04 - Su Perdición.

La rabia se incrementaba con cada paso que daba, del mismo modo que su dolor.

Sentir odio, no significaba no sentir dolor en lo absoluto. Sus tíos eran su única familia, y ella los quería mucho. Roberto era su esposo, y lo amaba pese a tener unos defectos de m****a.

¿Cómo no se había dado cuenta de la realidad?

Los viajes constantes a Londres, los tulipanes de la nada, aquellos vestidos que ella nunca usaba, y; sin embargo, eran los favoritos de su prima. El hecho de no tocarla nunca, y cuando lo hizo, parecía muy arrepentido.

» ¿Qué m****a me pasó para cegarme así? «

Jazmín sabía que valía mucho, pero había renunciado a las cosas que quería para convertirse en una buena esposa para Roberto, y finalmente, terminar muerta.

— Él me mandó a matar — murmuró para sí misma, mientras se ponía de pie —, y matarán al abuelo si no hago nada.

Entonces comenzó a buscar en su bolso, aquella tarjeta que el abuelo mismo le había entregado, y encontró un número de celular, para poder llamar. Sabía que era un inversionista que ayudaba a estudiar el mercado y a potenciar la empresa que deseabas crear. Ella había recibido una cantidad de dinero por su separación, y no podía dejarlo allí, guardado, debía darle uso y generar más, por lo que marcó aquel número, y su piel se erizó al oír aquella voz tan sensual.

¡Joder!

Del otro lado se encontraba Leandro, haciendo los preparativos para una oficina extra para la mujercita que su padre manda. Le prometió que la iba a preparar para el mundo de los negocios, y que mejor que tenerla cerca. Odiaba hacerlo, pero se lo debía a su padre, por nunca molestarlo respecto a sus decisiones y dependencia.

» ¿Por qué situación habrá pasado esa chica, para que su padre desee con tanta intensidad que crezca profesionalmente? «Se preguntaba casualmente, mientras la esperaba.

— Señor, la señorita Jazmín Machado se encuentra afuera — informó su secretaria.

Debía admitir que era muy puntual, pues no hacía ni veinticuatro horas que habían hablado.

Habrá viajado toda la noche, para poder estar aquí.

— Hazla pasar, y acabemos con esto de una buena vez — manifestó.

Se recostó en su silla, mientras veía a la jovencita ingresar, para luego despedirse de su secretaria y levantar la mirada hacia él. El aire se escapó de sus pulmones al ver la inocencia brillar en sus orbes, llevaba un pantalón jeans que, sin darse cuenta, deseo despojarlo de su cuerpo. Y en su rostro se dibujaba una sonrisa tan tierna que deseaba borrarlo con sus labios.

Era la chica más joven y hermosa que había conocido, y supo en ese instante, que fue un error aceptar el pedido de su padre. Fue una trampa.

— Muy buenos días, señor Belmont. El abuelo me ha enviado para hablar con usted — dijo ella de forma cortés, mandando una corriente eléctrica justo en su entrepierna con aquella voz tan suave —. Es un placer por fin conocerlo.

Leandro, se removió incomodo por primera vez, y se abstuvo de mostrar rastros de debilidad. Era considerado el hombre más temible, y jamás una niña le había hecho sentir cosas como estas.

— ¿Cuántos años tienes? — consultó. Parecía una chica muy joven, para adentrarse en este mundo. Otras preferirían ir de copras o de fiestas —. Pareces muy joven.

Sonrió y se sonrojó.

» ¡Mierda! Es hermosa. «

— Es que lo soy, señor. Tengo diecinueve años. Quiero retomar la universidad y adentrarme al mundo de los negocios, pero no tengo idea de lo que es esto — dijo, señalando el lugar —. Nunca siquiera he visto una oficina real.

— ¿Y qué te parece? — preguntó Leandro, poniéndose de pie, y dándole la espalda.

— Grande — respondió ella en un hilo de voz, mientras tragaba saliva.

Para Jazmín, ese hombre era el más alto que había visto, además, la belleza y autoridad que irradiaba su presencia era incomparable. Ella decía que Roberto era intimidante.

Se había equivocado.

Su tío era mucho más intimidante.

El hecho de estar alejados de la familia, y ser tan misterioso, lo hacía ver doblemente atractivo. Y su voz, era una detonante para sus hormonas. Tan varonil y tan aguda, que lo hacía ver seductor.

— ¿Qué era de tu vida? ¿Por qué no estudiaste desde un principio? — Jazmín soltó un suspiro, que no pasó desapercibido para el hombre.

Ella no tenía intención de decirle la verdad, solo tenía un propósito en ese lugar. Volverse poderosa, para poder llevar a cabo su venganza, pero ese hombre la miraba como si estuviera leyendo su mente, y robándose su alma; por lo que le daría, verdades a medias.

— Me he casado, y actualmente estoy divorciada — suspiró —. Necesito valerme por mí misma, porque no tengo a nadie más, y no puedo permitir que me sigan tratando de menos.

El asintió comprendiendo lo que ella buscaba. Caminó hasta quedarse en frente de ella. Jazmín tuvo que levantar un poco la cabeza, para finalmente, poder mirarlo.

— ¿Él no será un problema? — Ella negó de inmediato, perdida en sus ojos oscuros —. Perfecto.

— ¿Perfecto? — cuestionó ella, intentando volver a la realidad.

— Te convertiré en la mujer más preparada e importante del mercado, pero antes, terminarás la universidad o afines, y harás todo lo que te diga — Le dio la espalda —. No me gusta perder el tiempo, por lo que le sugiero que piense bien si quiere estar aquí. Llegar a la cima requiera de mucho esfuerzo, disciplina, lágrimas.

— Lo quiero, señor. Quiero ser una nueva mujer, y no la débil chica a la que tantas veces han humillado — Leandro sonrió satisfecho ante la seguridad de sus palabras.

— Puedes ser tan poderosa como quisieras, solo depende de ti, de tu mente; pero nunca olvides tus valores y de dónde vienes. No debes perderte en el camino — musitó, mientras se sentaba y la miraba fijamente, con esos ojos de halcón —, porque, así como lo consigues, también puedes perderlo todo.

— Lo entiendo.

— Nos vemos mañana, señorita Machado. Puedes retirarte — Jazmín realizó una mini reverencia, y salió del lugar.

Satisfecha por la decisión que iba a tomar.

Leandro por su parte, se sirvió un vaso con agua lleno, para bebérselo de un solo trago, pues de repente, el ambiente se volvió caluroso a su alrededor.

Presentía que esa señorita sería su perdición.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo