Leonardo al ver a Ana Paula entrar al hotel muy cabizbaja, no dudó un segundo en preguntarle:—Ana Paula ¿Pero qué te pasa? ¿Por qué estás tan triste? ¿Acaso te pasó algo en la clínica?—Hola Leo, ¿Y los niños dónde están?—Están en la sala de cine viendo una película. Pero dime ¿Qué te pasa? —Luis José fue a verme a la clínica. —¿Qué has dicho? ¿Pero por qué fue a verte después de tanto tiempo? —Su hija tiene leucemia y necesita urgente un donante.—¡Dios mío! Pero qué lamentable. ¿Pero y qué tienes tú que ver con todo eso? —Tiene una mala situación económica y yo le puse la clínica a la orden para que pueda realizarle todo el tratamiento a su hija. —Definitivamente tienes un corazón muy grande, porque después de todo lo que te hizo otra en tu lugar le hubiera dado la espalda, y más tratándose de la hija que tuvo con su amante. Ana Paula suspiró pero no dijo nada, se veía visiblemente afectada con lo que estaba pasando. —¿Pero estás así por la enfermedad de esa n
Ana Paula se plantó enfrente de ella y le dijo llena de coraje:— ¿Cómo tienes el descaro de venir a pedirme algo así después de que por tu culpa mi matrimonio se destruyó? — Señora Ana Paula, yo lamento que las cosas hayan pasado de esa forma; pero con todo respeto, si Luis José de verdad la hubiera amado no le hubiera sido infiel ni conmigo ni con ninguna otra mujer.— ¡Cállate! ¡Pero qué insolencia de tu parte decirme eso! ¿Qué sabes tú de lo que era nuestra relación? Teníamos un matrimonio feliz hasta que llegaste tú y te le metiste por los ojos.— ¡Pero no lo obligué señora! El punto es que ya eso pasó, entiendo como se siente, pero ya no podemos cambiar el destino. Hoy Luis José está conmigo y tenemos una hija que necesita de un trasplante para poder seguir viviendo. Y la única que puede ayudarnos a que nuestra hija viva es usted. A menos que quiera usar a mi hija para vengarse. — ¡Cállate! ¿Pero cómo te atreves si quiera a decir algo así? Por mu
—Después de una exahustiva evaluación hemos llegado a la conclusión de que la señora Ana Paula puede ser la donante. Luis José enseguida abrazó a Ana Paula mientras corrían las lágrimas por su rostro, fue un momento bastante especial para ambos ya que la vida los había unido en una situación que ninguno de los dos llegó si quiera a imaginar que algún día podía pasar. Luego cuando se separaron no pudieron evitar mirarse a los ojos, no podían negar que aún sentían algo muy especial que los hacía estremecer cuando estaban cerca. Sin embargo, estaba el doctor presente y enseguida disimularon mientras el médico sin perder tiempo agregó: —Bueno señores, voy a hacer todos los arreglos para que hagamos el transplante lo antes posible. —Gracias doctor, no tengo palabras para agradecerle todo lo que está haciendo por mi hija. El doctor le dio unas palmadas en el hombro mientras le decía: —Mejor dele las gracias a la señora Ana Paula, ella es la que está corrriendo con todos los gas
A Luis José no le quedó otra alternativa que acudir a Ana Paula y contarle todo lo que estaba pasando, estaba desesperado porque la vida de su hija estaba en juego y al parecer a Marisol le importaba más su relación de pareja que la vida de su propia hija. Entró a la oficina de Ana Paula sin avisar, ella el verlo tan alterado enseguida se puso nerviosa imaginando que a la pequeña le había pasado algo malo. —¿Pero qué te pasa Luis José? ¿por qué entras así a mi oficina? ¿Le pasó algo a tu hija?—Estoy desesperado, no se qué hacer Ana Paula, ayudame por favor. —Pero por favor dime qué pasa, es que no te entiendo, ¿le pasó algo a la niña? —Es que Marisol no quiere que seas tú la donante y no le importa que la vida de nuestra hija se encuentre en peligro. Está enferma de celos y no hay nada que le haga reaccionar. —¿Qué? ¿Pero acaso se volvió loca? La niña necesita el trasplante urgente, el tiempo está en nuestra contra. —Sí, pero despues que nos encontró besándonos
Días después….El trasplante había sido un éxito, la pequeña Marijose se encontraba fuera de peligro y ya había sido dada de alta. Durante ese tiempo Ana Paula había decidido mudarse del hotel de Leonardo y compró una propiedad muy cerca de la playa ya que había decidido darse una nueva oportunidad con Luis José. Por su parte Marisol después de haber sido detenida, fue sometida a exámenes psicológicos en donde determinaron que sufría de un desorden mental que debía ser tratado bajo estricta vigilancia médica, por lo que fue trasladada a una clínica psiquiatrica en donde debía estar por un periodo de tiempo completamente indefinido. Automáticamente perdió la custodia de su hija, por lo que Luis José después de haberse sometido a la prueba de ADN en donde se corroboró que efectivamente era el padre biológico, el juez le concedió la custodia total. Pero como estaba dispuesto a regresar al lado de Ana Paula, le pidió que aceptara ser la madre adoptiva de Marijose, lo que la hizo muy fe
Con ocho meses de embarazo, la criatura que espero es un vínculo prohibido, una promesa de amor y traición. El padre es el esposo de mi hermana, Abril. ¿Cómo llegamos a este punto? Mi decisión de alejarme de mi familia y dar a luz en un rincón apartado de la ciudad se convirtió en un acto de desesperación. Lo que debería ser la cúspide de la felicidad se ha tornado un infierno de emociones encontradas. Mi nombre es Ana Paula Rincón, y esta es mi historia… Nuestra familia, de principios intachables y riqueza incuestionable, adoptó a Abril cuando era apenas un bebé. Su origen, es un misterio velado por la sombra de la sirvienta que la trajo al mundo. Años después, nací yo, la hermana que no comparte lazos sanguíneos con ella. Nuestra complicidad, sin embargo, es inquebrantable. A pesar de nuestras diferencias físicas yo, de tez blanca y ojos azules como el mar; ella, de piel morena y ojos color miel—, nos queremos como verdaderas hermanas. Hace un año, Abril partió hacia Estados U
Después de un fuerte dolor y un gran susto, Luis José finalmente había suturado mi herida. Su voz, amable y reconfortante, me hizo sentir menos vulnerable. —Bien, ya terminamos. ¿Cómo te sientes? —preguntó, mientras sus ojos azules buscaban los míos. —Creo que el susto ha pasado un poco. De verdad, muchas gracias. No sé qué habría hecho si no hubieras estado aquí. ¿Te debo algo? Me gustaría pagarte por lo que hiciste. — Luis José sonrió, y su mirada se volvió más intensa. —Por favor, ¿cómo crees? Hasta me ofendes con la pregunta. —Su tono era cálido, pero había algo más en su expresión. —Es solo que te has tomado tantas molestias que me da mucha pena contigo. —Bueno, pensándolo bien, creo que puedes pagarme de una forma. Un miedo repentino me invadió. Había imaginado lo peor, y mi expresión debió delatarme, porque él inmediatamente aclaró: —No es lo que estás imaginando. —Su mano rozó la mía, y mi corazón dio un vuelco—. —No me estoy imaginando nada. Solo estaba pensando
Después de ceder al deseo y a la atracción que ambos compartíamos, nuestros cuerpos se fundieron en una unión intensa. Después de habernos dejado llevar por nuestros instintos, habíamos quedado exhaustos, y sin darnos cuenta nos quedamos dormidos hasta el día siguiente. Las palabras compartidas en la intimidad revelaban una conexión profunda. Pero antes de que yo pudiera responder a la pregunta que el me había hecho sobre si tenía a alguien más en mi vida, mi celular sonó, interrumpiendo el momento. Era una llamada urgente de una de mis amigas que estaba preocupada porque no había llegado a dormir a la habitación. — ¡Hola! —Ana Paula, ¿dónde estás metida? Tu madre ha llamado un montón de veces y dice que no puede comunicarse contigo. Además, recuerda que debemos salir dentro de un par de horas hacia Ciudad de México. —¿Ah, sí? Tranquila, todo está de maravilla. Me comunicaré con ella, y no te preocupes, ya voy a la habitación. —Colgué la llamada y me dirigí a Luis: — Lo si