— ¿Perdón? — La pregunta tembló en sus labios gracias al nerviosismo. — ¿Deshacerme de él? ¿De qué hablas?La sonrisa de Edith demostraba que no era una mujer dócil, ella estaba impidiéndole el camino de regreso a la celebración. — Que desaparezca de tu vida para siempre y puedas ser libre ¿No es eso lo que quieres? Todas quieren eso.— ¿Todas?— Niña, a veces eres un poco lenta para comprender algunas cosas. — Suspiró, buscando la mejor manera de explicarle. — Ninguna de las esposas que ha tenido Erick ha estado conforme con su manera autoritaria de resolver los problemas, yo las he ayudado a que sean libres porque hay un método muy fácil con el que puedes librarte de él y quedarte con la mitad de sus posesiones.Anastasia trató de buscar la lógica del asunto, pero simplemente no la conseguía.— ¿Estás diciendo que tú has tenido que ver con las esposas anteriores de Erick? — Edith asintió como si fuera obvio. — No estoy entendiendo ¿Por qué harías algo como eso? Erick siempre ha ten
— Ya sé que las reuniones sociales no son lo tuyo, pero ¿No podrías disimular tu odio al menos un poco? Hasta que termine la fiesta. — No importaba qué tanto hablara, Zathrian no detenía sus pasos hacia la salida.— Si tú quieres seguir con el teatro y pretender que todo está bien pues allá tú, pero yo no planeo prestarme para esto. — Contestó.Cuando Erick lo alcanzó del brazo apenas tuvo la oportunidad de abrir la puerta. — ¿Se puede saber qué es lo que te pasa? Anastasia piensa que la odias, y no solo ella.— Pasa que yo no planeo seguir ocultando sus secretos y mintiendo para quedar bien frente a los demás, todos ahí son unos farsantes.— Cuidado con tu tono, Zathrian. Si padre te llega a escuchar...— Habló el perro faldero de Anthony Russo. — Zafó el brazo de su agarre. — Todo lo que sabes hacer es seguir órdenes, y a él no le importa, aunque deba mover influencias para ocultar tu vida criminal.El ambiente se había vuelto completamente pesado.Erick trató de relajar los nervios
Esa pretenciosa mujer se había convertido en una pesadilla total desde el mismo momento en que la conoció.— ¿No puedes ser un poco más amable? Edith te ha estado visitando desde que estabas en el hospital y ha cuidado bien de ti. — Solamente escuchar la manera en que Erick salía en su defensa la enfermaba más.— No te preocupes, Erick. Me conformo con poder ser de ayuda. — Y por otro lado estaba ese meloso tono de voz que usaba ella para victimizarse.Y de alguna manera quien quedaba como egoísta si no aceptaba era Anastasia. — ¿Cómo terminaron las cosas de este modo? — Se quejó en voz baja, no quedándole de otra que resignarse y aceptar la compañía de aquella mujer indeseada.Todo había comenzado tiempo atrás, cuando Edith usó el pretexto de su herida conseguir entrar y salir libremente de su casa siempre que quisiera con el vago pretexto de ''Cuidarla'' Debido a que Erick estaba ocupado y porque Emily no tenía suficientes agallas para ver sangre y cambiar vendajes.Era como si todo
Las piezas encajaban perfectamente en la escena.Anastasia con el envase de la bebida derramada entre manos, jugo concentrado de uva, muy difícil de desmanchar una vez cae sobre la ropa, Edith, en el suelo, usando un atuendo de enfermera de la época durante la primera guerra mundial, la cual eran colores claros en su mayoría y que ahora se había tintado.Las miradas estaban sobre las dos, a una la miraban con lástima mientras que a la otra querían quemarla viva.Esa fue la primera vez que vio las verdaderas habilidades de actuación de Edith en acción.* * *Todo comenzó cuando Erick estaba atendiendo a un invitado, un socio, dentro de su oficina. Anastasia estaba poniéndose al día y reorganizando los horarios, era conveniente para mantener su cabeza ocupada. Tenía una botella de agua encima del escritorio y una compresa fría sujetándosela en la frente, a la altura donde recibió el golpe contra el vidrio y el golpe con la puerta en el estudio.Maldijo su mala suerte en ese preciso mome
Para su buena fortuna aquel incidente nunca llegó a los oídos de Erick.Los días pasaron tranquilos, ocupados y tan inflexibles hasta el punto en que regresaban a casa a altas horas de la noche, el día anterior no había sido una excepción a la regla.— ¿Entonces me quieres explicar por qué me despiertas tan temprano? — Anastasia fue completamente arrastrada fuera de su habitación por Erick, quien la despertó y obligó a arreglar. — Ayer estuvimos haciendo papeleo hasta la medianoche, quiero regresar a la cama.— No puedes, tú tienes que venir conmigo. — Contestó Erick, quien se veía mucho más fresco y descansado que ella.— ¿Por qué ahora debo acompañarte a todas partes? Me gustaba más cuando salías y me dejabas encerrada en mi habitación. — Contestó, desganada.— ¿Vas a subirte al auto o planeas seguir quejándote? — Caminó hacia su vehículo lujoso, demasiado brillante para los adormilados ojos de Anastasia.De mala gana le siguió al paso, Erick solo había interrumpido su sueño para de
No importa qué tanto forcejeó para salir corriendo, su fuerza no podía ser comparada con la de tres hombres encapuchados.— ¡Suéltenme! — Gritó, tenía los ojos vendados y las manos atadas tras la espalda. — Por favor, no ganarán nada bueno secuestrándome... Por favor.Estaba asustada, no le gustaba la manera en la que jugaban con su cabello y apretaban su muslo. Las lágrimas ya habían decorado todo su rostro y el calor dentro del auto hacía que su cabello se le adhiriera a la piel gracias a una capa de sudor.— No te lo tomes personal, solo estamos siguiendo órdenes. — Escuchó decir a uno, claramente Anastasia pudo oír el sonido del arma siendo cargada. — Ahora no te pongas chulita si no quieres salir del auto con una bala incrustada.— Nos pidieron que no te matáramos, pero no dijeron nada de no herirte. — Comentó otro, precisamente el que estaba tratando de colar su mano por debajo de la ropa.— ¿Q-quién los envió a mí? — Preguntó luego de haber reunido el poco coraje que le quedaba
Una agradable mañana veraniega, poco antes de dar inicio a las temperaturas frías otoñales y a los pocos meses de que cumplieran su primer año de casados le correspondió a Anastasia cumplir con su primera misión de suma importancia como esposa, teniendo que dejar de lado la amenaza de Anthony Russo para concentrarse en uno de los mayores eventos para recaudación de fondos organizados por la familia de su esposo: La OBRCOrganización benéfica de Russo Company.Una gran exposición para crear consciencia al aire libre que finalizaba en una subasta cuyos fondos eran usados en beneficio de niños discapacitados, enfermos y/o en orfanatos.Era un evento de gran magnitud, los reporteros llevaban preparándose para él desde principios de año, pero no solamente ellos, la familia Russo también había hecho sus preparativos incluso mucho antes de que Anastasia y Erick se conocieran y decidieran casarse.Pero la noticia cobró fuerza y relevancia luego de caer en rumores de que la OBRC había sido can
— Traer niños desde el orfanato ¿En qué cabeza cabe? — Sentado justo al fondo, apartado de los demás estaba Anthony Russo, riéndose de las ocurrencias de su hijo con un tabaco en la mano. — Solo lo está haciendo para impresionar a esa secretaria.— Me jugaría mi sueldo entero a que cuando ella lo deje se arrepentirá de la humillación que se está haciendo a sí mismo en este momento. — Añadió otro hombre de edad avanzada. — Esperemos que entre en razón antes de que haga algo alocado durante el aniversario fúnebre de Máximo.— No se preocupen, mi hijo no sería tan estúpido como para arruinarlo. — Comentó con seriedad Anthony, mirando a los demás llevando y rayendo cajas misteriosas. — Que de eso me encargo yo. Esa chiquilla ya se ha entrometido bastante en los asuntos de esta familia.Ante sus ojos Anastasia era un obstáculo complicado, pero no imposible de quitar de en medio. Anthony Russo no se daría por vencido y usaría todas sus fuerzas para recuperar la normalidad de su familia y su