¿Donde estaba el acta de matrimonio? La pregunta que más rondó por los pensamientos de Logan, si en una ocasión pensó en casarse años atrás, ahora esa opción le parecía desagradable y más cuando ni consciente se encontraba en el momento que todo ocurrió. Enviar a que buscaran por todos lados tampoco trajo los resultados que esperó. Lo que hiciera, siempre lo llevó por camino con menos aciertos que el anterior. Comenzó a desesperarse. El abogado trató de conseguir a alguien que se prestara para agilizar el proceso de anulación, pero los días comenzaron a pasar con la misma estancada respuesta. Cada día el abogado solo tenía una negativa. __ Dos semanas, Linares. Han ocurrido dos jodidas semanas y no has resuelto un carajo. - se enojó cuando esa mañana todo le pareció absurdo. - ¿Para que diablos te estoy pagando si no resuelves nada? El temperamento de alguien como él era una bomba en cuenta regresiva, cuenta que se activó con cada día obteniendo los mismos resultados. __ ¿Crees
Louise Gilbert, un nombre que para Grecia no significaba nada en especial, pero para Logan de alguna manera sí, pues el pasado lo persiguió, pese a querer dejarlo atrás, hasta que lo alcanzó. Solo que pensar que alguien como Logan era capaz de olvidar y sustituir el rencor por el perdón era la idea más absurda que se podía tener. No lo era. La amargura que llegó desde aquel día en que se enteró de todo no disminuyó ni un poco. Para él habían dos maneras de hacer las cosas. De frente y por la espalda. Admirando la primera, despreciando la segunda.__ Me cansé de obtener solo evasivas de tu parte. Cada vez que quiero arreglar esto, no me dejas. - se excusó Louise. - Pero no podemos...__ Señorita Montero, puede retirarse. - le dijo al verla en el mismo lugar. Grecia lo agradeció infinitamente, pues no sabía ni qué hacer, por lo que en menos de dos segundos ya iba hacia la puerta que cerró, tomando una bocanada de aire, yendo a por un café, dándoles la privacidad que seguro necesitaba
El corazón de la pobre pelinegra que puso la agenda cerca de su pecho, bombeó con tal frecuencia que calentó su cara también. Estaba acostumbrada a que la regañaran por cosas que no había hecho en su antiguo trabajo, a pasar por alto su valor como persona para conservar el empleo y diversos errores de los que aprendió una sola cosa. Ella dependía del sistema, siempre fue así. Cuando quedó desamparada se lo hicieron entender. Pero ver a ese hombre que tenía sus ojos puestos en ella, como si estudiara el último de sus cabellos, la hizo tiritar. Quería salir corriendo de esa oficina, no mirar atrás y dejar por sentado que era una cobarde...lo malo de la situación, no lo era.Grecia podía ser muy obstinada, pero no una cobarde. No corría a menos que fuera hacia adelante. Sí daba un paso atrás era para tomar impulso y en ese instante se lo repitió una y otra vez para no cometer una tontería. __ ¿Cuánto por un favor? __ No comprendo. - dudar siempre era el mejor camino para ella y no d
Quizás para alguien como Grecia ver la letalidad del mundo era algo usual, pasaba siempre. Lo vivió con varios incidentes en su vida, la asaltaron dos veces cuando estuvo en el convento en el cual creció. Injusticias en las cuales estaba frente al arma, no atrás, como era el caso. En ese instante, sentir su dedo acariciando el gatillo, con alguien que le propuso desaparecer el cuerpo del hombre que le hizo creer que la amaba solo para que le mantuviera los gastos. Recordar lo tonta que se sintió al llegar a casa y creer que él la recibiría para acobijarla, solo para descubrir que jamás fue así. Nunca la quiso seguramente, solo la utilizó. La rabia no era contra él, sino por ella. Siempre creyendo que el mundo no podía ser tan malo, que aún existía en el un poco de bondad, cuando la realidad para ella era muy distinta. Hudson sintió líquido correr por su pantalones y aún así la vergüenza no lo dejó reaccionar, mientras Grecia finalmente bajó el arma. __ No puedo. - hipó, su pecho
Logan no tenía idea del porqué reaccionó antes ese abrazo, pero el tiritar de la chica le hizo saber que en verdad lo necesitaba.Esa fue su excusa para aceptarlo. Se lo repitió una y otra vez para no sentirse como un imbécil que quería ese contacto. Grecia estaba en las mismas. No sabía porqué ese lugar se sintió tan bien, la presión justa, la temperatura correcta, los brazos...¡los brazo de su jefe! ¡Por Dios! Estaba abrazando a su jefe..Se alejó inmediatamente recordó quién era el hombre que tenía a una distancia que no debería. Logan carraspeó, ella sintió que se había tragado la lengua. __ ¿Se encuentra bien? - le preguntó Logan una vez más. Ella aclaró su garganta y disimuló, al menos lo intentó. __ Lo lamento. No quise, bueno sí quise, pero no quise. - tartamudeó tratando de explicar lo que tenía en la mente, pero no coordinó las palabras para exponer lo que en verdad quería. - Usted sabe...digo, debe saber que yo no vine a molestarte... molestarlo, a usted porque es mi j
Después de una noche tan tranquila de dos personas que no esperaron sentir comodidad con alguien totalmente distinto a ellos, Grecia abrió los ojos para darse cuenta que la mañana ya había llegado. Se puso de pie para darse una ducha y cambiarse con lo poco que logró llevar de su apartamento. No quería dar molestias, suficiente había tenido con que le diera de cenar y un sitio en su casa. No hizo ruido. Aún era temprano, se detuvo al final de las escaleras y se dijo que podría ser un buen detalle de agradecimiento el preparar el desayuno de su jefe. Dejó su bolso en una esquina yendo a la cocina para comenzar. Solo esperó que no sirviera para que la despidiera, pero confió con que su jefe no sería un problema para adivinar su desayuno. Nada cambiaría en algo tan simple, supuso.Puso el plato en la mesa y se dispuso a limpiar lo utilizado, mojando su blusa en el proceso, manchando la tela con el café que se derrame que hizo. Maldijo en voz baja y se la quitó, quedando solo con el ce
__ Se suponía que sería un día común, no uno en el cual todo en la empresa supiera que soy tu...Solo faltó que pidieras un megáfono para gritarlo a los cuatro vientos. - discutió Grecia cuando entraron a la oficina. - Todos creerán que soy una arribista que se ligó a su jefe. Logan actuó como si nada ocurriera. Abrió el computador para mostrarle la tarea que debía realizar. Jamás se había levantado de su silla para ir en búsqueda de su asistente antes de Grecia yeso lo llenó de preguntas. __ Mi nombre será usado como ejemplo de una mujer sin escrúpulos que no pudo conseguir otra manera de triunfar. - se frotó la cara. - Seré parte de...__ Si ya terminaste de auto compadecerte hay trabajo que hacer. - le dió vuelta al ordenador para dar indicaciones. __ ¿No dirás nada? Literalmente acabas de hacer lo que según tú, hasta ayer querías evitar. - le recordó. - Casi gritas que nos casamos.__ Tampoco negaste nada, ni te rehusaste a que mi mano estuviera en cerca de tí. - devolvió. - Pod
__ A un lado, Grecia. - ordenó Logan con dureza en su voz. Ella hizo caso omiso de su demanda, poniendo las manos en su pecho para detenerlo. No quería ver cómo este cedía a sus deseos de asesinar al hombre que salió del ascensor, caminando con dificultad. __ Que te hagas a un lado. - volvió a decir, sin embargo su asistente le dió la misma respuesta, pidiéndole calmarse. __ ¿Que no ves dónde estamos? - lo contuvo para que no se le fuera encima. - Aquí eres su jefe, no el...te juro que quiero que lo hagas también...ya no sé ni que digo, carajo. - se regañó a sí misma. - La idea es que no quiero que cometas una estupidez, Logan. ¡Por Dios! todos nos están viendo.__ No es la primera vez. - se le soltó, yendo contra Bryan sin importarle que hubiesen testigos de su asesinato. Se encargaría de callar a todos después, por el momento su objetivo era romperle hasta el último diente al sujeto que vio con intenciones de huir de ese lugar. __ ¡No puedo creer que haré esto! - exclamó Grecia