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Dios, su cabeza se quería partir en dos.

Gavel se removió ligeramente. No era solo su cabeza, su cuerpo también dolía un poco y tenía algo de frío. Llevar su cuerpo al límite con el alcohol no era nada bueno y menos para alguien como él que tenía que tomar el triple de una persona normal para empezar a emborracharse.

Hizo un sonido con la garganta que estaba algo hinchada ¿En serio? ¿Tenía fiebre? Él no se enfermaba. Los alfas tenían una salud casi perfecta entonces por qué demonios parecía que le había pasado una rastra por encima.

Se removió para quedarse paralizado. Esas no eran sus sábanas. Si eran suaves pero él era realmente quisquilloso con la tela que compraba para su cama. Un olor suave y familiar le llegó a su nariz y abrió los ojos de golpe. Solo había una persona que olía tan bien. No

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