__ Se suponía que sería un día común, no uno en el cual todo en la empresa supiera que soy tu...Solo faltó que pidieras un megáfono para gritarlo a los cuatro vientos. - discutió Grecia cuando entraron a la oficina. - Todos creerán que soy una arribista que se ligó a su jefe. Logan actuó como si nada ocurriera. Abrió el computador para mostrarle la tarea que debía realizar. Jamás se había levantado de su silla para ir en búsqueda de su asistente antes de Grecia yeso lo llenó de preguntas. __ Mi nombre será usado como ejemplo de una mujer sin escrúpulos que no pudo conseguir otra manera de triunfar. - se frotó la cara. - Seré parte de...__ Si ya terminaste de auto compadecerte hay trabajo que hacer. - le dió vuelta al ordenador para dar indicaciones. __ ¿No dirás nada? Literalmente acabas de hacer lo que según tú, hasta ayer querías evitar. - le recordó. - Casi gritas que nos casamos.__ Tampoco negaste nada, ni te rehusaste a que mi mano estuviera en cerca de tí. - devolvió. - Pod
__ A un lado, Grecia. - ordenó Logan con dureza en su voz. Ella hizo caso omiso de su demanda, poniendo las manos en su pecho para detenerlo. No quería ver cómo este cedía a sus deseos de asesinar al hombre que salió del ascensor, caminando con dificultad. __ Que te hagas a un lado. - volvió a decir, sin embargo su asistente le dió la misma respuesta, pidiéndole calmarse. __ ¿Que no ves dónde estamos? - lo contuvo para que no se le fuera encima. - Aquí eres su jefe, no el...te juro que quiero que lo hagas también...ya no sé ni que digo, carajo. - se regañó a sí misma. - La idea es que no quiero que cometas una estupidez, Logan. ¡Por Dios! todos nos están viendo.__ No es la primera vez. - se le soltó, yendo contra Bryan sin importarle que hubiesen testigos de su asesinato. Se encargaría de callar a todos después, por el momento su objetivo era romperle hasta el último diente al sujeto que vio con intenciones de huir de ese lugar. __ ¡No puedo creer que haré esto! - exclamó Grecia
El rumor ya se había convertido en una afirmación. Nadie se atrevía a mencionar una palabra sobre el matrimonio de su jefe, pues ya sabían que si este llegaba a enterarse, serían despedidos. El incidente con Bryan se había olvidado con el pasar de los días, ya que este prefirió seguir su trabajo como si nada hubiese ocurrido. Grecia tampoco quería recordarlo, preocupándose más por hacer su trabajo, comprar lo básico para su apartamento y gastar lo menos posible, evitando quedarse sin nada para pagar su renta. Sus ahorros ayudaron. Esa mañana llegó a su trabajo como todos los días y vió que los murmullos o miradas maliciosas ya no la incluían. La alivió mucho pensar que ya no tendría que esconderse o evadirlos para que no le preguntaran sobre ello.Solo que a diferencia de lo que creyó, no le representó un problema menos saber de qué se trataba el nuevo chisme de pasillo.__ Bryan ya está en el hospital. - dijo Susana en el comedor. - Lo que sea que haya sucedido, dicen que fue dema
Cooper Santini no era una persona de buscar a nadie, jamás movería un dedo para ir por alguien, cuando claramente tenía personas que lo harían por él. Pero saber que su hijo se había casado con una simple secretaria le molestó en sobremanera. No podía creer que hiciera una estupidez como esa, si bien no tenía nada en contra de las clases sociales, odiaba el hecho de que no supiera de ella cuando de seguro andaba queriendo atrapar a Logan. Las mujeres según su criterio solo eran una oportunistas y no dejaría de pensarlo solo porque alguien se viera inocente. Que Logan fueran un incoherente le enojó al enterarse de un rumor en la empresa que llegó a oídos de su socio y ahora estaba plantado frente a Grecia, que confianza no le daba.__ No creo que quiera tratar un tema como ese aquí, frente a tantas miradas curiosas. - replicó Grecia, actuando como si en verdad estuviese calmada, cuando en realidad no era así. Esa mirada que Cooper Santini desprendía y fijó en ella, era difícil de re
El sitio con una decoración vintage fue lo primero que la pelinegra distinguió. Algunos muebles antiguos, las hermosas lámparas de araña y sofisticado encaje de las cortinas crearon un ambiente elegante que a todos los presentes les gustó destacar en las conversaciones que escuchó. Al menos no iba a un evento con etiqueta rigurosa, pensó. Pues al no ser tan formal, ella no desentonó en nada. Aunque no era su deseo estar ahí. Un evento por trabajo, era todo menos agradable para Grecia. No le gustó pensar en que estaba ahí por esa razón, pero era la verdad, por lo que caminó a lado de su jefe, quién entregó su abrigo para que lo guardaran, viéndola a ella luego. Entendió que quería el suyo, no obstante, no esperaba que él le ayudara a quitárselo. __ Solo sonríe. Deja esa tensión para después. - le susurró en la oreja. __ Estoy en un lugar lleno de gente que no conozco. - exclamó. - Con más gente que no conozco por orden de un sujeto que no conozco. - expuso. - De seguro la pasaré ge
La vergüenza embargó a Grecia cuando salió de la habitación donde despertó. Sabía de quién era esa casa, por lo que agradeció conocerlo y no haber cometido una estupidez yendo con alguien más. La cabeza le dolía demasiado para no querer hacer ruido, pero debía irse de ahí antes de encontrarse con él. Miró a la puerta que esperó no se abriera en el tiempo que le llevaría salir, girando su cuello a tiempo que pegó contra el torso agitado que la hizo rebotar con demasiada fuerza. El sorpresivo encuentro y el rebote la hicieron caer, pero se aferró de la camisa de los brazos de su jefe, el cual con una sola la detuvo, devolviéndola a su pecho. __ Sentí que me golpearía el cul0. - suspiró abriendo los ojos. __ Lo único que te puede dejar doliendo el culo , es mi poll4 o mi mano. - susurró este en su oreja y su piel se erizó al instante con la voz ronca, el aliento fresco y su colonia que surgió de la ropa a cuál aún no podía soltarse. Tragó en seco. Sus dedos estaban agarrotados. Su c
Hudson se puso el pantalón a toda prisa, juntó las prendas en el suelo, y se puso un zapato que fue lo único que pudo hacer en el tiempo que Grecia le dió antes de llegar a la puerta. Unos pocos segundos para que la pelinegra dejara a la vista al hombre de altura resaltable que clavó los ojos en él. En lugar de sentir la molestia que nació desde el momento en que Grecia le dijo quien estaba en ese sitio le dio pena ajena al ver a Hudson con un aspecto como el que tenía. __ Sigo preguntando ¿esa relación te dolió perder al principio? - preguntó señalando lo que para él era ofensivo para su género. - Es que...vete de aquí y deja de hacer más fácil que te mate. __ Ella me dijo que viniera. __ Demente no estoy para decirte que vengas. - le dijo dándole la espalda. - Si quieres matarlo, hazlo. Ahora no pienso interferir. __ No vale mis proyectiles y en mi lista no va a aparecer alguien tan...mediocre como él. - Hudson no podía con la cara de vergüenza en ese momento. - Podías sacarlo
La presencia de los tres hombres que entraron a la base del concejo no pasó desapercibida para ninguno. Todos siguieron con la mirada el camino que ellos recorrieron hasta llegar a la puerta que se les fue abierta, dejándolos entrar al salón con una enorme mesa redonda enmedio, del cual solo sus lugares se encontraban vacíos. El concejo se levantó, como el grupo implacable que no dejarían pasar otra ofensa contra ellos, pues no asistir a una reunión como lo convocaron lo fue y ahora habían tomado una decisión. __ Se hizo una elección, las leyes de nuestro concejo deben respetarse como lo que son, mandatos los cuales se deben cumplir sin excepciones. - recalcó Andrés, con Gil a la derecha y Robin a la izquierda. - Ustedes impusieron algo que no pensamos aceptar. __ ¿Y se reunieron para decir eso? - ironizó Max.__ El informe está listo para que lo revisen. - dijo Robin, deslizando tres carpetas con la misma información que los tres hombres recibieron. Debían saber el equipo que est