— Un objeto ha sido escondido en alguna parte del lugar. — Comenzó a explicar Erick sobre el escenario — Las Reglas son sencillas, en la mesa de cada equipo se ha escondido la primera pista con la que podrán empezar la búsqueda, todas son diferentes así que ni siquiera piensen en copiar a su contrario, cada pista les llevará a un lugar en específico y al final los guiará al tesoro. Por supuesto, el primer equipo en llegar será el ganador de la ronda, la cual equivale al doble de puntaje que las anteriores, así que si necesitan puntos para ascender al primer lugar esta es su última oportunidad de ganar.Se empezaron a escuchar murmullos de fondo, Erick sonrió luego.— Entonces ¡A empezar!Anastasia miró hacia todos lados, indecisa. No había pistas pegadas bajo la mesa, tampoco estaban debajo del servilletero o de los platos donde les sirvieron algo de comer antes de empezar con la última ronda de la noche.— ¿Ya revisaste bajo el florero? — Propuso Andrés tras señalarlo.— Aún no... —
Erick estaba pasmado, Anastasia no se quedó para esperar su respuesta cuando una nueva pregunta surgió tras observar lo que tenía en las manos.— ¿Qué estás haciendo? — Cuestionó, pero Erick no contestó. — ¡¿Qué crees que estás haciendo?! — Anastasia de inmediato forcejeó contra él, alcanzando a quitarle las píldoras de las manos. — ¡Esta no es la maldita solución a tus problemas, Erick!— Todo está saliendo mal, los niños se fueron, robaron algo de la subasta, permití que hicieran trampa... ¡Las necesito!— No, no es así. — Anastasia no se las regresó, al contrario echó las píldoras por el drenaje del lavamanos. — No puedes consumir medicinas no recetadas cada vez que tengas un problema agobiante. — Arrojó los frascos vacíos a la basura. — Aún estamos a tiempo, necesito que me digas qué pasó con Edith y tu padre y quiero la verdad.Erick la miró con cierto temor, sujetándose la cabeza. — Edith está embarazada... Y es probable que el niño sea mi hijo. Las fotografías son de nosotros e
— ¿Se puede saber por qué llevas esa cara? — Apollo se giró hacia Edith en el asiento del copiloto de su convertible, ella se cruzó de brazos, negándose a responder. — Te he comprado todo lo que has pedido sin chistar ¿Entonces por qué estás tan disgustada?Los montones de bolsas de compras estaban ocupando su propio lugar en la parte trasera del vehículo, pero aun así Edith tenía la sensación inminente de que algo más le faltaba.Algo más que ropa y cosas bonitas.Algo más que Apollo complaciendo todos y cada uno de sus caprichos.Algo más que la envidia de las personas cuando la veían pasar.— Esto no es lo que quiero, ¿Por qué no puedo tener lo que quiero? — Se hundió de mala gana en el asiento del copiloto con frustración. — No es suficiente ¡No quiero nada de esto!Apollo miró a Edith quitándose el sombrero y apretándolo con ira entre sus manos, lanzándolo al suelo del vehículo. — Edith, cariño... Tú puedes decirme qué es lo que quieres, sabes que yo haría lo que fuera por ti ¿Ha
— ¿Sabrás llegar hasta el lugar? — Anastasia asintió, pensando detenidamente en la dirección. — Te recogeré justo allí, así que no llegues tarde... Y una última cosa, no puedes decirle a nadie sobre nuestro pequeño encuentro.La mirada de Lucien se tornó completamente seria, haciendo que Anastasia pusiera una mueca en el rostro. — ¿Y qué pasaría si decido no mantenerlo en secreto?— La respuesta a eso es muy fácil... — Contestó, señalando hacia el interior de su boca. — Me aseguraré de que no seas capaz de volver a contarlo.Anastasia sintió escalofríos cuando vio que apuntaba a su lengua.— Está bien, mantendré mi boca cerrada al respecto.— No lo veas como una amenaza, querida. Es solo que las personas que saben demasiado sobre ciertas cosas y deciden asumir el riesgo de soltar la lengua ni siquiera merecen tener una dentro de la boca ¿No te parece? E incluso estaría siendo bastante indulgente.Él sonrió con la misma simpatía que había estado mostrando desde el momento en que se con
La situación no mejoró después de ese momento.— Tienes que quedarte, necesitas descansar y permanecer lejos del trabajo por un tiempo. — Escuchar esas palabras salir de la boca de Erick no le gustó en absoluto, él sujetó sus mejillas y unió las frentes de ambos cuando vio el descontento de Anastasia. — Te prometo que encontraré al desgraciado que te hizo esto y lo traeré hasta ti para que lo veas arrodillándose y suplicando por piedad.Anastasia hizo un mohín. — Ya ha pasado una semana, no quiero seguir quedándome en casa sin hacer nada.— ¿Y acaso quieres arriesgar tu vida por ir a trabajar? No puedo permitir que te ocurra algo, si esos delincuentes tienen un problema conmigo es conmigo con quien lo van a resolver, estarás a salvo aquí.— Suenas muy tranquilo, Erick.— No es la primera vez que algo así sucede, ya te he dicho, me he preparado para cosas peores en la vida. Pero jamás esperé que fueras a salir herida tú en el proceso. — Contestó, preocupado. — Entonces ya me voy ¿De ac
La paciencia de Edith era una bomba a punto de estallar, Anthony estaba entre la espada y la pared ante las constantes presiones que aquella mujer no paraba de hacerle.Ella le sirvió el té, ese era su nuevo trabajo secreto, una torpe excusa para poder tenerla vigilada. — No veo que estés moviendo tus hilos para acelerar las cosas, tu nieto quiere nacer dentro de una familia estable ¿Acaso estás esperando a que se note su desarrollo y todos se enteren para que actúes?— No es tan fácil como parece, esa mujer está fuertemente agarrada a Erick y consiguió ponerlo de su lado. — Anthony bebió un sorbo de lo único que podía mantenerlo cuerdo.— Eso es obvio ¿Quién querría dejar ir a su fuente de dinero? — Dijo Edith — Pero todo lo que yo sé es que vamos a tener un hijo, y si usted no se esfuerza por convertirme en la señora Russo esposa de Erick abriré mi boca y todos se enterarán de la clase de persona que son y sus inversores dejarán de hacer negocios con ustedes, llevándolos a la ruina
Nada había vuelto a ser igual desde la llegada de Máximo, el alivio de Erick por haberlo encontrado se había convertido en una obsesión enfermiza, una dependencia que consumía todo su tiempo en vanos intentos tratando de hacer regresar la memoria del presunto hermano perdido.En apenas una semana desde su llegada había logrado convertirse en un completo obstáculo dentro de la relación entre Erick y Anastasia, la cual pareció haber retrocedido enormemente de manera repentina.No importaba qué hicieran, Máximo Russo siempre estaba en el medio.— ¿Yo hice algo como eso? — Preguntó Máximo con una sonrisa emocionada.Erick asintió. — Fue el pez más grande que jamás hayas podido atrapar, en casa de padre hay muchas fotografías de nosotros junto a él.Anastasia continuó pinchando la comida sobre el plato, en absoluto silencio, todavía no estaba acostumbrada a desayunar en la misma mesa junto a ''Máximo'' y Erick.— Estoy ansioso por reencontrarme con él ¿De verdad crees que me recibirá? — Er
El asunto del robo de su móvil le pareció demasiado extraño, nadie había visto nada sospechoso ni fuera de lo común, todo estaba en perfecto orden. Pero justamente ese día en que Gael decidió usar el estudio había mantenimiento y cambio de varios equipos de seguridad que estaban dañados por antigüedad, la cámara de vigilancia de Anastasia fue retirada por breves instantes y reactivada luego.— ¿Cómo puede ser posible que no podamos confiar en ninguno de ustedes? ¿Dónde creen que estamos? — En un santiamén Erick había detenido las sesiones fotográficas y paralizado las labores dentro del estudio. — Hasta que no aparezca el celular de mi esposa nadie saldrá de aquí.El único defecto de esa acción era que las miradas de odio se dirigían a ella, muchos la tacharon de exagerada debido a que su esposo hizo un drama por un simple teléfono móvil.Pero no lo detendría, era impensable que en una sociedad enlazada a RCO ocurriera algo como un robo, completamente imperdonable.— Si no aparece el