Leticia guardó el celular en su bolsillo después de ver el mensaje que acababa de recibir de la persona que menos quería saber en ese momento. Rayan y el grupo de los tres pésimos espías se habían adelantado unos pasos por delante hasta que el alfa líder se percató de que la chica no iba a su lado y se giró caminando hacia ella.
-¿Ocurre algo? No te ves muy bien-
Fue entonces que Leticia se dio cuenta que había dejado caer su habitual máscara que ocultaba sus reales sentimientos. Al momento esta volvió y una sonrisa media cruzó su rostro.
Había un sonido constante, atormentador, que penetraba en su cabeza junto con el olor a humedad. Espera ¿por qué había olor a humedad?Leticia abrió sus ojos de golpe solo para que la oscuridad se cerniera más sobre ella. Apenas una bombilla vieja iluminaba dónde estaba y ahí estaba la pregunta. ¿Qué demonios era ese lugar? ¿Cómo había llegado allí?Tenía un fuerte dolor de cabeza y algo húmedo recorría su sien, pero no sabía que era, estaba confundida. Intentó moverse llegando a ella el sonido de cadenas chocar entre
Rayan sintió que su mano temblaba al escuchar una voz diferente y a la vez muy conocida del otro lado de la línea. Se paró el celular de su oído para verificar que no se había equivocado, pero no, en la pantalla estaba escrito el nombre de Su esposa. Tragó en seco. Eso solo significaba una cosa.-¿Dónde está Leticia?--Preocupado por la cachorrita, no te preocupes aun no lo he hecho aullar, estoy seguro que será hermosa cuando lo haga-Rayan gruñó tan fuerte que los que lo rodeaban se alejaron notoriamente. Los iris del alfa habían tornado intensos y su pupila apenas un punto en su interior.-Te juro que si la tocas, te…--¿Qué harás?- Scard se rio del otro lado- Sabes, es realmente divertido ver como una omega debajo de ti, muere del agotamiento por el sexo, embriagada por las feromonas alfas-La mención de aquello hizo que un estremecimiento recorriera a Rayan, sabía perfectamente a lo que se refería.-Ella…- se alegró que su voz no se que
Pocas veces en su vida, Leticia entraba en pánico, esta era un de esas contadas veces. Verse con las manos y la ropa manchadas de sangre y un cuerpo inerte sobre ella era más de lo que podía soportar. Había…había matado a alguien.Si esto salía a la luz, que demonios iba a pasar con su vida. De seguro su padre la mataba de esta y su secreto saldría a la luz y todo por lo que había estado luchando se iría por la borda, arrastrando a su prima detrás. Era terrible. Su cuerpo comenzó a temblar considerablemente dejando caer el hierro al suelo con un sonido sordo. La respiración no llegaba a sus pulmones, estaba hiperventilando. Todo se volvía blanco a su alrededor, no era buen indicio y menos cuando comenzaron a oírse sonido desde el exterior.Leticia se aterró más. No podía ser encontrada con el hombre muerto, no sabía cómo enfrentar a todos. Aun con su cuerpo todo adolorido por los estragos de las feromonas dentro de ella se levantó con rapidez muy inestable. Jadeaba
Tenía frío, mucho frío, las gotas de lluvia golpeaban algunas partes de su cuerpo sobre aquella moto que iba a una velocidad que en otro momento tendría miedo más no ahora. Rodeó la estrecha y fuerte cintura del alfa delante de ella, con fuerza y se pegó todo lo que pudo a su espalda, así estaba mejor. A pesar de que su ropa estaba empapada aún sobresalía la deliciosa fragancia de alfa y eso la ponía inquieta sobre todo en su zona inferior.Ahora mismo se estaba dejando llevar por su parte más primitiva, aquella que le había sido negada por tantos años y que quería abrirse a aquel alfa y que la hiciera suya. Era algo tan ilógico para ella que había sido criada privada de los placeres sexuales y todos los temas relacionados a ellos. Utilizaba muchos medicamentos para ocultar su naturaleza y hacerse pasar por lo que no era, así que la única forma de delatarla era si algún dedo se iba por mal camino, tocaba su agujero que por más que hiciera no podía evitar que lubricara cuando e
Leticia se quedó sentada en el inmenso mueble esperando que el alfa regresara de la cocina, de donde salía un olor agradable. En el televisor estaban circulando imágenes que por más que se concentrara era imposible que pudiera atenderlas, estaba ansiosa. No acostumbraba a quedarse en otra casa que no fuera la suya o la de Cassandra, y esta no era la de cualquiera, era la de Rayan, aquel con quien se había revolcado en plena calle sin importarle ni siquiera el lugar.Respiraba pausadamente. Su cuerpo estaba pesado y cansado. La situación con Scard había sido realmente estresante. Bajó la mirada hacia su pulgar y fue cuando notó que todavía estaba dislocado, ya ni siquiera sentía dolor en esa zona. Masajeó a su alrededor y con un rápido movimiento lo devolvió a su lugar callando un gemido mordiendo su lengua. Se la pensaría varias veces la próxima vez que lo tuviera que hacer.Curiosa por saber qué hacía Rayan se levantó y caminó hacia la cocina. Allí estaba él sirviendo e
A pesar de todo el entrenamiento al que había sido sometida había algunos aspectos en los que Leticia todavía tenía que trabajar. Uno, era específicamente su lengua. Esa que ahora el alfa devoraba como si fuera lo más sabroso del mundo incluso arañándola con de sus colmillos.La razón, tenía que evitar que volviera a moverse suelta delante de no solo de este alfa sino de cualquiera. ¿Qué tenía en mente cuando aceptó tener sexo con él? Pues una buena follada porque raciocinio no era.Agradecía lo fuerte de los supresores porque con todas las densas feromonas del alfa que danzaban en la habitación cerrada hubiera entrado en celo como aquella vez. Maldito lo perfecto que era este alfa, con razón podía dirigir al grupo que estaba a su servicio.-No dejes marcas- jadeó cuando el alfa comenzó a besar su cuello con fuerza masticando la piel debajo de sus labios. Los dedos se apretaban sin reparo sobre su cadera queriendo arrancar el short debajo.-No me desnud
Leticia estaba tirada completamente sobre el sofá, con la boca abierta y un hilo de saliva corriendo por el costado sin poder contenerlo, un brazo sobre sus ojos, la respiración tan agitada que era doloroso verlo y las piernas abiertas conteniendo la cadera del alfa que se movía sin mesura dentro de ella llevando toda su hombría desde la punta a la base en su interior. A cada embestida no podía evitar soltar un chillido y arquear su espalda y un mar de sensaciones embriagadoras la envolvían.Las feromonas de alfa de Rayan se vertían sobre ella como una cascada estimulándola tanto que apenas si recordaba su propio nombre, solo podía jadear como una perra en celo pidiendo ser follada hasta desvanecerse, y lo peor de todo aquello, es que se sentía demasiado bien. Mentiría si dijera que no dolía algo, quizás el placer estaba por encima por eso la sensación era mínima, pero estaba abierta hasta el límite, tal vez un poco más, incluso para ser una omega y el alfa la penetraba con fu
Leticia abrió los párpados que pesaban como dos piedras, al igual que todo su cuerpo. Su mente estaba tan confundida que apenas si podía definir donde estaba. Los rayos del sol se filtraban entre las cortinas oscuras iluminando lo que debía ser una habitación, pero no era la suya. Levantó la cabeza un poco de la mullida almohada, estaba boca abajo así que solo pudo alzarla un poco para después dejarla caer bruscamente. Todo su cuerpo dolía ¿y por qué dolía?Un suave sonido, detrás de ella, el aliento caliente y constante de alguien golpeado en su nuca y el peso de un brazo alrededor de su cintura desnuda hizo que su mente se aclarara de golpe. El suceso con Scard, la huida bajo la lluvia, la aparición de Rayan y…y…HABÍA TENIDO SEXO CON ESE RAYAN.Esto hizo que se moviera brusco en la cama, haciendo que el brazo sobre ella se presionó hacia abajo manteniéndolo en su lugar.-Es temprano, no dormí en toda la noche, déjame un poco más- la voz soñolienta del alfa resonó