Narra RobertDebo reconocer que la chica ha trabajado muy bien, escuchó mis órdenes y cada cosa está como quiero, eso me gusta.—Hace mucho no venía a esta casa.Mi madre recorre cada rincón y pasa sus dedos por los muebles.—Está limpio, busqué una agencia para que se encargaran de todo.—Creo que debiste quedarte en casa con nosotros, de igual te hará falta alguien que esté pendiente de tu comida y tus cosas; mira cómo estás del delgado por estar tanto tiempo solo en Miami.—Cómo eres de malévola, sabía que no le habías hecho mantenimiento a la casa para que volviera con ustedes, descubrí tus oscuras intenciones.—Es que me hacía mucha falta.—Oh, mamá. Pero no te preocupes, podré ir con más frecuencia, solo que ahora me siento más cómodo en mi propi espacio.—¡Insisto! De verdad necesitas a una persona que te prepare comida sana, que siga una buena dieta para ti.—La buscaré, si con eso estarás más tranquila, entonces lo haré.—Bueno.Unas horas más tarde, llevo a mi madre a casa,
Narra AinoaCon el temor de volver a la calle, de salir y de ser encontrada por Romeo, me reúso a irme de aquí. Mi vida se ha visto tan afectada que volver a esa agencia sería un riesgo para mí, sé que será el lugar donde Romeo me buscará.Al irse el señor Robert, me quedo con la incertidumbre tras escuchar sus palabras; pero no puedo poner un pie fuera, no puedo.—Tal vez sea hora de ir con mis padres.Hablo conmigo misma retomando la posibilidad de ver la cara de mi padre, pero creo que la vergüenza moral no me dejaría mirarle a los ojos; regresar luego de haberlos tratado de esa manera es vergonzoso.Me quedo con la idea de permanecer aquí, por lo menos un tiempo; me siento segura. Así que acomodaré, limpiaré y cocinaré para cuando el señor regrese.Subo a la habitación del hombre y saco la ropa sucia, acomodo su ropa, seco el baño, lavo los pocos platos que están sucios y preparo algo de comida; no sé a qué hora vendrá pero quiero que sepa que soy útil, puedo servirle de mucho.Al
Narra VerónicaPude conocer algo tarde a quien creo que es el amor de mi vida, pero llegó a mi cuando ya estaba comprometida hasta las canicas. Me casé con Nikolay Volkov hace un par de años, es un hombre muy lindo, supo conquistarme con detalles muy costosos. Nikolay es muy inocente para la vida, para los negocios es un pez gordo y para cerrar buenos tratos un enorme tiburón. Pero con las mujeres es una tierna y dulce mariposa fácil de atrapar.Todos conocen a la pareja Volkov, somos muy conocidos en Rusia por lo que digamos que tenemos el respeto de las personas que saben quiénes somos. No puedo negar que desde un inicio las cosas empezaron por interés económico, no es que venga de una familia de pobre pero no pensaba continuar con los negocios de mi padre; se requerían de muchas responsabilidades que no quería asumir. El día que mi esposo Nikolay me pidió matrimonio, no dudé un solo segundo en decir que sí.Con el tiempo tuve la oportunidad de conocer al tipo de hombre que realme
Narra Eduard HarrisonTener a mi hijo cerca de algún modo me reconforta, cuando estaba en Miami me sentía seguro de que estaba bien porque aunque esté fuera de casa no está desamparado. Yo sé todo, yo sé cada movimiento de mi hijo.—Cariño, creo que deberías hablar con Robert. Aunque tenga a esa chica en casa para que le ayude, siento que no es suficiente. ¿Acaso has notado lo delgado que está? Estoy casi convencida de que no comía mientras estuvo por fuera de casa, mi corazón de madre me lo dice.—Yo lo veo bien, hasta creo que está más fornido. Lo que pasa es que aún no te acostumbras al hecho de ver a un hombre de más de treinta, aquel niño de ocho que le limpiabas el culo ya se creció.—Aún es muy joven, el aún necesita de la orientación de alguien.Mi esposa piensa que Robert es muy indefenso, yo lo conozco y sé sus alcances.—No la necesita, créeme. Él estará bien, solo deja de atosigarlo, la vida debe enseñarle mucho. Por su cuenta comprenderá muchas cosas, hasta las consecuenc
Narra RobertMi padre siempre habla de ese tema de la familia, lo hace ver como la razón más importante, dice que los hijos si son fundamentales; pero no lo veo de esa manera. Aun no siento la necesidad de amarrar mi vida a una mujer, quizás ahora no sea el más responsable en ese aspecto pero no creo estar preparado para ese rol. Ahora que lo pienso, aquellas palabras tenían una extraña connotación, ¿sabrá algo con relación a Verónica? ¿Algunas de las auxiliares le habrán dicho algo? Trato de yo mismo darme una respuesta pero sé que será imposible, creo que en ese mismo instante debí preguntarle a lo que se refería. Por ahora debo pensar en una manera de buscar los fondos para recuperar esa compañía, es algo que ya tengo en mi cabeza y que anhelo hacer por él; sabrá que no necesito tener los pies más fijados en la tierra para tener una prioridad de verdad, esto si es importante.—Mi gran amigo, Robert Harrison.El estúpido de Nikolay llega y le sonrío con algo de hipocresía, la verdad
Narra RobertEn un abrir y cerrar de ojos, he perdido a una de las personas que más amo. Pensé que algo tan terrible como esto jamás podría pasarme, mi padre, el hombre que me ha dado todo sin medida, el que ha enseñado todo lo que sé y el que me ha formado con sus propias manos. En la vida muchas veces sentimos que nos hemos preparado para sucesos inesperados, pero nunca para algo como esto, nunca estamos preparados para enfrentar la pérdida de un ser que amamos.—Creo que estoy en una pesadilla, en un sueño que lastima todo de mí y por más que quiero despertar no puedo.Mi madre está sedada en la clínica, no la he dejado sola desde que llegué, he querido ser fuerte por ella; tan fuerte que las lágrimas están estancadas dentro de mí. La abrazo y la dejo recostada en mi pecho, quiero que se desahogue; entiendo que para ella más difícil porque su compañero de vida se ha marchado.—Señor, ya pueden pasar.Una enfermera nos permitirá ver a mi padre antes de ser llevado a la morgue, querí
Narra MaloryEduard sería mi compañero de vida. Es muy fuerte para mí saber que el hombre que me enseñó a amar y que me regaló momentos tan felices, simplemente ya no estará.Cada espacio de mi casa me recuerda a Eduard, juro que por las noches puedo escuchar con claridad su sonrisa en mi cabeza; me despierto con la ilusión de creer que sigue conmigo pero ver su espacio de la cama vacío, me hace recordar lo que pasó.Hace una semana Robert me ha acompañado, ha sido tan bueno conmigo que no se ha despegado de mí.—Oh, ya estás despierta.Mi hijo aparece en mi cuarto y se acuesta a mi lado.—¿Dormiste bien?—Sí, un poco.La verdad no he dormido nada, aun no me canso de llorar y me lo permito, saco mi tristeza las veces que mi corazón lo sienta.—El cuarto tiene el olor de mi papá.—Sí, creí que solo yo lo percibía.Abrazo a mi hijo y al igual que yo puedo notarlo y sentirlo muy demacrado; ojeras pronunciadas, delgado y un semblante diferente.—Creo que ya es hora de que vuelvas a tu cas
Narra RobertLlegar a mi casa y estar solo en mi habitación, fue como encender la mecha de lo que sería luego una explosión. Estuve un día completo encerrado del mundo, en el que tampoco respondí a mensajes ni llamadas. Pero luego de eso, sentí que necesitaba algo de compañía y llamé a Vero para que estuviera conmigo, lastimosamente eso no fue posible. Su suegra llegó de Rusia y no podía venir a verme, lo que hizo sentir aún más triste.—Señor Robert, ¿Quiere algo?—No, Ainoa.La chica se va y escucho sus pasos bajando las escaleras. Cierro mis ojos y vuelvo a escuchar sus pasos, ¿Qué querrá ahora?—Señor.—¡Por Dios! Dije que no quiero nada, ¿acaso no entiendes?—Estoy aquí —dice Vero desde afuera.De inmediato me pongo de pie y abro la puerta, la veo y no puedo evitar darle un abrazo, realmente me hacía bien tenerla en estos momentos.—Gracias, muchas gracias por venir.Vero me abraza y entramos al cuarto juntos, cierro la puerta y ella se acomoda conmigo en la cama.—Lamento no pod