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Empezando a solucionar

— Por favor Nathan, deja tu sarcasmo, tu sabes que me preocupo por ti, y me alegra tu felicidad, mis sentimientos por tí son sinceros, eres mi familia, puedo decir que eres un hijo más para mí— dijo Meredith con voz afectada. 

Nathaniel la observó y su sonrisa sarcástica se pronunció más al decir:

— La verdad no quiero imaginar tu trato si no  tuvieras afecto por mí, por cierto voy a ser papá, por eso estábamos hablando de una fecha para realizar la boda lo más pronto posible. 

— ¡Esa si que es una noticia! ¡Felicidades! Y no dudes de mi cariño; vamos Emma necesitamos descansar— dijo la madrastra de él con voz áspera— hasta mañana querido hijo, esperamos conocer pronto a la afortunada. 

Él solo rodó los ojos en señal de hastío, y se dirigió a su habitación, qué diferencia había en Emma desde que se había  casado con  Benjamín, se veía nerviosa, de mirada huidiza, y cabizbaja, al contrario de cuando andaba con él como su novia era alegre y de buen humor, ¿qué le estaría haciendo su hermanastro?

Al final ese no era su problema allá ella, bien merecido lo tenía por la cruel jugarreta qué le hizo al meterse con Benjamín, no quería recordar ese día, increíblemente le había dolido él desprecio de Emma, quizás había sido lento en proponerle matrimonio, pero había sido su hermanastro quien le había ganado la partida y allí descubrió que realmente amaba a Emma, pero ella se había  decidido por otro. 

Ahora era problema de ella, le dolía verla tan triste, pero mejor no pensaba en ella, ahora tenía una buena candidata para lograr salvar su patrimonio familiar de ser seccionado y vendido en partes como lo había escuchado de la boca de Meredith, cuando lo comentaba con Benjamín, ella no se enteró de que él la había escuchado, pero si no hubiese sido por eso, jamás se hubiera preocupado por casarse, esto le había hecho tomar una decisión drástica y buscar una novia urgentemente. 

"Charlotte se veía bonita, no como su Emma", pensó; luego sacudió su cabeza para sacar ésta estupidez de su cabeza, ya era no era de él, era de Benjamín, ahora debía concentrarse en su nueva candidata, ésta sí que venía complicada, un bebé y además con una familia pobre. 

Buen lío que tenía por delante, cuando se propuso encontrar una mujer para casarse, siempre pensó en que solo fuera de apariencia, nada legal y  fingir frente a su madrastra y hermano que se había casado de verdad, por eso buscó entre chicas que no tuvieran dinero, porque tendría mayor posibilidad de encontrar, pero ahora al conocer a Charlotte, dudaba si ella estuviera de acuerdo en que  este matrimonio sería solo una falsa.

Tenía un hijo que necesitaba ser reconocido, ya él lo había asumido frente al padre y  de ella, ella no tenía porqué enterarse de que la boda no iba a ser  real, tenía buenos amigos y los usaría para no enredarse la vida, lo menos que quería era tener un heredero que ni siquiera llevaba su sangre, vería como lograba crear falsos documentos para que todo pareciera legal. 

Se durmió relajado, ya tenía todo perfilado para lograr un matrimonio sin estar realmente casado. Esa mañana se levantó muy temprano y se dirigió a las oficinas, había quedado con el padre de Charlotte en ir y buscar un trabajo para éste hombre, ésto si pensaba cumplirlo al pie de la letra, tenía algunas estrategias de negocios que podrían ayudar a Cristopher a alcanzar independencia económica, también habló con uno de sus amigos, era perfecto para su plan. 

Llegó a la casa, tenía buena memoria y la encontró pronto, tocó la puerta y salió Charlotte con su padre, los dos estaban sorprendidos de verlo allí como había prometido. 

— ¡Buenos días!— saludo Nathaniel— parece que no esperaban mi visita, lo siento sali temprano a realizar  las diligencias pertinentes a tu trabajo Chris

Ellos se sintieron avergonzados del semblante que tenían y ella dijo:

— Realmente no pensé que ibas a cumplir al ver pasar las horas, ya estábamos pensando en que te habías burlado de nosotros. 

—No Charlie yo les dije que los ayudaría  y eso haré, ya nos vamos Chris, ya hable en recursos humanos, vamos para presentarte x en quien la empresa— dijo

A Charlotte se le iluminó el rostro  salió tras ellos a acompañarlos, Nathaniel le dijo:

— Acompañanos querida, quiero pasar primero por un almacén, para comprar ropa adecuada para tu padre y para tí— dijo él. 

El ánimo les cambió, los semblantes de cada uno mejoró notablemente, el padre de Charlotte suspiró aliviado, al parecer sí estaba sucedido un milagro, Nathaniel se acercó a Charlotte y le dió un beso en la mejilla diciendo:

— ¡Vamosn cariño también quiero que escojamos tu ajuar de novia.

Ella asintió con su cabeza y una enorme sonrisa en su rostro se dibujo, los tres salieron a la calle, mientras ella pensaba y tejía sueños, con la vida que le esperaba al lado de éste desconocido que le había hecho promesas y estaba empezando a cumplir, pronto llegaron a un gran almacen y cuando buscaban lo necesario para el padre de Charlotte y ella 

Una de las  empleadas de la tienda se atrevió a decir:

— ¿Va a casarse señorita? Su novio es guapo y muy bueno. 

— Si querida, voy  a casarme con esa excelente persona— dijo ilusionada. 

Ese día acompaño a su padre hasta la empresa donde funcionaban las oficinas, fue una visita corta, presentó a Christopher en el departamento de finanzas, y después de dar algunas instrucciones, salió con ella a realizar otras actividades, vieron varios vestidos de novias hermosos, compraron provisiones para la despensa familiar, una intensa alegría reinaba en el corazón de ella, al parecer la pobreza había salido de allí por un buen tiempo. 

Nathan se acercó a Charlotte y la atrajo por la cintura besando una de sus mejillas, ella solo dijo:

— ¡Gracias por ésto Nathan! 

— No tienes nada que agradecer, lo hago con gusto, ahora quiero que nos sentemos un rato y hablemos de nuestra futura boda— dijo él complacido. 

Ella asintió con su cabeza, hasta ese momento Nathan no había notado lo rubia que era ésta chica, con enormes ojos azul celeste, nariz hermosa, sí ésta chica era muy bella, le sonrió con gracia y sentaron sin decir nada más, de repente él dijo:

— ¿Ese cabello tuyo es natural?— preguntó Nathaniel sorprendido de lo platino que era. 

Ella se sorprendió por la pregunta y respondió. 

— Si, heredado de mi madre quien era de Noruega, heredé sus rasgos— dijo ella. 

Él siguió con el interrogatorio. 

— ¿Tu padre es de acá?— quiso saber Nathan. 

Charlotte arrugó su entrecejo. 

— Si, él es de acá, ¿por qué la pregunta? — quiso saber ella. 

Él de lo más natural respondió. 

— Porque deseo conocer más a mi novia— dijo sonriente. 

Ella entonces se relajó y respondió. 

— Tienes razón— convino ella— yo sé más de tí

— Me llevas una ventaja, ¿te das cuenta? — dijo él bromeando. 

Ello se quedó un rato en silencio y él preguntó:

— ¿Sucede algo? 

Ella giró su cabeza para mirarlo y dijo:

— ¿Aún amas a la mujer de tu hermanastro? 

— ¿Por qué deseas saber eso? Lo que siento por ella en nada cambiará mi decisión de casarme contigo— respondió él. 

— Disculpa, tienes razón, no es mi problema, solo que como yo tengo mi rollo con Austin— dijo ella— y sabes que espero un hijo de él, olvídalo. 

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