Narra Eduard HarrisonTener a mi hijo cerca de algún modo me reconforta, cuando estaba en Miami me sentía seguro de que estaba bien porque aunque esté fuera de casa no está desamparado. Yo sé todo, yo sé cada movimiento de mi hijo.—Cariño, creo que deberías hablar con Robert. Aunque tenga a esa chica en casa para que le ayude, siento que no es suficiente. ¿Acaso has notado lo delgado que está? Estoy casi convencida de que no comía mientras estuvo por fuera de casa, mi corazón de madre me lo dice.—Yo lo veo bien, hasta creo que está más fornido. Lo que pasa es que aún no te acostumbras al hecho de ver a un hombre de más de treinta, aquel niño de ocho que le limpiabas el culo ya se creció.—Aún es muy joven, el aún necesita de la orientación de alguien.Mi esposa piensa que Robert es muy indefenso, yo lo conozco y sé sus alcances.—No la necesita, créeme. Él estará bien, solo deja de atosigarlo, la vida debe enseñarle mucho. Por su cuenta comprenderá muchas cosas, hasta las consecuenc
Narra RobertMi padre siempre habla de ese tema de la familia, lo hace ver como la razón más importante, dice que los hijos si son fundamentales; pero no lo veo de esa manera. Aun no siento la necesidad de amarrar mi vida a una mujer, quizás ahora no sea el más responsable en ese aspecto pero no creo estar preparado para ese rol. Ahora que lo pienso, aquellas palabras tenían una extraña connotación, ¿sabrá algo con relación a Verónica? ¿Algunas de las auxiliares le habrán dicho algo? Trato de yo mismo darme una respuesta pero sé que será imposible, creo que en ese mismo instante debí preguntarle a lo que se refería. Por ahora debo pensar en una manera de buscar los fondos para recuperar esa compañía, es algo que ya tengo en mi cabeza y que anhelo hacer por él; sabrá que no necesito tener los pies más fijados en la tierra para tener una prioridad de verdad, esto si es importante.—Mi gran amigo, Robert Harrison.El estúpido de Nikolay llega y le sonrío con algo de hipocresía, la verdad
Narra RobertEn un abrir y cerrar de ojos, he perdido a una de las personas que más amo. Pensé que algo tan terrible como esto jamás podría pasarme, mi padre, el hombre que me ha dado todo sin medida, el que ha enseñado todo lo que sé y el que me ha formado con sus propias manos. En la vida muchas veces sentimos que nos hemos preparado para sucesos inesperados, pero nunca para algo como esto, nunca estamos preparados para enfrentar la pérdida de un ser que amamos.—Creo que estoy en una pesadilla, en un sueño que lastima todo de mí y por más que quiero despertar no puedo.Mi madre está sedada en la clínica, no la he dejado sola desde que llegué, he querido ser fuerte por ella; tan fuerte que las lágrimas están estancadas dentro de mí. La abrazo y la dejo recostada en mi pecho, quiero que se desahogue; entiendo que para ella más difícil porque su compañero de vida se ha marchado.—Señor, ya pueden pasar.Una enfermera nos permitirá ver a mi padre antes de ser llevado a la morgue, querí
Narra MaloryEduard sería mi compañero de vida. Es muy fuerte para mí saber que el hombre que me enseñó a amar y que me regaló momentos tan felices, simplemente ya no estará.Cada espacio de mi casa me recuerda a Eduard, juro que por las noches puedo escuchar con claridad su sonrisa en mi cabeza; me despierto con la ilusión de creer que sigue conmigo pero ver su espacio de la cama vacío, me hace recordar lo que pasó.Hace una semana Robert me ha acompañado, ha sido tan bueno conmigo que no se ha despegado de mí.—Oh, ya estás despierta.Mi hijo aparece en mi cuarto y se acuesta a mi lado.—¿Dormiste bien?—Sí, un poco.La verdad no he dormido nada, aun no me canso de llorar y me lo permito, saco mi tristeza las veces que mi corazón lo sienta.—El cuarto tiene el olor de mi papá.—Sí, creí que solo yo lo percibía.Abrazo a mi hijo y al igual que yo puedo notarlo y sentirlo muy demacrado; ojeras pronunciadas, delgado y un semblante diferente.—Creo que ya es hora de que vuelvas a tu cas
Narra RobertLlegar a mi casa y estar solo en mi habitación, fue como encender la mecha de lo que sería luego una explosión. Estuve un día completo encerrado del mundo, en el que tampoco respondí a mensajes ni llamadas. Pero luego de eso, sentí que necesitaba algo de compañía y llamé a Vero para que estuviera conmigo, lastimosamente eso no fue posible. Su suegra llegó de Rusia y no podía venir a verme, lo que hizo sentir aún más triste.—Señor Robert, ¿Quiere algo?—No, Ainoa.La chica se va y escucho sus pasos bajando las escaleras. Cierro mis ojos y vuelvo a escuchar sus pasos, ¿Qué querrá ahora?—Señor.—¡Por Dios! Dije que no quiero nada, ¿acaso no entiendes?—Estoy aquí —dice Vero desde afuera.De inmediato me pongo de pie y abro la puerta, la veo y no puedo evitar darle un abrazo, realmente me hacía bien tenerla en estos momentos.—Gracias, muchas gracias por venir.Vero me abraza y entramos al cuarto juntos, cierro la puerta y ella se acomoda conmigo en la cama.—Lamento no pod
Narra RobertTemía mucho volver a la casa de mi padres o incluso a la compañía, estos días he estado en una especie de transe en el que pienso que estoy dormido o que quizás todo lo que me ha pasado estos es irreal. Sé que mi padre ya ha muerto y que ya no estará más conmigo, pero al mismo tiempo siento como si en algún momento pudiera recibir una llamada o mensaje de él para saber cómo estoy. Es realmente extraño, estoy en modo no me entiendo.Pasaron un par de semanas de la muerte de papá y a pesar de sentir un vacío en mi alma, sé que no puedo frenar mi vida y mucho menos la aerolínea; ahora todo depende de mí, tengo que estar bien.—Quiero que no te esfuerces más de lo que puedas, es sano que lleves tu duelo y que…—No madre, estaré mejor si estoy pendiente de todo. Entiendo que te preocupes por mí, pero de verdad ahora necesito que todo sea mejor que antes, mi padre se ha esforzado toda su vida por esto y no lo quiero echar a perder. El nombre de papá será aún más grande y me voy
Narra RobertMi primer paso, es hablar con mi madre, de algo estoy claro y es que no puedo obrar a mi manera; ella y yo nos hemos convertido en un solo equipo y no puedo dejarla desentendida de lo que quiero hacer. Sé que mi padre solo está por cumplir un mes de fallecido y es como si solo hubieran pasado tres días, pero el tiempo no me va a dar espera; por lo que tengo que obrar ya, en lo que tengo pensado.—Madre, tu sabes lo importante que era para él, así que quiero recuperar lo que un día le perteneció a su familia y que todos los esfuerzos lleven su nombre.—Mi amado hijo, me parece muy hermoso lo que intentas hacer por tu padre, estoy segura que él ya se ha de sentir dichoso y orgulloso. Pero, esa conversación la tuve en su momento con él y creo que quería esperar el tiempo oportuno.—Madre, entiendo a lo que te refieres porque de algún modo ya lo he hablado con papá y sé sus respuestas ante la economía que era lo que le afectaba; pero estoy dispuesto hacer lo que sea.—Bien Ro
Narra Peter—¿Estás seguro de hacer esto?Eduard tomaba su lapicero y su papel, mientras lo veía escribir una carta.—Claro que sí, para eso es el testamento, las personas lo hacen antes de morirse porque ya después para qué.Eduard siempre ha tenido un sentido del humor algo cruel.—Sabes, creo que mejor deberías buscar otro abogado.—Vamos, ¿dónde queda el hombre profesional que eres? No creo que sea el primero en pedir que hagas un testamento.—No lo digo por eso, es que eres mi amigo y es inevitable no estar sentimental; además, para que hacerlo si aún hay mucho por vivir, no quiero tener que guardar una nota de despedida. Lo más seguro es que yo me muera primero que tú.—Nadie sabe cuándo será su ultimo día, por eso se hacen estás cosas; no sé si el día que me muera yo pueda despedirme de las personas que amo como debe ser, y en ese instante estarás tú dándoles este mensaje.—Me sigo negando a eso e insisto que falta mucho para la muerte del gran Eduard, estoy seguro que estaremo