Sheldon caminó por el pasillo escuchado los gemidos que salían por debajo de la puerta a cada lado del pasillo delante de él. Sus puños estaban tan apretados que sus uñas se enterraban en sus palmas de forma dolorosa. Mas la idea de ir a buscar a Nadia y llevársela consigo para ponerla a salvo y hacerla suyo inundaba su mente.
Ya sabía cómo estaba construido y distribuido el edificio, en la semana se había dedicado a estudiar tanto el plano como las instalaciones de vista. Ahora disfrazado podría moverse libremente pero no tenía idea de a donde pudieron haber llevado a su omega por lo que por el momento tendría que ir a ese lugar. La sala de cámaras. Los malditos se seguro se estaban masturbando con las miles de escenas sexuales que ocurrían en las habitaciones.
Así que se encaminó hacia allá bajando la cabeza cuando otro trabajador salía de un
Había un ruido constante que taladraba su cerebro. Su cabeza se quería rasgar en dos y salir corriendo por cuenta propia. Su cuerpo dolía acostado sobre una superficie dura, pero a la vez cómoda. Y la clásica pegunta que le vino a la mente… era dónde estaba.Sus ojos se fueron abriendo ligeramente. La luz blanca y cegadora los obligaron a cerrarse otra vez hasta que pudo abrirlos e irlos acostumbrando. Aun así, sus párpados estaban pesados.-¿Estás despierto?- una voz para nada familiar sonó a su lado y Sheldon, con mucho esfuerzo, giró la cabeza viendo a una mujer desconocida. Juró que pudo sentir cada hueso de su cuello tronar. ¿Cuánto tiempo llevaba sin moverse para estar en ese estado?Por la vestimenta, que tardó tiempo en enfocarla supo que era una enfermera, por lo que aquel lugar era un hospital. Entonces…Inten
Una sonrisa se proyectó en el rostro de Sheldon mientras lamía su marca en el cuello de la omega que jadeaba dolorosamente entre sus brazos. El nudo la mantenía pegado a él llenándola otra vez de su esencia y Nadia solo podía estremecerse con los ojos llorosos y su temperatura alta dada el celo. Las feromonas que impregnaban la habitación eran lo suficientemente deliciosas e íntimas para tenerlos completamente embelesados y satisfechos a la vez.Dios, como amaba a esta loba. Sheldon todos los días se preguntaba que había hecho para recibir una bendición como ella de pareja destinada.Abrió la boca y alargando sus caninos volvió a morder a su esposa recibiendo un gemido agudo de ella. Linda.Más bien. Lindo había sido cuando le había propuesto matrimonio de aquella absurda manera. Para cuando lo había recepcionado ya estaba con un anillo al dedo
Leticia nunca se imaginó que Rayan fuera tan cursi, porque si había notado que era alguien bien atento sobre todo si se trataba de su pareja, pero de ahí a esto… Wao. Realmente se estaba luciendo.-Bien Leti, entremos- Rayan volvía de haber dejado parqueada su Bestia después de dejarla a ella frente a una tienda de ropa inmensa con varios departamentos.Por fuera se veían los tres pisos todos acristalados y mostrando ropa de mucho lujo en las vitrinas. Leticia en serio no podía creer que Rayan fuera a…-Vamos a comprarte ropa linda- la sonrisa en el rostro de Rayan era auténtica, mostrando sus colmillos. Como que le gustaba alardear de ellos pues nunca los retraía.-Rayan, yo tengo bastante ropa en mi closet- mintió.Si, su padre tenía dinero y la mitad de su closet estaba lleno de vestidos hechos a medida y ropa carísima que él le h
-No, no, no y mil veces no- decía Leticia peganda la espalda al espejo intentando mantener la mayor distancia de Rayan que pudiese.Ella no usaría lo que el alfa tenía en sus manos. Eso… eso…Por su parte, la sonrisa de Rayan era cada vez más erótica.-Vamos Baby, sé cooperativa. Compláceme, es lo único que te voy a pedir que hagas por mi hoy. Solo son 5. Te los pruebas, yo los compro y después, en mi casa los usamos.A Leticia casi se le cae la quijada de la impresión. Acaso era un demonio ese alfa. Le estaba diciendo que usara ropa interior femenina erótica como si eso fuera lo más normal del mundo. A ella.-Puedes llevarte eso por donde mismo entró. Ni siquiera entra en la categoría de ropa- la omega estaba exasperada y su sonrojo se había desplazado a todo su cuerpo.Rayan hizo una mueca aun sin rendirse.
A pesar de haberse negado tanto al inicio, Leticia estuvo muy cooperativa para dejarse vestir, al menos la parte inferior. Rayan, arrodillado frente a ella, se dispuso a poner primero la diminuta braga pasándola por las piernas blancas y ajenas de vello de Leticia hasta que esta estuvo en su lugar. Ajustó las tiras a los lados como las que se amarraban en su cintura y pasó sus manos sobre las suaves nalgas de Leticia afirmando que sí, la de atrás se había perdido entre los montículos. Entonces encontró que la chica no era ajena a la excitación. Podía oler en ella la humedad en su sexo. Y con una sonrisa Rayan acomodó el encaje sobre este y dio le dio un beso por encima de la tela.Rápidamente Leticia puso sus manos corriendo la blusa de ella cubriendo lo que pudiera. El alfa alzó la cabeza encontrando que el rostro de ella estaba completamente rojo y en el borde de sus ojos hab&ia
Leticia no podía creer que realmente estuviera haciendo aquello, es ese lugar. El cuerpo caliente que se pegaba a su espalda apenas cubierta solo en contraste de aquel piercing en el ombligo del alfa frío, el aliento caliente que acaricia su nuca y el olor de las feromonas que la envolvían la estaban volviendo loca y que atestaban toda la pequeña estancia en una gruesa nube. Mas nunca se imaginó que terminaría con el cuerpo inclinado hacia adelante, con las manos sobre el enorme espejo delante de ella, sus muslos fuertemente apretados y el enorme miembro del alfa detrás de él rozándose entre ellos.-Ugh- gimió mordiendo sus labios.Lo peor de todo es que estaba sumamente excitada. El encaje de la ínfima braga se enredada con el miembro de Rayan que rozaba desde atrás, por todo su sexo húmedo, y donde los dedos el alfa torturaban el pequeño y sensible botón entre sus labios inferiores. El sostén de encaje era un desastre encima de su pecho inflamado y nuevamente lleno de marcas.-Bebé…
Leticia apretó los ojos con fuerza al sentir el látigo golpear justo al lado de ella astillando el suelo. Al menos se había movido los milímetros necesarios para que no la golpeara. Uffff, al menos un alivio. A pesar de tener los ojos cerrados sus oídos seguían igual de afilados. Pero podía jurar a los cuatro infiernos que a esa altura tenía al menos una costilla rota. Un puño pasó rozando su mejilla no impidiendo que su labio inferior se rompiera y por consiguiente la sangre corriera por su la barbilla. Lo último que le faltaba. Ahora como justificaría eso. Tenía una imagen que mantener. Tuvo un impulso de gruñir y demostrarle a los que la tenían allí que ella no era una cachorra indefensa y que podía dejarlos noqueados en solo segundos. Mas se contuvo, más bien, todo ese tiempo no gritó ni una sola vez a pesar de estar de rodillas, con las manos atadas en la espalda y siendo golpeado una que otra vez si podían asentarle. Había sido prácticamente arrastr
Una hora antesLeticia ajustó los audífonos de cascos mirando por la ventana del metro. La música estaba alta, tanto que podía darle dolor de cabeza a cualquiera pero para ella era la única forma de desconectarse del mundo donde vivía. Pues a pesar de residir en una inmensa mansión, que su padre estuviera forrado de dinero, ella no era precisamente feliz.Ocultaba su verdadera naturaleza bajo la fachada de una loba alfa.Ridículo ¿verdad? Pues no para los tiempos actuales.Y ejemplo de ello eran los miles de carteles por todas partes del metro donde promocionaban miles de pastillas para ocultar tu olor y otro millón de sprays con olor que te permitía hacerte pasar por lo que desearas. Porque ya no eran los tiempos de antes, donde un lobo era el alfa de la manada, el resto la simple manada y por último los omegas renegados.No.La sociedad había cambiado tanto, prácticamente habían mutado y los conceptos alterados. Ahora tenías una categoría