Hanna
Él tarda en responder, aunque creo que por mi insistencia no tiene otra opción. Cuando responde escucho como le pide a alguien que lo espere.
—Hanna, estoy realmente ocupado ¿Sucedió algo? —Miro de nuevo la caja y no sé exactamente qué sentir.
—¿Qué si sucede algo? ¿Acaso se te ha corrido la teja o qué? mira Pablo el hecho de que estemos haciendo esta locura no te da derecho a que me des este tipo de regalos. ¿Se puede saber por qué me diste lencería? —Un silencio se hace presente desde la otra línea, no me imagino el rostro que está haciendo—. La caja la destapó Jeyson.
—Lo siento, no te la envié con ese fin. Es más, no lo envíe yo, siempre le pido a alguien que envíe regalos, solo que esta vez no especifique como debería ser. Lo siento Hanna, puedes dejarla para ti, creeme que yo no la escogí, ni la vi. Te repito, no me imagino que ya uses sostén, la verdad pienso que ni siquiera te han crecido los pechos.
—Idiota.
Colgué la llamada y me senté en mi cama, por inercia puse mis manos en mis pechos, no son muy grandes pero tampoco parezco un niño. ¡Estupido Pablo!
Mi tía entra a la habitación, con su dulce rostro y su sonrisa de sacar información.
—¿Fue un chico cierto? —La mire y me siento fatal al mentirle, ella es como mi segunda mamá.
—Sí tía. Es una sorpresa, no puedo adelantar mucho.
—Lo importante es que te sientas bien, que te quiera y sobre todo, debes cuidarte mi amor. —Creo me sonroje y mucho, he tenido muchos besos, es normal en el teatro, solo que creo que mi primera vez debe ser algo muy especial y sobre todo debe ser real.
—Ay tía, lo tendré en cuenta. Ahora iré a comer con mi hermano, nos hace falta un tiempo juntos. —Ella asiente y se va, miro una vez más el vestido y esa lencería y paso colores, jamás en mi vida he usado algo así.
Salí con Jey, fuimos a comer una hamburguesa y a jugar algo raro de unas máquinas, la verdad yo siempre pierdo, no soy muy buena para esto, pero debo hacerlo… Él está feliz, parece que dejó su corbata en la casa y aquí él es solo él. Nos la pasamos toda la tarde comiendo y visitando locales innecesarios en el centro comercial, extrañe tanto esto, su compañía y sentirme así en familia. Mire la hora, ya casi es hora y me estoy arrepintiendo.
Volvimos a casa, a Jey no le gusta dejar esperando a su amigo, muchas veces parece que fuera su hermano él y no yo. Al llegar me di un baño, agua tibia y unas esencias, mi cuerpo necesitaba relajarse en su totalidad. Salí y me vestí con el obsequio de mi “Prometido” Mi cabello lo deje suelto, unas ondas naturales y ya. Cuando me vi en el espejo no podía creer lo que veía, no parecía yo.
Baje las escaleras, mi tía estaba junto a Jey, Karina mi prima y Lu que había venido hasta acá. Todos me miraron y con sus rostros era obvio que sospechaban que algo estaba sucediendo. Un carro arribó a la casa, uno de los choferes de los Saenz.
Subimos y para evitar las preguntas fuera de lugar, sintiendo la mirada de Karina y de Jey en todo momento Luisa se puso a hablar conmigo de cosas banales.
Al llegar a esa casa, mis nervios aumentaron, mis ojos se pusieron vidriosos, mi amiga tomó mi mano dándome fuerza, me dio un poco de aliento con un “eres fuerte” de forma silenciosa.
Entramos luego de que la ama de llaves nos permitiera la entrada, Roy bajó las escaleras y al verme escuche un Wow de su parte, nos condujeron hasta la mesa, ya que nos estaban esperando. Ni siquiera nos iba a dar tiempo de respirar, esto iba con toda la velocidad del mundo.
Allí estaba el señor Domingo hablando con Pablo, al verme hizo como si fuera un bicho, es más miro con más emoción a mi prima que a mi. Nos indicaron que nos sentamos, Pablo pidió que trajeran la cena, mientras eso sucedía se puso de pie.
—Agradezco su presencia, esta pequeña reunión la hicimos de forma apresurada, era algo que tarde o temprano sucedería. Lo importante es que finalmente lo vamos a hacer y todos serán testigos de esto. Hanna puedes venir hasta acá. —Las piernas me temblaban demasiado, siento que mi presión arterial está por el piso. Me levanté ante la atenta mirada de todos, mis piernas flaqueaban, una de las chicas de servicio servía las copas de vino tinto. Observó como Pablo se inca y saca de su bolsillo el pequeño cofre de terciopelo—. Estaba esperando este día, me siento nervioso igual que tu. Sin embargo, no tengas miedo. Hoy quiero por fin pedir tu mano oficialmente.
Él toma mi mano y comienza a colocar ese anillo en mi dedo anular. No puedo mirar a nadie, el pánico se hace presente en mi.
—Hanna Smith ¿Quieres casarte conmigo?
Una silla en el suelo hace que los dos giremos a ver, allí pude ver el rostro de sorpresa por parte de todos, mi hermano venía a nuestra dirección, tomó a Pablo de su camisa y lo levantó.
—¿Te aprovechaste de mi hermana? Esto es una broma, ¿Cómo pudiste?, te consideré mi hermano. Te voy a acabar Pablo.
Roy se levanta y me ayuda a sostener a Jeyson, Pablo baja su mirada, se que se siente culpable, tanto o más que yo. Roy me mira y me cuestiona con sus ojos.
—Jey mírame —dije llamando su atención. Era momento de comenzar con mi trabajo—. Él no se ha aprovechado de mí, no es como tú lo piensas. Es solo que queremos darnos una oportunidad.
Mire a Roy y su rostro estaba tenso, su ceño está fruncido, miré a Pablo que estaba acomodando su corbata.
—Acepto Pablo. —Terminé de ponerme el anillo, me acerqué y lo besé.
Pablo Abro mis ojos viendo como ella me tomó desprevenido, la verdad quiero empujarla, ¡Está loca! como se le ocurre hacer eso, no obstante, me contengo ya que sería muy sospechoso. Así que la agarré sosteniéndola de la cintura pegando su cuerpo más a mi, así puedo generar incomodidad por parte de ella y que se aleje, algo que logré. —Jey, fue algo que sucedió. Lo que menos quiero es dañar a tu hermana, somos familia y no quiero que esto cambie nuestra amistad. —Jeyson respira y se aleja un poco, debí haberle dicho que me interesaba Hanna o algo así. —Curioso, porque un día dijiste que la veías como una hermana menor ¡Jamás me dijiste que la veías como mujer! es mi hermana. Tu eres mi amigo, eres mayor que ella y te conozco, no quiero que ella sufra o te mataré y hablo en serio. —Todos observaban el espectáculo y eso me genera impaciencia. —Te doy mi palabra que no será así. —Por inercia mire a Hanna quien está inexpresiva, su mirada está entre su hermano y el baboso del mío. —Tu
HannaLuego de la cena tan bochornosa y de ver ese momento en el que Roy me demostró que está muy celoso, puedo decir que la cosa se ve mejor de lo que parece. En el camino nadie dice nada, Jey está mirando por la ventana mientras mi tía tiene una mirada indescifrable en su rostro. Le agradezco al mayor de los choferes de mi “prometido” y al bajar Loren golpea mi brazo con su cuerpo. —Muchas veces las moscas muertas asumen que tienen las cosas —dice con voz burlona. —¿Te duele que yo tenga un hombre guapo que muere por mi? —Ella se ubica frente a mi, me mira con rabia. —Jamás alguien como Pablo se fijaría en alguien como tu, se nota que no es muy verídico, él es un hombre de verdad, con clase, en cambio tu no eres más que una igualada, una niña. —Ella aprovecha siempre que estamos solas para poder lanzar veneno.—Te sorprendería ver a las mujeres a las que Pablo está acostumbrado, ya que son lo contrario a ti. Algo tuvo que ver en mí, para pedirme matrimonio ¿No lo crees? es más
Pablo Observó la cara de terror de Hanna y me provoca risa, ya veo como hacer para que mis caprichos funcionen, amenazarla con algo que no voy a hacer evidentemente. Ella tomó las bolsas de mala manera y se fue hasta mi habitación, aproveché para llamar a una de mis amigas, quedamos en encontrarnos esta noche y no creo poder, entonces lo ideal será que venga mañana. Continuó bebiendo, me imagino como voy a poner a trabajar al buffet, la cantidad de socios que voy a tener de más, quiero sacar de allí a ese que quiere quedarse con mi puesto, no me conviene tener personas así al lado mío. —¡Pablo! —tuerzo mis ojos, ya comenzó, por un momento olvide que ella estaba acá—. ¿Puedes venir? Por favor. —Hanna estoy bebiendo una deliciosa copa de vino, termina de arreglarte para poder irnos. —Continúe ahora leyendo el periódico, nuestro buffet sale en todos los medios, por los casos que ha podido ganar. —No puedo vestirme, necesito tu ayuda. Por favor, así no puedo ir a ningún lado. Tú
Pablo Mientras Hanna está comiendo la hamburguesa que pidió, mi papá me informa por un mensaje que no olvide llevar un detalle, es el cumpleaños de Juan, que se le preparara una fiesta como debe ser; no puedo creer que él se preste para que vayamos a una celebración de ese, eso es una estrategia para que mi papá caiga rendido ante sus cosas. Me llamo Mía, me levanto para ir a hablar en el balcón, no me gusta que nadie escuche lo que hablo. —Preciosa, también te estoy pensando —dije de inmediato cuando respondí la llamada. Ella es una que le encantan esas cosas, decirle que es la única, que la extrañan y todo eso, es algo que la coloca demasiado excitada. —Quiero verte bebé, me haces mucha falta y estoy en los días que necesito de muchos cariños, de esos que solo tu sabes dar. —Sonrió, realmente es una de las mejores amantes que he tenido, es la única a quien le ha quedado claro que es solo sexo. —Yo también pero, ahora no puedo. Es más, hoy no puedo. —Miró a Hanna que está senta
Hanna La fiesta estaba muy aburrida, había muchos temas de política, sobre cosas que son sin sentido para mí, debería estar estudiando pero no, estoy acá perdiendo el tiempo. Pablo se ríe con uno y otro abogado, es muy extraño su comportamiento con los demás, no sabía que podía ser tan amigable, conmigo se comporta todo egocéntrico, odioso y petulante. Jamás olvidaré la vergüenza que me hizo pasar, cuando llegó esa chica, la verdad procuraré dejar de ir por allá, no quiero dañar los planes, lo que dicen de él resulta ser tan cierto. Roy sigue bebiendo, pocas veces lo he visto así y me preocupa que haya tenido problemas en su casa y que por eso lo haya hecho. Observó a Pablo, está muy concentrado, así que aprovecho para “escaparme” Voy cerca a donde está Roy, la chica con la que le ha pasado lo deja por momentos. —¿Y tú te estás divirtiendo? —Él me mira y se ríe. —No deberías estar con el señor perfecto, déjame acá ahogarme en mis penas. —Se sirve una copa más y lo desconozco. —No
HannaAbro los ojos cuando escucho como alguien carraspea, Pablo nos mira enojado. Luego me hace señas para que lo siga, me levantó sin estar de acuerdo y lo sigo hasta su habitación. Al llegar cierra la puerta con seguro. —¿Qué haces acá? —Voy a dormir en esta casa esta noche, puedes irte, no me pienso ir. Miro como Pablo se hace en su cama como si nada pasara, se quita los zapatos y se recuesta, parece un niño pequeño inmaduro. —Dijiste que te quedarías acá esta noche, lo correcto es que duermas en esta habitación y no con Roy abrazada. Eso se vería mal. Es mejor que te acomodes que de aquí no saldremos hasta mañana —dice con una sonrisa y yo quiero acabarlo. —Eres un idiota, no se porque pensé que podrías ser diferente, pero no. Desde el momento que me propusiste eso supe lo mala persona que eras. Él cruza sus brazos y se recuesta en la cama. Al ver que no va a ser capaz de abrir la puerta me siento sobre la enorme alfombra y cierro los ojos, ahora que Roy por fin me dijo su
Miró a Roy y a Luisa, el primero tiene su ceño fruncido y la segunda una cara de sorpresa. Me quito el delantal y lo voy a saludar, también estoy un poco en shock al verlos acá, en especial al verme así en esa posición con Pablo. —Preparamos cupcakes ¿Qué hacen acá? —Mire a Luisa, Roy dio la vuelta y dejó sus cosas en el gran sofá—. No me avisaron o si no hubiera estado lista.—Vinimos a estudiar, no sabíamos que estabas ocupada —grita Roy sin venir a la cocina—. Si quieres nos vamos, podemos estudiar en casa de Luisa. Luisa se acerca y toma uno y se queda viendo de más a Pablo, casi que lo está intimidando. Me limpio las manos y arreglo un poco la cocina, todo quedó patas arriba. No entiendo porque la relación de ellos es así, yo amo a mi hermano y no me podría enojar con el idiota de Jey. —Pablo es mejor que te vayas, ha sido todo por hoy. Hablamos luego y si algo se presenta me avisas, no puedo descuidar mis estudios por andar detrás tuyo —digo mordiendo mi labio, es mejor así,
Pablo Me tomo el siguiente trago de whisky de la noche, mientras la mujer que está frente a mi me baila quitando prenda por prenda de su cuerpo. Tiene un antifaz, su cabello oscuro se mueve a medida que ella se acerca a mi. Ella es la primera vez que está aquí en mi casa, no me gusta repetir con ninguna mujer, bueno, la excepción es Mía ella es la única que sigue mis reglas así que no tengo problema con eso. La chica de la cual desconozco el nombre, se acerca a mi y suelta mi pantalón para luego besar mis piernas, va subiendo poco a poco, generando jadeos que salen de forma deliberada por mi boca. Ella continúa con su tarea, es especialista en complacer a un hombre sin que haya penetración de por medio. Así que debo ceder antes sus peticiones y dejar que ella haga que mi cuerpo explote en placer solo con sus caricias.Mi teléfono suena una y otra vez, es mi papá. Me comentó que quiere que trabaje para un caso bastante complicado, debo prepararme a la perfección, así demostraré t