26. ¿Tu marido? 

Dimitry vio el momento exacto en el que Satarah caía dormida. Su cabello castaño estaba esparcido por toda la almohada mientras que ella balbuceaba algo dormida. Inevitablemente se acercó para escuchar sus palabras, sin embargo, por un momento quedó paralizado ante lo bonita que se veía. Se dio a la tarea de deslizar sus ojos por cada detalle de su rostro.

Su pequeña nariz que estaba salpicada de pecas bonitas, las pestañas largas y rizadas que se encontraban con el surco lagrimal. Sus mejillas ya no estaban rojas como las había visto después de que se girara para enfrentarlo, le gustaba verlas de aquella manera porque eso significaba que Satarah estaba excitada por él.

Dimitry apartó un mechón de cabello que caía por su rostro ocultando sus finos rasgos. Pero antes de soltarlo contempló su bonito color, castaño cobrizo. Absorbió el aroma a fresas que destilaba y apretó la mandíbula por lo mucho que le gustaba, y lo excitaba. Colocó el mechón detrás de su oreja dejando una caricia su
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