Patricia había llevado a Guillermo a su lujoso apartamento de Manhattan. —Bien hemos llegado, puedes ponerte cómodo y sentirte como en tu casa.—Gracias Patricia, la verdad es que es hermoso tu apartamento y tiene una vista inigualable, aquí se puede ver toda la ciudad. Definitivamente es un lugar muy inspirador. —¿Como para un pintor famoso como tú? —Jajaja bueno no me considero tan famoso. —No seas modesto, sabes perfectamente que eres un pintor muy cotizado sobre todo en Europa. —Sí, sin embargo, después de haber estado en prisión creo que mi reputación se ha ido al suelo por completo. —No digas eso, estoy segura que muy pronto todo esto será solo un mal recuerdo y volverás a retomar tu vida como antes. Guillermo caminaba en la enorme sala mientras admiraba la hermosa decoración, pero sin lugar a dudas lo que más le impresionó fue ver el enorme cuadro pintado por él, el cual había adquirido el padre de Patricia en una exposición que había hecho hace muchos años en
Días después…Después de muchos días de dolor y sufrimiento al ver que mi relación con Luis José había sido un verdadero fracaso, decidí regresar a Ciudad de México junto a mi hija y en compañía de mi fiel Lola, que a pesar de ser una jovencita tenía mucha madurez y me sirvió de mucho apoyo en esos momentos tan difíciles.Mi padre había conseguido comprar el lujoso apartamento como me lo había prometido, se encargó de que nada me faltara para el momento en el que iba a llevar a cabo la mudanza.Lola y yo ya teníamos todo listo para emprender el viaje a Ciudad de México desde Cancún. Ese día mi padre me llevó las llaves del apartamento y me llevé una gran sorpresa, ya que no esperaba lo que estaba a punto de decirme. —Bueno hija por fin vas a mudarte a tu nuevo apartamento, está todo listo nada más de que se instalen. Aquí tienes las llaves y además quiero entregarte esto. Se trataba de un sobre que tenía guardado un documento. Por supuesto no sabía de qué se trataba así que inmedia
—¡Papá el apartamento es estupendo! Está hermosísimo, y sobre todo me encanta que tenga esta vista panorámica porque puedo apreciar toda la ciudad. Me recuerda al apartamento de Nueva York. —Me alegra que te guste hija, aquí van a estar cómodas y muy seguras. Solo espero que logres encontrar la tranquilidad que tanto necesitas después de este nuevo golpe que te ha dado la vida. —¡ Claro que sí! Además, siento que nosotras las mujeres no necesitamos de un hombre para sacar adelante a nuestros hijos o para ser felices. Me siento bien como estoy y tanto mi hija Ana Beatriz como este bebé que llevo en mi vientre, son los pilares más importantes para seguir adelante sin la sombra de ningún hombre. —¡Así se habla! Me siento muy orgulloso de ti Ana Paula. A pesar de todo me sentía muy tranquila y contenta, a partir de ese momento podía tomar el control de las riendas de mi vida y hacer las cosas a mi manera, muy a pesar del vacío que sentía dentro de mí corazón por la ausencia de Lui
Al momento del accidente de Guillermo, yo me encontraba abriendo las cajas de la mudanza, y de pronto escuché un sonido muy fuerte que llamó poderosamente mi atención, enseguida me asomé por mi balcón para saber de dónde provenía, y solo miré hacia la calle y me di cuenta del grave accidente que había ocurrido enfrente del edificio, sin embargo, a esa distancia era imposible darme cuenta de que se trataba de Guillermo. —¡Dios mío qué horror! —¿Qué sucede señora Ana Paula? —Ha ocurrido un accidente enfrente del edificio, creo que atropellaron a alguien.—¿Puedo bajar a averiguar quién es? —No Lola, es mejor que te quedes aquí, por lo que veo es algo muy grave y la verdad no quiero que vayas a ver algo que te pueda causar una gran impresión. Pobre persona sea quien sea, ojalá logre salvarse. (…)Y efectivamente eso era lo que trataba de hacer Luis José y el otro médico que lo acompañaba en la operación tratando de salvarle la vida. Luis José sudaba a cántaros mientras la enfe
Yo aun intentaba asimilar lo del accidente de Guillermo, sin embargo, aun no entendía cómo había dado con mi paradero Luis José.— ¿Cómo te sientes Ana Paula?— ¿Cómo quieres que me sienta? Todo esto me ha sacado de control. A pesar de que Guillermo se portó como un canalla, no deseo su muerte. ¡Eso jamás!— Hicimos todo lo posible por salvarlo, porque a pesar de que no merece estar vivo, es mi obligación como médico salvarle la vida.— Te agradezco que hayas apartado a un lado tu odio hacia él para poder salvarlo, eso habla muy bien de ti. Pero todaví hay algo que no logro entender. ¿Cómo diste con mi paradero? ¿Cómo sabías que yo me encontraba aquí.— En las pertenencias de Guillemo, se encontraba este título de propiedad que está a tu nombre, y me imaginé que él y tú, habían comprado este apartamento para vivir juntos de nuevo.— ¿Pero cómo se te ocurre semejante absurdo? Ahora lo entiendo todo, con razón llegaste con esas actitudes reclamándome algo de lo que yo no tenía la menor
Luis José no salía de su asombro en ver la osadía por parte de Patricia pidiéndole lo que para él era una total falta de respeto y consideración después de todo el daño que había causado Guillermo. —Por favor Dr. Luis José trate de calmarse, entiendo que no le agrade lo que le estoy pidiendo, porque quiero confesarle que para mí también es muy difícil aceptarlo porque yo estoy enamorada profundamente de Guillermo. —Pues lejos de felicitarla lo único que puedo decirle es que lamento que haya puesto sus ojos en una persona totalmente desquiciada y enferma, que lo único que ha hecho es atormentarnos la vida a todos. —Sé perfectamente todo lo que sucedió, porque antes de sacarlo de la cárcel, Guillermo tuvo que contarme la verdad de todo lo que había pasado. Y sé que no estuvo bien lo que hizo, pero en el fondo reconozco que es un hombre bueno y que solo se enamoró de Ana Paula. —¿ Enamorarse? ¡No! Quiero decirle que eso no es amor, lo que Guillermo tiene por mi mujer es una obses
Todavía no salía de mi asombro al ver que mi padre y Patricia se conocían. — ¿ Entonces no piensan decirme de dónde se conocen? — ¡ Claro que sí hija! Patricia fue mi alumna y además trabajamos juntos en varios casos aquí en México. Pero estoy sorprendido de verte aquí, ¿ Cómo conoces a mi hija? — Papá, Patricia fue quien sacó en libertad a Guillermo. Mi padre se quedó con los ojos abiertos y con una expresión que definitivamente lo había dejado muy impresionado, lo menos que se esperaba era que su pupila al final iba a terminar dejando en libertad al hombre que prácticamente me había destrozado la vida. — ¿Cómo está doctor Barradas? Lamento haberlo encontrado en esta circunstancias, pero lo que dice Ana Paula es verdad, yo fui el abogado defensor de Guillermo. — La verdad es que me sorprende que una joven tan brillante como tú, haya decidido defender a un delincuente como Guillermo. — Ante todo soy una profesional doctor Barradas, y usted mismo me lo inculcó cuando estaba
Mi corazón comenzó a latir cada vez más rápido, me sentía muy nerviosa porque era la primera vez que veía Guillermo en ese estado de deterioro, grave y sin saber si iba a sobrevivir de ese aparatoso accidente. En su mirada se veía una profunda tristeza y al mismo tiempo la desesperación de querer decirme muchas cosas pero que en medio de su debilidad y dolor, le costaba mucho esfuerzo poder hablar. —Ana Paula…viniste. —Por favor trata de calmarte un poco Guillermo, el agitarte te puede hacer daño. A pesar de mis advertencias él estaba muy desesperado y seguía insistiendo en querer decirme algo que al parecer era muy importante para él. Yo estaba en medio de una mezcla de sentimientos encontrados, porque no podía dejar de sentir lástima y mucha pena, de verlo en ese estado tan indefenso y desvalido. Pero al mismo tiempo recordaba todo el tiempo que me perdí sin ver a mi hija, y una especie de coraje me invadía por segundos y lo que sentía era mucho odio hacia él. —Tengo…algo …