Anastasia simplemente no podía creer lo que sus ojos estaban viendo en ese momento.Justo en frente de su casa había una hilera de vehículos mucho más costosos y lujosos que el vecindario en sí, estaban estacionados en ambos lados de la calle, sintió pánico cuando la sonrisa de Erick, cargada de un brillo particularmente malicioso, se dirigió hacia ella, lo que le confirmó el hecho de que estaba mucho más involucrado en la situación de lo que pensaba.Por no insinuar que era directamente culpable.— ¡¿Qué diablos es eso?!Erick la miró como si no entendiera de qué estaba hablando, incluso cuando vio al grupo de hombre sacar todas sus pertenencias de lo que consideraba su hogar.— ¿A qué se refiere? — Preguntó Erick, divertido.— ¡Se están robando mis cosas, mi gato! ¡Ayuda, me están robando! — Su preocupación no hizo más que crecer al ver que todos los vecinos estaban observando tal espectáculo. — ¡Llamen a la policía!— Ana... ¿Qué está sucediendo? — Preguntó una de sus vecinas, la m
— Por favor, señorita, debe salir y comer algo. — La voz llamándola del otro lado de la puerta sonaba preocupada, pero a Anastasia ni siquiera le importó. — Ya ha pasado una semana desde que llegó aquí y no ha salido de su habitación, podría enfermarse.— ¿Una semana? — Levantó perezosamente la cabeza de la almohada, contemplando de nuevo las desconocidas paredes color melón. — El tiempo sí que va más lento cuando estás en el infierno.— No diga eso, el señor Russo se ha encargado de usted desde que llegó.— ¿Cuánto fue? — Anastasia abrió la puerta de repente.— ¿Disculpe? — Preguntó de vuelta la mucama, Emily, a quien habían asignado como cuidadora.Anastasia no retrocedió. — Quiero saber cuánto te pagó Erick para que dijeras eso.Emily era una mujer joven, con un bonito cabello castaño ondulado, debía tener serios problemas financieros si terminó aceptando trabajar como mucama de alguien casi contemporánea a ella. — No hizo tal cosa, señorita. — Suspiró, tratando de extender la band
Sostenía con fuerza su muñeca luego de lograr atraparla de milagro, debajo de ella solo estaba el vacío que la llevaría a una muerte segura.— ¡Erick, No me sueltes! — El grito ahogado salió de su garganta, viendo a su ex jefe al borde de la ventana con una inusual expresión angustiada, él estaba sujetándose de la pared para evitar que su peso lo jalara también.— ¡¿Ahora sí tienes miedo de morir?! ¡¿Qué creíste que iba a pasar si te caías?! — Exclamó, de no haber sido por su agilidad al atraparla ella ni siquiera hubiera tenido oportunidad de escuchar su regaño. Erick continuaba sujetándola con fuerza, tratando de alzarla. — ¡¿Por qué pesas tanto?!Anastasia decidió ignorar su orgullo herido por el comentario.Erick tomó aire, con las manos ocupadas y sin la oportunidad de llamar a alguien buscando auxilio trata de buscar una forma segura de subir a Anastasia; se le ocurre una idea bastante arriesgada...— Escúchame bien, a la cuenta de tres voy a soltarme para sujetarte con ambas ma
Las horas pasaban, interminables, a su parecer.De tanto tiempo que llevaba sentada se le entumecieron las piernas, pero Gael le prohibía cualquier tipo de movimiento brusco mientras la trataba como a su conejillo de indias.— Esta mascarilla rejuvenecerá tu piel y te verás como de treinta otra vez ¿No es maravilloso?— T-tengo veinticinco. — Contesta Anastasia en voz baja.— ¿En serio? — Avergonzada por la reacción sorprendida de Gael, ella asintió. — Cielos, que jodida estás ¡Roxanne, necesitaremos más tratamientos rejuvenecedores! ... Y cera para depilar- Mucha cera — Gritó a su asistente principal, quien salió corriendo a buscarlo. — Tranquila, niña, estás en buenas manos.Esas ''Buenas manos'' eran lo que más le preocupaban.Probablemente los gritos de dolor y agonía por parte de Anastasia cuando le retiraban de golpe la cera traspasaban las paredes hasta el punto en que se escuchaban por todo el edificio, múltiples veces habían entrado guardias de seguridad confirmando que no es
Habían pasado tanto tiempo con Gael que el atardecer cayó encima de ellos cuando salieron del edificio, Erick iba distraído contestando mensajes mientras Anastasia caminaba a unos pasos de distancia, recordando el consejo de Gael cada vez que se sentía inferior al mirar al imponente Erick.— ¿RCO es una de las compañías de tu padre? — Preguntó de la nada. —Lo había estado pensando, RCO en realidad significa Russo's Company ¿Verdad? Leí un par de artículos sobre ella en internet, es el número uno en cuanto al entretenimiento y el modelaje, una verdadera joya que perseguir. Pero tu nombre no aparecía en los registros hasta hace poco, en tu lugar había otra persona... Uhm, ¿Cuál era su nombre? — Lo vio detenerse, lo cual le dio la oportunidad de alcanzarlo — ¿Marcos? ¿Matthew? ¡Ah, ya sé! Se llama Máxim... ¡Ugh!— Escúchame bien porque esto solo pienso decírtelo una vez: Nunca en tu vida vuelvas a mencionar ese nombre ¿Me escuchaste? Jamás. — El odio con el que Erick apretaba su cuello y
Esa simple pregunta fue más que suficiente para que la criada se llenara de cierto pánico, no quedándole más opción que ceder las llaves para ahorrarse problemas. Sin embargo, los oídos de Erick atravesaban paredes, por lo que Anastasia –Pese a no haber hecho nada- no sabía que aquella sería la última vez que vería a aquella mucama.Erick estaba ahí dentro de la habitación, en un enorme sillón con un cigarro en la mano, un vasito de tequila en la otra y los ojos cerrados.— ¿Qué te trae por aquí? No sé si te habrán hecho llegar la noticia de que estoy cansado y no quiero recibir a nadie, así que, sé buena y márchate ahora.Anastasia no iba a permitirse ser echada tan lamentablemente así que no le hizo caso— Deja de usar pretextos para evitar tener que enfrentarme, sabes perfectamente a qué vine hoy. — No era momento de retractarse y salir corriendo, Anastasia debía ser valiente. — ¿Por qué soy la única persona que no sabía que la boda será este fin de semana? ¿Acaso no soy la novia?
Entre sus manos reposaba una fotografía y el nombre de una mujer.— ''Raquel'' — Releyó por milésima vez dentro del colgante que había tomado sin que Erick se diera cuenta el día en que fue al sótano, la mujer de la fotografía era hermosa, tenía una piel juvenil y un sedoso cabello rubio cuyos mechones revueltos por la brisa casi le cubrían la cara, con una sonrisa impecable, contagiosa y un sombrero que se sujetaba para que no saliera volando.Probablemente la fotografía había sido realizada en la playa.Anastasia había deducido que se trataba del verdadero amor de Erick, ¿Por qué otro motivo guardaría la foto de una chica entre sus cosas preciadas? Tal vez ella lo abandonó y la decepción de un corazón roto lo llevó a buscar consuelo en las demás mujeres, o quizá era su amor no correspondido, podría tratarse también de una amiga de la infancia.Entre las actas de divorcio y demandas no encontró ningún documento con el nombre de Raquel, por lo cual era poco probable que hayan estado c
El vehículo aceleró y se marchó con Félix en él, llevándose todas las esperanzas que le quedaban a Anastasia.— ¿Qué decías sobre el amor que todo lo puede? — La burla en el tono de voz de Erick la sacó de quicio.— ¡Eres un descorazonado! ¡¿Por qué tienes que arruinarlo todo?! — Dentro de su mismo dolor y las lágrimas que no dejaban de caer por sus ojos tristes comenzó a lanzar golpes contra el pecho de Erick, quien no se movió en lo más mínimo. — ¿Por qué siempre tienes que salirte con la tuya?Sintió los brazos de Erick rodeándola en cuanto su llanto se hizo casi imparable, transmitiéndole el calor de su cuerpo. — Eso es porque sigues confiando en las personas equivocadas.— ¿Y en quién se supone que debería confiar? ¿En ti? No me hagas reír — Anastasia lo apartó, secándose las lágrimas combinadas con maquillaje corrido en su rostro. — Lo conseguiste, me has capturado ¿Estás contento ahora? ¡Bien! Continuemos con esta maldita farsa y terminemos con todo ¡¿Qué más da?! Ya arruinaste