Narra Jeremiah:
—Bien, el pastel está listo. Creo que la opción de dulce de leche con crema chantillí es la mejor de todas. Las rosas blancas con las azucenas azules quedan perfectas y hacen un hermoso contraste con el color que hemos escogido —Adriana tacha con un resaltador ambas cosas de la lista que le ha dado Emma — Creo que eso es todo por hoy, ya podemo ir a casa.
—Me parece bien. Además, algo debe hacer ella. Para eso le pagamos — corroboro, conduciendo por la ciudad.
—Sí, y en mi opinión esto es demasiado. Quizás debimos escapar al juez civil y tramitar el proceso de una buena vez. De todos modos, es una boda falsa.
—Pero la gente no tiene porqué saberlo. Se supone que debemos proyectar que estamos enamorados y eso es lo que la gente hace.
—Sí, supongo — murmura no muy convencida &mda
Narra Adriana: No hay nada como el olor a nuevo, esa sensación de felicidad que uno adquiere cuando compra algo por primera vez y sabe que es el primero en usarlo. Así me siento hoy: pletórica con mi auto nuevo. Nunca creí que tendría la oportunidad de tener un auto de esta gama. El que hemos escogido es un Volvo V-cuarenta. Es color azul y me encanta. Nada que ver con mi viejo auto que apenas y pasaba de cuarenta millas por hora.—¿Te gusta? — me pregunta Jeremiah, viéndome desde afuera.—¿Te atreves a preguntar? ¡Me encanta! Es genial. Gracias de verdad — lo miro y él me sonríe.—Regreso en breve. Voy a llenar los documentos. No te vayas a ir — me amenaza a modo de chiste, aunque ganas no me faltan.Sé que este auto, al igual que todo lo que me ha dado, como la ropa y demás, son cosas que, llegad
Narra Adriana: Me voy a casar. Nunca la idea se había vuelto tan real como hasta este momento. Siempre creí que sería un día único en el que me sentiría la mujer más feliz de la tierra, sin embargo, las emociones que tengo son encontradas, y ninguna de ella se acerca a la felicidad. La culpa, la incertidumbre y el miedo sí son claras, pero el gozo y júbilo no forma parte de ellas. Me miro en el espejo, vestida de blanco y un pensamiento me grita que soy indigna, porque de pureza me queda poca cosa. Mi madre a mi lado me mira orgullosa, viéndome en la prueba del vestido y su rostro de alegría me hace sentir más culpable aún, si es que fuera posible.Todo este mes ha pasado demasiado rápido y Emma tenía razón, treinta días es muy poco tiempo. Ella se ha encargado de la mayoría de los detalles de decoración y log&i
Narra Adriana: Si los lunes son difíciles, los viernes son intensos en las escuelas. Generalmente los niños están eufóricos por el fin de semana que se aproxima y es difícil conseguir que se concentren en los deberes, todo el mundo pendiente a que el reloj marque las tres. En lo personal, yo estoy mucho más nerviosa que ellos, porque, al salir de aquí no me iré de copas ni a ver una película. Inmediatamente termine, debo ir a casa a tomar mi maleta y, junto a mi madre, salir disparada hacia la finca de mi prometido. Estos días han sido tan caóticos que apenas y hemos hablado un poco por teléfono, lo que ha hecho que, inconscientemente, me encuentre anhelante, deseosa por verle.Cuando el timbre anuncia el cierre del día, me levanto de mi escritorio a toda prisa y comienzo a ayudar a los pequeños a recoger sus cosas. El pequeño Ian es el m&
Narra Jeremiah: El señor de cabello castaño va vestido con un estilo vaquero, lo que llama la atención entre todos los presentes, que van un tanto más formal que él. Tiene un pantalón tejano oscuro y una camisa rojo vino. En su cabeza un sombrero negro termina su atuendo a juego con su cinturón de hebilla grande y botas blancas. Le veo conversar alegremente con los invitados como si fuera uno más de la fiesta, pero no estoy seguro de que su nombre haya aparecido en la lista. Es más, estoy más que seguro de que no fue invitado y que Adriana no lo ha mencionado en todo el tiempo que llevamos juntos.—¡Hija querida! — se acerca a ella con entusiasmo y me fijo en que tanto ella y su madre tienen el gesto duro.Es evidente que no quieren que él esté aquí y algo me dice en su actitud que no es de fiar. No sé porqué la ge
Narra Adriana: La cena de ensayo ha salido mejor de lo que esperaba. Dejando de lado el percance con mi padre, no ha habido más complicaciones y Emma se ha encargado de hacernos reír y disfrutar de lo lindo, tanto, que casi siento que es de verdad todo esto. Tras una tanda de risas con los juegos que ha traído, ahora todos comen animadamente la cena que han servido. Estoy junto a Jeremiah, mi madre y el señor Jonhson, quienes encabezan la mesa. Presente también está Andrés, junto a su hermana Stacey, quienes por suerte no han traído a su madre. También están algunos socios del señor Johnson y por supuesto, Teresa, una guapa señora de pelo corto, delgada y de sonrisa dulce que parece ser la compañera del abuelo de Jeremiah. Mis compañeros de trabajo componen el quorum y el único pelo en la sopa es el indeseable de mi padre, quien, no sé cómo,
Narra Adriana:Mi despertador suena cuando ya yo estoy despierta, poniéndome los zapatos deportivos. Afuera no ha salido el sol por completo, pero necesito correr para despejar un poco la mente. La casa está en absoluto silencio y sé que debo aprovechar el momento de paz, antes de que todo el alboroto del día empiece. No conozco la finca, pero es seguro todo el lugar, además de que no pienso durar mucho, ya que la boda será en la mañana y antes de eso tengo que arreglarme el pelo y maquillarme, cosa que tomará mucho tiempo. Con mi sudadera de algodón puesta y unos leggins oscuros, salgo por la puerta trasera con sigilo. Tras estirarme unos minutos, empiezo caminando, pero antes de darme cuenta estoy corriendo a toda velocidad. Quizás este sea mi subconsciente diciéndome que huya de todo esto, pero lo ignoro, porque ya he dado mi palabra, ya he firmado un contrato, ya he
Narra Jeremiah: La veo salir del interior de la casa y parece un ángel, la luz del sol de la mañana irradia sobre ella y hace reflejo en su vestido, provocando un efecto increíble. Está sencillamente exquisita y me siento muy feliz de este día. No pensé que la idea de echarme la soga al cuello fuera tan agradable, aunque no se trata de una mujer cualquiera. Adriana es una mujer dulce, buena, divertida y excelente en la cama. Además de que he probado lo que sus manos preparan y eso es un todo un plus. Eso me hace sonreír, al menos mientras dure nuestro matrimonio, estaré bien alimentado.A mi lado, mi abuelo Gogo me da con el codo un par de veces en el costado. Está pidiéndome atención, pero no cedo.—Hijo mío, ¡qué bella está tu novia! ¿Ves que tuve una buena idea?Se burla de mí con una risa, satisfecho con
Narra Adriana: El flash de la cámara me ciega durante varios instantes y tengo que parpadear muchas veces para recuperar la visión, tras haber posado incontables veces para la sesión de fotos. Mis mejillas están adoloridas por lo mucho que tenido que sonreír. Mi estómago ruge en protesta porque todo el mundo está comiendo menos yo y la verdad estoy desesperada porque todo esto acabe.—¡Vamos, Adri! Una más —pide el fotógrafo moviéndose frente a nosotros en busca de nuestro mejor ángulo. —¿A caso piensas salir con una cara tan seria?—Lo siento, pero ya no resisto —digo, vencida.He perdido la cuenta luego de la toma número cien y para Emma nunca parece ser suficiente. Nos hemos fotografiado con las familias, los amigos, los compañeros y siendo invitados presentes en la fiesta, hemos posado con todos y cada