Lexy se acercó al restaurante con timidez y se sirvió algunas verduras frescas para aliviar el calor que sentía. Escogió espárragos y algunos tomates para agregar color a su plato y se decidió por el salmón ahumado que la maravillaba con su increíble aroma.Comió en silencio junto a otras tres compañeras de trabajo que charlaron sobre el nuevo sindicato que empezaba a surgir dentro de la empresa. No prestó mucha atención, puesto que sabía bien que su lugar se acabaría en cuanto Alejandra regresara y se centró en su comida, en disfrutar la delicia del pescado y saborear bien los espárragos.Cuando creyó que iba a tener la tarde libre y sólo para ella, se levantó de la mesa, ordenó su silla y sin antes despedirse con mucha cordialidad, se marchó, planificando mentalmente la tarde que tenía por delante.Por primera vez no se sintió sola, siendo que lo estaba y se apreció bastante cómoda consigo misma. Recorrió el hotel, admirando la belleza de las decoraciones y cuando subió al elevador,
Explotó en una divertida carcajada cuando Lexy se empinó el vaso en los labios, probó la bebida y se ahogó con el sabor de esta, del alcohol bajándole por la garganta y quemando toda angustia en su camino.»A este paso terminaré alcohólica —bromeó la mujer y se sentó otra vez en el sofá y ante las muecas de interrogación de Lexy continuó—: Es muy estresante, Lexy. A veces quisiera renunciar, mandar todo a la mierda. ¡Y a todos! —jadeó y se tocó la frente con los dedos.—¿Y por qué no lo haces?—Ojalá fuera tan fácil, tengo un bueno para nada en casa y tengo que mantenerlo —respondió malhumorada y miró a Lexy con ternura—. Me casé joven, Lexy y mi m
Tras casi una hora, regresó con Anne y le mintió cuando le dijo que había ido a recorrer los alrededores.Juntas abandonaron el salón de belleza y encontraron en una pequeña cafetería que las mantuvo entretenidas mientas charlaron hasta que el sol se fue y Lexy empezó a impacientarse por su próxima cita con Storni.Por la hora, prefirieron regresar al hotel en un taxi y sus caminos se separaron cuando subieron al elevador.Anne se distrajo con un par de jovencitos que iba a cenar y Lexy se distrajo cuando recordó que no había llamado a sus padres para tranquilizarlos.—Que descanses —siseó Lexy en el piso cinco y se mostró ansiosa por bajar.—Mañana iré por t
Abandonaron el hotel con discreción usando el subterráneo del lugar y viajaron al centro de la ciudad en el elegante vehículo de Joseph.El hombre condujo a menos de treinta kilómetros por hora por la gran avenida de la ciudad y dejó que Lexy admirara la zona, que se maravillara con sus brillantes y coloridas luces y que preguntara cuanta cosa se le venía en mente.Él respondió a cada duda de la muchacha con sinceridad y paciencia y se rieron durante la mayor parte del viaje, hipnotizados por sus encantos.La muchacha se impacientó cuando el hombre aparcó en una zona verde rodeada de altos pinos que oscurecían el entorno y miró a Joseph con curiosidad cuando este apagó el motor del vehículo y se desabrochó el cinturón de seguridad.
Abrieron la puerta tan apresurados que terminaron estrellándose contra sus propios cuerpos, pero por lo adormecidos que se hallaban gracias al alcohol, no sintieron dolencia.Se besaron calurosamente mientras se movieron a un tardo compás por la habitación, conforme sus manos se tocaron y se reconocieron bajo la oscuridad del dormitorio.Se estrellaron contra la cama y si bien Lexy se echó a reír feliz por toda torpeza que mostraban, terminó ahogando un gritito asustado cuando el hombre la levantó desde las piernas y la lanzó a la cama con tanta fuerza, que su cuerpo rebotó en el centro del colchón.La muchacha se quedó tirada en la cama, temblorosa y entusiasmada, se levantó en sus codos para mirar al hombre frente a ella y se le acabó la respiració
Quiso entender lo que aquello significaba, pero el alcohol que seguía en su cuerpo se apoderó de sus acciones y su modo descontrolado de amar afloró para cambiar el ritmo de esa noche.Se levantó desde el suelo con prisa y se deshizo de la camisa y los pantalones que tenía atrapados entre los tobillos. Levantó a Lexy con poco cuidado desde la cama y la obligó a ponerse en cuatro patas.Le encantaba tenerla así, era un sueño lóbrego que guardaba entre sus más inicuos recuerdos. Adoraba la forma de su culo, redondeada; y veneraba la textura de su piel, suave al tacto y adictiva a la mirada.La joven se lo tomó con humor y coqueteó desde su posición, mirándolo por encima de su hombro, pero todo cambió cuando el hombre se hundió en
Cerró los ojos cuando jugó con su glande y le dedicó penetraciones cortas, haciéndola retorcerse de goce, ese que sintió también y se vio forzado a cerrar los ojos y abrir la boca para controlarse. La joven lo llenaba de espasmos, de un placer incontrolable que no sabía desde donde provenía.Era magnifica y no se cansaba de repetírselo.Por otro lado, Lexy sintió alivio cuando el hombre se deslizó en su interior y encontró paz cuando el hombre llenó el vacío que sentía.Se estiró por encima de su cuerpo para tocarle los brazos musculosos y para alucinar con los ojos entrecerrados mientras el hombre se la seguía follando con efusión.Recorrió su pecho con la punta de los dedos y
Joseph había programado una alarma para despertar a las siete y treinta, pero el cansancio y la borrachera de la noche anterior le impidieron hacer un esfuerzo a la hora exacta en que su alarma timbró y siguió dormido, enredado a los brazos de Lexy por al menos cuarenta minutos más.La pareja se despertó por un fuerte ruido que se oyó en el exterior y se levantaron de la cama sobresaltados, cada uno corriendo en una dirección diferente.El hombre revisó el elegante traje azul que había traído el día anterior y la joven reunió sus pertenencias para tomar una ducha y despertar por entero. Sentía que aún dormía estando de pie, caminando como una sonámbula por el piso alfombrado del dormitorio. También continuaba mareada y confundida y las piernas le tiritaban sin ningún control. No estaba segura de cómo iba a caminar con tacones altos, si apenas era capaz de mantenerse en pie.Hablaron rápidamente mientras se cepillaron los dientes y terminaron juntos bajo el chorro de agua caliente en