—Deje la tonteria y acerquese, no se comporte como una niña timida de catorce años —me dice en un susurro el hombre que ahora debo llamar esposo.Robert me sostiene de la cintura porque su madre ha llegado repentinamente a la casa.—No me siento comoda —respondo en voz baja soltando su agarre.De pensar que finge ser un lindo y adorable sujeto cuando siempre me trata como una basura, me molesta. Aunque pensando bien, me sigue tratando como lo que realmente soy, su sirvienta.Camino hasta la cocina y disimulo un poco, vine por un vaso de agua el cual tomo por pequeños sorbos. No saldré hasta que la mujer se marche.—Tenemos que ir juntos a un evento esta noche. Quedaría muy mal si voy por mi cuenta, no es un buen momento si llego a recibir críticas porque “oculto” a mi esposa.No me anima en absoluto que las personas sepan que soy la esposa del hombre más cotizado del pais, todo lo contrario, me siento bien aquí encerrada, no tengo que andar fingiendo nada.—Está bien señor.—Este eve
Narra Ainoa.Siete años atrás.Acabo de terminar la lectura más hermosa, es una historia de amor que describe al hombre perfecto, siempre he soñado con el príncipe azul, todas en algún momento deseamos encontrar un sapo y besarlo con la esperanza de que pueda convertirse en el hombre de nuestros sueños, ¡ay! Creo que estoy llenando mi cabeza de muchas fantasías, quizás deba suspender esas historias románticas por un tiempo.—Ainoa ¿Qué hace allí? Pareces tonta mirando hacia la nada —menciona Alison, una compañera de colegio.—Oh, estaba algo distraída ¿Qué decías?Cierro mi libro y de inmediato vuelvo a poner los pies en la tierra.—El profesor de arte te anda buscando, quiere saber si tus padres firmaron el permiso para la salida de hoy.—Sí, ya se lo voy a llevar.Guardo mi libro en la mochila y me dirijo hasta el lugar donde hemos quedado para reunirnos, la entrada del colegio.El día de hoy el profesor de arte nos llevará a un museo, estos días en clase nos hablaba acerca de la h
Narra RomeoSer un hombre libre no es fácil, eso parece ante los ojos de los demás, pero día a día vives con los murmullos de todos en tu espalda. Soy de los que dice, no me importa lo que piensen otros, pues nadie me da para comer; pero muy en el fondo se siembra en mi mente la preocupación de cómo me miran los demás.Desde que tenía catorce años sabía lo que quería para mi vida, quería vivir del arte, quería vivir en todos lados, quería conocer, viajar, disfrutar. Lo único que necesitaba era un lápiz, una hoja y colores para iniciar mi recorrido. Mis padres no me ataron, sabían desde hace mucho el tipo de persona que habían formado, así que desde que quise salir de mi casa perdí contacto con ellos; conocí personas que influyeron de manera positiva en mi vida y también negativa. En la calle aprendí más de lo que pude aprender en una escuela, pues me junté con todo tipo de gente, vi muchas cosas y también escuché más de lo que debía.En la actualidad tengo veinticinco años, sigo vivie
Narra Ainoa. Cada vez más me sumerjo en una fantasía, que hombre tan dulce, nunca antes había sentido tanta atracción por un chico. La última vez que me gustó alguien aun me comía los mocos. Sé que soy algo joven pero mis expectativas con el paso del tiempo han aumentado, anhelo tanto a un hombre de esos que tanto mencionan en mis historias favoritas ¡ay! No dejo de pensar en Romeo.Mis padres al igual que las personas cercanas a mi saben cómo es mi forma de ser, no trato de imitar a nadie, solo soy yo, fluyo ante las cosas. Para el estudio no soy la mejor y quizás nunca lo sea, vengo todos los días a la escuela porque de no hacerlo me matan en casa. He ganado cada uno de mis años por obra y gracias de Dios; hasta ahora no hay una asignatura que sea de mi agrado, tolero unas más que otras. Lo único que puedo decir que ha sido lo mejor del año escolar, es venir a este museo y poder conocer a Romeo.—Espero que puedas conservar este dibujo, no dormí para que tú lo tuvieras hoy.—Claro
Narra Ainoa.Mis momentos de felicidad se acabaron al volver a casa, me sentía viviendo en una fantasía que en mi mente era casi imposible que a mí me pudiera suceder. Mirar hacia mi mesa de noche y ver ese dibujo allí, en un portarretrato que le robé a mi madre era lo mejor, suspiraba por saber la forma en que he conocido al hombre más perfecto, es lo único bueno que he conocido a parte del poco de cucarachos que me rodean en la escuela; ahora, poder chatear con él o intercambiar llamadas, es una forma de saber que todo lo que me ha pasado con Romeo es real y que existe la posibilidad de seguir en contacto por mucho más tiempo.—Ainoa ¿no piensas salir de tu habitación? —menciona mi madre desde el comedor.—Sí, ya voy.Llevo encerrada en mi cuarto desde esta mañana, me ha pasado que mis padres fueron por mis calificaciones y como esperaba, me ha ido súper mal. La verdad si tenía un poquito de fe, me refiero que otras veces paso con baja nota pero paso. Ahorita estoy con el corazón en
Narra AinoaPor la mañana, con mucha hambre, volví al comedor. No quería decir nada pero pensé que si me disculpaba una vez más, los ánimos bajarían. También que me darían algo de comer, ayer como estaba molesta me reusé a probar un bocado de comida.—Buenos días —saludado a mis padres.—Buenos días —responden cortantes— . Estaba esperando que salieras, debo hablar contigo antes de irme al trabajo. Ainoa, sé que eres consciente de lo que pasa, tu madre y yo somos realistas, sabemos que tanto como tú y nosotros hemos cometidos errores, el principal de todos es el no darte limites en tu manera de actuar, has llevado tu vida al ritmo que has querido y eso es lo que te ha llevado a estar donde estas, antes amabas la escuela, amabas ser una niña responsable pero con el paso de los años eres alguien más. Te has desinteresado tanto hasta de tu propio futuro ¿Qué te pasa? ¿Crees que tu madre y yo seremos eternos? Que vamos a estar toda la vida dándote todo lo que te hemos brindado y que ya
Narra DionisioNo recuerdo la edad exacta en la que conocí a Gloria, solo tengo muy presente que fue un año antes de terminar la universidad, ella estaba por terminar en administración y yo estaba por terminar enfermería. Para esa época recuerdo que trabajaba en un supermercado para poder pagar mis estudios. Ni mi esposa ni yo venimos de familias adineradas, ambos hemos trabajado para tener lo que con el tiempo hemos adquirido. El amor fue tan grande entre los dos que nos casamos al poco tiempo de conocernos, y luego de unos meses llegó a nuestras vidas Cecilia, una hija que nos complementaria y nos enseñaría lo que era el verdadero amor; pero por alguna circunstancia de la vida, nuestra Cecilia no estaba destinada a estar con nosotros, pues a los cuatro meses falleció. Ese fue un golpe bastante duro para nosotros, no estábamos preparados para afrontar la pérdida del ser que más amábamos en el mundo. El duelo por la pérdida de nuestra pequeña nos llevó a pasar por altos y bajos en
Narra AinoaLos sentimientos que experimento en este instante son confusos, es una guerra la que tengo en mi cabeza y que necesito ganar, estoy feliz porque estoy segura he tomado la mejor decisión, pero a la vez estoy triste porque a la vez siento un sin sabor, hasta siento dudas repentinas de lo que acabo de hacer.Al llegar a la casa de Romeo me encuentro con una grata sorpresa, él tenía la mesa lista con desayuno para nosotros.—Quizás no es una mansión, que es lo que realmente mereces, pero este espacio también es tuyo, puedes sentirte como en casa —menciona él dejando mis cosas en una habitación.Yo voy directo a la mesa y no puedo evitar mirar alrededor, todo su espacio es tan colorido, sus paredes tienen chispas de pintura, su sala está invadida de grandes cuadros sin terminar y otros apenas comenzados.—Parece algo desordenado, pero te juro que luce mejor que antes.El hombre se sienta frente a mí y me sonríe, de verdad parece feliz.—El lugar es bonito, tiene tu esencia por