Sinfonía de invierno: Segunda parte.
El hombre era muy cuidadoso cuando elaboraba sus conservas y encurtidos. Fausto seguía meticulosamente las recetas que había aprendido de su abuela, asegurándose de que cada frasco estuviera perfectamente sellado y almacenado. Este meticuloso enfoque también se reflejaba en su trato hacia Lucía. Aunque no era un experto en las artes culinarias, Lucía rápidamente ganó su admiración con sus habilidades en la cocina. Había practicado tanto cocinando para sus padres y su hermano Lou que su comida tenía un sabor casero y reconfortante. La primera vez que Fausto probó un bocado de uno de sus guisos, quedó fascinado.

—Esto es increíble, Lucía —dijo Fausto una noche, después de saborear una sopa espesa y caliente—. No recuerdo la última vez que disfruté tanto una comida.

Lucía sonrió, sintiendo una calidez interior que no solo provenía de la chimenea—. Me alegra que le guste, señor Fausto. Es un placer cocinar para alguien que lo aprecia.

El tiempo pasó entre una rutinaria convivencia tranq
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo