Nos fuimos juntos a la sala, mientras mi tía preparaba un jugo de fruta y mi prima casi que se comía a Pablo con la mirada, vienen muy cambiados eso sí elegantes con sus trajes de abogados, muevo mi mano en forma de cuadrado como si estuviera tomando una fotografía.
—Pero ¿Qué haces acá?, se supone que debíamos ir a tu graduación y mírate aquí, todo guapo, —golpeó su hombro.
—Sí, mi graduación sigue en pie. Solo que por nuestras notas pudimos venir antes, ¿Parece que no te alegrará? —levanta una ceja—. Tenía ganas de verte.
—Claro que si bobo, eso es lo que más feliz me pone. Me alegro muchísimo de que seas un abogado prestigioso, voy a presumirte con todos. Quien se iba a imaginar, mi hermano aparte de ser todo un profesional es todo un guapo. —Él sonríe, siempre hemos sido muy unidos, él es muy sobreprotector, si fuera por él me dejaría en una caja para que nadie me viera.
Mi tía llega con la bebida y comienza a preguntarles cosas, mi hermano y su amigo son como el agua y el aceite lo único es que no podrían vivir separados. No puedo negar que Pablo llegó mucho más atractivo de lo que recuerdo, está un poco más alto, aunque no disimula su gesto arrogante que siempre posee, él siempre ha aprovechado sus atributos para llamar la atención de las chicas, su rostro es bastante perfecto para quien lo mire, aún no entiendo como pueden esos dos llevarse tan bien. Miré la hora y Roy nada que pasa, si me pongo a esperarlo más voy a llegar tarde al ensayo y luego no me darán el rol de protagonista, por el que he luchado por tantas semanas.
—Hermanito, estoy feliz de que hayas regresado. Puedes instalarte y hablamos cuando llegue, debo ir por Roy tenemos ensayo —hablo tan rápido que casi no se me entiende.
—Mocosa, que Pablo te lleve, igual irán para la misma casa, él aún no ha ido a ver a su familia, ya sabes él hace todo lo que yo le digo. —Hago una mueca y acepto.
Yo siempre he sido un poco reacia con él, es muy antipático, adicional se burlaba de mí cuando yo tenía brackets y eso no se hace, adicional tampoco se olvida. Me despedí de todos y tomé mi bolso para salir de la casa. Pablo caminaba detrás mío, me impacienta que él piense que tenemos su tiempo para hacer las cosas.
Nos fuimos con absoluto silencio en mi carro, él quiso manejar así que no me opuse, aproveché para ponerme algo de maquillaje, no suelo maquillarme mucho, pero me colocó al menos máscara para pestañas y un poco de brillo labial, mi piel es blanca como la leche, mi cabello color azabache contrasta con el azul de mis ojos; mire por la ventana mientras movía mis dedos sobre el vidrio, con impaciencia por llegar al llegar a la casa nos bajamos, allí estaba el carro de Roy, no se había ido sin mí. Antes de entrar lo vi en el jardín, estaba besándose con una chica del grupo, su beso era tan apasionado.
Me quedé estática, creo que palidecí. Mi mundo se detuvo de una forma imparable; Pablo pasó su mano por delante mío, pero la verdad no quería reaccionar.
—¿Sucedió algo? —cuestiona, busca con su mirada lo que estoy viendo y hace una perfecta "O" con su boca.
—Eh, recordé que debo ir al teatro con mi amiga. Gracias por la compañía, me voy. —Pablo agarra mi brazo y me analiza.
—Yo te llevó, así me puedes prestar tu carro.
No me negué, estoy con mi corazón roto así que no creo tener cabeza para manejar… Lo he intentado, no sé si de la mejor forma o la más clara. Muchas veces lo he intentado, le he dicho que me gusta, pero él no lo quiere ver o mejor dicho no me quiere decir las cosas como son, de pronto cree que es un maldito juego de niños. Roy es muy diferente a Pablo, es alto y aunque no tiene músculos, su cuerpo se ve bien, sus ojos es lo que más me gusta. Limpie una lágrima que salió, le envié un mensaje a Lu para vernos allí, Pablo no decía nada y se lo agradezco, no puedo sentirme más miserable.
—Te devolveré el carro en la tarde, debo ir a visitar a mi papá, ¿Quieres que venga por ti? —Puse mis ojos en blanco.
—No Pablo, yo me devolveré con mi amiga. Mañana me llevas el carro, solo no lo dañes.
Me bajé de allí y con un movimiento de la mano me despedí.
El ensayo no fue lo mismo sin Roy, según el profesor fue que él se enfermó, es gracioso porque prefiere faltar a algo tan importante por estarse besando con una mujer.
Estuve muy desconcentrada y agradezco a mi amiga quien me ayudó, ella en estos momentos es mi bastón. Al terminar le conté todo, no pude evitar sentirme tonta y llorar un poco. Muchas veces nos hacemos ilusiones donde no hay nada.
Mi hermano ya lleva aquí una semana y el señor Domingo, el papá de Roy le ha dado trabajo, ahora trabaja en una de las firmas de abogados más reconocidas del país, Pablo también está trabajando allí aunque últimamente lo he visto muy de seguido y demasiado tenso.
Hoy se ofreció a llevarme al ensayo, es algo no tan común en él, así que aprovecho para ir leyendo en el camino. Voy concentrada en mi libro, esto definitivamente saldrá en el examen así que debo repasar. Subí mi mirada cuando sentí que detuvo el carro y sin más él apagó el motor, sin embargo, no estábamos en el estacionamiento del teatro. El lugar era un edificio, lo miro extrañada y él solo ordena que baje.
—¿Qué hacemos acá?, tengo ensayo Pablo. No me parece nada gracioso, préstame las llaves que me iré de acá. —Él guarda las llaves en el bolsillo de su pantalón y baja, me hace señas para que lo siga—. Espero y tengas una buena excusa para esto o te juro que te arrepentirás, te pateare el trasero y no solo yo, si no también Jey.
—Baja, no puedes discutir sin tener argumentos, baja y hablamos, —rodé mis ojos y baje. Como siempre utiliza sus tácticas de abogado.
Subimos por el ascensor y entramos a un lujoso apartamento, él se sentó y soltó los dos botones de su saco, cruzó las piernas y con sus manos me indicó que me sentará.
—¿Qué es todo esto?, solo espero que no seas un asesino en serie y quieras cometer un delito y me hayas escogido a mí para eso —miró a mi alrededor y el lujo es demasiado.
—Puedes dejar de sacar conclusiones. Hanna te traje hasta aquí porque necesito un favor tuyo, —muevo mis manos en forma circular para que prosiga. Él soba sus manos en su pantalón—. La verdad vine hasta acá para hacerme cargo de la firma de abogados de mi familia.
—Te felicito y yo que tengo que ver —lo interrumpo, él me mira mal.
—Aprende a escuchar Hanna, te comportas como una niña de diez años. Continuo, vine hasta acá para hacerme cargo, por eso estudié en la mejor universidad del país para tener el mejor criterio para el manejo de esta, no contaba con que mi papá tuviera un socio y estuviera considerando dejarle el manejo de todo el buffet a él, —abro mis ojos sorprendida, él se ve bastante afectado—. ¿Sabes por qué? —niego—. Porque él cree que no soy una persona estable para el manejo de un negocio. Mi papá piensa que para mí es más importante la fiesta y las mujeres, al contrario de él, así que para ver mi cambio y considerar su oferta me puso una condición, una simple condición. Debo comprometerme con alguien.
—Oye pues felicidades, no esperaba eso pero te felicito, yo puedo ser la que lleve los anillos, —levanta su mano y me interrumpe.
—Quiero que te comprometas conmigo. —Casi me voy de espaldas al escucharlo—. No te espantes, no sería de verdad. Mira yo puedo ayudarte a conseguir lo que deseas y tu me ayudarías con eso. Sería algo recíproco.
—Creo que estás loco, mejor me voy. En que voy a querer que me ayudes, realmente estás loco, solo espero que no sea contagioso.
—Sé que estás enamorada de mi hermano, también que te falta dinero para terminar la universidad. Yo puedo ayudarte a que mi hermano se de cuenta lo que siente, él también está enamorado de ti y lo de la universidad pagaré todo, si quieres hacer la especialidad también la pagaré y buscaré un lugar para que Jey y tú vivan solos, así no siguen molestando a tu tía y tú prima. Esto será como un trabajo por seis meses, solo mientras que firmó la entrega de las firmas a mi nombre. —Mi mente aún está procesando lo que acaba de decir.
—Creo que me estás confundiendo, yo no haría eso ni por todo el dinero del mundo. —Me pongo de pie para salir.
—Tu hermano debe mucho dinero por sus estudios, no quiso recibir mi ayuda, no obstante, tú puedes ayudarlo, —eso me detiene de una—. Mira Hanna, tú no me gustas como mujer, eres solo la hermanita de mi mejor amigo, pensé en ti porque está claro que jamás sucedería algo entre nosotros y, eso facilita más el trabajo, adicional conozco tus valores y se lo buena persona que eres, créeme no hay nadie más que pueda hacer esto, eres la indicada. Mira no me respondas de una vez, tienes un día para que lo pienses y me des tu respuesta, yo depositaré el dinero inmediatamente me digas que si.
Tomé mis cosas y salí de allí, honestamente no entiendo a Pablo, como puede pensar en mí para eso. Aunque no voy a negar que me afecta lo de mi hermano, no sabía que estaba tan endeudado. En lugar de ir al ensayo me fui para su trabajo, al llegar todas las personas elegantes y bien vestidas me miraban, me dirigí hasta el despacho de él y di dos toques a la puerta. Al entrar él estaba leyendo algo. —Mocosa, ¿Qué haces aquí? —se acerca y me abraza. —Hermano, quería saber ¿cómo vas con el dinero de la universidad?, es decir, ¿ya pagaste todo? Quiero saber para poderte ayudar, a mi me pagan en el teatro y podría ayudarte. —Intentó persuadirlo.—Eso lo resuelvo yo, no te preocupes. —Da un beso en mi frente y siento un nudo en mi garganta. —¿Quiero saber cuánto debes? puedes confiar en mí por favor —él resopla. —La beca me cubrió una parte, debo lo otro. Pero no te preocupes ya lo estoy solucionando, yo me encargaré de eso. Tú solo preocúpate por arrasar con esas actuaciones, me debes a
HannaÉl tarda en responder, aunque creo que por mi insistencia no tiene otra opción. Cuando responde escucho como le pide a alguien que lo espere. —Hanna, estoy realmente ocupado ¿Sucedió algo? —Miro de nuevo la caja y no sé exactamente qué sentir. —¿Qué si sucede algo? ¿Acaso se te ha corrido la teja o qué? mira Pablo el hecho de que estemos haciendo esta locura no te da derecho a que me des este tipo de regalos. ¿Se puede saber por qué me diste lencería? —Un silencio se hace presente desde la otra línea, no me imagino el rostro que está haciendo—. La caja la destapó Jeyson. —Lo siento, no te la envié con ese fin. Es más, no lo envíe yo, siempre le pido a alguien que envíe regalos, solo que esta vez no especifique como debería ser. Lo siento Hanna, puedes dejarla para ti, creeme que yo no la escogí, ni la vi. Te repito, no me imagino que ya uses sostén, la verdad pienso que ni siquiera te han crecido los pechos. —Idiota. Colgué la llamada y me senté en mi cama, por inercia puse
Pablo Abro mis ojos viendo como ella me tomó desprevenido, la verdad quiero empujarla, ¡Está loca! como se le ocurre hacer eso, no obstante, me contengo ya que sería muy sospechoso. Así que la agarré sosteniéndola de la cintura pegando su cuerpo más a mi, así puedo generar incomodidad por parte de ella y que se aleje, algo que logré. —Jey, fue algo que sucedió. Lo que menos quiero es dañar a tu hermana, somos familia y no quiero que esto cambie nuestra amistad. —Jeyson respira y se aleja un poco, debí haberle dicho que me interesaba Hanna o algo así. —Curioso, porque un día dijiste que la veías como una hermana menor ¡Jamás me dijiste que la veías como mujer! es mi hermana. Tu eres mi amigo, eres mayor que ella y te conozco, no quiero que ella sufra o te mataré y hablo en serio. —Todos observaban el espectáculo y eso me genera impaciencia. —Te doy mi palabra que no será así. —Por inercia mire a Hanna quien está inexpresiva, su mirada está entre su hermano y el baboso del mío. —Tu
HannaLuego de la cena tan bochornosa y de ver ese momento en el que Roy me demostró que está muy celoso, puedo decir que la cosa se ve mejor de lo que parece. En el camino nadie dice nada, Jey está mirando por la ventana mientras mi tía tiene una mirada indescifrable en su rostro. Le agradezco al mayor de los choferes de mi “prometido” y al bajar Loren golpea mi brazo con su cuerpo. —Muchas veces las moscas muertas asumen que tienen las cosas —dice con voz burlona. —¿Te duele que yo tenga un hombre guapo que muere por mi? —Ella se ubica frente a mi, me mira con rabia. —Jamás alguien como Pablo se fijaría en alguien como tu, se nota que no es muy verídico, él es un hombre de verdad, con clase, en cambio tu no eres más que una igualada, una niña. —Ella aprovecha siempre que estamos solas para poder lanzar veneno.—Te sorprendería ver a las mujeres a las que Pablo está acostumbrado, ya que son lo contrario a ti. Algo tuvo que ver en mí, para pedirme matrimonio ¿No lo crees? es más
Pablo Observó la cara de terror de Hanna y me provoca risa, ya veo como hacer para que mis caprichos funcionen, amenazarla con algo que no voy a hacer evidentemente. Ella tomó las bolsas de mala manera y se fue hasta mi habitación, aproveché para llamar a una de mis amigas, quedamos en encontrarnos esta noche y no creo poder, entonces lo ideal será que venga mañana. Continuó bebiendo, me imagino como voy a poner a trabajar al buffet, la cantidad de socios que voy a tener de más, quiero sacar de allí a ese que quiere quedarse con mi puesto, no me conviene tener personas así al lado mío. —¡Pablo! —tuerzo mis ojos, ya comenzó, por un momento olvide que ella estaba acá—. ¿Puedes venir? Por favor. —Hanna estoy bebiendo una deliciosa copa de vino, termina de arreglarte para poder irnos. —Continúe ahora leyendo el periódico, nuestro buffet sale en todos los medios, por los casos que ha podido ganar. —No puedo vestirme, necesito tu ayuda. Por favor, así no puedo ir a ningún lado. Tú
Pablo Mientras Hanna está comiendo la hamburguesa que pidió, mi papá me informa por un mensaje que no olvide llevar un detalle, es el cumpleaños de Juan, que se le preparara una fiesta como debe ser; no puedo creer que él se preste para que vayamos a una celebración de ese, eso es una estrategia para que mi papá caiga rendido ante sus cosas. Me llamo Mía, me levanto para ir a hablar en el balcón, no me gusta que nadie escuche lo que hablo. —Preciosa, también te estoy pensando —dije de inmediato cuando respondí la llamada. Ella es una que le encantan esas cosas, decirle que es la única, que la extrañan y todo eso, es algo que la coloca demasiado excitada. —Quiero verte bebé, me haces mucha falta y estoy en los días que necesito de muchos cariños, de esos que solo tu sabes dar. —Sonrió, realmente es una de las mejores amantes que he tenido, es la única a quien le ha quedado claro que es solo sexo. —Yo también pero, ahora no puedo. Es más, hoy no puedo. —Miró a Hanna que está senta
Hanna La fiesta estaba muy aburrida, había muchos temas de política, sobre cosas que son sin sentido para mí, debería estar estudiando pero no, estoy acá perdiendo el tiempo. Pablo se ríe con uno y otro abogado, es muy extraño su comportamiento con los demás, no sabía que podía ser tan amigable, conmigo se comporta todo egocéntrico, odioso y petulante. Jamás olvidaré la vergüenza que me hizo pasar, cuando llegó esa chica, la verdad procuraré dejar de ir por allá, no quiero dañar los planes, lo que dicen de él resulta ser tan cierto. Roy sigue bebiendo, pocas veces lo he visto así y me preocupa que haya tenido problemas en su casa y que por eso lo haya hecho. Observó a Pablo, está muy concentrado, así que aprovecho para “escaparme” Voy cerca a donde está Roy, la chica con la que le ha pasado lo deja por momentos. —¿Y tú te estás divirtiendo? —Él me mira y se ríe. —No deberías estar con el señor perfecto, déjame acá ahogarme en mis penas. —Se sirve una copa más y lo desconozco. —No
HannaAbro los ojos cuando escucho como alguien carraspea, Pablo nos mira enojado. Luego me hace señas para que lo siga, me levantó sin estar de acuerdo y lo sigo hasta su habitación. Al llegar cierra la puerta con seguro. —¿Qué haces acá? —Voy a dormir en esta casa esta noche, puedes irte, no me pienso ir. Miro como Pablo se hace en su cama como si nada pasara, se quita los zapatos y se recuesta, parece un niño pequeño inmaduro. —Dijiste que te quedarías acá esta noche, lo correcto es que duermas en esta habitación y no con Roy abrazada. Eso se vería mal. Es mejor que te acomodes que de aquí no saldremos hasta mañana —dice con una sonrisa y yo quiero acabarlo. —Eres un idiota, no se porque pensé que podrías ser diferente, pero no. Desde el momento que me propusiste eso supe lo mala persona que eras. Él cruza sus brazos y se recuesta en la cama. Al ver que no va a ser capaz de abrir la puerta me siento sobre la enorme alfombra y cierro los ojos, ahora que Roy por fin me dijo su