Sintió alivio cuando el hombre le quitó la venda que cubría sus ojos y no se avergonzó cuando Storni le limpió el rostro con una toalla de cara, secándole el sudor y las lágrimas.
Se miraron a la cara en silencio y, aunque ella se sentía dolida por los acontecimientos, pues le avergonzaba aceptar los verdaderos motivos por los que había abandonado sus estudios, en el reflejo de sus bellos ojos, no hubo recelo ni rabia, solo una apacible dulzura que a Joseph lo tranquilizó.
Liberó sus pies como primera opción y le besó el empeine con deleite, mientras sus manos acariciaron sus muslos. Su boca subió y recorrió su abdomen, delineó con su lengua sus doloridos pezones y se hundió en su cuello cuando tuvo la oportunidad, conforme sus manos liberaron las suyas. Limpi&oacu
La joven mujer sucumbió en un placentero sueño del que no despertó hasta el domingo en la mañana, cuando se vio preparando una torre de emparedados que acompañarían su viaje de regreso a casa y su ciudad natal.Joseph estaba regando el jardín antes del gran adiós y ella organizando el resto de los pendientes para comenzar un nuevo recorrido por la colorida carretera.Se rio solita de los recuerdos que la inundaron con prontitud y se sonrojó al recordar la buena mano de Joseph para tratarla y cuidarla. Sin dudas, Lexy había tenido el mejor fin de semana de la historia de toda su vida. Había conocido el huerto de Emma, el cual debía destacar como uno de los sitios más románticos en los que había hecho el amor, rodeada de floras coloridas y un resplandeciente sol que reflectaba contra todos los vidrios del invernadero, creando un efecto celestial en sus paredes de cristal.Suspiró cuando recordó la caminata que juntos hicieron por el bosque en la mitad de la noche, cuando la luna ilumina
Su conciencia quiso llenarse la boca con críticas, pero se calló cuando Joseph la comprendió al pie de la letra. Quería dejar muchas cosas de su pasado atrás —ojalá enterradas bajo tierra— y el único modo que la muchacha conseguía era haciéndolas otra vez de la forma correcta.Deseaba volver a perder su virginidad con el hombre que quería, ese que le había quitado los miedos y que le había llenado la vida de alegrías y desafíos.—Confío en ti, Joseph, y hubiera querido que fueras mi primera vez —reveló después, temblorosa y se echó a reír con naturalidad cuando el hombre le besó los labios con fuerza.—Me hubiera encantado ser tu primera vez —reveló él y not&
Regresar a la ciudad natal de Lexy no resultó para nada agradable.La pareja estuvo en silencio durante casi toda la mañana y solo intercambiaron una que otra palabra cuando se detuvieron en un pequeño comedor de comida casera.Joseph atendió a Lexy como todo un caballero y le compró jugo natural de papaya y dos empanadas rellenas de queso y camarones, todo para consentirla, para robarle, aunque fuera una sonrisa.Ella recibió toda su amabilidad con una inusitada alegría, pero con los ojos opacos, situación que intranquilizó al hombre y que lo hizo entender lo complicada que la muchacha se hallaba.Para Lexy, regresar significaba perder la batalla y es que todos sus demonios estaban allí, esperándola para una guerra.<
A tropezones buscó huir, abriendo la puerta de su casa con las manos temblorosas.Lo logró, logró avanzar por el jardín delantero, pero Esteban la cogió por la espalda y la jaló brutamente contra su cuerpo, gruñendo entre dientes, marcando poder, sacando desde lo más profundo de su ser ese lado oscuro que lo destacaba del resto.Lexy luchó con sus brazos y manos y como nunca se defendió. Le pellizcó los brazos y le mordió las manos, esas que la aferraban por el cuello y el rostro.Algunos transeúntes se detuvieron a mirar y a cuchichear; cuando creyó que estaba perdida, cuando su mundo empezaba a desmoronarse, cayó rendida al suelo, se venció como siempre; las rodillas se le llenaron de piedrecitas que se le clavaron en la sensible pie
Se encontró a Lexy en el interior del auto, refugiada y atemorizada. Tenía el rostro limpio y seco y algunos productos de aseo en las piernas. Se miraron a través del cristal por algunos segundos y aunque la joven estaba asustada hasta ese entonces, encontró alivio en la mirada oscura del hombre, esa que le hacía sentir escalofríos y compleción.Joseph rodeó el auto sin dejar de observar a Lexy y se subió para refugiarse a su lado.La joven no dijo palabra y solo soltó el llanto cuando el hombre estiró la mano para tocarle y acariciarle el muslo, ese qué se hallaba pintado de rasguños.Sollozó con tanta fuerza que el hombre tuvo la urgencia de olvidarse que estaban separados por una caja de cambio y la levantó con un fuerte movimiento desde e
Joseph condujo bastante intranquilo hasta la propiedad que compartía junto a su hermana, las manos le seguían temblando después del enfrentamiento y estaba seguro de que necesitaba unos cuantos sorbos de tequila para apagar la ansiedad que sentía tras el enfrentamiento con la familia Bouvier.Lexy continuaba sumida en una profunda amargura que a él no le simpatizaba y anclada sentimentalmente a ese lugar que ella llamaba hogar, donde había recibido el peor de los castigos y peor aún, proveniente desde sus propios padres, esas personas que, muy por el contrario, solo deberían transmitirnos serenidad y afecto.El recibimiento de Emma fue el esperado y se mostró feliz de tener a Lexy en casa. Chachareó descontroladamente mientras organizó una larga lista de planes e ideas que se le venían a la cabeza a
“Sí, amiga, perdón, es que las hormonas se me revolucionan. ¿Te imaginas a este macho alfa pecho peludo con un bebé en los brazos?” —. Siguió su conciencia, jugándole una mala pasada.—Sí —contestó en voz alta y los ojos brillantes; los hermanos Storni voltearon a mirarla con rostro de interrogante—. Sí, sí… —titubeó nerviosa y se puso pálida—. Debe ser interesante ver como pierde la compostura con un bebé —afirmó después y caminó huyendo a la sala, con las mejillas rojas producto de la vergüenza.Acomodó lo que llevaba en las manos encima de la mesa y esperó a que los hermanos Storni se unieran a ella para empezar a cenar. El reloj casi marcaba las ocho de la noche y ellos se reunier
El lunes en la mañana Joseph llevó a Lexy a la nueva sucursal en la que iba a trabajar y tras presentarla con todos los colaboradores del lugar, el hombre atendió y resolvió algunos problemas internos.Cinthya Ocaranza le dio el recibimiento al departamento de Relaciones públicas cuando Joseph se separó de ella y le mostró su nuevo despacho y el material que tenía a su favor para trabajar y estudiar.Lexy se mantuvo sonriente toda la mañana y aunque una pequeña crisis de hipocondría la invadió cuando Joseph se despidió de ella a la distancia, se tuvo que mantener enérgica y estable para no parecer tan debilucha.Al mediodía apareció Anne Fave, lista para orientarla y capacitarla, y aunque Lexy sí esperaba una pelea de gritos y a