Por Alejo
Entramos y el lugar estaba lleno de gente, por lo que tardé unos minutos hasta llegar a los reservados de fondo, esos en donde había cierta intimidad.
Mis amigos venían detrás mío, mis pasos eran dados automáticamente, creo que arrastraba los pies, o tal vez tardaba a propósito para no descubrir lo inevitable.
Me paré unos metros antes de llegar y saqué del bolsillo de mi camisa, la cajita que contenía la sortija que con tanta ilusión y amor compré.
Se la muestro a mis amigos, ninguno se anima a hablar.
Con el estuche en la mano, sigo caminando, mis piernas tiemblan, mis manos sudan y tengo mi garganta reseca.
Malditas discotecas modernas, en donde todos cogen en cualquier lugar, sin importarles si alguien los está mirando.
Ya sé que yo hacía lo mismo, bueno, eso en un principio…ya no lo hacíamos más allí, luego de esas primeras veces, siempre íbamos a un hotel.
Al llegar al que creía que era nuestro sitio, la vi, ella estaba de espaldas a mí, sentada sobre ese tipo, que era bastante mayor que nosotros, todos estamos en nuestros 22 años.
Ese hombre tendría más de 30 años y estaba tan entusiasmado enterrando su cabeza en el pecho que creía que era solo mío, que no se dio ni cuenta que los estaba observando, mis amigos estaban uno a cada lado mío, creo que iban a impedir si decidía agarrarlo a trompadas.
En realidad estaba envuelto en una nebulosa, con baldes de agua congelada cayendo sobre mi cabeza y cuchillos que se clavaban en mi corazón.
Tomé el cabello de Marina y lo tiré hacia atrás, su cuerpo, con el envión, también se fue hacia atrás y sus grandiosas tetas quedaron totalmente expuestas.
-¿Qué te pasa?
Me grita el tipo.
Marina estaba pálida, no sabía qué hacer.
-Veo que no me esperabas.
Le digo con un dejo de sarcasmo.
-¿Qué significa esto?
Le reclama el tipo.
¿Ella jugaba a dos puntas?
Se para y como no, el miembro del tipo quedó en el aire.
Por si me quedaba alguna duda de que estaba cogiendo.
Se arregló la ropa y él tipo guardó su miembro, se le acabó, al menos por el momento, su diversión.
-Yo…lo lamento…me equivoqué…es que…
-¿Qué te pasa?
Le pregunta el idiota que estaba con ella.
-Tres años estuve esperando el momento de recibirme para proponerte matrimonio, ayer cumplí una parte de mi sueño y hoy…
Abro el estuche ante el estupor de mis amigos, que por un momento creyeron que igual le iba a proponer matrimonio.
-Es la sortija que simboliza mi amor y mi lealtad, te fui fiel hasta con el pensamiento, me enfrenté a mis amigos, cuándo pretendían hablarme de vos y hasta con mi familia, que no le dije mis planes, porque el lunes me convierto en director adjunto de Electrodomésticos Monti SRL., pensé que ya nada nos iba a separar para que te conviertas en mi señora…ni siquiera valés mis pensamientos.
-Alejo…te amo, perdoname.
Me reí hasta que las lágrimas saltaron de mis ojos.
-No sos la dama que pensaba, deliraba por vos y por tus tetas que recién ese infeliz te estaba chupando.
-Fue sólo un desliz…
Dijo la muy hipócrita.
-¿De qué m****a hablás? Estamos a punto de convivir, hace seis meses que salimos.
Dijo el tipo.
-Sos una hija de puta, una prostituta cualquiera.
-¡No la insultes!
-Hago lo que quiero y es verdad, vamos a ver de qué vas a vivir cuando no cuentes con mis depósitos bancarios.
Le muestro la sortija.
-¿La querés? ¡Es tuya!
Le estoy por dar la sortija, cuando Walter me la saca de la mano.
-¿Estás loco? ¡Vale medio millón de dólares!
Gritó.
Él no sabía cuánto la pagué, aunque no estaba muy lejos de la realidad la cifra que dijo, pero estoy seguro que lo dijo para molestar a Marina y vea lo que se perdió, por puta, por m*****a.
No entiendo, me tenía a sus pies, soy un excelente candidato, soy millonario y estábamos bien en la cama.
No existe ninguna posibilidad de seguir adelante con ella.
Me quitó todo.
Me sacó la alegría.
No sé porqué lo hizo.
Me tenía íntegro, era solo suyo, deliro por ella.
Lo es todo para mí, realmente algo murió dentro de mí en este momento.
-Ale…amor…perdoname, te amo.
Dijo abrazándose a mí.
Se debe haber dado cuenta que perdió mucho esta noche.
No creo que le importara haber perdido mi amor, al escuchar lo que valía la sortija, sus ojos casi se le fueron para atrás y cuando por fin le dije el nombre de mis empresas, hasta el infeliz que estaba con ella, se calló la boca.
Walter guardó en su bolsillo la sortija, a mí ya no me importaba.
Sentía que mi alma y mi corazón estaban secas.
No es que se acabó lo que sentíamos, ella nunca sintió nada.
Jamás me valoró, recuerdo que la primera noche juntos, en ese mismo sillón de esa misma discoteca, ella se asombró cuando le dije que quería algo serio, para mí no era una aventura pasajera, para mí, ella era el amor de mi vida.
El tipo que estaba con ella debía ser un rata, tenía más de 30 años y cogía en una discoteca como si fuera un adolescente.
Por supuesto que Marina me va a extrañar, al menos va extrañar mi dinero.
Me siento un infeliz.
Perdí a la mujer de mi vida, tal vez nunca fue mía.
Cogió conmigo la primera vez que estuvimos juntos y yo le creí cuando me dijo que solo se había acostado con uno sólo antes de mí.
¿Realmente soy tan ingenuo?
Todos intentaban decirme cómo era ella.
Hasta mis padres deben saber cómo es.
Walter la debe haber visto en la puerta de la discoteca, por eso fuea buscarme.
Recuerdo que estuvo todo el día tratando que yo lo escuche.
Yo estaba obsesionado con sus malditas tetas y no escuchaba razones.
Me incendiaba solo cuándo pensaba en ella.
Es una traicionera, espero que sufra como la m*****a perra que es.
Le deseo lo peor, realmente no le puedo desear nada bueno.
Por suerte y gracias a mis amigos, descubrí su juego, ellos sabían la verdad.
En la facultad me rehusé a engañarla y aunque mil veces moría de ganas de tener sexo, me la pasaba a pura paja.
Fui un idiota.
Con mis amigos, nos dirigimos hasta la barra del lugar, nunca me había emborrachado, sí había tomado un poco de más y lo hice muchas veces, pero emborracharme hasta perder el sentido, nunca lo había hecho, hasta ese momento.
Es que creí que me moría de dolor.
Ella pretendió acercarse a mí, pero Nazareno la alejó.
-Por fin descubrió tu juego, andate de acá, puta de m****a.
-¡Te amo!
Me gritó ella.
La miré y es verdad, es hermosa, sexi, sensual y me vuelve loco, pero la encontré cogiendo con otro en una discoteca y por lo que dijo ese tipo, hacía meses que salía con ella.
La compartía y quién sabe cuántas veces lo hice.
¿Habrá pensado en casarse conmigo?
Puse en sus manos mi corazón, jamás desconfié de ella.
Si en casa se llegan a enterar que le abrí una cuenta bancaria, me dirían de todo, aunque tal vez no, porque se apiadaron de mi dolor.
No era su único hombre y eso debe haber sido desde el principio.
Ella no va a ser feliz, de eso estoy seguro.
La traté como una señora, más que eso, la tenía como a una reina.
Marcó mi vida.
No era nada más que una vulgar prostituta, con ese cuerpo de lujo.
Me gustaría zambullirme por última vez en esas tetas, pero hasta deben tener la saliva de ese tipo.
Estoy muriendo de amor.
Ella arruinó el día que tendría que haber sido uno de los más perfectos de mi vida.
Nazareno había tomado bastante, pero no tanto como yo, que no me podía tener parado.
Pido otro trago, pero Walter, que era el más sobrio de los tres, quiso impedirlo, lo tomé igual.
-Te vas a agarrar un coma alcohólico, ya basta.
No sé en qué momento salimos de la discoteca, creo que Walter nos estaba llevando a la rastra a los dos.
-¿Para qué m****a tomás vos también?
Le dice a Nazareno.
Justo apareció un amigo y le dijo que lo llevé hasta su casa, que él me iba a llevar a la mía.
Nazareno se fue y en ese momento a Walter lo llamaron por teléfono, diciendo que su abuelo se había descompuesto y estaba internado, estaba preguntando por él, al parecer eran sus últimos momentos.
Sé fehacientemente que Walter adoraba a su abuelo.
No podía dejarme y tenía que ir al hospital.
Me subió al asiento del acompañante, cuando escucho que habla con alguien, aunque no entiendo bien que dice, es una chica.
Por un momento pienso que está hablando con Marina y que todo fue una pesadilla.
-Vivo en su cuadra y sé manejar, quedate tranquilo que lo llevo y hasta te aviso cuando llegamos.
Me pareció escuchar eso, aunque luego lo olvidé, apenas arrancó la camioneta, me desmayé o al menos perdí la conciencia.
Por FlorenciaMe retiré a mi habitación y le mandé un mensaje a mi amiga contándole mis planes, a ella le da un poco de miedo, por si me descubren, pero entiende mi postura.Me maquillé, me puse base de maquillaje, sombra en los ojos, más oscura en los párpados y cerca de las cejas esfumé el color con un iluminador, luego delineé mis ojos con un lápiz negro y me puse alargador de pestañas, sin ponerme lápiz labial, por si se manchaba mi ropa, me puse una remera negra, tipo pupera, pero de mangas largas, porque hacía frío, aunque en la discoteca y bailando, no se sentía el frío aterrador que hacía en la calle.Acompañé mi atuendo con una minifalda, corta, muy corta, es verdad que con esa pupera apenas se delineaba mi busto, tenía muy poquito, mi tamaño es pequeño y eso me molestaba un poco, sobre todo por las veces que vi como Alejo besaba a Marina en la discoteca, a principio de este año, vi como le tocaba el pecho imponente y él parecía desesperado mientras lo hacía…A lo que iba es
Por FlorenciaMe di cuenta que no le avisé a Karla, después le voy a mandar un mensaje, pensé.Ellos llegan a un estacionamiento y se encuentran con otro de sus amigos.Escucho que Walter le recrimina a Nazareno porque también se emborrachó y le pide a otro chico que lo lleve hasta la casa, que él iba a llevar a Alejo.Nazareno se va con Cristian y Walter, como puede, sube a Alejo al asiento del acompañante.Cuando pega la vuelta, y antes de subirse a la camioneta, le suena el teléfono.Yo estaba escondida detrás de una columna y de verdad debo ser invisible para todos, porque nadie me impidió entrar al garage ni prestaban atención, como yo, descaradamente, los espiaba.Escucho que pregunta en qué sala estaba internado su abuelo y aseguraba que ya salía para allá.-El abuelo va a aguantar.Me pareció que hasta le temblaba la voz y no me equivoqué, porque hasta sus ojos estaban llenos de lágrimas.Me acerqué en ese momento.-Hola, justo pasaba y escuché tu conversación, sin querer, si
Por Alejo. Me desperté sintiendo los besos más exquisitos que me dieron en mi vida. Seguía estando borracho, no sabía si estaba soñando o sí era Marina. No recordé que la había encontrado con otro, no razonaba, solo sentía un calor en mi zona íntima y un fuego intenso. No tenía fuerzas para abrir los ojos, tal era mi borrachera. Sentía como Marina, mi Marina, se restregaba contra mi miembro y me susurraba en el oído que me amaba. Le subí la pollera, o tal vez se la levantó ella para sentirme mejor. Le acariciaba la cola y le daba chirlos, su cola era tan suave y tan tersa, que me estaba volviendo loco. Me quería enterrar en ese culo, pero me di cuenta que estábamos en mi camioneta. Estaba deslumbrado por su culo, pero ya se lo iba a tomar cuando entremos al hotel, mientras tanto vamos a hacer un rapidito en mi camioneta, siempre me sorprende con cosas distintas. Es la diosa del sexo, siento la exquisitez de su perfume y me volví loco, aún no me había enterrado en sus tetas, c
Por AlejoTraeme un café, le digo a la mucama.Mientras todos se alistan, yo bebo el café parado.Ella era todo para mí…¿Cómo pudo?Estábamos saliendo, mi madre se subió al auto de mi hermana y mi padre se había acercado a la puerta del acompañante de mi camioneta, cuando veo a Marina.Todos la vieron.-¿Qué querés?Le pregunto cortante.Creo que todos bajaron las ventanillas, pese al frío que hacía, para escuchar que hablábamos.-Te amo…perdoname.-Sos una mierda.Le digo.Ella se acercó a mí, lo hizo con los brazos extendidos, pero yo me hice a un lado.-Estoy apurado.Le dije ignorándola, y subí a mi camioneta sin volver a mirarla.Nadie entendía nada.Mi padre se abrochó el cinturón de seguridad y disimuladamente me miraba, tal vez esperando que yo diga algo.Arranqué luego de preguntarle en donde era el velatorio.A las pocas cuadras, hablé.-Tenían razón… Ella es una mierda.Sólo dije eso, mi papá supo que me refería a Marina, sin embargo no me preguntó nada y yo le agradecí el
Por FlorenciaCaminé los pasos que me separaban de mi casa.Me dolían las piernas y no por haber perdido mi virginidad, aunque no tuvo el suficiente cuidado, tampoco sabía que yo era virgen.Me dolían las piernas porque mis músculos no responden, estaba temblando.Me humilló con ganas.Es verdad que no tenía un pecho como el de Marina, pero me dijo que tenía carozos, no tetas…¿No tenía derecho a que me amen, solo por tener un busto pequeño?Me dijo que no se me pararon los pezones…no dejó de tocarme las tetas, mientras hablaba de las tetas de Marina y seguía llamando carozos a mi pecho…a esa altura mi excitación, la del principio, no existía.Tenía asco al tocarme, no entiendo como pudo tener un orgasmo si se notaba su desprecio.Hasta me preguntó que hice con ella, ¡Cómo si la tendría en mi bolsillo!Estoy enamorada de un hombre que me desprecia y me tiene asco.No sólo pertenece a otra clase social, sino que para él vale solo la belleza…y bella es Marina, eso todos lo saben.Alejo
Por FlorenciaTerminé de cenar y me encerré en mi habitación, entonces sí, llamé a mi amiga.Lloró conmigo a través de la línea telefónica.-No quiero vivir más.Le confesé.Era lo qué estaba pensando desde que me bajé de la camioneta de Alejo.-¡No pienses eso! ¡Te lo prohibo!Mi llanto vuelve a surgir.-No puedo más, soy la chica carozo.-¡Es un imbécil!-Puede ser, pero no tengo nada que ofrecerle a nadie.-Gracias por lo que me toca, me ofrecés tu amistad, tu cariño, tu oído, tu corazón, sos más que una amiga para mí, sos como mi hermana.Volvimos a llorar juntas.-Pero él me desprecia, me odia.Le cuento que los vi abrazados.-A lo mejor era una despedida, no creo que esos dos vuelvan a estar juntos.-No lo creo, él la ama.-Flor, hermosa, olvidate de que ellos vuelvan a estar juntos, la encontró cogiendo con otro dentro de una discoteca, un hombre, eso no lo perdona, no es que la vio estando solo, te repito, esa mujer quedó expuesta dentro de la disco, la vio todo el mundo, nadi
Por FlorenciaNos despedimos hasta el día siguiente.Pasaron dos semanas y yo no podía dejar de lado mi angustia.Me sentía morir cada mañana cuándo abría los ojos y mil veces pensé que prefería estar muerta.No le encontraba sentido a mi existencia.Hasta me sentía enferma.Estaba somatizando mi dolor.Tenía el estómago cerrado, pasaban los días y mi estado de ánimo no mejoraba.Ya hacía más de un mes que Alejo había bautizado a mi pecho como carozos.Lo peor es que yo sabía que él, posiblemente, ni estaba enterado de sus palabras y sí estuvo consciente en ese momento, no tenía idea de como me lastimó, me arrojó al vacío, no por no amarme, eso me dolía muchísimo, estaba lastimada porque me di cuenta que no merezco nada, sólo que él me lo hizo saber humillándome muchísimo.Para levantarme el ánimo, esa tarde de sábado, fuimos al shopping y para recordarme que no valgo nada, el destino puso delante mío a Marina.La miré profundamente.Era hermosa, estaba vestida muy llamativa y maquill
Por FlorenciaEl mundo se me viene abajo cada vez que lo recuerdo.-No lo sabe.Le contesté a su pregunta anterior.-¿Se lo pensás decir?-No…es complicado.-¿Es casado? Vos sos menor.-No es casado, aunque es mayor de edad.Le digo para que descarte a mis compañeros.-¿Entonces?-Esa noche le di mi virginidad…pero él estaba borracho y ni sabe que estuvo conmigo.-¿Te violó?-¡No! Pero no me registró…está enamorado de otra chica, aunque ya no salen, la encontró con otro y se emborrachó y estuvimos juntos, yo lo amo o lo amaba.-Tendrías que hablar con él.-No, no puedo, no lo haría ni loca.Me aconseja y es cuando pienso que a lo mejor, si se entera, también me obligaría a abortar, eso nunca lo había pensado porque siempre descarté que Alejo supiera la verdad.Si ya me despreciaba, solo por mi cuerpo, si se llegase a enterar que esa noche quedé embarazada, su odio se dispararía hasta la estratosfera.No quiero que mi bebé sea odiado por su padre, es preferible que Alejo nunca sepa de