Por Alejo
Estaba loco de ganas por ver a Marina y no sé porqué le hice caso a mi amigo y no le avisé que había llegado.
De todos modos me pareció un lindo detalle sorprenderla el día que le iba a proponer matrimonio.
Aproveché para descansar y reponerme del viaje, para rendir como corresponde a la noche, cuando festejemos.
Había mucho que festejar, me había recibido de abogado, aunque Marina nunca me preguntaba demasiado sobre la facultad ni cómo iban mis estudios, yo siempre le decía que cuando me recibiera nos íbamos a casar, creo que no me quería presionar con ese tema, para no ponerme más ansioso.
También íbamos a festejar nuestro compromiso, lástima que mi familia no esté conforme con mi novia, pero espero que pronto se den la oportunidad de tratarla y ver que realmente es una mujer hecha y derecha, que no tiene pajaritos en la cabeza y que pese ser de origen humilde, está a la altura de las circunstancias.
Muchos piensan que yo soy un tipo creído, pedante y juro que no soy así y mi familia tampoco lo es, somos reservados, eso sí, es que tenemos demasiados millones, ni siquiera Marina sabe todo lo que tenemos, por eso sé que ella no está interesada en mi dinero.
Claro que sabe que tengo dinero, pero no sabe cuánto, se va a caer de espalda cuando se lo diga.
En realidad no es que se lo oculté deliberadamente, es que nunca encontré la oportunidad de charlar con ella sobre ese tema.
La veo y solo quiero enterrarme en su maravilloso pecho.
Pienso en su pecho y hasta mi miembro lo recuerda.
Es suave y generoso, sus pezones siempre están parados, duros, coronando la exquisitez de sus tetas.
La deseo como un hambriento.
También tiene una linda cola, se lo hice demasiadas veces por el culo como para olvidarme de él.
Es mi mujer, la que me vuelve loco, la que me es fiel, la que me espera, sabiendo que mi familia no la quiere demasiado y ni siquiera me presiona para venir a casa, aguanta lo que sea con tal de estar a mi lado.
Luego de firmar los documentos de la dirección adjunta de las empresas, voy a hablar seriamente con mis padres y con mi hermana, Marina va a ser parte de nuestra familia y no se merece ningún desplante.
Al marido de mi hermana no le hicieron ningún desplante, claro que él también viene de una familia bastante poderosa, pero tienen más apellido que dinero y a nadie le importó ese tema.
Mis padres con la familia de Edy se llevan muy bien, se encuentran algunas veces, en capital, para cenar y desde que nació la pequeña princesa, son más unidos que nunca.
Cenamos todos juntos y volvimos a brindar por mi título.
-Esta noche me encuentro con mis amigos para festejar, pero no me esperen a dormir.
A mi madre se le fue la sonrisa, sabe que voy a ver Marina.
Por más que lo piense, no entiendo porque no la quiere.
Tal vez son celos de madre, porque soy su hijo menor y el único varón.
Decido ignorar su expresión, no quiero nombrar a mi novia, para que no se arruine mi noche, mi gran noche.
Me ducho con agua bastante caliente, es que el frío apremiaba, estamos en invierno.
Me visto y luego agarró la cajita con la sortija, me salió unos cuántos cientos de miles de dólares, pero para mi adorada novia no escatimo en gastos, se lo merece.
No veo la hora de tenerla en mis brazos, le soy absolutamente fiel y hace casi un mes que no la veo, estoy que exploto de deseo, esa es otra de las razones por la cuál me quiero casar cuanto antes, quiero hacerle el amor todos los días.
Dormir entre sus tetas, despertarme a media noche y chuparselas medio dormido.
Mi miembro está totalmente despierto, trato de distraerme, pronto la voy a ver, hoy no preciso masturbarme mientras la recuerdo.
Estoy saliendo y vuelvo sobre mis pasos, estoy tan ansioso y entusiasmado, pensando en la sorpresa que le voy a brindar a mi novia, y en lo feliz que la voy a hacer, que había olvidado de agarrar los preservativos, tomo dos cajas de tres unidades cada una, es que no pienso dormir.
No llegué a la puerta de mi casa y me llama Walter, preguntándome si ya salí, me pareció que me quería decir algo y no se animó, debe querer decir nuevamente que estoy loco, que espere, que soy joven, y mil cosas más que me dijo durante toda la tarde y por otro lado, me las dice siempre.
Me despido de mis padres y de mi cuñado, mi hermana estaba haciendo dormir a la pequeña Sofía.
Tomo las llaves de mi camioneta y me subo.
Estaba emocionado, pensando que a partir de esa noche cambiaría mi vida, sin saber que realmente sería así, pero no como yo lo esperaba.
Manejé con cuidado, es que mi mente volaba hacia la hermosa cara de mi novia e inmediatamente recordaba su pecho, ese por el que estaba obsesionado, en realidad estoy obsesionado con toda ella, con su suave personalidad, con su bondad, con su forma desinteresada de amar y con su ondulado cuerpo, que era solo mío.
Realmente soy dichoso, solo falta que mi familia pueda ver en Marina todas las cualidades que veo yo.
Estoy Llegando y suena de nuevo mi teléfono, nuevamente era Walter, preguntando en dónde estaba.
Le dije en qué estacionamiento estaba guardando mi camioneta.
Había llegado con mi auto a mi ciudad, pero mi padre justo cambió de modelo su camioneta y aún no se la habían entregado la nueva unidad, la había traído por medio de Walter, no es que tardó más de lo acordado, es que no pudo pasar por la aduana para firmar un documento y Walter había viajado unos días antes, ya que su abuelo no estaba bien de salud y estaba encaprichado en no viajar hasta capital para que lo atienda el especialista correspondiente, el tema es que no había nadie para que firme y así liberar la camioneta en la aduana.
Por eso mi padre viajó con mi camioneta, podría haber tomado otro de sus autos, pero creo que agarró lo que estaba más a mano en el garaje de la empresa.
-Esperame ahí, que ya llego.
Dice mi amigo.
Me estoy impacientando, sólo deseo ver a Marina y tomarla en mis brazos.
Estoy por llamar a mi novia y justo llega mi amigo.
-¿Qué m****a te pasa?
Le digo de mal humor.
-Quiero ver a Marina.
-Ella está en la puerta de la disco.
-Me debe estar esperando, traje la sortija.
Toma mi brazo y lo hace con fuerza.
-Marina no es como pensás.
-¡Basta con eso!
Digo y comienzo a caminar, apurando mis pasos.
-Estás equivocado, ella…
Le doy un empujón y sigo caminando.
Walter apura sus pasos y está cerca mío.
No sé qué le pasa a mi amigo, no quiero escucharlo, solo quiero tener en mis brazos a Marina.
Estaba a media cuadra cuando la divisé, estaba al lado de un hombre, están hablando animadamente, estoy a unos veinte metros, cuándo él le pasa sus manos por la cintura y la atrae hacia su cuerpo.
-¿Qué m****a sucede?
Le pregunté a Walter y cuando me estoy por acercar para reclamarle al que está abrazando a mi novia, ella se cuelga de su cuello y buscó la boca de ese hombre.
El tipo la devoró enterita y una de sus manos bajó hasta su nalga, dándole un juguetón chirlo.
Me quedé parado en donde estaba, mis ojos no podían creer lo que veía, no daba crédito, no podía ser.
Ellos, ajenos a mi presencia, seguían demostrando su amor en público…
Marina parecía totalmente feliz cuando el tipo la manoseaba delante de todo el mundo.
Mi corazón estaba por estallar, pero de angustia.
Ella no puede ser la misma que me manda corazones y emoticones a diario.
Pensé un momento y hacía bastante que no me mandaba todos los días esos emoticones, mucho menos corazones.
Era yo quién la llamaba y quién le mandaba corazones.
Ella sólo me llamaba para lamentarse cuando no se podía comprar algo que le gustaba y yo inmediatamente le mandaba dinero, entonces ella sí me mandaba un corazón.
¿Cómo no lo vi antes?
¿Todos sabían cómo era?
¿Fui ingenuo?
No, no puede ser verdad, tiene que haber una explicación.
-No puede ser verdad.
Digo y comienzo a caminar hacia ellos.
Nuevamente Walter me tomó del brazo.
-Esperá que entren y fijate hacia donde van.
Lo dudo un momento, pero de verdad quería equivocarme cuando pensé que iban a un reservado, a nuestro reservado…
Ella no era así, todo tenía que ser una m*****a broma, tal vez ese infeliz era sólo algún primo lejano…
Veo como entran de la mano.
Luego de unos minutos estamos por entrar cuando se nos acerca Nazareno, otro de nuestros amigos.
Bien, otro más que sabe que tengo terribles cuernos…
No, no puede ser, vi mal.
Nazareno le hizo un gesto a Walter, que no pasó desapercibido por mí.
-¿Todos sabían?
Ninguno me contestó.
Eso me confirmó que todos lo sabían.
Por AlejoEntramos y el lugar estaba lleno de gente, por lo que tardé unos minutos hasta llegar a los reservados de fondo, esos en donde había cierta intimidad.Mis amigos venían detrás mío, mis pasos eran dados automáticamente, creo que arrastraba los pies, o tal vez tardaba a propósito para no descubrir lo inevitable.Me paré unos metros antes de llegar y saqué del bolsillo de mi camisa, la cajita que contenía la sortija que con tanta ilusión y amor compré.Se la muestro a mis amigos, ninguno se anima a hablar.Con el estuche en la mano, sigo caminando, mis piernas tiemblan, mis manos sudan y tengo mi garganta reseca. Malditas discotecas modernas, en donde todos cogen en cualquier lugar, sin importarles si alguien los está mirando.Ya sé que yo hacía lo mismo, bueno, eso en un principio…ya no lo hacíamos más allí, luego de esas primeras veces, siempre íbamos a un hotel.Al llegar al que creía que era nuestro sitio, la vi, ella estaba de espaldas a mí, sentada sobre ese tipo, que er
Por FlorenciaMe retiré a mi habitación y le mandé un mensaje a mi amiga contándole mis planes, a ella le da un poco de miedo, por si me descubren, pero entiende mi postura.Me maquillé, me puse base de maquillaje, sombra en los ojos, más oscura en los párpados y cerca de las cejas esfumé el color con un iluminador, luego delineé mis ojos con un lápiz negro y me puse alargador de pestañas, sin ponerme lápiz labial, por si se manchaba mi ropa, me puse una remera negra, tipo pupera, pero de mangas largas, porque hacía frío, aunque en la discoteca y bailando, no se sentía el frío aterrador que hacía en la calle.Acompañé mi atuendo con una minifalda, corta, muy corta, es verdad que con esa pupera apenas se delineaba mi busto, tenía muy poquito, mi tamaño es pequeño y eso me molestaba un poco, sobre todo por las veces que vi como Alejo besaba a Marina en la discoteca, a principio de este año, vi como le tocaba el pecho imponente y él parecía desesperado mientras lo hacía…A lo que iba es
Por FlorenciaMe di cuenta que no le avisé a Karla, después le voy a mandar un mensaje, pensé.Ellos llegan a un estacionamiento y se encuentran con otro de sus amigos.Escucho que Walter le recrimina a Nazareno porque también se emborrachó y le pide a otro chico que lo lleve hasta la casa, que él iba a llevar a Alejo.Nazareno se va con Cristian y Walter, como puede, sube a Alejo al asiento del acompañante.Cuando pega la vuelta, y antes de subirse a la camioneta, le suena el teléfono.Yo estaba escondida detrás de una columna y de verdad debo ser invisible para todos, porque nadie me impidió entrar al garage ni prestaban atención, como yo, descaradamente, los espiaba.Escucho que pregunta en qué sala estaba internado su abuelo y aseguraba que ya salía para allá.-El abuelo va a aguantar.Me pareció que hasta le temblaba la voz y no me equivoqué, porque hasta sus ojos estaban llenos de lágrimas.Me acerqué en ese momento.-Hola, justo pasaba y escuché tu conversación, sin querer, si
Por Alejo. Me desperté sintiendo los besos más exquisitos que me dieron en mi vida. Seguía estando borracho, no sabía si estaba soñando o sí era Marina. No recordé que la había encontrado con otro, no razonaba, solo sentía un calor en mi zona íntima y un fuego intenso. No tenía fuerzas para abrir los ojos, tal era mi borrachera. Sentía como Marina, mi Marina, se restregaba contra mi miembro y me susurraba en el oído que me amaba. Le subí la pollera, o tal vez se la levantó ella para sentirme mejor. Le acariciaba la cola y le daba chirlos, su cola era tan suave y tan tersa, que me estaba volviendo loco. Me quería enterrar en ese culo, pero me di cuenta que estábamos en mi camioneta. Estaba deslumbrado por su culo, pero ya se lo iba a tomar cuando entremos al hotel, mientras tanto vamos a hacer un rapidito en mi camioneta, siempre me sorprende con cosas distintas. Es la diosa del sexo, siento la exquisitez de su perfume y me volví loco, aún no me había enterrado en sus tetas, c
Por AlejoTraeme un café, le digo a la mucama.Mientras todos se alistan, yo bebo el café parado.Ella era todo para mí…¿Cómo pudo?Estábamos saliendo, mi madre se subió al auto de mi hermana y mi padre se había acercado a la puerta del acompañante de mi camioneta, cuando veo a Marina.Todos la vieron.-¿Qué querés?Le pregunto cortante.Creo que todos bajaron las ventanillas, pese al frío que hacía, para escuchar que hablábamos.-Te amo…perdoname.-Sos una mierda.Le digo.Ella se acercó a mí, lo hizo con los brazos extendidos, pero yo me hice a un lado.-Estoy apurado.Le dije ignorándola, y subí a mi camioneta sin volver a mirarla.Nadie entendía nada.Mi padre se abrochó el cinturón de seguridad y disimuladamente me miraba, tal vez esperando que yo diga algo.Arranqué luego de preguntarle en donde era el velatorio.A las pocas cuadras, hablé.-Tenían razón… Ella es una mierda.Sólo dije eso, mi papá supo que me refería a Marina, sin embargo no me preguntó nada y yo le agradecí el
Por FlorenciaCaminé los pasos que me separaban de mi casa.Me dolían las piernas y no por haber perdido mi virginidad, aunque no tuvo el suficiente cuidado, tampoco sabía que yo era virgen.Me dolían las piernas porque mis músculos no responden, estaba temblando.Me humilló con ganas.Es verdad que no tenía un pecho como el de Marina, pero me dijo que tenía carozos, no tetas…¿No tenía derecho a que me amen, solo por tener un busto pequeño?Me dijo que no se me pararon los pezones…no dejó de tocarme las tetas, mientras hablaba de las tetas de Marina y seguía llamando carozos a mi pecho…a esa altura mi excitación, la del principio, no existía.Tenía asco al tocarme, no entiendo como pudo tener un orgasmo si se notaba su desprecio.Hasta me preguntó que hice con ella, ¡Cómo si la tendría en mi bolsillo!Estoy enamorada de un hombre que me desprecia y me tiene asco.No sólo pertenece a otra clase social, sino que para él vale solo la belleza…y bella es Marina, eso todos lo saben.Alejo
Por FlorenciaTerminé de cenar y me encerré en mi habitación, entonces sí, llamé a mi amiga.Lloró conmigo a través de la línea telefónica.-No quiero vivir más.Le confesé.Era lo qué estaba pensando desde que me bajé de la camioneta de Alejo.-¡No pienses eso! ¡Te lo prohibo!Mi llanto vuelve a surgir.-No puedo más, soy la chica carozo.-¡Es un imbécil!-Puede ser, pero no tengo nada que ofrecerle a nadie.-Gracias por lo que me toca, me ofrecés tu amistad, tu cariño, tu oído, tu corazón, sos más que una amiga para mí, sos como mi hermana.Volvimos a llorar juntas.-Pero él me desprecia, me odia.Le cuento que los vi abrazados.-A lo mejor era una despedida, no creo que esos dos vuelvan a estar juntos.-No lo creo, él la ama.-Flor, hermosa, olvidate de que ellos vuelvan a estar juntos, la encontró cogiendo con otro dentro de una discoteca, un hombre, eso no lo perdona, no es que la vio estando solo, te repito, esa mujer quedó expuesta dentro de la disco, la vio todo el mundo, nadi
Por FlorenciaNos despedimos hasta el día siguiente.Pasaron dos semanas y yo no podía dejar de lado mi angustia.Me sentía morir cada mañana cuándo abría los ojos y mil veces pensé que prefería estar muerta.No le encontraba sentido a mi existencia.Hasta me sentía enferma.Estaba somatizando mi dolor.Tenía el estómago cerrado, pasaban los días y mi estado de ánimo no mejoraba.Ya hacía más de un mes que Alejo había bautizado a mi pecho como carozos.Lo peor es que yo sabía que él, posiblemente, ni estaba enterado de sus palabras y sí estuvo consciente en ese momento, no tenía idea de como me lastimó, me arrojó al vacío, no por no amarme, eso me dolía muchísimo, estaba lastimada porque me di cuenta que no merezco nada, sólo que él me lo hizo saber humillándome muchísimo.Para levantarme el ánimo, esa tarde de sábado, fuimos al shopping y para recordarme que no valgo nada, el destino puso delante mío a Marina.La miré profundamente.Era hermosa, estaba vestida muy llamativa y maquill