"La ira"

El desayuno transcurrió entre un ambiente tenso y cargado de miradas desagradables y lascivas dirigidas hacia Luna. Ella apenas probó un bocado de la comida, sintiéndose abrumada por todas las humillaciones que había soportado por parte de esta familia y, especialmente, de Paul. No podía evitar sentirse indignada por cómo la trataban, como si su estatus económico les otorgara el derecho de menospreciarla y maltratarla sin piedad. ¿Acaso solo una persona ciega podría ignorar la verdadera naturaleza de ese hombre?

La hermana de Paul llegó al desayuno después de un largo viaje, y su presencia trajo consigo un destello de alivio para Luna. La joven se emocionó al ver a su atractivo hermano, y Luna fue testigo de la única muestra genuina de afecto hacia ella en toda la mañana. La hermana de Paul la saludó con un beso y se sentó entre la pareja, irradiando alegría y felicidad.

Para Luna, ese gesto de amabilidad y cariño fue un rayo de luz en medio de la oscuridad y el desprecio que había experimentado hasta entonces. Aunque la situación seguía siendo incómoda y tensa, al menos ahora sentía un poco de calidez y aceptación en medio de aquel ambiente hostil.

—Hermano— Lisa gritó desde el fondo del jardín al ver que su apuesto hermano estaba nuevamente en casa.

Paul educadamente se levantó y abrió sus brazos para recibir a su pequeña hermana.

—Lisa, estas hermosa— mientras la besa repetidas veces.

—Ni tanto, tú estás más guapo cada día— y mientras Lisa estaba elogiando a su hermano, observó a la mujer a su lado.

—Oye, ¿Quién es ella? —

Al principio Luna pensó que sería humillada nuevamente, pero no fue así, Paul volteo y maldijo a sus adentros, de saber que su hermana menor estaría nuevamente en casa, no hubiese vestido a la mujer de una manera vulgar, no le estaría dando un buen ejemplo.

—Ella es Roberta mi prometida— mirando fijamente a Luna, dejando claro que debe de comportarse.

Lisa al escuchar que al fin su hermano había sido conquistado por una mujer se emocionó.

—Oh hermano felicidades, y a ti también hermosa, mi nombre es Lisa y es un placer para mi—

Lisa abrazo con fuerza a Luna, llenándola de su seguridad y alegrías.

Paul le dio una sola mirada a su asistente y este se acercó para pronunciar unas pocas palabras en secreto.

—Padres les pido disculpas, debo salir, tengo un compromiso de la empresa—

Paul se levantó y miró Luna que estaba muy animada conversando con Lisa que no deja de agradecer por dominar a su hermano.

—Será mejor que te quedes en un hotel, no quiero que manches mi casa con malos hábitos, solo regresa para el baile, prometo que ese día podremos anunciar tu matrimonio— Carmela fue clara con su hijo.

A Paul no le importaba pagar por una esposa de mentira, lo seguiría haciendo por muchos años más, Luna al ver las palabras de la mujer sintió impotencia, ella cerro sus puños con fuerza y apretó sus dientes, Paul al darse cuenta la sujetó por los hombros y la volteo, necesitaba calmarla de alguna manera y él creyó que besándola podría hacerlo, pero el solo avivó más el fuego que crecía dentro de la mujer.

Luna sintió morir al ver como el mete su lengua por toda su boca sin permiso, luego del beso todos quedaron impresionados por la manera liberal que Paul estaba llevando su relación, él la guió al interior de la casa para poder ir al estacionamiento, los empleados se encargaran de sus pertenencias, bastó que el educado empresario estuviese dentro del auto con Luna, para que ella golpeara su rostro con una fuerte bofetada, sin miedo a lo que pudiese pasar, ella arremetió contra él.

Bruno abrió sus ojos de par en par, era la primera mujer que se atreve a tocar a su jefe, Paul cambio un rostro a uno lleno de terror, sus ojos llenos de ira, Luna lo miro molesta esperando la reacción del hombre, Paul por un momento alzó su mano y ella sin miedo se enfrentó a él.

—¿Me piensas pegar? Vamos hazlo y acabamos con esta farsa— ella en medio de la ira estaba que estallaba.

Paul bajó la mano y se sentó mirando al frente, el coloco sus manos en sus rodillas y cerró sus ojos, ella se dio cuenta que al hombre le temblaban las manos, además que su rostro estaba marcado por su mano, Bruno entró y condujo hacia el hotel al que su jefe siempre suele quedarse, jamás imaginó que su madre lo correría de casa, pero era de imaginarse, era lo que él estaba buscando desde un principio para no dormir junto a la mujer.

—Señor, hemos llegado—

Paul abrió sus ojos y bajó del auto, dejando a la mujer detrás, Luna ya no estaba frente a su familia, así que estaba apenada con su vestido de mujer de la calle.

—Bruno, ¿podría prestarme su chaqueta, estoy apenada con este vestido— ella lo miró asustada y con pena.

El asistente no dudo en quitarse su chaqueta y se la entregó a la mujer, ella no quería fotos de ella en las revistas como una vulgar, Bruno la guío al interior del lujoso hotel, la llevó por una puerta de servicio, así los fotógrafos no podrían molestarla, todo estaba reservado.

Paul entro a su habitación y lo primero que hizo fue mirarse al espejo, la mujer era pequeña pero peligrosa, ya que le había dejado una gran marca roja.

Él maldijo a sus adentros y busco una funda con hielo, necesitaba desinflamar su rostro.

—Es aquí señora— Bruño la guío hasta la habitación que ella ocuparía.

—Gracias, toma— ella entregó la chaqueta con la que cubrió su cuerpo desnudo.

—Faltan pocos días se valiente— bruno le dio unas palabras de aliento, haciendo que Luna se conmoviera.

—Buenas noches, gracias—

Ella entró a la habitación y lo primero que hizo fue quitarse ese vestido espantoso y lanzarlo a la basura, no quiere volver a colocarse nada así en su vida, si debe enfrentarse a Paul, ella lo hará por su dignidad.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo