentaba a observar como mi madre sí aprendía más que ella. Algo que no fue de nuestro agrado es que aún no sabemos el sexo del bebé, siempre se ocultaba cuando la doctora lo intentaba ¿No podía hacernos el favor de mostrarse? Más que nada para la decoración de la habitación, lo pintamos de amarillo con algunas decoraciones en verde claro.No hace falta decir que el clóset es gigantesto gracias a los constantes obsequios de ma
AminAmo a María, es la mujer de mi vida y no voy a cansarme de repetirlo hasta que sea el último de mis días, sin embargo ver a mi hijo succionar de su pecho me llena de un amor que jamás creí posible.Uno más puro e irrompible, daría la vida por mi pequeño y frágil niño sin pensarlo dos veces. Muchos días imaginé a mi ahora esposa con vientre abultado cargando a nuestros hijos, pero por mi mente jamás pasó la idea de un sentimiento tan fuerte y protector. Ese niño es lo mejor de mi vida, y me fue dado por la mujer que se ganó mi amor y respeto.Un parto en casa no es para nada recomendable, es más, ambos corrieron tanto peligro que fue un verdadero milagro que la ambulancia los haya encontrado sanos; era eso o arriesgarnos a que ambos murieran de camino al hospital. Los enfermeros y obstresras que llegaron a la mansión nos miraban con tanto reproche que no hicimos más que bajar la cabeza por culpa de vergüenza, nunca permití que nadie me hiciera menos, solo que pensar en las cons
Desconocido: No esperaba nada igual, pero admito que es una buena e inesperada forma de empezar a conocer a mis empleadas. Helada, peor que un cubo de hielo o la m*****a Antártida ¡Me equivoqué de persona! No, no, no. Yo sabía que pecaba al enviar esa fotografía tan comprometedora de mi cuerpo desnudo. Ave María purísima ¡Protégeme del pecado! Antonio va a matarme, va a dejarme, voy a morir sola, viviré con cientos de gatos a mi alrededor e incluso ellos van a abandonarme. No tiene porqué saberlo ¿Verdad? Si yo no digo nada, nadie sale herido, menos el hombre que es mi novio desde la universidad. No, no seas una puta infiel, te lo mereces por calienta pollas. La pantalla sigue brillando por la notificación, esperando a que le responda o al menos le marque el visto. ¿Contesto? No, ya sé que es mi jefe, el mensaje es obvio. Borré la fotografía ¿De qué sirve? Se la envié anoche, y ahora hasta copias debe tener. ¿Dónde m****a quedó tu excelente inteligencia? En la basura, ahí donde
María Isabel Una m****a de mañana, y eso se debe a mi vulgaridad, por ceder a mis deseos carnales estoy aquí, frente al edificio donde trabaja mi amado novio Antonio. Lo pensé y llegué a la conclusión de que él no merece tener a una novia infiel, a una mujer que por querer ser más "liberal" mostró su cuerpo a otro hombre, a uno que resulta ser su nuevo jefe. Me molesta, nunca cometo errores, y ahora cometí más de uno. Tenía que hacerle caso a mi hermana, no debí ser tan zorra de tomarme una fotografía frente a un espejo con mi cuerpo desnudo. ¿Adivinen qué? Mi rostro también es visible ¡Soy una gilipollas! Tengo que enfrentar a mi novio, a mi amoroso y hermoso novio - si, soy un poco más dulce que el algodón-, decirle que por error envié una foto mía a otro hombre. ¿Cómo reaccionará? Nada bien, creo que un hombre que aprecia o quiere a su mujer haría lo que sea para borrar tremendo error. Las cosas no mejoraron, no desde que me levanté en la mañana con ese mensaje de W******p br
CAP 2 María Isabel Cuando digo que hoy no es mi día no bromeaba. Esa fotografía desencadenó un efecto dominó que no esperaba. Una jugada medio inocente fue mi sentencia, e incluso tengo una carta de despido sobre el escritorio. — ¿El jefe? — asiente. — ¿Te ha dicho para qué? Sabes bien para que, pecadora insensata. — No, solo dijo que no tardes. No es un hombre muy paciente o con muchas cosas para decir — siente pena por mí, hasta el diablo debe sentirla. — Muchas gracias, puedes retirarte — le digo amablemente a mi secretaria, ella no tiene la culpa de lo que me pasa. Me desplomo en mi silla cuando cierra la puerta. Tengo que ir y encarar a mi jefe, el mismo que me vió desnuda. No voy a negar que metí la pata muchas veces, la primera fue cuando nací, no fui planeada y eso hizo que mis padres me dejaran al cuidado de mi abuela. Estuve poco con ellos. M****a... ¿Cómo explico la fotografía? Nadie me creería o tal vez si, aquí dentro soy como una santa por mi actitud. Mi celul
María Isabel ¿Casamiento? Okey, creo que la persecución con mi jefe me movió el cerebro del lado equivocado dentro de mi cabeza. Tal vez tenga que ir al médico para un estudio completo, no pude haber escuchado casamiento y jefe en la misma frase. Me he vuelto loca, más de lo que ya soy por naturaleza, es imposible que me case con Baruk. ¿Baruk? Que nombre extraño, buscaré su significado luego. — ¿Casamiento? — lo digo ahora en voz alta, esperando a que lo nieguen y cuando por fin el gemelo dos me suelta. — Casamiento — responde el mismo ser. Hago lo impensable, comienzo a reír como una foca epiléptica con graves problemas mentales. Tiene que ser una broma, una muy bien planeada. — ¡Deje de reírse! Hablan en serio — me regaña Baruk, no deja de acariciar su nalga, estuvo fuerte la mordida. — Baruk, detente, pareces un idiota frotando su nalga, y tú ¿Eres un perro o qué? ¿Qué te pasó por la cabeza para morder a tu jefe? — nos habla enojado a ambos don cara de culo. — Que te mue
María Isabel Es hora de salir de la oficina, no pude concentrarme en los libros a corregir por esos jodidos insoportables que buscan casarme. Hice mal mi trabajo, algo que nunca había pasado, siempre fui muy cuidadosa en cada cosa, no me gustan los errores y yo misma los estoy cometiendo. Me irrita no poder olvidar sus promesas, por más que hayan dicho que se detendrían si me negaba a casarme no les creo, su actitud reflejaba otra cosa, si me quieren me tendrán, eso es lo que ellos aseguran que pasará. Muchos pensarán que soy una tonta por no aceptar una propuesta así, pero mi orgullo no me permite ser dominada por esos hombres, ellos no mandan sobre mí o sobre mi futuro. De dónde viene es normal que manejen a las mujeres a su antojo, la tendrán difícil con alguien como yo. — Voy a retirarme, señorita ¿Desea alguna otra cosa antes de que me marche? — Elona siempre hace bien su deber. — Dos cosas, la primera que me llames María, como ya te lo he pedido hasta el cansancio; y la seg
María Isabel Me duele mucho la nariz, el golpe fue muy fuerte, tanto que ya tengo mis manos llenas de sangre al intentar contener el sangrado, ya no estoy tirada en el suelo, Burak me tiene en brazos como una niña en lo que Amin trata de ayudarme con su pañuelo a detener el sangrado. — ¡María! M... mi amor, lo siento mucho. E...el golpe era para ese mentiroso — todos están pendientes de mi, los gemelos tratan de contener a Baruk, no deja de mirar con odio a Antonio. — ¡Es mi prometida! Y tú escoria de porquería ¡Te atreves a tocarla! — los gemelos tienen fuerza, pero no mayor que Baruk, unos empujones más y logrará zafarse. — ¡Ella es mía! ¡Mi novia! — es tan estúpido, después de lo que hizo tiene cara para venir aquí y pelear por mi como una bestia. — ¡Tuya ni mis tetas! ¡Bestia! — le grito entre sollozos y quejas. No contuve las ganas de llorar, el golpe me afectó mucho, temo que mi preciosa nariz esté rota. Me refugio en los brazos de un desconocido. — M****a... Tenemos que i