Charlotte se encontraba con Austin Wilson con el que tenía más de seis meses saliendo, son novios, esa mañana había confirmado una sospecha que tenía y lo llamó para que se vieran esa tarde.
— Qué bien Charlie— dijo él— también estaba a punto de llamarte porque necesito hablar contigo de algo muy importante. Así habían quedado, ella estaba ilusionada con lo que él le había dicho, de seguro le pediría matrimonio y por fin fijarían una fecha, debido a la noticia que ella tenía entre manos lo mejor era que fuese lo más pronto. Se esmeró en su arreglo personal, quería estar deslumbrante para su novio, cuándo empezaron a salir no estaba tan entusiasmada por tener una relación, el no le inspiraba confianza, además apenas había cumplido veinte años, pero poco a poco se fue encariñando con el hombre y se vio dándole el sí cuando le pidió que fueran novios. Pronto empezaron a tener intimidad física, era lo normal entre una pareja de enamorados como ellos, él tenía veintiocho años y ella esperaba que pronto la eligiera como esposa, siempre le había dicho que era la mujer perfecta para él.. Ella esperaba con expectativas a que él comenzara a hablar, pues apenas la vió le dijo:— Antes de que tengas algo que decir querida, me gustaría empezar yo con lo mío, a Charlotte le pareció genial y respondió:— ¡Me parece perfecto cariño! Él sonrió algo nervioso, ella pensaba que era natural su ansiedad, espero con paciencia a que él se calmara, pero pasaban los segundos y la aprehensión se apoderó de Charlotte, así que se escuchó diciendo:— ¡Me tienes en ascuas cariño! ¡Ya termina de decirlo! — Tienes razón, disculpa mi crueldad— dijo el contrariado— Charlotte, sabes de mis sentimientos hacia ti, he estado hablando con mis padres y ellos me han exigido de manera amable, a que apresure mi decisión de elegir una esposa. Ella al escuchar a Austin decir esto, suspiró satisfecha y se preparó para escuchar la tan anhelada pregunta. — Por ese motivo, tenemos que culminar nuestro noviazgo, sabes que tu y yo no sólo somos de la misma élite social, eres pobre, como comprenderás, en mi estatus de hombre de negocios, no puedo elegir a alguien por debajo de mi rango social. Charlotte abrió la boca y los ojos al mismo tiempo por la sorpresa que experimentó, ¿qué estaba diciendo? Aquello tenía que ser una broma de muy mal gusto de parte de su novio, muchas veces le dijo que a él no le importaba si ella no tenía dinero, para eso él lo tenía. — No te entiendo cariño, ¿a qué te refieres? — dijo ella confundida por completo, nunca te importó si tenía dinero o no. — Lo sé, pero mis padres me han amenazado Charlie,por eso es mejor que no nos veamos más, no podemos ser novios, mucho menos establecer un compromiso de matrimonio, tu no tienes un centavo como patrimonio, ¡Tu padre es solo un empleado de Seguridad de mi empresa! — ¡Eso lo sé y hasta ahora nunca te había importado ¿Por que esa tontería es importante ahora? Además se supone que nos amamos y lo menos importante es el dinero— dijo ella reflexionando. — En éste caso sí es importante porque son mis padres los que no desean que me relacione con una pobretona— dijo él. — ¿Te estás escuchando Austin? ¿Acaso eres un pelele? ¿No tienes decisión propia?— preguntó ella enojada— yo no estoy contigo por dinero, si no por ti mismo. — ¡Lo sé, cariño y lo siento! Charlotte, no puedo hacer nada por tí, ya me comprometí y voy a casarme con otra chica— dijo él con crueldad. Ella movió la cabeza en un gesto de incredulidad, se había acostado con éste pusilánime, pensando que era el amor de su vida, al punto de haberse embarazado, ¡Que idiota había sido! Sintió lástima por él, ¡Ella era la que le quedaba grande como mujer! Se levantó para salir y él intentó detener a la chica diciendo:— Tú también querías decir algo, ahora es tu turno. Ella lo miró y dijo:— ¡Ah sí! Pensaba decirte que estoy esperando un hijo, pero ahora solo digo: ¡Vete al demonio! Salió de allí caminando muy erguida, no podía creer que había perdido seis meses de su vida con aquel cretino, se dirigió a casa, necesitaba hablar con su padre de lo que el idiota de Austin le había hecho;.vivía en una pequeña casa de solo dos habitaciones, allí estaba su padre, ella venía a contarle la desgracia que le acababa de suceder, pero lo vió derrotado por completo. — Papá, ¿qué tienes, estás enfermo? Tu cara me asusta, cuéntame por favor— dijo ella. — Tengo terribles noticias hija, me despidieron de mí trabajo— dijo él con tristeza— ¿puedes hablar con tu novio? Debe haber un malentendido. Entonces ella se dió cuenta que Austin era lo peor que le había sucedido. — No papá, no hay ningún error, sé deshizo de nosotros porque somos un estorbo en sus planes — ¿Hablaste con él? ¿Te lo dijo de esa manera? — preguntó su padre contrariado— ¿Y su promesa de ascenso? Solo fue para conseguir que fueras su novia. — Austin me terminó, va a casarse con una mujer de su estátus social, así me lo echó en cara— dijo ella con tristeza— ¡Es un idiota! ¿Qué vamos a hacer papá? Él movió la cabeza de un lado a otro de manera negativa. — Conseguir otro trabajo y tú olvidarte de él— dijo el padre de Charlotte. — ¡Oh papá, es que hay algo más que necesitas saber— dijo ella a punto del llanto— Me acosté con él, pensé que era sincero en sus promesas, y ahora estoy embarazada. Él se pasó las manos por sus cabellos angustiado, pero ella dijo:— No te angusties papá, saldré adelante con mí hijo, hay que seguir, yo voy a trabajar para los dos— dijo ella— hay que yo tengo unos ahorros, con eso podemos vivir si deseas conseguir algo, pero no te apures. — También debo trabajar, ahora crecerá la familia, con mí nieto, me alegra por un lado, pero me entristece la maldad de ese muchacho, de verdad creí que era sincero, cuando habló conmigo. Ella lo abrazó, sabía que no estaba nada fácil la vida para los dos, y menos con un bebé en camino, pero no se iba a dejar vencer, era joven y podía trabajar, mientras no se notara su embarazo, ya después vería que se hacía. — Voy a caminar un rato papá, estaré acá para preparar la cena, necesito pensar— dijo ella.Él sonrió y la vió salir, ¿qué podía decirle?Charlotte no era una mujer pesimista, al contrario, siempre veía soluciones donde otros se rendían, salió hasta un pequeño parque, necesitaba buscar alternativas para solucionar, se sentó en uno de los bancos, el sol aún estaba alto, veía a las personas caminar cada quien sumergida en sus asuntos. Pensó en Austin y en su bebé y entonces se dió cuenta que estaba sola, por nada del mundo se iba a deshacer de su embarazo, saldría adelante a pesar del panorama oscuro que tenía por delante, no pudo evitar las lágrimas, aunque no era llorona, pero ésta vez necesitaba dar rienda suelta a lo que sentía. Un hombre se sentó al lado de ella y le ofreció un pañuelo, ella se volvió a ver de quien se trataba y él la miró con una espléndida sonrisa. — ¡Gracias! — dijo ella. — Al parecer estás en problemas— dijo él solidarioElla se sintió incómoda ante la presencia de este hombre con aire de salvador, notó que estaba muy bien vestido. — Como cualquier persona— dijo ella evitando decir algo más.Él se sentó al lado de ella. — Quizás, si me lo cuentas, podría ayudar— dijo él. Charlotte se removió incómoda en su asiento.. — No estoy acostumbrada a publicar mis problemas con desconocidos— dijo ella.Él se levantó y se colocó al frente de ella y dijo:— Vamos a solucionarlo de inmediato; soy Nathaniel Hasting, señorita, un placer conocerte.— Interesante— dijo ella— soy Charlotte Lewis, pero eso no hace que yo confíe en tí. — Es cierto, disculpa mi falta de consideración, la verdad cuando te ví tan vulnerable, pensé en que quizás podamos ayudarnos mutuamente, también tengo un problema muy serio— dijo él. Ella permaneció callada a la espera de que él continuara, entonces él dijo:— No piensas preguntar, ¿cual es mi problema?— su voz era de decepciónCharlotte no se sentía animada a participar de la conversación con Nathaniel. — Es que no sé si pueda ayudar a alguien en éste momento— dijo ella— salí un momento para pensar, relajarme y tú solo me estás ocasionando estrés. Él habló con desesperación. — ¡Oye, no seas tan indolente! Tengo un problema muy serio; ¿¡y no te interesa escuchar!? — dijo él— te aseguro que puedes ayudarme, déjame contarte Charlotte. Ella rodó los ojos con fastidio y dijo:— Me imagino que no me dejarás en paz, así que soy todo oídos; ¿Cual es tu problema y cómo puedo ayudar? El hombre se re
La cena estuvo muy buena, era un hermoso restaurante, después llegaron a casa y en la pequeño sala de la casa, tenían ésta conversación; el padre de Charlotte aún no podía creer lo que éste hombre seguía asegurando y dijo:— Señor Hastings, como le dije antes, ya me habían hecho ese tipo de promesas, no tenemos propiedades, somos pobres, no tengo un centavo en mi cuenta. — A partir de mañana eso cambiará, sucede Christopher que tengo como ayudarte, no me llames señor, soy Nathaniel o Nathan, al final seremos familia, quiero pedirte disculpas, por las promesas que antes no te cumplieron,no te fallaré, lo prometo, quiero que se convenzan de que yo soy mejor que el Austin ese— dijo despectivo. — ¿Desde cuándo se conocen? — dijo Christopher, mirando a su hija. —Desde hace unas horas papá— dijo ella. — ¿Y por qué tenemos que creer que va a casarse contigo?— preguntó Christopher con interés.Nathaniel se acomodó en su asiento y respondió sin ninguna dificultad. — Resulta que tengo u
— Por favor Nathan, deja tu sarcasmo, tu sabes que me preocupo por ti, y me alegra tu felicidad, mis sentimientos por tí son sinceros, eres mi familia, puedo decir que eres un hijo más para mí— dijo Meredith con voz afectada. Nathaniel la observó y su sonrisa sarcástica se pronunció más al decir:— La verdad no quiero imaginar tu trato si no tuvieras afecto por mí, por cierto voy a ser papá, por eso estábamos hablando de una fecha para realizar la boda lo más pronto posible. — ¡Esa si que es una noticia! ¡Felicidades! Y no dudes de mi cariño; vamos Emma necesitamos descansar— dijo la madrastra de él con voz áspera— hasta mañana querido hijo, esperamos conocer pronto a la afortunada. Él solo rodó los ojos en señal de hastío, y se dirigió a su habitación, qué diferencia había en Emma desde que se había casado con Benjamín, se veía nerviosa, de mirada huidiza, y cabizbaja, al contrario de cuando andaba con él como su novia era alegre y de buen humor, ¿qué le estaría haciendo su her
— Charlie, no te pongas así, discúlpame tú a mí— dijo él con rostro afectado— debe ser el estrés de estar con los banqueros. Ella sonrió, se dio cuenta que Emma era un tema que le afectaba notablemente a Nathan, así que mejor quedarse quieta, decidió preguntar lo que realmente era importante en ese momento. — Cuéntame ¿ En qué trabaja mi padre específicamente?— preguntó con timidez. —Al inicio estará a prueba para saber que tan proactivo es a nivel de cuentas y negocios, ya veras que le irá bien— dijo él— ¿Cuando te parece mejor la boda, en una o dos semanas? — Quedamos que en dos sería mejor — dijo ella— dejémoslo así. — ¿Tienes tu documentación a la mano para ir adelantando los trámites?— dijo él. Ella buscó y le enseñó los que él le pedía, entonces él preguntó:— ¿Tienes una cuenta bancaria? — Sí,¿ para que la necesitas?— preguntó extrañada. — Para hacerte una transferencia y puedas tener para tus gastos y compres tu vestido o ajuar de novias sin que yo lo vea— respondió él
Dos semanas más y estaría casada con un hombre que apenas conocía, todo por interés, necesitaba dejar de ser pobre, quieras sonaba feo el que ella pensará así, pero haber sido objeto de burla para Austin, le mantenía un sabor amargo en su boca.Aún no hablaba con Nathaniel Hastings de las condiciones de vivir en pareja, ella suponía que no tendrían contacto físico, aunque todos creyeran que el bebé era de él, al día siguiente fué para hacer las compras necesarias para su matrimonio, un vestido adecuado, imaginó que debía acercarse a una tienda exclusiva por el tipo de hombre que era él.Llegó a un lugar y apenas entró una mujer se levantó para salir a su encuentro.— Buenos días— la voz seca de la mujer que atendía la boutique le sorprendió y sonrió al decir:— Quisiera ver los vestidos de novia — dijo Charlotte un tanto incómoda al ver la hostilidad reflejada en el rostro de la mujer.— ¿Qué deseas? ¿Entrenarme para ver que robas?— contestó la mujer muy erguida.— Señora, tengo para
Meredith se levantó y de inmediato se puso frente a Charlotte y extendió su mano diciendo:— Lamento haber sido tan grosera; ¿Me disculpas?Charlotte casi estalla en risa al ver la cara de al mujer, pero se contuvo, estiró su mano estoicamente y respondió:— Todo está olvidado, ¿Podremos ir a nuestras habitaciones? — dijo con voz afectada.Está vez fue Nathan que reprimió una sonrisa y dijo:— Vamos cariño, el Oscar nos espera— ésto último lo susurró al oído de Charlotte.Ella, su padre y Nathaniel subieron hasta llegar a dónde le correspondía estar de ahora en adelante en aquella casa.Christopher se quedó mirando los chicos con expresión de interrogación en su rostro y Nathan explicó:— Recuerda que debemos guardar la apariencia y ante ellos Charlotte espera un hijo mío, no te angusties es solo para evitar dar explicaciones — dijo él con practicidad.Nathan y Charlotte entraron a la habitación de ellos y ella abrió sus ojos ante el esplendor que veía en aquel lugar.— ¿Te gusta C
Esa mañana, fue emocionante para Charlotte, nunca hasta ahora había ostentado un anillo en el dedo anular de su mano y lucir uno nada más y nada menos que de diamantes era una verdadera sensación. Nathaniel era un hombre orgulloso y Meredith con su comentario acerca de la alianza del compromiso, le hizo tomar una decisión que ni siquiera había pasado por su cabeza de comprar el más costoso para que su novia luciera, allí mismo en la joyería se arrodilló y le dijo a la chica:— Charlotte Lewis, ¿deseas casarte conmigo? Su voz estaba llena de drama, pero estuvo bien para Charlott, que lo sintió como una grandiosa actuación.Ella también con su toque de drama dijo:— ¡Oh cariño me hace tan feliz escucharte y sí, me casaré contigo amor mío!El hombre dueño de la joyería sonrió satisfecho de aquella venta, 'se dijo que se veían un poco exagerados al manifestar su amor, pero así eran los enamorados, todo lo exageran'Salieron de allí y Nathan le preguntó:— ¿Crees que convencí al dueño de
En la empresa Nathaniel estaba reunido y de repente entró Benjamin sin previo aviso preguntando:—¿Desde cuándo trabaja acá el padre de tu novia? Dejo de venir unos días y hay personal que ni siquiera conozco— manifestó enojado.— ¡Disculpa! ¡No sabía que había que pedir permiso para contratar personal! Además, está irrumpiendo en una reunión sin siquiera anunciarlo, ¿no te han enseñado modales?— dijo Nathaniel con voz fuerte.— Hasta los momentos tengo más derechos que tú en ésta empresa Nathaniel, recuerda que aún no estás casado para tomar decisiones por ti mismo sin consultar, yo estoy casado, tú apenas estás comprometido — dijo Benjamin malicioso.— Sí, quizás esa cláusula te haga parecer creer que tienes más derechos, pero te recuerdo querido hermanastro que soy el hijo legítimo de Bartolomé Hastings y eso me autoriza a tomar decisiones por encima de tí, inclusive.Benjamin Archer dió media vuelta y salió refunfuñando entre dientes, los demás ejecutivos se quedaron muy quietos,