- Quiero que encuentren a mi hija.
Es el grito de un padre desesperado por no saber nada de su hija desde hace una semana.
- Estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos señor.
- No veo ningún avance desde hace una semana. ¿Qué clase de policías hay aquí?
- Señor, entendemos su desesperación pero no podemos hacer más de lo que ya estamos haciendo con la información que usted nos ha facilitado, ya hemos investigado a los amigos y allegados y no hemos encontrado nada, pero sí que seguimos trabajando en todas las pistas que nos van llegando.
- Perdone, se que están trabajando pero comprenda es mi hija la que está desaparecida.
- Lo entiendo señor Allendi y créame que estamos haciendo todo, todo lo que está en nuestras manos para encontrar a su hija sana y salva.
- Hermano ¿alguna noticia?
Escuchar a su único hermano le tranquiliza bastante y le hace dar cuenta que no está solo en estos momentos.
- Nada. Justo ahora estaba hablando con el oficial Navarro y nada.
- Hermano, la vamos a encontrar.
*Blanca*
No tengo idea de donde estoy. Ya perdí la cuenta de los días que llevo aquí, he intentado razonar con él pero no he tenido resultado, lo único que he recibido de él han sido par de cachetadas para que me quede tranquila, no me puedo mover de este rincón por las cadenas que tengo atadas en mis pies y manos, esto me trae tan malos recuerdos.
Te prometo que me portare bien.
Que hagas silencio niña malcriada.
Sólo quiero que no me pegue, por favor.
Eran mis ruegos cuando ese hombre empezó a pegarme sin razón aparente.
Que difícil fue vivir esa etapa de mi vida sin poder defenderme porque tan solo era una niña de 6 años.
- Buenos días.
Escuchar esa voz cada día me aterra pero me tengo que acostumbrar a ella, no se hasta cuando estaré con él aquí.
- ¿Qué no escuchas cuando digo buenos días?
No me gritó pero lo escuché a mi lado haciéndome estremecer.
- Bu-buenos di-días. - Digo como puedo.
- Perdona por hablarte así, pero tengo que hacer que obedezcas para que no te hagan daño.
- ¿Quién me hará daño?
- No puedes hacer preguntas, y aunque las hagas no puedo responderte.
Su voz siempre se suaviza mientras va hablando conmigo, no es que sea muy hablador pero por lo menos no me deja siempre sola.
- ¿Quién está detrás de todo esto? Mi padre tiene mucho dinero, le puede dar lo que pidan.
- Tu padre es un don nadie y no tiene en donde caerse muerto más que en una botella de ron.
Escucharlo hablar así me hace recordar que es cierto que ese señor que me dio la vida no es nadie, pero con orgullo llevo el apellido de aquel hombre que me salvó de la muerte cuando era apenas una niña.
- Son una Allendi, debes conocer mi apellido.
Escucharlo reír con desagrado me hace sentir que no valdrá la pena que siga hablando y así lo hago, no vuelvo a pronunciar palabra.
- Llevo más de media hora aquí hablando contigo y no te dignas en decir nada.
Simplemente sigo en mi universo paralelo, donde me encuentro con mi padre en una de nuestras vacaciones al Caribe, donde estamos tomando el sol y yo burlándome de él porque en vez de coger color se pone super rojo.
Son risas y risas lo que hay en mi cabeza. Recuerdo esos juegos de cuando era niña y llegue a la casa, tenía una habitación para mi sola y era mucho más grande de donde vivía con ese señor.
- ¿Es en serio que no vas a decir nada?.
Me siento erguida en este suelo que se ha convertido en mi silla y cama en los días que llevo aquí. No puedo ver nada como de costumbre desde que llegué aquí y sólo espero que él se de cuenta de mi determinación.
- Qué cabezota eres.
Puedo notar su tono de burla al hablar o más bien dirigirse a mi ya que cuando habla con los demás es con autoridad. Escucho su risita de satisfacción cuando mi cabeza baja pero de inmediato la vuelvo a subir, no quiero demostrarme débil, porque eso me hacía recibir más golpes y no pienso tolerar que me vuelvan a maltratar como antes.
- Aún sigo esperando que digas algo.
No puedo hacerle ningún gesto porque se que con este antifaz no me verá, mi padre siempre dice que soy muy expresiva con mi rostro, pero dudo que él pueda ver mi determinación debajo de esta tela oscura que no he podido quitar ya que mis manos no llegan a la parte de mi cabeza porque están atadas cerca de mis pies.
- Veo que tienes determinación, lo que sí te voy a decir es que no todos los que entran aquí tienen la misma paciencia que yo.
Levante y baje mis hombros demostrando que no me importa nada, lo único que quiero es estar con mi padre.
- No quiero que te hagan daño, y suerte de que soy yo quien no quiere que te hagan daño, si no hubiese sido así.
Hace silencio y la verdad es que me da mucho miedo.
- Mejor no sigo y no quiero que conozcas hasta dónde soy capaz.
Escucharlo hablar así y después de unos minutos escuchar abrirse y cerrarse la puerta llena todo esto de misterio. Si en verdad él no quiere hacerme daño.
¿Por qué estoy aquí?
¿Qué quiere conmigo?
Siento mi respiración pesada como si algo o alguien estuviera impidiendo respirar, no puedo más con esta agonía, me muevo pero no puedo impedir que me agarre.Suéltame por favor papá, déjame ir.Papá no lo hagas, no me hagas más daño.Yo te quiero mucho papá, ¿porque tú ya no me quieres?No me pegues más, no volveré hablar te lo prometo pero no me pegues.Papá!!- Despierta, vamos despierta es sólo un sueño. ~Blanca~Me quedo tranquila al escuchar su voz. Dijo que se iba pero ha vuelto y eso me tranquiliza un poco ya que cuando él se va y no vuelve o tarda por venir es cuando estos imbéciles se quieren aprovechar.Parece que tengo algo que agradecer al hombre que se decía mi padre cuando yo era una niña ya que por él aprendí a defenderme para que no me tocara ya que me hacía daño hasta que ya de más mayor entendí muy bien lo que siempre intentaba hacer.Dios!!! mi piel se eriza al recordar todo lo vivido con ese hombre y empiezo a temblar.- ¿Te encuentras bien?Una pregunta que me llena de rabia porque lo único que quiero es irme a casa junto al que ha demostrado que no se tiene que ser de sangre para ser un buen padre.Siento unas manos tocarme y empiezo a movCapítulo 3
Me quedo mirándole y es que no parece el típico secuestrador gordo y feo que presentan en las películas.Sus ojos celestes, su pelo negro como el azabache y su piel trigeña hacen una combinación inusual pero hermosa.Mis ojos viajan por su cuerpo aún estando sentado y no poder apreciarlo bien, lo miró con cautela, todavía no entiendo el porqué me deja verle y observar el lugar donde me tienen.¿Será que me mataran al final de todo?Miro a todo lado y es una habitación vacía salvo por una silla que me imagino es para los que entran a cuidarme, a mi lado en el piso
-¿Cómo estás?- Creí que no vendrías más.- Sólo fue una semana, pero ya estoy aquí.Me acerco y le saco la capucha y suelto sus manos y pies como ya se nos hizo costumbre.- Mira lo que te traje.Entregarle un CD de recopilatorio y ver como se le va iluminando el rostro con cada canción que va leyendo me hace dar cuenta que no estoy equivocado con la decisión que tome. Mientras Blanca sigue secuestrada ya desde hace cuatro meses y sin saber el porqué de su secuestro sigue su padre cada vez más desesperado.- Tiene que haber algo. Ya son cuatro meses y nada.- Señor Allendi, es lo único, lo siento pero tengo las manos atadas y más si los secuestradores no dan señales de lo que quiere.- No tengo cabeza para nada, mis negocios están en manos de mi hermano porque yo no puedo llevarlos a cabo.Llevar estos meses muerto en vida, con la incertidumbre de no saber si su hija está bien o está mal y sobre todo de no Capítulo 6
~Blanca~Hace unos cuantos días que vino y me trajo este cd, un cd que me acompaña desde que me lo entregó, intentaron quitármelo pero no pudieron, me aferre al disco como si fuera mi muñeca favorita de cuando era niña, la primera muñeca que me regaló mi mamá antes de enfermar y caer en cama y meses después dejarme sola con mi padre.No termino de acostumbrarme a este encierro, cada día me desespero mas y es peor cuando él no viene, cuando tarda días en venir.Por lo menos ahora no me tienen la capucha puesta ni las cadenas que me dejaron marcas en mis muñecas y tobillos, por los movimientos bruscos que hacía al sentir a alguien to
- ¿Qué pasó? Escuchamos mucho ruido.Nada más salir me pregunta Juan mi gran amigo.- Tenía ataque de pánico.- ¿En serio? Nunca la vi flaquear, lo contrario, siempre retadora.Dice otro de los chicos y con eso todos empiezan a dar su opinión de su comportamiento, el caso es que ninguno la conoce como yo, o ¿quizás simplemente ellos hacen su trabajo y yo rompí las reglas que me dictaron?Tengo que dormirlos a todos incluido a mi gran amigo para que no l
Salgo del coche y marcó su número.- Hasta que te dignas en llamar. ¿Cómo va todo?- Tendrías que verlo con tus propios ojos, están todos dormidos como niños. - Me sonrío. - Pero no te preocupes que no la llevaré a su casa y mucho menos la dejaré libre, por el momento, claro. Cuidate y que no te de un infarto cuando veas el lugar. Hasta luego... PA-PÁ.Termino la llamada y sigo en marcha.- ¿Por qué lo haces?- ¿No querías salir de ahí?